3- Mi obsesión
Martes, 6 de octubre de 2020
MAGGIE
Cuando desperté Alex ya estaba en la ducha así que aproveché para preparar un par de cafés para llevarnos. Hoy teníamos que estar a primera hora en la comisaria.
Me vestí mientras ella terminaba de ducharse, y después nos fuimos.
Íbamos un poco justas de tiempo así que nos subimos en la moto de Alex, la abracé por detrás y arrancó, saliendo hacia allí a toda velocidad.
Cuando llegamos a comisaría todos nos estaban esperando en la sala de reuniones para el briefing, así que fue un poco incómodo sentirnos observadas por nuestros compañeros, incluido el jefe de policía, John Jones.
Nos disculpamos y nos sentamos detrás. Nuestro jefe de departamento comenzó a hablar, poniéndonos al día. Asignó un par de casos y revisó los avances de otros.
Alex y yo habíamos conseguido resolver nuestro caso hacía un par de días, así que supuse que también nos asignaría otro a nosotras. Y así fue.
Cuando le escuchamos hablar sobre una red de narcotráfico a Alex se le iluminó la cara. Le encantaban ese tipo de casos. Y este parecía complicado, asi que sonaba a reto y a ambas nos gustaban los retos.
Jones nos tendió unas carpetas con toda la información del caso y, cuando terminó la reunión, nos quedamos revisándolas.
Descubrimos que una comisaria de otro distrito ya había intentado desarticular la banda sin éxito, y eso nos gustó, porque sabíamos que sí conseguíamos acabar con esa red de narcotráfico ganaríamos muchos puntos para nuestra comisaria.
Aunque lo mejor era la sensación de satisfacción del trabajo bien hecho. Esa era la mejor recompensa. Y celebrarlo con Alex, por supuesto.
Cada vez que resolvíamos un caso con éxito se ponía tan eufórica qué tenía que liberar todas esas emociones de alguna forma y, la mayoría de veces, lo hacía a través del sexo.
Alex es la mujer perfecta, y es lo mejor que me ha pasado. No me imagino una vida sin ella. Pero de un tiempo a esta parte hay algo que me tiene preocupada.
Mi instinto maternal aún no se despertó, y no sé sí a estas alturas lo hará. Cada vez estoy más convencida de que nunca ocurrirá.
Cuando paseo con Alex y vemos parejas con niños o familias ella siempre sonríe como una idiota. Y cuando nos encontramos con algún bebé se pone de un sentimental que da miedo.
Realmente desea ser madre, y tengo claro que después de mi es una de las cosas que más quiere en esta vida.
Aunque apuesto que lo desea incluso más de lo que me desea a mí, y eso que me adora. Pero sé que, si Alex tuviera que elegir entre ser madre o estar conmigo, definitivamente me dejaría para cumplir su deseo.
Y yo no la culparía, es lo que siempre quiso. Para Alex, ser madre es innegociable y sé que nunca podrá ser completamente feliz hasta que no tenga su propia familia. Incluso tiene claro que quiere tener un mínimo de dos hijos.
Un día le pregunté la razón y me contó que Eliza tardó cinco años en tener a Kara y que durante ese tiempo se sintió muy sola.
Por eso no quería sólo uno, porque ella más que nadie sabía la importancia de tener hermanos.
En cuanto al sexo, siempre se imaginó con dos niñas, pues deseaba que tuvieran la misma relación que tiene ella con Kara.
Cada vez que habla de su hermana se le ilumina la cara, y me encanta verla así. Aunque también adora a su hermana pequeña. Me confesó que cuando llegó Nia lloró de pura emoción, pues nadie se lo esperaba.
Por lo visto Eliza no tenía planeado volver a quedarse embarazada, así que fue una sorpresa para la familia.
La conexión entre las hermanas Danvers era innegable, y adoraba esa parte de Alex, siempre tan cariñosa, tan protectora, tan familiar.... Es bastante lógico que desee ser madre. Ella tiene mucho amor que dar.
Y, de algún modo, yo me siento culpable por no compartir ese deseo con ella. Pero lo que más me preocupa es que Alex sigue pensando que algún día despertará mi instinto y querré formar una familia con ella.
¿Y sí eso no ocurre?
