La clase de Esteban me aburre, es un excelente maestro de Álgebra, el mejor. Pero no soy bueno en su materia, apuesto que si la Álgebra llamara mi atención, disfrutaría totalmente de su materia. Mi chico se pone al frente y comienza a escribir en el pintarrón.

Resolución de Ecuaciones de primer Grado con signos de agrupación.

Ejemplo
16x-[3x-(6-9x)]=30x+[-(3x+2)-(x+3)]

Solución

a)Eliminamos a los paréntesis (Aplicando la ley de los signos)

16x-[3x-6+9x]=30x+[-3x-2-x-3]

b)Realizamos la reducción de términos respetando el corchete

16x-[12x-6]=30x+[-4x-5]

c) Eliminamos el corchete aplicando la ley de los signos.

16x-12x+6=30x-4x-5

d)Reducimos Términos
4x+6=26x-5

e)Reunimos los términos x y CTES aplicando la ley del despeje

4x-26x=-5-6
-22x=-11
X= 11/-22
X=1/2

—A base de esta información, tienen que contestar la hoja de ejercicios que les daré a continuación, la hoja tendrá valor de un punto directo a calificación final. Pasen por su hoja.

Nos formamos para tomar una hoja. Soy el último de la fila. Me pone celoso la forma en que lo ven las chicas, se lo comen con la mirada, tratan de ser coquetas, le hablan de forma "Sensual" y tratan de enseñarle su escote. Volteo los ojos. Emma me mira.

—¿Celoso?

—Son unas revoltosas.

—Da igual, Esteban te prefiere a ti, por mucho.

—Eso creo.

La fila avanza, hasta que estoy frente a Esteban. Me da una hoja. En la esquina de esta está un postic color amarillo con algo escrito.

—Puede volver a su lugar, Joven Vega.

Me sonrojo y vuelvo a mi lugar. Quito el postic.

Joven Vega, las reglas del juego cambian un poco, si no logra pasar esta prueba, tendrá que cumplir lo prometido.

Me Muero. Comienzo a temblar por la excitación del momento. La sesión de BDSM, en la cual usare ropa interior de encaje y medias. «Dios...» siento una jauría de mariposas rebeldes en mi estómago. Me estoy muriendo de deseo, «Tal vez conteste mal la prueba a propósito...»

—Esto es una simulación de examen, ¿Ya saben las reglas? No son niños chiquitos de kínder. Pueden empezar, tienen media hora para contestar los 10 ejercicios.

Regresa a su escritorio, me mira y sonríe en sus adentros. Miro la hoja de problemas. «Joder, toda esta mierda está en chino» bueno, no tendré un viaje a Europa, pero si una buena sesión de BDSM. La media hora se pasa eterna, solo logre contestar cuatro ejercicios y alcance a copiar uno. Sin duda va a ser una buena sesión de BDSM.
Esteban recoge las hojas. Sonríe divertido al ver la mía. Va hasta el escritorio y se queda evaluando.

—Tienen el resto de la clase libre. Joven Vega, venga un momento por favor.

Me acerco a él, con el corazón en la garganta, estoy a punto de explotar por el deseo qué hay en mi interior.

—¿Desea algo, Profesor?

—a ti, Pequeño.

Me sonrojo.

—Vi que no pusiste objeción al cambio de reglas.

—No. no lo hice.

—Saliendo de clases, tenemos una cita, en mi habitación. Ya sabes lo que haremos.

Me deshago. Estoy ardiendo.

—Si, profesor, ¿Lo veo en su oficina al terminar las clases?

—Si.

—Nos vemos, Profesor.

Doy media vuelta y salgo de su salón. Me topo con una chica de mi grupo.

—¿Qué te traes con el profesor Esteban?—Pregunta con su tono de diva. Altanera.

—¿A ti que te importa?

—Me importa Mucho, sabes que el Jamás te hará caso, ¿Verdad?

—¡Ja! Claro, lo que digas.

—No te acerques a él, ¿Entendido?

—Claro cariño, todo lo que tú digas me tiene sin cuidado.

—Pues debería.

—Si, Claro. ¿Es todo lo que querías hablar conmigo? Tengo que irme.

—Ya te lo dije, Maricón iluso.

—Si, lo que tú digas.

Camino rápido, buscando a Emma, esa chica me a sacado de mis casillas. ¿Quien se cree? Ella es la maldita ilusa, Esteban jamás le haría caso. Bueno no lo sé. Aggg. Emma está en la cafetería comprando un café capuchino, voy directo hacia ella.

—¿Qué tienes?.

—¿Porque lo preguntas?

—Tienes una cara, tan solo verte noto tus ganas de asesinar a quien se ponga a tu paso.

—¿Me compras un café?—Le pasó un billete de veinte pesos.

—Claro.

Me pasa un café, salimos a las áreas verdes en busca de una palapa. Hoy el día es húmedo y nublado, hace un frío tremendo. Encontramos una palapa vacía.

—¿Pasó algo entre Esteban y tú?

—No, Me encontré con la tipa creída de nuestro grupo.

—Hay varias, Abraham.

—La más creída.

—¿Karol?

—Ella. La chica llegó y me dijo que mantuviera mi distancia con Esteban, ella cree que el tendrá algo con ella.

—No le hagas caso, ella cree que por ser bonita, tiene al mundo a sus pies, pero esta equivocada.

—Tienes razón.

—Si que la Tengo.

—¿Cómo van Sara y Tú?

—Como en una montaña rusa, estamos teniendo nuestras altas y nuestras bajas.

—¿Porque?

—Pues en San Valentín fue muy linda, pero al siguiente día, muy distante.

—Dale tiempo, así es ella, tiene sus altas y sus bajas, Ella va con un Psicoanalista.

—Lo se, pero no me gusta eso.

—¿Qué?

—Que un día sea la más linda y al otro me mande al carajo. No es Justo, La amo, en todo este tiempo le he tomado un cariño fuera de este mundo.

—Emma, tranquila, Dale su tiempo, déjala que tenga sus cambios de humor. No te detengas por ella.

—Gracias Abraham—Se acerca a mi y me abraza—¿Quieres una Galleta?

Tomo una Galleta y le doy un sorbo a mi café.

—Gracias a ti Emma.

El día se pasa volando. Al final de clases me escabullo entre la escuela y el primer edificio. Llego a la oficina de Esteban. Llamo la puerta.

—Adelante—Llama la voz varonil y autoritaria de Esteban.

—Hola, Profesor.

—¿Estás listo para conocer un poco de mi pasado?

—Más que listo...