6- Diana
NIA
Llegué a la universidad y allí estaba Caitlin esperándome, tan puntual como siempre.
-Caitlin: ¡Nia! - dijo, haciéndome un gesto - ¿Qué tal te fue anoche con William?
-Nia: Mal...
-Caitlin: ¿Y eso? ¿Que pasó?
-Nia: Pues descubrí que él no siente lo mismo que yo. No le gusto
-Caitlin: ¿Qué? ¿Cómo no vas a gustarle? ¡Eso es imposible!
-Nia: Créeme que es posible. Me eché en sus brazos y me rechazó
-Caitlin: En fin, pues él se lo pierde
-Nia: Gracias por los ánimos. Pero en realidad yo no era el problema
-Caitlin: ¿Qué quieres decir?
-Nia: A William no le gustan las mujeres
-Caitlin: ¿Qué? ¿Es gay?
-Nia: Sí - dije, aún incrédula- No sé como no me dí cuenta
-Caitlin: Yo... no sé que decir, siento que te hayas llevado una desilusión
-Nia: Estaba dispuesta a acostarme con él. Y ahora qué sé cuál es su orientación sexual me siento súper avergonzada. Me desnudé y me tiré sobre él, como una loca... No creo que pueda recuperar mi dignidad
-Caitlin: Nia... no te tortures más. Eres una mujer atractiva y muy inteligente. Estoy segura de que encontrarás al hombre adecuado para ti. O, quien sabe, igual ya estás destinada a estar con alguien
-Nia: Sí, destinada a estar contigo - reí- Porque sino, no sé con quién... Los chicos de la universidad son idiotas. Yo necesito un hombre Cait, y para uno que conozco resulta que es gay. A estas alturas no dejaremos de ser vírgenes en la vida
-Caitlin: No seas dramática Nia. Además, no deberías preocuparte por eso. ¿Prefieres estar segura o acostarte con cualquier gilipollas?
-Nia: No, no quiero acostarme con cualquier gilipollas. Pero quiero tener sexo Cait, quiero probar que se siente. Necesito experimentarlo
-Caitlin: Ya, si te entiendo. Pero...
-Nia: ¿Acaso tu no quieres hacerlo? ¿No te gustaría conectar con alguien y que te penetrara duro, embistiéndote bruscamente y haciéndote gemir como una loca?
-Caitlin: Pues... conectar con alguien sí. Pero eso de que me penetren duro... pues como que no lo veo
-Nia: Joder, perdona. A veces puedo ser un poco bruta. Es que lo tuve tan cerca que...
-Caitlin: Lo sé. Pero no deberías tener prisa, ya llegará tu momento
-Nia: Eso es justo lo que me dijo Kara anoche cuando se lo conté, que no tenía que tener prisa, que ya llegaría. Incluso se puso ella misma de ejemplo, que no ha estado con ningún hombre en años
-Caitlin: ¿Ves? Si tu hermana puede vivir sin sexo ¿Por qué no vas a poder esperar un poco?
-Nia: Sí, sexo no tendrá, pero bien que se masturba como una loca. Que me la encontré esta mañana en la ducha - dije, molesta
-Caitlin: Bueno Nia, creo que eso lo hacemos todas. Supongo que debió de ser incomodo, pero no deberías molestarte con ella por eso
-Nia: No, si ella está en todo su derecho de disfrutar de los placeres de la auto-satisfacción, pero que no me vaya dando lecciones sobre abstinencia sexual
-Caitlin: Bueno, no le des más vueltas y vámonos a clase. No quiero llegar tarde
Hice caso a Caitlin y entramos en clase, pero no podía concentrarme. No dejaba de pensar en lo que pasó anoche con William. Me moría de la vergüenza, no sé cómo podría volver a mirarle a la cara. Aunque igual no tenía por qué hacerlo. Pero me apetecía mucho ver las fotos, para ver qué tal habían quedado.
A lo mejor podría hablar con Andrea, para qué interceda por los dos. Que él le lleve las fotos y después me paso por su agencia para echarles un vistazo. Aunque estaría siendo muy infantil y lo último que quiero es darle la razón a William, y que crea que realmente soy una cría.
Al final lo mejor era dejar de darle tantas vueltas y enfrentar el problema. Tenía que volver a encontrarme con él, aclarar las cosas y seguir con nuestras vidas como dos personas adultas.
LENA
Estaba en mi habitación, esperando mientras mi hermana hablaba con la Dra. Danvers, preocupada por lo que podría pasar, pues tenía la sensación de haber hablado de más.
Pero ya no podía hacer nada, solo me quedaba esperar que lo de ayer no tuviera consecuencias. Cuando entró, parecía tranquila.
-Kara: Buenos días Luthor ¿Cómo se encuentra hoy?
-Lena: Bien... - dije, aliviada de verla- ¿Todo bien con Sam?
-Kara: Sí, su hermana estaba preocupada por usted, por lo que ocurrió ayer
-Lena: Lo siento. No debí decirle nada... no quiero que tenga problemas por mi culpa
-Kara: No pasa nada, está todo aclarado. Además, usted no tuvo la culpa, fui yo la que... ya sabe. Me disculpé con su hermana por mis formas y le expliqué que en ningún momento tuve malas intenciones, ni quise hacerle sentir incómoda. Y, por supuesto, le dejé bien claro que no volverá a ocurrir
-Lena: Yo... quiero disculparme por lo que hice. No debí besarla. Supongo que malinterpreté las señales y me confundí. Lo siento - dije, aunque en el fondo no lo hacía
Me gustó besarla y la besaría mil veces más si pudiera.
-Kara: No, soy yo quién le debo una disculpa Luthor. Por lo que hice y por cómo reaccioné después. No la traté muy bien y respecto a lo que le dije sobre su... - dijo, señalando mi entrepierna- Fue muy inapropiado y estuvo totalmente fuera de lugar. Debí haber tenido más en cuenta sus sentimientos, lo lamento
-Lena: No se preocupe
Lionel me despreció demasiadas veces por mi condición, así que ya estaba acostumbrada. Pero reconozco que cuando lo hizo la Dra. Danvers me dolió.
-Kara: Una vez aclarado todo esto, podemos empezar con la sesión sí le parece bien
-Lena: Sí, está bien
-Kara: Empecemos por su hermana, hoy ha venido a visitarla después de mucho tiempo sin hacerlo. ¿Cómo se siente al respecto?
-Lena: Pues... me gustó tenerla aquí. La echaba de menos
-Kara: Tengo entendido que los primeros meses venía a visitarla con frecuencia. ¿Es así? - pregunto y yo asentí- ¿Por qué dejó de hacerlo?
-Lena: Por Lionel, él se lo prohibió con amenazas. Cuando me encerraron aquí la reputación de la familia Luthor se vio afectada negativamente. Supongo que le preocupaba que las visitas de mi hermana continuasen alimentando los rumores
-Kara: ¿Y qué tipo de relación tienen Lionel y su hermana?
-Lena: No la odia cómo me odia a mí, pero su relación también es bastante mala. Yo siempre fui la vergüenza de Lionel debido a mi condición. Pero cuando Sam se quedó embarazada ella también se convirtió en una decepción para él. Incluso la obligó a abortar, pero yo se lo impedí. Ya lo hizo una vez y no podía permitir que volviera a hacerlo
-Kara: ¿Qué quiere decir con que ya lo hizo una vez? ¿Su hermana se había quedado embarazada anteriormente?
-Lena: No, yo... ¿Podríamos saltarnos estas preguntas? Preferiría no hablar sobre ese tema, si no le importa
-Kara: Si, no se preocupe - dijo, haciendo una anotación en su libreta- Ahora que sé cómo es su relación con Lionel me gustaría saber que tal con Lillian. ¿Podría decirme cómo es la relación con su madre? Tengo entendido que ella tampoco ha venido a visitarla en todo este tiempo
-Lena: Para mi madre siempre fui una causa perdida. La única vez que creo que tuvo esperanzas en mí fue cuando salí con Diana. Pero una noche, mientras teníamos sexo, se me fue de las manos y lo estropeé. Y Lillian se dio por vencida conmigo
-Kara: Entiendo que se refiere al accidente por el que está aquí en Kandor ¿Es así? - dijo, intentando ser suave.
-Lena: ¿El homicidio? - pregunté.
La mayoría de psiquiatras evitaban mencionar ese término.
-Kara: Sí... Me gustaría saber, ¿Fue un accidente o intencionado?
-Lena: Bueno, aquella noche estrangulé a una mujer hasta asfixiarla - dije, como si nada
Aunque lo cierto es que me importaba, me importaba mucho. Y aún me dolía.
-Kara: ¿Y cómo se siente al respecto?
-Lena: No hay un solo día qué no me arrepienta de lo que hice. Esa mujer me importaba y ojalá las cosas hubieran sido diferentes. Pero ocurrió, y ya no hay vuelta atrás
-Kara: De acuerdo Luthor, creo que por hoy hemos terminado - dijo, haciendo unas anotaciones - Seguimos mañana ¿De acuerdo?
La Dra. Danvers salió por la puerta, y me tumbé sobre la cama mirando al techo. Me quedé pensando durante un rato y no pude evitar recordar lo que pasó aquella noche con Diana.
**FLASHBACK**
Sábado, 15 de septiembre de 2018
Estábamos de vuelta en el apartamento, acabábamos de cenar en un restaurante para celebrar una de las mejores noticias, pero no llegamos al postre.
Diana metió su mano en mis pantalones y empezó a acariciar mi miembro por debajo de la mesa hasta conseguir una erección.
Era una desvergonzada, pero a mí me ponía muchísimo su espontaneidad. Después de follar escandalosamente en los aseos nos echaron de allí.
Así que tuvimos que venir corriendo al apartamento para continuar con la celebración.
Nada más cruzar la puerta empezamos a desnudarnos mutuamente mientras nos besábamos y acariciábamos con deseo. Y, cuando la dejé en ropa interior, la empujé sobre la cama.
Me tiré sobre ella y recorrí todo su cuerpo, besando cada centímetro de su piel, mientras terminaba de desnudarla.
Mordí su cuello, mientras rozaba mi cuerpo con el suyo y deslicé mi lengua hasta sus pezones, que lamí y mordisqueé, notando cómo su cuerpo se estremecía debajo de mí.
Estaba pidiéndomelo a gritos, así que no perdí más tiempo, coloqué mi miembro en su entrada y la penetré con fuerza, empujando hasta el fondo, haciéndola gemir.
Sujeté sus muñecas y comencé a embestirla con ganas, mientras se retorcía y gemía de placer.
Subí el ritmo y continué embistiendo hasta qué Diana gritó, llegando al orgasmo y yo me salí para correrme sobre sus pechos desnudos.
Me volvía completamente loca empaparla de mí y sus caras de placer reflejaban que ella también disfrutaba al sentir el calor de mi semen deslizándose por su piel.
Después me tumbé junto a ella, para recuperarme. Pero enseguida me buscó, pidiéndome más.
-Diana: Fóllame otra vez.... - suplicó, mientras comenzaba a estimular mi miembro - Por favor... reacciona. Necesito más... - dijo, llevándoselo a la boca, lamiéndolo
-Lena: ¡Oh, joder! - jadeé
Me encantaba sentir su lengua y las ganas que le ponía para provocarme otra erección. Su desesperación me excitaba sobremanera.
Cuando consiguió su objetivo, se colocó sobre mi miembro y se lo introdujo bruscamente, soltando un gemido. Después empezó a moverse rítmicamente mientras acariciaba mis pechos, haciendo que me retorciera de placer. Pero lo mejor es cuando se inclinó para lamer y mordisquear mis pezones mientras seguía moviéndose sobre mí, disfrutando de mi erección.
Diana era la mujer perfecta, con quién sabía que algún día me casaría y formaría una familia. Aunque el bebé llegaría primero.
Empezó a moverse, cada vez más rápido, y yo sujeté sus caderas para acompañar sus movimientos. Estaba muy excitada, gimiendo a voces, a punto de llegar al orgasmo. Y cuando la escuché gritar no lo aguanté más y me vine, acompañándola.
Me encantaba correrme sobre sus pechos, pero venirme en su interior también era una fantasía. Y tenía que aprovechar, ahora que podía hacerlo.
Estábamos de celebración, así que apenas me recuperé la levanté a horcajadas y la empotré contra la pared, penetrándola a lo bestia.
Diana me había dicho que estaba embarazada y yo no podía ser más feliz, así que me dejé llevar por la emoción del momento.
Ella se sujetó a mí, rodeándome con sus brazos y piernas y yo empecé a embestirla con ganas. Sentí sus uñas clavándose en mi espalda y mi excitación se disparó. Así que seguí penetrándola con todo mi empeño, haciéndola gozar como si no hubiera mañana, follando como dos salvajes.
Nos dejamos llevar por la excitación y, en un impulso, sujeté su cuello, apretando fuerte. Continué con las embestidas, esforzándome por darle el máximo placer mientras oprimía su garganta. A Diana le encantaba que lo hiciera, decía que exponer su cuerpo al límite disparaba su excitación y que la adrenalina le permitía disfrutar más del sexo.
Hasta que empezó a golpearme, pidiéndome que parase. Pero no lo hice. A mí me excitaba tanto como a ella, así que simplemente la ignoré y seguí. Además, sabía que eran reacciones involuntarias de su cuerpo luchando por sobrevivir, ya lo habíamos hecho otras veces y nunca pasó nada.
Continué penetrándola con ganas hasta que no lo aguanté más y cuando la sentí a punto de desmayarse llegué al orgasmo, derramándome en su interior.
Entonces noté que Diana había perdido la consciencia y la solté, haciéndola caer al suelo. Ya se había desmayado otras veces, pero cuando me arrodillé junto a ella me di cuenta de que no respiraba y me asusté mucho. Traté de reanimarla, pero no lo conseguí.
Así que llamé a una ambulancia de inmediato y me vestí mientras esperaba que llegase la ayuda.
Cuando llegaron abrí la puerta y los paramédicos entraron.
-Paramédico: ¿Dónde está la mujer?
-Lena: Allí, está inconsciente en el suelo - dije, señalando- Por favor, ayúdenla, no respira
-Paramédico: ¿Qué ha pasado? - dijo, acercándose a ella - ¿Por qué está desnuda?
-Lena: Estábamos teniendo sexo y... bueno, nos divertíamos hasta qué la situación se descontroló y perdió la consciencia - dije, un poco nerviosa
-Paramédico: Esta bien, apártese - dijo, atendiéndola. La examinó, mientras su compañero le hacía un masaje cardiorrespiratorio - ¿Y el hombre? - dijo, mirándome - ¿Dónde está?
-Lena: ¿Qué?
-Paramédico: ¿Dónde está el hombre?
-Lena: Estábamos solas, no hay nadie más - dije, un tanto incomoda
-Paramédico: Señorita, esta mujer tiene marcas en el cuello y hay semen por todas partes. Estoy seguro de que fue forzada en contra de su voluntad
-Lena: ¿Qué? ¡No! Ella consentía, solo fue un accidente...
-Paramédico: No me importa como ocurriera. Necesito saber dónde está el hombre que le hizo esto. Así que si está encubriendo a alguien no lo haga, porque también es un delito
-Paramédico 2: ¡Ayúdame, no consigo hacer que vuelva!
-Lena: No... por favor...
-Paramédico: Déjame a mí - dijo, continuando con la reanimación - ¡Vamos! ¡Reaccione! - dijo, golpeando su pecho. Pero después de un rato intentando reanimarla sin éxito me dieron la peor noticia - Lo siento mucho... la hemos perdido
-Lena: No... - dije, derrumbándome
Caí al suelo, completamente destrozada y empecé a llorar desconsoladamente.
Cuando certificaron su muerte los paramédicos me hicieron algunas preguntas mientras esperaban autorización para el levantamiento del cadáver. Estaban convencidos de que Diana había sido víctima de un trío que se nos fue de las manos y querían saber dónde estaba el hombre, para acusarle de su muerte.
Habría sido una oportunidad perfecta, que podría haber aprovechado para salvarme de acabar en prisión. Pero tenía que ser responsable, y era mi deber cargar con la culpa. Además, con mi semen por todas partes no habrían tardado en venir a buscarme.
Me quedé completamente en shock. Era el día más feliz de mi vida y en un suspiro se había convertido en el más triste. Cuando Diana me dio la noticia de su embarazo me hizo la mujer más feliz y tener un futuro a su lado era lo que más deseaba.
Pero ese futuro nunca existirá, pues esta noche se me escapó entre los dedos. Esos mismos dedos qué oprimieron su garganta hasta asfixiarla y que tuvieron la culpa de que ella ya no esté aquí. Ni ella, ni el hijo que esperaba.
En un suspiro había matado a mi novia y al bebé que tenía en su vientre. Era la segunda vez en mi vida que perdía a un bebé.
Lionel me arrebató esa posibilidad cuando solo tenía quince años y siempre le odiaré por ello. Pero esta vez no podía culparle a él, pues fui yo quien acabó con su vida. Y aún no era capaz de asimilar como el mejor día de mi vida se había convertido, en cuestión de segundos, en el peor.
En un día que sería incapaz de olvidar y con el que tendría que vivir el resto de mi vida.
Cuando llegó la policía confesé lo sucedido y me declaré culpable.
Al principio no me creyeron y tuve que bajarme los pantalones para demostrar que decía la verdad.
Fue una situación incómoda y muy vergonzosa para mí, porque sentí que todos me juzgaron.
Después hubo un juicio, más mediático de lo que a Lionel le hubiera gustado, y me culparon de violación y homicidio imprudente. Me acusaron de forzar a mi propia novia y llegaron a la conclusión de que debido a mi trastorno fui incapaz de frenar mis impulsos sexuales.
Si no llega a ser porque me diagnosticaron la adicción al sexo hacia unos años habría acabado en una prisión corriente. Al final le iba a tener que dar las gracias a Lionel por haberme arrastrado a aquella consulta cuando tenía veintidós.
Después de declararme culpable la noticia del homicidio corrió como la pólvora, dañando la reputación de la familia Luthor y Lionel no lo soportó.
Decidió que ya no formaría parte de la familia y quiso cortar cualquier vínculo conmigo, así que me desheredó. Y el apellido Luthor es lo único que me quedó de ese miserable.
**FIN FLASHBACK**
KARA
La sesión con Luthor había sido bastante interesante, pude profundizar un poco más en su relación familiar. La visita de su hermana también me ayudó a encontrarla más receptiva a mis preguntas y la noté más cercana.
Me gustó saber qué a pesar de ser la pequeña siempre defendió a su hermana mayor y que cuando ésta se quedó embarazada la protegió de Lionel. Aunque me resultó extraño cuando mencionó el otro embarazo. Me habría gustado saber más, pero cuando vi que no quería hablar del tema no quise presionarla, así que no insistí.
Imaginé que su hermana se habría quedado embarazada anteriormente y su padre la obligó a abortar. Por eso Luthor decidió protegerla, para que su padre no volviera a salirse con la suya.
No me quiero imaginar lo mal que lo debió pasar. Un embarazo adolescente no es lo ideal, y mucho menos si no puedes contar con el apoyo de tus padres.
Por suerte la relación entre ambas hermanas era buena y pudieron apoyarse mutuamente. Me gustaba descubrir estas cosas de Luthor, ya que hacían que la viera más humana.
En cuanto al homicidio, aunque intentó hacerse la fuerte también pude sentir lo mucho que le afectó la pérdida de esa mujer. Cuando habló de ella sentí su dolor y con lo que me contó su hermana estaba casi convencida de que lo que ocurrió fue un accidente.
Estaba decidida a curarla de su adicción al sexo, pero si tenía que ayudarla a canalizar esos sentimientos también estaba dispuesta a hacerlo.
Como su psiquiatra debía velar por el bienestar de mi paciente, así que haría lo posible por ayudarla a superar la muerte de Diana.
Estaba en la sala de descanso tomando unas notas cuando entró la Dra. Quinzel.
-Dra. Quinzel: ¿Cómo está Dra. Danvers? ¿Qué tal le fue el turno de noche?
-Kara: Bien. Fue una noche tranquila, justo como me comentó
-Dra. Quinzel: Me alegro, porque quería proponerle que hiciera el turno de noche la próxima semana. Aún tengo que cuadrar horarios, pero en principio solo serían un par de días, quizás tres
-Kara: Sí, como le dije estoy acostumbrada a las guardias del hospital. Así que no me supone ningún problema
-Dra. Quinzel: Perfecto, pues cuento con usted entonces. ¿Qué tal le va con sus pacientes? ¿Solucionó sus diferencias con Luthor? ¿O sigue con intención de solicitar un cambio de paciente?
-Kara: No, no será necesario. Ya hablé con ella y me hice respetar
-Dra. Quinzel: Me alegro, sabía que usted podría hacerse con ella, no tenía la menor duda. Por cierto, hoy estuvo de visita la señora Luthor-Edge ¿No?
-Kara: Sí, y parece que eso la animó bastante. Espero que pueda venir más a menudo
-Dra. Quinzel: Sí, las visitas siempre ayudan
-Kara: Además, escuché a su hermana decirle que intentaría traer a su hija Ruby algún día
-Dra. Quinzel: Eso suena muy bien. Y bueno ¿qué tal con Matthews?
-Kara: Bien, le ajusté la medicación y ahora parece que va mejor. También he tenido varias charlas con él y de momento bien. No he tenido ningún problema
-Dra. Quinzel: Me gusta saber que va todo bien con sus pacientes
-Kara: Sí
-Dra. Quinzel: En cuanto a eso, quería hablarle sobre Kane
-Kara: ¿Kane?
-Dra. Quinzel: Sí, su otra paciente. No me diga que ya se olvidó de ella
-Kara: No no, en absoluto. Solo es que... no me esperaba conseguir la autorización tan pronto
-Dra. Quinzel: Pues sí, ya tengo sus credenciales de acceso al área de máxima seguridad - dijo, dejándolas sobre la mesa - Podrá visitarla a partir de la próxima semana
-Kara: Perfecto
-Dra. Quinzel: Estupendo señorita Danvers. En cuanto al turno de noche mañana le diré qué días tendrá que quedarse ¿De acuerdo?
-Kara: Vale
En ese momento entró Winn.
-Winn: Dra. Quinzel, la están buscando en la sala multiusos
-Dra. Quinzel: Bueno Dra. Danvers, tengo que dejarla - dijo, levantándose- Si necesita cualquier cosa ya sabe dónde encontrarme, Y recuerde que también puede preguntarle al enfermero Schott
-Kara: Gracias
Cuando la Dra. Quinzel se marchó Winn se sentó conmigo.
-Winn: ¿Cómo estás Kara? ¿Qué tal lo llevas?
-Kara: Bien, adaptándome a los cambios. Pero me gusta, estoy a gusto en Kandor
-Winn: ¿Y qué tal con Luthor? ¿Ha vuelto a... ya sabes? - dijo, mirándose la entrepierna
-Kara: No, por suerte. Pero bueno, ya aclaramos eso. No volverá a ocurrir
Winn sabía que Luthor me había propuesto tocar su miembro y de hecho me salvó de esa situación. Pero lo que no sabía es que al día siguiente yo fui la que le pedí que se bajase los pantalones y me acerqué a tocárselo. Pero preferí que siguiera sin saberlo.
Además, no podía decirle que había disfrutado haciéndolo, ya bastante incomodo era para mí sentirme así. Incluso estuvo a punto de costarme mi puesto de trabajo.
Si la señora Luthor-Edge hubiera hablado con la Dra. Quinzel antes de hablar conmigo probablemente a estas horas ya estaría despedida.
Mi comportamiento estuvo completamente fuera de lugar y no podía justificarlo de ningún modo. De milagro su hermana me creyó, aunque sabía que seguiría sospechando, por lo que debía intentar mantenerme al margen y actuar de la manera más profesional posible con Luthor.
-Winn: ¿Sabes lo que me pasó esta mañana?
-Kara: ¿Qué?
-Winn: Cuando fui a llevarle la medicación a Luthor tuvo una erección y...
-Kara: Te quedaste mirándola, seguro
-Winn: No. Bueno, también. Pero ella me preguntó si quería tocársela
-Kara: ¿También a ti? Parece que esa mujer no pierde el tiempo - dije, un tanto molesta - ¿Y lo hiciste? - pregunté, esperando que dijera que no
-Winn: No, que va. Eso no hubiera estado bien
-Kara: Pues sí, no habría sido ético
Ojalá yo hubiera tenido tu fuerza de voluntad.
-Winn: Escuché qué vas a hacer el turno de noche otra vez
-Kara: Sí. ¿Y también escuchaste que la próxima semana conoceré a Kane?
-Winn: ¡Ah, no! Eso no lo escuché. Vaya, vas a conocer a Alicia -sonrió- ¡Te encantará!
-Kara: ¿Sí? Yo no estoy tan segura de eso. No sé, me asusta que pueda ser peligrosa
-Winn: No, tranquila. Alicia habla mucho, pero muerde poco. Bueno, es una asesina psicópata. Pero obviando ese detalle es una mujer bastante normal
-Kara: Gracias Winn, me quedo mucho más tranquila - dije, ironizando
-Winn: De todos modos, está en máxima seguridad, no debes preocuparte por eso
-Kara: Este fin de semana echaré un vistazo a su informe, así podré prepararme mejor para cuando le haga la primera visita
-Winn: Bueno, tengo que seguir con el trabajo. ¿Nos vemos mañana? Imagino que estarás a punto de irte
-Kara: ¡Es verdad! - dije, mirando el reloj- Es increíble como este sitio me hace perder la noción del tiempo. Me absorbe completamente
-Winn: Sí, es el efecto Kandor - dijo, riéndose
-Kara: Nos vemos mañana Winn - dije, levantándome y saliendo
Salí de la prisión y me subí al coche, directa a mi apartamento.
Cuando llegué, abrí la puerta y me asusté al ver a Alex. Estaba sentada en el sofá, con una cerveza.
ALEX
Estuve toda la mañana dándole vueltas a la cabeza y seguía sin creerme que Maggie se hubiera olvidado de nuestro aniversario.
Ella siempre se acordaba de todo, nunca se olvidaba ninguna fecha importante. Así que no entendía cómo a dos días de cumplir cinco años de relación no había hecho mención al tema, ni siquiera una insinuación.
Cuando terminamos de trabajar dejé a Maggie en casa y me vine al apartamento de mis hermanas. Utilicé mi llave para emergencias y entré, saqué una cerveza del frigorífico y me senté en el sofá a esperarlas. Necesitaba tener una charla con ellas, no me importaba sí era Kara o Nia. La primera que entrase por esa puerta sería la elegida para escuchar mis dramas. Aunque esperaba que fuese Kara.
De pronto entró, y se asustó.
-Alex: Lo siento, no pretendía... - dije, levantándome- Entré con mi llave
-Kara: Tranquila, es sólo que no te esperaba. ¿Qué haces aquí? ¿Y Maggie?
-Alex: De eso quería hablarte
-Kara: ¿Qué ha pasado Alex? - dijo, soltando sus cosas y acercándose a mí - ¿Habéis vuelto a discutir por...?
-Alex: No, no ha sido por eso - interrumpí- Siéntate - dije, haciéndole un gesto - Sabes que dentro de dos días es nuestro aniversario ¿verdad?
-Kara: Sí claro, cinco años no se cumplen todos los días
-Alex: Sí, eso mismo pensé yo. El caso es que creo que Maggie se olvidó
-Kara: ¿Qué dices? ¡Eso es imposible!
-Alex: No lo sé, esta mañana estábamos tomándonos un café y le pregunté si quería hacer algo especial este fin de semana. Me dijo que estaba cansada y que prefería quedarse en casa
-Kara: Bueno, que no tenga ganas de salir no quiere decir que se haya olvidado de vuestro aniversario. Conozco a Maggie y su capacidad para recordar fechas es increíble, es prácticamente cómo un calendario humano
-Alex: Ya, pero...
-Kara: Alex, mírame. Estamos hablando de Maggie ¿Cómo va a olvidarse de que hacéis cinco años de relación?
-Alex: ¿Y por qué no me ha dicho nada?
-Kara: No lo sé, ¿Y por qué no se lo has dicho tú?
-Alex: Bueno, esta mañana se lo insinué. Pero creo que no se dio ni cuenta
-Kara: Pues díselo directamente. Creo que tenéis la suficiente confianza para hablarlo. Siempre lo habláis todo
-Alex: Ya...
-Kara: Por cierto, respecto al otro tema. ¿Habéis vuelto a hablar sobre tener hijos?
-Alex: No... y no porque no tenga ganas de hacerlo. Pero tengo miedo de su respuesta. Las veces que hemos hablado sobre el tema Maggie siempre me dice lo mismo. No sé, cada vez tengo menos esperanzas de que algún día cambie de idea
-Kara: Alex... - dijo, sujetando mis manos- Sé lo mucho que deseas ser madre y no creo que debas seguir retrasándolo. Si ella no quiere tener hijos...
-Alex: Lo sé. Pero es que no creo que pueda vivir sin Maggie
-Kara: ¿Y renunciar a ser madre? ¿Crees que podrías?
-Alex: Tampoco... Es lo que más deseo en esta vida
-Kara: Exacto. Incluso aunque al final lo hicieras, que lo dudo mucho, sé que te arrepentirías siempre de tu decisión
-Alex: Joder, por qué tiene que ser todo tan complicado e injusto. ¿Por qué tengo que elegir entre Maggie o ser madre? - suspiré
-Kara: La vida no es justa, Alex - dijo, abrazándome - Te quiero, y solo quiero lo mejor para ti. Este fin de semana es el recordatorio de que llevas cinco años compartiendo tu vida con Maggie. Solo pregúntate ¿Cuántos años más vas a seguir retrasando tu deseo de ser madre por estar con ella?
-Alex: Pero... es Maggie... - dije, empezando a llorar
-Kara: Lo sé, sé lo mucho que la quieres, todas la queremos - dijo, secando mis lágrimas- Pero tienes que tomar una decisión y hacer lo que te haga feliz, aunque duela.
-Alex: Kara, no creo que sea capaz de dejarla marchar... Sólo de pensar en la idea de perderla se me rompe el corazón
-Kara: Eres una mujer fuerte, Alex, y sé que serás capaz de superar el dolor de una ruptura. Pero no creo que puedas soportar el dolor que sentirás si renuncias a tu deseo de ser madre. Siempre quisiste formar una familia y si renuncias a eso nunca serás feliz
Las palabras de Kara se me clavaron como puñales y, aunque era muy duro de escuchar, tenía razón.
Maggie podría ser la mujer de mi vida, pero siempre tuve claro que quería ser madre y sí ella no quería tener hijos conmigo no veía cómo podría encajar en mis planes. Tenía que tomar una decisión, aunque sea la más difícil de mi vida.
-Kara: Alex... quiero que sepas que decidas lo que decidas te apoyaré
-Alex: No sé qué hacer Kara...
-Kara: Creo que sí lo sabes... - dijo, mirándome fijamente a los ojos- Deberías hablar con Maggie y sincerarte con ella. Creo que es el momento de ser valiente y enfrentarte a una realidad que llevas demasiado tiempo intentando evitar...
En ese momento Nia entró por la puerta, interrumpiéndonos. Aunque la conversación no hubiera dado mucho más de sí, pues estaba todo bastante claro. Ahora sólo tenía que echarle valor y sincerarme con Maggie. Y, sí ella seguía pensando igual acerca de no tener hijos, entonces tendría que dar el paso y tomar la decisión de separarnos, aunque eso me destrozara.
NIA
Entré en el apartamento y me encontré con Kara y Alex, que estaban hablando en el sofá.
Me fijé y parecía que Alex había estado llorando. Pero preferí no preguntarle, pues últimamente solo lloraba por una cosa. O, mejor dicho, por una persona.
-Kara: Hola Nia, llegas pronto
-Nia: Sí, hoy no me apetecía quedarme en la biblioteca
-Alex: Hola peque ¿Qué tal llevas las clases?
-Nia: Bien. Ayer tuve un examen y lo bordé. Y también me dieron las calificaciones de un par de trabajos que hice esta semana y saqué un sobresaliente en ambos
-Alex: No esperaba menos de ti
-Kara: Por cierto, ¿Estas mejor?
-Nia: Sí
-Alex: ¿Mejor? - preguntó, mirándome
-Nia: No es nada, sólo que el estrés del examen me tuvo un par de días sin dormir y estuve teniendo problemas para concentrarme - dije, para no preocuparla. No podía decirle lo que había pasado con William - Pero ya estoy mucho mejor
-Alex: Me alegro, por un momento me habías preocupado
-Kara: Tranquila Alex, nuestra hermana pequeña sabe cuidarse bien. ¿Verdad, Nia? - dijo, mirándome
-Nia: Sí. Alex ¿Te quedas a cenar?
-Alex: Sí no os importa...
-Kara: Claro que no nos importa, quédate. Pero llama a Maggie para avisarle. No quiero que se preocupe
-Nia: Bueno, pues me voy a dar una ducha. Ahora salgo - dije, entrando en mi habitación. Saqué la ropa limpia y después me metí en el baño.
Entré en la ducha y dejé que el agua caliente recorriera mi cuerpo por más de quince minutos. Después salí y mientras me estaba vistiendo alguien llamó a la puerta.
-Kara: Soy yo ¿Estás visible?
-Nia: Sí Kara, pasa - dije, y ella entró - Por cierto ¿Qué le pasa a Alex? Al entrar me pareció que había estado llorando. ¿Es por Maggie, otra vez?
-Kara: Sí - suspiró- Creo que Alex está pensando en dejarlo con Maggie
-Nia: ¿Qué?
-Kara: Sí, y creo que ahora va en serio
-Nia: ¿Maggie sigue sin querer hijos?
-Kara: Sí...
-Nia: Vaya... ¿No hacían cinco años este fin de semana? Alex debe de sentirse fatal
-Kara: Sí. Estuve hablando con ella esta tarde y está destrozada por tener que elegir entre el amor de su vida o ser madre, algo que para ella es muy importante. Alex es incapaz de separarse de Maggie, la quiere demasiado. Pero es que no puede seguir retrasando lo inevitable
-Nia: Ya... Alex nunca renunciaría a ser madre
-Kara: Por eso. Quería avisarte para que tengas tacto con ella. Está bastante delicada y ahora más que nunca necesitará el apoyo de sus hermanas. Decida lo que decida su decisión la destrozará, así que necesitará todo nuestro cariño
-Nia: Cuenta con ello Kara. Déjame encargarme de la cena, prepararé el plato favorito de Alex. A ver si así consigo animarla un poco
-Kara: Me parece buena idea. Bueno, voy a dejar que termines y ahora entraré yo. No quiero que Alex esté sola
-Nia: Vale, no tardo
Cuando entré por la puerta y vi que Alex había estado llorando imaginé que habría vuelto a discutir con Maggie, pero no le di mucha importancia porque siempre acaban arreglándolo. Pero esto que me había contado Kara no me lo esperaba. Aunque entendía a Alex, ella siempre acababa cediendo con Maggie y en algún momento tenía que ponerse seria.
Su deseo de ser madre era tan fuerte que no le quedaba otra opción que renunciar al amor de su vida. Y eso me parecía muy injusto.
No podía dejar de pensar en que ojalá Maggie se despertase un día queriendo formar una familia con mi hermana. Pero Kara tenía razón, si no lo había hecho ya Alex no podía seguir retrasándolo.
-Nia: ¡Kara! - dije, saliendo- Ya puedes entrar a la ducha
Cuando Kara entró, me senté junto a Alex y la abracé. Quería que supiera que lo sabía y que la apoyaría en todo. Ella correspondió mi abrazo, apretándome fuerte.
-Nia: Hoy me encargaré yo de la cena. ¿Qué te apetece? Eliges tú
-Alex: No tengo mucha hambre...
-Nia: Entonces tendré que prepararte una cena que no podrás rechazar
Me levanté y me fui a la cocina a preparar la cena mientras Kara terminaba de darse la ducha. Me puse a freír alitas de pollo y olía tan bien que sabía que Alex no podría resistirse. Después las recubrí con la salsa y las puse en una bandeja de horno, para darles el último toque y que quedasen muy crujientes.
-Nia: En diez minutos estarán listas - dije, cuando Kara salió
-Kara: Genial Nia, huelen muy bien
-Nia: Vigila el horno. Voy un momento a mi habitación
Entré en mi habitación y escuché mi móvil, me acerqué y vi que era William. Pero no tenía ganas de hablar con él, así que no contesté.
Al rato recibí un mensaje suyo.
William: Nia, solo quería avisarte de que ya tengo tus fotos. Si puedes, me gustaría que te pasaras mañana por la agencia para verlas.
Dudé un par de segundos y le contesté.
Nia: Gracias por avisarme, si tengo tiempo me pasaré.
No quería sonar seria, pero prefería mantener las distancias con él. Y más después de lo que había pasado o, mejor dicho, lo que no había pasado, entre nosotros.
Salí y Kara estaba poniendo la mesa. Así que me acerqué al horno y saqué la bandeja con cuidado, llevándola a la mesa. Después saqué un par de cervezas del frigorífico y llené una jarra con agua fría para Kara.
-Nia: Ten, Alex - dije, acercándole la cerveza- La cena de hoy va por ti. Alitas estilo buffalo, muy picantes. Como a ti te gustan - sonreí
-Alex: Gracias Nia - dijo, probando una - Están increíbles, como siempre. Y gracias a ti también Kara - dijo, girándose- Por la conversación
-Kara: No hay de qué Alex, yo solo quiero lo mejor para ti. Siento sí fui muy directa contigo
-Alex: Tranquila, tienes razón. Tengo que hablar con ella, no debo seguir retrasando lo inevitable
-Nia: Bueno, no pienses más en eso y disfruta de la cena, ¿Vale? - dije, intentando que Alex no volviera a derrumbarse
-Kara: Eso, cenamos y vemos una película. ¿Os apetece?
-Alex: No creo que deba, no quiero que se me haga tarde
-Kara: Pues quédate a dormir
-Nia: Si, yo puedo dormir con Kara. Así puedes quedarte en mi habitación - dije, siguiéndole el juego a Kara
Kara y yo conocíamos a Alex y sabíamos que si volvía con Maggie en estas condiciones la noche no acabaría muy bien para ellas.
Así que preferimos convencerla de que se quedase a dormir, para que tuviera tiempo de pensar y que no actuara por impulso.
Al final la convencimos y después de cenar vimos una película, pero apenas llevaba veinte minutos cuando Alex se quedó dormida en el sofá. Así que la despertamos y decidimos irnos a dormir.
Alex se fue a mi habitación y yo me fui con Kara, tal y como habíamos dicho.
-Nia: ¿Crees que estará bien?
-Kara: No lo sé Nia... Ojalá Alex no tuviera que elegir
-Nia: Ya... Espero que puedan hablar entre ellas y arreglarlo
-Kara: Lo dudo. Es decir, no quiero ponerme pesimista. Pero después de tanto tiempo no creo que Maggie vaya a cambiar de opinión
-Nia: No sé Kara, a lo mejor cuando esté a punto de perderla se da cuenta de que no puede vivir sin ella y cede
-Kara: En un mundo perfecto, quizás. Pero esto es la vida real Nia. Ojalá el amor fuera como en las películas. Pero no lo es - dijo, metiéndose en la cama - Y ahora, deberíamos dormirnos, mañana hay que madrugar
-Nia: Si... Que descanses - dije, acurrucándome
Abrí los ojos y Kara no estaba a mi lado. Me levanté y vi que Alex tampoco estaba en la habitación. Me senté a desayunar y al rato apareció.
-Kara: Buenos días Nia - dijo, jadeando - ¿Queda café?
-Nia: Sí
-Kara: Gracias - dijo, bebiendo- Necesitaba un poco de cafeína
-Nia: ¿Hablaste con Alex esta mañana?
-Kara: Poco, no tenía muchas ganas de hablar. Se fue a comisaria y yo salí a correr un rato. Bueno - dijo, mirando el reloj - me voy a dar una ducha rápida y al trabajo
-Nia: Genial, yo cuando termine de desayunar también me iré. Quiero pasarme por la biblioteca para tomar prestados unos libros que nos mandaron leer. Así me evito comprarlos.
-Kara: Pues sí, es una buena idea. Sí me das diez minutos puedo acercarte a la universidad. ¿Me esperas?