Es algo que no podía quitarme de la cabeza. No todo el mundo quiere tener hijos. ¿Y sí yo soy ese tipo de mujer? ¿Y si nunca quiero formar una familia?
Yo nunca tuve hermanos, así que no tuve la oportunidad de experimentar esa conexión de la que habla Alex.
Sé que no podría vivir sin ella, pero tampoco podría perdonarme por haberle hecho perder el tiempo si después de todo no nos ponemos de acuerdo con esto.
Odiaba los ultimátum, pero Alex lleva ya cerca de un año insistiéndome con la idea de ser madre y yo no puedo seguir evitando la conversación.
No debo. No después de casi cinco años de relación. No se lo merece.
Si nuestros caminos están destinados a ir en direcciones opuestas es mejor separarnos ahora, antes de que podamos hacernos daño.
SAM
Sonó el despertador y me levanté para despertar a Ruby. Después fui a la cocina a preparar el desayuno, café solo para Morgan y leche con cereales para Ruby. Yo preferí no tomarme nada, hoy tengo la cita con la Dra. Danvers en la cafetería.
Cuando Morgan salió de la ducha, se bebió el café de un trago, alcanzó su bandolera del perchero de la entrada y se la colgó en el hombro, saliendo por la puerta sin decir nada.
Al momento salió Ruby, preguntando por él, pero tuve que decirle que salió con prisa y no pudo despedirse.
Ese comportamiento en Morgan era muy habitual, y casi siempre tenía que poner excusas delante de mi hija, para que no sospechase nada.
Mientras Ruby desayunaba fui a darme una ducha rápida y después fuimos a la escuela. La dejé allí y fui a la cafetería de la estación, donde había quedado con la Dra. Danvers.
Me preguntaba cómo sería esa mujer y sobre todo sí sería capaz de curar a mi hermana de su adicción, pues sus últimos médicos no habían conseguido resultados.
Llegué, me senté y pedí un café con leche, esperando reconocerla cuando llegase, ya que no tenía ni idea de cómo es físicamente. Estuve esperándola durante un rato.
Miré el reloj y eran las diez menos cuarto. Esperé un poco más, por si venía con retraso. Y entonces vi a una mujer cruzar la calle, corriendo hacia la cafetería y un tanto sofocada. Supuse que sería ella, así que le hice un gesto con la mano, me miró y se acercó a mí.
-Kara: ¡Hola! ¿Es la señora Luthor-Edge? - dijo, casi sin aliento
-Sam: Sí. ¿Quiere un poco de agua?
-Kara: Si, gracias - dijo, sentándose
-Sam: ¡Un vaso de agua, por favor! - dije, pidiéndoselo a un camarero que pasaba - ¿No quiere un café, o algo?
-Kara: No, mejor no. Ya estoy muy acelerada por la carrera. Siento muchísimo el retraso - dijo, disculpándose - Por alguna razón mi coche no quiso arrancar hoy y tuve que venir en transporte público
-Sam: No se preocupe. Su retraso está justificado - dije, para tranquilizarla - Y dígame Dra. Danvers ¿qué tal se encuentra mi hermana?
-Kara: Pues verá, aún no he tenido la oportunidad de conocerla mucho. Ayer me presenté y... bueno, su comportamiento hacia mí no fue muy apropiado - dijo, un tanto incomoda
-Sam: Vaya, lo siento. Creo que me hago una idea - dije, sonrojándome- Mi hermana siempre fue una seductora nata y bastante directa
-Kara: Sí, es una mujer sin filtros
-Sam: Totalmente - sonreí, mientras el camarero dejaba el vaso de agua sobre la mesa - La describió a la perfección. Lo que me resulta extraño es que hayan decidido que la trate una mujer, conociendo sus gustos. Hasta ahora solo la habían tratado médicos hombres. Pero no me malinterprete, seguro que si la han elegido será porque confían en sus capacidades como psiquiatra
-Kara: Sí, y yo espero no decepcionar a mi jefa. El caso de Luthor me interesa realmente y quiero hacer todo lo posible por ayudarla - dijo, bebiéndose el agua - Y bueno, cuénteme ¿Qué tal se tomó Lionel la homosexualidad de su hermana?
-Sam: ¿Mi padre? Mal. Él siempre se avergonzó de su condición y... bueno, cuando se enteró de que le gustaban las mujeres su reacción fue bastante mala. Se sintió completamente decepcionado. Lena era, según él, la vergüenza de la familia
-Kara: Entiendo. Justo ayer teoricé sobre la posibilidad de que mi paciente tuviera carencias afectivas. Y, a juzgar por lo que me cuenta, parece que no me equivoqué
-Sam: Sí, la relación con nuestro padre nunca fue muy buena, la verdad
-Kara: ¿Y con usted? ¿Cómo se lleva con su hermana?
-Sam: Al principio estábamos muy unidas pero con los años nos fuimos distanciando. Es mi hermana, y obvio que la quiero. Pero digamos que somos muy diferentes. No sé, ahora me arrepiento de no haberla apoyado más - dije, agachando la cabeza
-Kara: No se culpe - dijo, tratando de animarme- También quería saber... leí en su historial que le diagnosticaron su adicción con veintidós años. Pero me preguntaba cuando empezó a experimentar con el sexo y cómo fue su evolución...
-Sam: Pues déjeme pensar... diría que con trece o catorce años. Antes de eso se sentía muy acomplejada por su condición, pues nuestro padre la machacó mucho desde que era pequeña. Tanto que mi hermana siempre trató de ocultarlo
-Kara: Vaya, debió de pasarlo muy mal en aquella época
-Sam: Mucho. Pero cuando llegó a la adolescencia sus hormonas se revolucionaron y empezó a experimentar con su cuerpo. Un día, mientras desayunábamos antes de ir a clase, me contó que se había despertado con una erección y qué disfrutó tocándose
-Kara: Debía de confiar mucho en usted, para contarle un asunto tan íntimo
-Sam: Sí. Lena siempre confió mucho en mí. Ese día me reconoció que se sintió avergonzada por haberse tocado, pero que le gustó mucho y quería volver a hacerlo
-Kara: Entiendo
-Sam: Por supuesto le dije que no había nada de malo y la animé a seguir haciéndolo. Luego empezó a masturbarse con más frecuencia, aunque siempre lo hacía a escondidas
-Kara: Es comprensible. Es probable que le costase aceptar su sexualidad, sobre todo después de sufrir los desprecios de Lionel por su condición
-Sam: Sí, al principio se masturbaba a escondidas, avergonzada. Pero con el tiempo empezó a aceptarlo. Después de un tiempo, me enteré que había tenido sexo con una compañera en los aseos del instituto, mientras estaban en un descanso entre clases
-Kara: ¿Su primera vez?
-Sam: No lo sé, supongo. Reconozco que siempre me preocupó cómo reaccionarían otras personas cuando supieran la condición de mi hermana
-Kara: Ya
-Sam: Me preocupaba que no encontrase a nadie que la aceptase, con la que pudiera... ya sabe, compartir su vida
-Kara: Entiendo su preocupación, es muy normal. Y bueno ¿Cómo le fue con aquella chica?
-Sam: No fue a más. Por lo visto esa chica solo quería probar como sería tener sexo con una mujer como ella. Supongo que los adolescentes son así, solo quieren experimentar - dije, encogiéndome de hombros
-Kara: Sí, tiene razón. He tratado a muchos adolescentes y suelen comportarse de manera impulsiva y a veces actúan sin ninguna razón aparentemente lógica
-Sam: Sí. De hecho, luego esa chica se lo contó a sus amigas y por lo visto a todas les pareció tan fascinante que quisieron probarlo
-Kara: ¿Sí? ¿Y cómo le afectó eso a su hermana? ¿Cómo se sintió al saber qué la deseaban otras mujeres?
-Sam: A Lena le gustó, por supuesto. ¿Quién no se sentiría halagada de sentirse deseada? - dije, sonriendo
-Kara: Ya... ¿Y qué pensaba de que solo buscasen sexo?
-Sam: Lena siempre tuvo claro qué aquellas chicas solo buscaban probar la experiencia y nunca le importó
-Kara: ¿Y nunca se implicó emocionalmente con ninguna?
-Sam: No. Siempre tuvo claro que esas chicas no la querían a ella y que solo les interesaba probar su... ya sabe. Sé que suena cruel pero bueno, si mi hermana lo permitió...
