
Capítulo 23
Nos sentamos. Ahora el está más nervioso que yo.
—¿Seguro que te gusto?
—Si sigues preguntando quitarás el encanto. Me encanto.
—Es muy nuevo para mi.
—Para mi también lo es.
—No recuerdo como es el conocer a alguien a fondo. ¿Nos hacemos preguntas?
—Yo jamás lo he hecho. Así que está bien.
—¿Cuantos años Tienes?
—24 años. ¿Tú?
—Tengo dieciocho. En enero cumplo los diecinueve. Me encuentro dándome un nuevo comienzo.
—¿En serio?
—Si—Mis mejillas arden, me pone nervioso el hecho de mencionarlo.
—Eres muy Pequeño—Sonríe, me inunda con aquella mirada.
—¿Hay algún inconveniente?
—Para nada. Es interesante saber que te estás dando una nueva oportunidad para estudiar ¿Perdiste algunos años escolares?
—Creo que fue el mejor momento para superarme a mí mismo—Respiro hondo, Recordar el pasado no siempre sienta bien— Y si , perdí un año.
— ¿Que Paso? ¿Porque perdiste un año?
—Preferiría no hablarlo ahora
—Bueno, supongo que me toca a mi—Dice con voz juvenil , sexy y gruesa—¿A que edad tuviste tú primer novio?—Se queda analizando por un momento, se muerde el labio inferior, lanza una pequeña sonrisa—Perdón si mis preguntas resultan un poco anticuadas, como ya te dije, soy muy nuevo en esto, no se que preguntar.
—Lo entiendo abuelo—Río un poco—A los 12 años, por Facebook.
—Que buena forma de empezar a tener una relación—Lo dice de forma sarcástica.
—¿Tú cuando tuviste tu primer novio?
—Nunca he tenido uno. Tal vez el chico con el que estuve fue como una relación ¿cuenta?
—No lo se , supongo que si–digo algo incómodo—¿Película Favorita?
—No veo muchas películas Pequeño.
—¿En serio? ¿Tan viejo y amargado eres?
Pone mala cara. Me quedo quieto sin saber que hacer.
–Perdóname, era una broma.
—No hay problema.
Empezamos a comer con una crema de elote. No recuerdo que la hubiese preparado , pero igual se ve gloriosa. En mi poco entendimiento de cómo comer con cada cubierto , tomo la cuchara más grande. El se me queda mirando como si estuviera cometiendo algún adulterio.
—¿Qué pasa , porque esa cara?
—Tengo una manía con los cubiertos, cada uno es para cada cosa , es desesperante ver lo que estás haciendo.
Pongo los ojos en blanco. Es fastidiosa la gente creída , que se cree muy educada y pulcra , cuando tienen muchos problemas mentales.
—Pues mi querido profesor , tendrá que soportar mis pocos modales , no todos tenemos la fortuna de nacer en cuna de oro , sabiendo cómo se utiliza de qué. Y si me disculpa—Me meto una cucharada grande a la boca. Sabe igual como se ve. Estupenda.
—Usted es un joven Rebelde sin causa. Come como te sientas más cómodo.
—Si jefe.
Los siguientes platillos estuvieron deliciosos. Es un excelente chef. Culminamos con una copa de helado de vainilla con crema batida. Acierto en la cuchara.
—¿Seguimos con las preguntas?
—Digo mientras me limpio la crema batida con la lengua.
—¿Cuando fue tu primera vez?
«¿Qué mierda»
Analiza mi expresión.
—¿Eres Virgen? ¿En serio?
—Pues claro . No se que le sorprende.
—Pues , estas en la edad de la punzada. ¿No si quiera un oral o algo?
—Para nada. Ofertas no me han faltado. Pero el sexo no es mi prioridad, aparte que me siento inseguro con mi cuerpo. El sexo me da miedo.
—Haces muy bien en pensar así. Aunque me hace sentir mal. Quiero hacer muchas cosas contigo Abraham.
—Nada De sexo señor.
—¿Nunca te ah dado curiosidad el que se siente? Es muy delicioso. Y sobre tu cuerpo , yo digo que eres Perfecto.
—No —
«Pero usted me despierta un deseo Ardiente»
—Algún Día Deberías probarlo.
—Eso espero. ¿Tienes juguetes pervertidos aquí en tu casa?—Digo como si nada.
El se sonroja.
—Claro que los tengo—Dice nervioso y sexy.
—Tengo Curiosidad por verlos.
—¿Si?
—Si ¿Me los puedes enseñar?
—Pues claro—Dice animado y confundido.
Nos volvemos a adentrar a su casa. Vamos al piso de arriba. A lado de la pequeña salita , enfrente del cuarto de Esteban. Hay una puerta color marrón , que obvio dirige a uno de las tantas habitaciones qué hay en esta planta. En total son cuatro puertas las que están instaladas en este piso. La puerta se encuentra con llave , el la saca de su pantalón , quita el cerrojo y me adentro a un pequeño cuarto color blanco, podría llamarse un "Almacén Sexual" con varios estantes llenos de cosas eroticas , antifaces , máscaras de látex , esposas , lazos , cuerdas , látigos de varios tamaños y texturas , vibradores, tapones anales , entre otras cosas que no tengo ni idea para que se usan. Me quedo impresionado. Me recuerda a algo Ya existente. Me excita el solo pensarlo.
—¿Todo esto lo usabas con aquel chico?
—Si. El también los usaba conmigo.
—Wow.
Paso mis dedos por uno de los látigos de piel. El contacto me produce un escalofrío , me excita ver tanta perversion en un pequeño cuarto.
—Algún Día los quiero usar contigo.
—Desinféctalos o compra nuevos y claro que si.
—¿Lo dices en serio?
—¿Lo de que compres nuevos artilugios Sexuales?
—No. lo de si lo utilizarías conmigo.
—Pues... ammm. No lo se.
—Claro que lo sabes.
—Me da curiosidad pero miedo. Mucho miedo a la vez.
—¿Porque?
—Jamás me he sentido atraído por el sexo. Mis ex han intentado tener algo más conmigo , pero tan solo no quería. No me llamaban la atención. En cambio contigo , tú me has despertado algo en mi interior , algo lleno de lujuria y deseo. Pero tengo miedo que me lastimes , con estos artefactos o con tus propias manos. Lo que me has contado en la mañana me ha dejado inquieto , pensativo. Aparte no tengo el mejor físico. Soy un desastre.
—¿En verdad desperté algo? Porque tú si despertaste algo en mi—Pone su pulgar en mi barbilla, lo miro , es tan Guapo , varonil y hermoso. No lo merezco — no te haría daño, no sin tu consentimiento—Me da un beso rápido y tierno—Para mi eres Hermoso.
—No estoy listo. Aparte , es demasiado rápido para tener algo. A mis ex's no les di nada en meses para que llegues tu y en unos días te de todo.
—Es porque ellos son inmaduros y no saben lo que quieren. No te transpiraban la confianza que yo te transpiro.
—Claro. Tú eres bastante maduro. ¿Ya sabes que quieres?—lo miro intrigado.
—A ti.
—Basta de cursilerías—salgo de aquel cuarto.
Miro por la gran ventana situada enfrente de las escaleras , está atardeciendo. Me acerco más , para apreciar el cielo naranja.
—Algún Día veremos el atardecer en algún lugar mágico.
—¿Que te hace pensar eso?—Preguntó intrigado.
—Solo lo se.
—Ahh.
—Déjame hacerte el amor Abraham.
Mi cuerpo tiembla ante tal declaración. De pronto tengo frío. Puedo sentir mi corazón en el cráneo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro