Capítulo 20
ESTEBAN.
Pasado.
Estoy furioso. Isaac no deja de ser un hijo de puta. Estoy a punto de mandarlo a la mierda, pero con el puedo tener sexo violento. Tal vez esa sea lo único que nos mantiene unidos, a nosotros y otras personas, el sexo nos hace amarrarnos a alguien por quien no sentimos demasiado Afecto.
Por fin regreso a casa después de un largo día de trabajo. Todos los adolescentes parloteando como estupidos me han sacado de mis casillas, los chicos se están volviendo cada vez más tontos e intolerantes. Lo único que necesito es una ducha en el jacuzzi o una buena dosis de sexo. Aparco el audi y entro de inmediato. Dejo mi maletín en la mesa y subo a mi habitación. A mitad del camino me quedo frío y la ira empieza a surgir. Gemidos salen de mi Habitación. Mierda, de mi puta habitación. Subo rápidamente y abro la puerta. Isaac y un chico moreno, teniendo sexo En mi cama. Tomo una fotografía que está en mi escritorio y la lanzo sobre ellos. Una acción estupida. El chico se queda helado, Isaac sonríe maliciosamente.
El moreno mira a Isaac y habla despacio.
—Dijiste que no habría nadie.
Me acerco a ellos y la calma desaparece, Tomo al chico del cabello y lo tiro al suelo. Ya en el suelo suelto una patada en su estómago. No puedo creer que Isaac me esté haciendo esto, lo haga sin mi consentimiento. Maldito hijo de puta. Suelto una..Dos...Tres... patadas, dejándolo casi inconsciente. Isaac se levanta rápidamente de la cama. Y me toma por la espalda.
—¡Por un carajo Esteban! Mierda, Cálmate.
Soy más fuerte que el, lo tomo por el brazo y lo tiro a un lado del chico. Cierro mi puño y como e aprendido en box, directo a la mandíbula. Miro al chico.
—Tú, recoge tus cosas y vete de aquí, si vuelves a pisar un pie en mi jodida casa, te Mato—El chico toma sus cosas y sale aturdido y lo más rápido que puede. Observo a Isaac, de rodillas en el suelo, sangrando del pómulo— Eres un Hijo de Puta Isaac, un maldito Gay de closet. No se que hacer contigo, te estás volviendo una carga.
Se levanta y ahora el me suelta un puñetazo en el ojo.
—Eres un Cabrón loco de Mierda, un cabrón loco de mierda, sexy y guapo, que lo necesito dentro de mi ahora mismo.
Pongo mi mano en mi ojo. Sus palabras me prenden, necesito castigarlo, someterlo por ser tan Cabrón. Se acerca a mi y intenta golpearme por segunda vez. Soy más rápido, detengo su mano, lo tomo por los hombros y tiro de él, lanzándolo sobre la cama. El está agitado y excitado. Me pongo encima de el, está desnudo. Llevo mis manos hacia su cuello y aprieto.
—Oh-h-h sii, Castígame por ser un hijo de puta. Tú hijo de puta—Está ahogándose, no puede respirar, lo disfruta, disfruta de la violencia.
—Te voy a castigar, por ser un Cabrón, que solo busca sacarme de mis casillas. Te aprovechas de esta mierda mental que tengo para tu placer y eso es frustrante—Le Suelto una fuerte cachetada. Sus ojos se llenan de lágrimas—No te soporto, me tienes harto—Mi mano vuelve a chocar en su mejilla contraria a la que solté el primer golpe.
Lo suelto, se acerca a mi. Me abraza, recorre mi espalda, y empieza a rasguñarme.
—Cogeme, Cogeme duro.
Tomo un preservativo de mi buró. Me bajo el pantalón de vestir junto los bóxers y lo coloco.
—Ponte en cuatro Zorra.
Se coloca en cuatro, dejando al descubierto su Ano. palpita de deseo, eso me hace ponerme duro como una roca. Me pongo de rodillas frente a su culo. Le suelto una nalgada para después poner mi lengua sobre su apertura. Pasó mi lengua en círculos, coloco un dedo en el centro de su ano y lo undo, sin dejar de lamerlo. Está húmedo y deseoso.
—Oh, si...Esteban. Eres un Cabrón malo—Pone sus manos en mi cabello y tira de él. Eso me excita aún más.
Dejo su ano húmedo y pasó mi miembro por este. Lo hundo sin aviso y doy rápidas embestidas, haciéndolo Gemir de placer.
ABRAHAM
Es lunes. A mi Mala y hermosa Suerte, me toca empezar la semana con las bellas clases de Álgebra, dirigidas por el Gran Profesor Esteban. Entro al aula a la hora que suena el timbre. Esperaba ver a Esteban con un aspecto terrible, pero es todo lo contrario. Se encuentra en su escritorio, revisando trabajos. Esta radiantemente guapo, Rasurado, pantalón de vestir y camisa blanca, fajada. Zapatos de vestir y un saco. Es increíblemente Guapo. Cuando entro, hace como si no existiera. Eso me duele hasta el alma. Llego a mi butaca, Emma como siempre, por delante de mi.
—¿Llegas tarde a propósito?
—Algo así, no tengo ánimos de ser puntual y encontrarme con el—Señaló a Esteban con la mirada.
—¿como te fue el viernes? Me dijiste que saldrías, pero no me contaste cómo te fue.
—Pésimo, Esteban me acorraló en el Bar.
—¡No Inventes! ¿Te siguió o fue pura casualidad? No lo puedo creer.
—Ni yo me lo creo—Suspiro—Supongo que me siguió, Esteban no es de ir a antros, o no lo se. Estoy seguro que no fue coincidencia encontrarlo ahí.
—¿Y el Chico con el que fuiste que dijo?
«Chico» Claro, ella no sabe lo de Erick.
—Que era mi Novio, Y en parte Es cierto.
—¿Tienes novio? ¿Cuando pasó? ¿Porqué no me lo habías dicho?
—Pues no lo se, pero se fue pasmado del Bar. Me dijo que me extrañaba y me dejo súper confundió.
—Guarden Silencio Jóvenes—La voz dura y varonil de Esteban Irrumpe nuestra plática—Estoy revisando su examen diagnóstico y los trabajos que me dejó su antigua profesora, me alegra saber que la mitad del grupo sabe bien en qué Grado vamos y saben muy bien donde nos encontramos, la otra mitad es un asco, solo son relleno para la materia de Álgebra. Y como no quiero llegar y reprobar a medio grupo, daré una clase particular en mi departamento, atendiendo a sus dudas y tratar problemas que no entiendan. La clase será esta sábado a las 12 AM, es la única clase que impartiré para ayudarlos, Esta será la segunda excepción que hago al dar este tipo de clases extra, el tiempo de la clase será dependiendo sus dudas y temas que no comprendan. Así que chicos, ustedes saben si quieren fucilarse mi materia. Pasaré la lista , si tienen una marca naranja, están invitados a regularizar la materia. Les pido que quien tenga la marca, a note su número, para notificarles todos los detalles—Pone la lista en la primer fila.
«Oh Mierda no, otra vez no, Maldita sea la hora en que decidí dejar a un lado la Álgebra»
La lista llega hasta donde estamos Emma Y Yo. El alma se me cae al suelo al ver mi nombre marcado en naranja. Mierda. Otra vez no.
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