-Kara: Bueno, a todas nos gusta disfrutar del placer ¿No cree? Su hermana no iba a ser menos. Y más si tenía tan claro que solo era sexo
-Sam: En la universidad también conoció muchas mujeres y, aunque siguió encontrándose curiosas, hubo otras qué realmente estaban interesadas en ella
-Kara: Eso es bueno. ¿Y empezó a implicarse a nivel sentimental?
-Sam: No. Tampoco. La mayoría eran rollos de una noche. Lena nunca quiso implicarse con ninguna mujer. Supongo que le asustaba que le hicieran daño. Bastante sufrió por culpa de nuestro padre
-Kara: Si a Lionel nunca le gustó tener una hija intersexual y lesbiana, deduzco que tampoco le gustaba ese comportamiento tan... libertino, por así decirlo
-Sam: No, nunca lo soportó. De hecho, sé que Lena también utilizó el sexo para vengarse de él por todo el daño que le hizo. Incluso diría que sentía más placer avergonzando a nuestro padre del que sentía practicándolo
-Kara: Entiendo... - dijo, mientras escuchaba atentamente
-Sam: Muchos fines de semana y en las vacaciones de la universidad, se traía a sus ligues a la casa familiar y tenía sexo con ellas. Lo sé porque una vez entré con mi padre en su despacho y nos la encontramos
-Kara: Vaya, supongo que debió de ser incomodo, sobre todo para Lionel
-Sam: Sí, aunque reconozco que a mí también me costó procesarlo. Cuando abrimos la puerta y vi a aquella mujer inclinada sobre la mesa, mientras mi hermana la embestía desde atrás fue bastante incómodo. Pero lo peor es que ni se inmutó
-Kara: ¿Qué quiere decir con que ni se inmutó?
-Sam: Pues que siguió follándosela. Nos miró, pero decidió continuar, como si nada le importase. Sujetó a aquella mujer por las caderas y siguió embistiéndola con fuerza, mientras sus gemidos, cada vez más altos, se mezclaban con los de la otra mujer - dije, un tanto incomoda al recordar la escena
-Kara: ¿Y qué pasó? ¿Cómo reaccionó vuestro padre?
-Sam: ¿Mi padre? Cuando se cansó de mirar, se acercó a Lena furioso y la sujetó por el cuello, apartándola bruscamente de aquella mujer. Empezó a gritarle, diciéndole que era una vergüenza para la familia y que no debería haber nacido. La otra mujer, por supuesto, recogió su ropa a toda prisa y salió huyendo de allí
-Kara: Normal, debió de ser una situación muy violenta
-Sam: Y tanto, aún no me explico cómo mi hermana fue capaz de mirarnos y no parar. Si mi padre me hubiera pillado teniendo sexo con mi novio seguro que me habría muerto de la vergüenza. En cambio, Lena siguió como si nada. Incluso me pareció que lo disfrutaba
-Kara: Bueno, probablemente fuera así. No encuentro mejor forma de vengarse de un padre que hacerle pasar por una situación tan incómoda y vergonzosa
-Sam: Unos días más tarde Lionel la obligó a ir a un médico y fue cuando le diagnosticaron su adicción al sexo. Después de eso todo fue de mal en peor para mí hermana. Mi padre la echó de casa y le prohibió volver. En aquella época estuve ayudándola económicamente. Después conoció a Diana, la única mujer que mi hermana ha querido de verdad
-Kara: ¿Quiere decir que finalmente se implicó emocionalmente con alguien? - preguntó, muy interesada
-Sam: Sí, mi hermana adoraba a aquella mujer. De hecho, vino como su acompañante a mi boda a pesar de las prohibiciones de Lionel. Pero era mi boda así que tuvo que aguantarse. Esa fue la última vez que vi a mi hermana feliz de verdad
-Kara: ¿Y qué pasó con esa relación?
-Sam: Pues estuvieron juntas casi un año y medio, hasta que una noche ella... bueno, murió
-Kara: ¿Murió?