-Nia: Sí claro
Mientras Kara se duchaba preparé la mochila con todo lo necesario para hoy y después salí a esperarla. Cuando terminó salimos del apartamento, Kara me dejó en la universidad y se fue a trabajar.
Viernes, 9 de octubre de 2020
MAGGIE
Estaba en el apartamento tomándome el café y pensando en por qué Alex no había venido a dormir a casa. A veces solía quedarse a pasar la noche con sus hermanas, pero era muy raro que lo hiciera entre semana. Aunque toda la actitud de ayer me pareció de lo más rara. Y sospecho que se enfadó porque no quise hacer planes para el fin de semana.
Estaba casi convencida de que Alex pensó que me había olvidado de nuestro aniversario. ¿Pero cómo iba a olvidarme de una fecha tan importante? No entendía cómo podía tener tantas dudas acerca de eso.
Es verdad que no tenía grandes planes para el fin de semana, pero me apetecía hacer algo íntimo para celebrarlo. Cena romántica y puede que un striptease privado para sorprenderla.
Miré el reloj y se me hizo raro que Alex no estuviera ya en casa. Si no venía pronto tendría que irme en transporte público. En ese momento llamaron a la puerta y abrí.
-Maggie: Alex ¿Dónde...?
-Kara: Hola Maggie
-Maggie: ¿Kara? ¿Qué haces tú aquí? ¿Y Alex? ¿Está bien?
-Kara: Sí, tranquila. Alex está bien. Se fue a comisaria temprano
-Maggie: ¿Y eso...? ¿Por qué no pasó a recogerme antes?
-Kara: Maggie...
-Maggie: Espera, Alex sigue molesta por lo de ayer ¿Verdad? Kara, te aseguro que no me olvidé de nuestro aniversario. No sé ni cómo puede tener dudas
-Kara: No es por eso. Bueno, sí, lo pensó. Pero Alex no está preocupada por eso
-Maggie: ¿Y por qué está preocupada? ¿He dicho o hecho algo que le molestase? Sí es así me disculparé con ella en cuanto la vea. No quiero que estemos mal...
-Kara: Creo que deberíais hablar
-Maggie: ¿Qué pasa? Me estás preocupando...
-Kara: Lo siento Maggie, no creo que deba meterme en vuestros asuntos de pareja
-Maggie: Kara, por favor... Dime que pasa con Alex
-Kara: Esta bien, te lo diré porque te aprecio. ¿Tienes diez minutos?
-Maggie: Sí claro, pasa. ¿Quieres un café?
-Kara: No, ya me tomé uno
-Maggie: ¿Qué es lo que pasa?
-Kara: Mejor siéntate, y hablamos tranquilamente
-Maggie: Me estás asustando...
-Kara: Lo siento, no es mi intención. Aunque deberías estarlo, esto que voy a decirte no creo que te guste
Entonces me senté, y tragué saliva, esperando que hablase. Aunque enseguida empecé a sospechar de lo que se trataba. Por desgracia era un tema recurrente en nuestra relación.
-Maggie: ¿Es por su deseo de ser madre, verdad? - interrumpí
-Kara: Sí... para mi hermana tener hijos y formar su propia familia lo es todo, y estando contigo no hace más que retrasarlo. Me siento fatal por tener que decirte esto, porque te tengo cariño. Pero Alex lo está pasando muy mal. Ella te quiere muchísimo, pero también desea tener hijos...
-Maggie: Yo también quiero a tu hermana, Kara. Más que a nada en el mundo - suspiré- Pero no estoy preparada para tener hijos, para formar una familia con ella
-Kara: ¿Y algún día lo estarás?
-Maggie: No lo sé...
-Kara: Pues Alex no puede seguir esperando por algo qué no sabes sí serás capaz de darle. Además, no se lo merece - dijo, seria
-Maggie: Lo sé, y me culpo por ello a diario. Pero no sé cómo gestionarlo. Yo la quiero, de verdad. Pero la simple idea de formar una familia me aterra...
-Kara: Pues si la quieres de verdad lo mejor que puedes hacer por ella es dejarla. Y siento pedirte esto, porque sé que Alex sufrirá. Pero también sé que no soportaría vivir una vida sin niños correteando. Ella no puede renunciar a eso, y tú no deberías permitírselo
Y Kara tenía razón, por mucho que me doliese no podía permitírselo. No podía permitir que Alex renunciase a ser madre por estar conmigo.
Había llegado el momento que tanto había estado temiendo, el momento de renunciar al amor de mi vida para que pudiera encontrar a alguien con quién formar una familia y ser feliz, feliz de verdad.
Al fin y al cabo, de eso se trata el amor verdadero y mi amor por Alex lo es, verdadero e incondicional.
Tanto qué si no puede ser feliz conmigo soy capaz de dejarla marchar para que tenga la oportunidad de ser feliz con otra mujer. Aunque eso me destroce el corazón. Pero yo solo quiero su felicidad, así que era el momento de dejar de ser egoísta y pensar en lo mejor para ella.
-Maggie: Tienes razón, hablare con ella y... sí esto tiene que acabarse lo haré. Tomaré la decisión antes de que empecemos a hacernos más daño
-Kara: Lo siento mucho Maggie
-Maggie: Y yo, pero tengo que ser realista. Nunca podré hacer feliz a tu hermana. Nunca podré darle lo que se merece
-Kara: ¿No hay posibilidad de que te lo pienses, mejor?
-Maggie: Creo que no... ¿Podrías llevarme a comisaria?
-Kara: Sí, claro. De hecho, venía a eso
-Maggie: Gracias, vámonos
Cuando Kara me dejó en comisaria entré y me encontré con una Alex muy seria. El ambiente entre nosotras estuvo muy raro toda la mañana y fue bastante incómodo.
Y yo no podía dejar de mirarla, pensando en lo que estaba a punto de hacer. No podía creerme que nuestra historia de casi cinco años estuviera a punto de terminarse.
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