-Sam: Si - suspiré- En realidad, esa mujer es la razón por la que mi hermana está encerrada en la prisión psiquiátrica de Kandor. Ella era la mujer que Lena... estranguló - dije, casi en un susurro, avergonzada
-Kara: Espere, ¿Me está diciendo que la única mujer con la que su hermana se implicó sentimentalmente fue la misma que estranguló hasta asfixiarla?
-Sam: Sí...
-Kara: ¿Y usted está segura de que su hermana la quería? - insistió
-Sam: Totalmente. Nunca la había visto así de feliz con ninguna otra mujer. Apenas llevaban unos meses juntas cuando me la presentó y tenían una conexión que se veía a millas de distancia. Ella le importaba de verdad, se lo puedo asegurar
-Kara: Vaya, entonces debió de ser muy duro para ella perderla
-Sam: Mucho. Se quedó destrozada tras su muerte - dije, emocionada, al recordar lo mucho que lloró Lena cuando ocurrió - Después de aquello desconectó de sus sentimientos y volvió a refugiarse en el sexo para olvidar
-Kara: Ya...
En ese momento miré el reloj y vi que eran casi las once.
-Sam: Bueno, señorita Danvers, me encantaría seguir con la conversación, pero me va a tener que perdonar - dije, disculpándome - Tengo que ir a la carnicería y a hacer un par de recados antes de recoger a Ruby de la escuela
-Kara: Tranquila. No se preocupe. Yo también debería... - dijo, mirando el reloj - ¡Oh, no! ¿Ya son las once? ¡Llegaré tardísimo! Espero que el autobús no se retrase... - dijo, agobiada
-Sam: Lo lamento - me disculpé, de nuevo - Yo tampoco pretendía entretenerme tanto. Al menos espero haberla ayudado
-Kara: Sí, y se lo agradezco mucho, de verdad- dijo, levantándose - Ha sido un placer señora Luthor-Edge, haré todo lo que esté en mi mano por ayudar a su hermana
-Sam: Muchas gracias Dra. Danvers - dije, tendiéndole la mano y estrechándosela - Me gustaría que me mantuviera informada de los progresos de Lena, sí no le importa
-Kara: Por supuesto, lo haré - dijo, alejándose a toda prisa
Me quedé un rato sentada, pensando en Lena, y en ese momento fui realmente consciente de lo mucho que había sufrido. Y me sentí fatal por no haberme dado cuenta antes.
Ojalá hubiera podido hacer algo para evitar que mi hermana pequeña acabase en esa prisión psiquiátrica, no se merecía acabar así.
KARA
Llegue a las once y media pasadas, súper agitada y rezando para que la Dra. Quinzel no se hubiera dado cuenta de mi ausencia.
Cuando crucé por el pasillo me encontré con Winn, que vino corriendo hacia a mí.
-Kara: Por favor, dime qué no estoy en un lío - dije, nerviosa
-Winn: Tranquila, no se ha dado ni cuenta - dijo, sonriéndome
Winn había conseguido cubrirme con éxito y eso me tranquilizó.
-Kara: Muchas gracias, eres el mejor - dije, acariciando su brazo - Bueno, hablamos después, a las doce debería estar con Luthor y aún no pude ni ver a Matthews
-Winn: ¡Que vaya bien! - dijo, mientras me alejaba
Fui a mi taquilla, para dejar mis cosas, me puse la bata y salí, llevándome conmigo un cuaderno donde había anotado todo lo que me había dicho la señora Luthor-Edge.
Cuando hablé con ella decidí mantener el cuaderno en mi bolso porque no quería que pareciera un interrogatorio.
Pero en el autobús, de camino a Kandor, tuve tiempo suficiente para anotar los detalles más relevantes de nuestra conversación.
Ahora sólo necesitaba corroborar con mi paciente toda la información que me había proporcionado su hermana.
Miré el reloj y eran casi las doce así que Matthews tendría que esperar, ya que en este momento me parecía más importante hablar con Luthor.
Crucé el pasillo hasta su habitación y ahí estaba, tumbada sobre la cama mirando al techo, como el día anterior. Toqué la pared para llamar su atención y se incorporó, sentándose con las piernas cruzadas.
La miré y ella me devolvió la mirada, sin apartar sus ojos de mí. Intenté aguantarle la mirada para que viera que no me intimidaba.
Pero segundos después Luthor se mordió el labio y tuve que ceder, al recordar su ligera erección de ayer.
Realmente no me lo esperaba, pues se supone que la medicación debería anular ese tipo de reacciones físicas.
Solo esperaba que fuera un hecho puntual y no se repitiera durante la sesión de hoy, pues de ser así tendría que autorizar un aumento en la dosis.
-Kara: Buenos días, Luthor ¿Cómo se encuentra hoy?
-Lena: Muy relajada, la verdad - dijo, poniendo sus manos por detrás de la cabeza - Mi noche fue bastante productiva. Acabé agotada...
-Kara: Muy bien. Pues empecemos, ¿Cuándo empezó a interesarse por el sexo?
-Lena: ¡Vaya, que directa!
-Kara: Conteste
Tenía claro que hoy no me dejaría intimidar por Luthor.
-Lena: ¿A los trece, catorce? No estoy muy segura
-Kara: Esta bien, dejémoslo en que descubrió su sexualidad en la adolescencia. ¿Cómo se sintió cuando se masturbó por primera vez?
-Lena: ¡Joder! ¿Es una pregunta seria? - dijo, riéndose - No sé, ¿Cómo se sintió usted?
-Kara: ¿Cómo dice?
-Lena: ¿Cómo se sintió la primera vez qué utilizó sus dedos para darse placer? - preguntó, levantando la ceja
Y eso me dejó tan descolocada que tardé unos segundos en reaccionar.
-Lena: ¿Y bien, le gustó?
-Kara: Esa... esa pregunta está totalmente fuera de lugar
-Lena: Pero le gustó ¿verdad? - insistió, sin apartar sus ojos de mi
Me puse nerviosa, pero no podía dejar que lo notase. Así que intenté mantenerme seria.
-Kara: No es asunto suyo. Estamos aquí para tratar su problema, así que contésteme a la pregunta o daré por finalizada la sesión - dije, cruzándome de brazos - ¿Le gustó, o no?
-Lena: Claro. Me encantó... - dijo, mientras se llevaba la mano a su entrepierna - Disfruté tanto que se convirtió en mi obsesión, como ya sabe
-Kara: ¿Y nunca se sintió avergonzada? - pregunté, mientras revisaba mis notas
-Lena: ¿Por masturbarme? ¡No, por supuesto que no!
Su hermana me dijo que al principio si lo hacia, así que supe que mentía.
-Kara: Esta bien ¿Y su primera relación sexual? ¿Cuándo fue?
-Lena: Fue en el instituto, con una compañera de clase. Tuve sexo con ella en los aseos y después me follé a todas sus amigas - dijo, orgullosa
-Kara: ¿Solo sexo?
-Lena: ¿Acaso hay algo más? - dijo, mirándome - Sí, sólo sexo. Ellas no pudieron resistirse y yo disfruté mucho dándoles lo que querían - dijo, sujetando su miembro por encima del pantalón
Y pude notar que, incluso en reposo, tenía un buen tamaño.
Desvié mi mirada rápidamente para evitar que Luthor volviera a soltarme alguna de sus impertinencias y continúe con las preguntas.
-Kara: Esta bien. ¿Y qué puede decirme de su familia? ¿Qué piensan de su intersexualidad? - pregunté- ¿La aceptan tal y cómo es?
-Lena: ¿Por qué me pregunta eso? No entiendo qué relación tiene con mi adicción al sexo
-Kara: Por favor, contésteme - insistí
-Lena: Mi padre me odia - dijo, y me sorprendió su sinceridad- Sólo fui una decepción para él y no obtuve más que desprecios por su parte
-Kara: ¿Por su condición o por su homosexualidad?
-Lena: Por todo. Mi padre nunca aceptó mi condición. Supongo que le molestaba que la tuviera más grande que él - dijo, burlándose - En cuanto a mi orientación, supongo que también le molestaba que su hija follase con más mujeres que él. ¡Qué quiere que le diga, soy insaciable!
Me quedé unos segundos observando a Luthor y mi mente me la jugó, haciéndome recordar el momento en el que Lionel y su hermana la sorprendieron practicando sexo en el despacho.
No pude evitar imaginármela follándose a aquella mujer, mientras su familia la observaba. ¿En qué estaría pensando?
Definitivamente Luthor tenía una mente muy perturbada, pues nadie en su sano juicio haría lo que ella hizo. Solo alguién con una mente tan retorcida podría utilizar la vergüenza de su padre para excitarse.
Entonces volví a desviar mi mirada a su entrepierna, y no pude evitar imaginarme como sería su miembro.
-Lena: ¿Te gusta, verdad? - dijo, mordiéndose el labio
Mi cuerpo se estremeció al instante.
-Kara: Sí... quiero decir ¡No!
-Lena: ¿Sí... o no? - dijo, mientras se acariciaba por encima de su pantalón
Era una situación incómoda pero no podía dejar de mirar.
-Lena: ¿Quieres tocarlo?
Me quedé callada durante unos segundos, dudando.
-Winn: ¡Dra. Danvers! ¿Tiene un momento? - preguntó, haciéndome reaccionar
Y menos mal que lo hizo porque de lo contrario estaba casi segura de donde habría acabado mi mano.
-Kara: Sí, dame un segundo - dije, y después miré a Luthor - Se acabó el tiempo, seguimos mañana ¿De acuerdo?
-Lena: Claro, contaré los minutos...
Salí con Winn de allí, muy avergonzada por lo que acababa de ocurrir. ¿Qué me pasaba? Este comportamiento no era propio de mí.
Hacía solo un par de días que conocía a Luthor y ya me había hecho pensar en sexo más veces que en toda mi vida. Pero no podía evitarlo, cuando la miraba solo podía ver sexo.
En sus miradas, sus sonrisas, en sus gestos... todo era tan sexual en ella... Y cuando se mordía el labio... ¡joder! Cada vez que lo hacía me mataba.
Y ahora no podía dejar de imaginarme como sería su miembro, y cómo se sentiría en mis manos.
Cuando Luthor me preguntó si quería tocarlo confieso que tuve la tentación de hacerlo.
Suerte que Winn apareció al rescate. No podía permitirme ese comportamiento con una paciente.
No era profesional. Aunque... también podría haber fingido que se trataba simplemente de una cuestión médica. ¡No! ¡De ninguna manera!
Tenía que olvidarme de eso. No podía permitirme caer en sus juegos de seducción. Debía centrarme en encontrar un tratamiento efectivo para ayudarla con su trastorno.
Es mi obligación como médico buscar una solución para mi paciente.
-Kara: ¿Qué necesitas?
-Winn: Nada
-Kara: ¿Cómo que nada?
-Winn: Es que... - dijo, rascándose la nuca- iba por el pasillo cuando escuché la propuesta que te hizo Luthor de tocar su... - dijo, señalándose la entrepierna - Y al ver qué no reaccionabas quise ayudarte. Espero qué no te haya molestado
-Kara: ¿Lo escuchaste? ¡Que vergüenza!
-Winn: Sí... ¿Cómo estás? Cuando me dijiste qué Luthor había tonteado contigo ayer no imaginé que...
-Kara: Sí, bueno. Eso es porque ayer la frené. Pero hoy estaba más distraída y cuando me quise dar cuenta la situación se había descontrolado - suspiré- Muchas gracias Winn, si no llega a ser por ti...
-Winn: No hay de qué, para lo que necesites - sonrió - Bueno, tengo que seguir con mi tarea. ¿Te apetece que comamos juntos después?
-Kara: Mejor otro día
-Winn: Esta bien, cuando quieras. ¡Que vaya bien! - dijo, marchándose
Me fui a la sala de descanso a revisar unas notas y a comerme un sándwich. No me di cuenta de que eran las cuatro y media hasta que sentí a alguien entrar en la sala.
-Dra. Quinzel: ¡Dra. Danvers! ¿Aún sigue aquí?
-Kara: Si, pero ya me iba - dije, levantándome
-Dra. Quinzel: Espera, en realidad ya que estás aquí me gustaría pedirte un favor
-Kara: Sí, claro. ¿Qué necesita?
-Dra. Quinzel: Sé que solo lleva un par de días aquí y que quizás sea tomarme demasiadas confianzas. Pero ¿podría volver para el turno de noche, a las diez?
-Kara: Sí, supongo... en el hospital estaba acostumbrada a hacer esos turnos. No me importaría. Pero ¿Qué tendría que hacer exactamente?
-Dra. Quinzel: Poco, simplemente vigilar que los pacientes estén bien. La mayoría estarán durmiendo y no le darán problemas. Usted mientras tanto puede revisar sus notas y preparar sus sesiones con sus pacientes para mañana
-Kara: Esta bien - dije. Aunque llevaba un par de horas preparando las sesiones de mañana. Pero era mi jefa y quería empezar con buen pie en este trabajo así que acepté - Sí, no hay problema. Estaré aquí a las diez
-Dra. Quinzel: Gracias señorita Danvers. ¡Nos vemos mañana! - dijo, saliendo por la puerta
Después salí y me dirigí a la parada del autobús, esperando mientras intentaba mantener los ojos abiertos.
La primera sesión con Luthor me dejó agotada y no me extraña, pues aquella mujer no me permitía relajarme ni un segundo.
Tenía que estar alerta, en tensión y tratando de controlar la situación. Una situación que hoy se me empezó a ir de las manos con más facilidad de la que me hubiera gustado.
No sé por qué razón, pero Luthor había provocado un efecto en mí que no conseguía entender, me sentía muy violenta con ella.
Era todo tan incómodo...
NIA
Cuando terminé las clases comí en la cafetería y después me quedé un rato estudiando en la biblioteca.
Mientras revisaba mis apuntes no podía dejar de pensar en la petición que me hizo William anoche, sobre que debería conocer a Andrea Rojas.
Realmente se estaba tomando muchas molestias conmigo para mostrarme todas las posibilidades que ofrecía el mundo de la moda.
Me sentí halagada cuando me dijo que soy una mujer atractiva y que podría encajar muy bien cómo modelo.
Siempre tuve claro que quería trabajar detrás de los focos, pero lo cierto es que William me hablaba de todo aquello con tanta pasión que consiguió captar mi interés.
Estuve buscando información acerca de esa mujer, y por lo visto 'Acrata' es una de las mejores agencias de modelos del país. Incluso tiene una excelente reputación a nivel internacional.
Me sorprendió mucho, pues al principio creí que sería una agencia más, como tantas otras que hay por National City. Pero me equivoqué.
William realmente quería ofrecerme lo mejor y me había conseguido una oportunidad que no podía rechazar.
Además, me dijo que podría conocer a Andrea Rojas sin compromiso, así que no perdía nada por concertar una cita con ella.
Cuando salí de la biblioteca decidí llamarla, y su secretaria quiso darme cita para dentro de tres semanas. Pero cuando le di mi nombre me dijo que la señorita Rojas tenía un hueco libre en su agenda hoy a las cinco de la tarde.
Miré el reloj y eran las cuatro y media, pero acepté igualmente.
No podía esperar tres semanas para verla. Debía darme prisa para llegar a tiempo así que pedí un Uber y me dirigí hacia allí. Por suerte conseguí llegar unos minutos antes de la hora fijada.
Entré en el edificio y pregunté en recepción, donde me indicaron amablemente. Subí en el ascensor hasta la planta de su oficina y allí estaba esperándome una mujer, que supuse que sería su secretaria.
Cuando le di mi nombre me dijo que la señorita Rojas me estaba esperando, señaló el despacho y entré.
Estaba acompañada de un hombre, se giró y vi que era William.
De pronto la mujer me miró y se levantó, acercándose a mí y tendiéndome la mano.
-Andrea: Soy Andrea Rojas, tú debes de ser Nia Danvers - dijo, y yo asentí con la cabeza - Es un placer conocerte - dijo, estrechándome la mano
-Nia: El placer es mío señorita Rojas
-Andrea: ¡Por favor! Llámame Andrea. Eres amiga de William, hay confianza - dijo, sonriendo - Acércate, justamente estábamos hablando de ti
-William: Hola Nia - dijo, sonriendo - Me alegro de que estés aquí
-Nia: ¿William? ¿Qué haces tú aquí? - dije, acercándome a la mesa
-William: Vine a traerle a Andrea las fotografías de la última sesión que hice para ella. ¿Qué tal estás?
-Nia: Muy bien
Me gustó tener a William aquí, porque me sentía más cómoda con alguien conocido en la sala.
-Andrea: Déjame que te eche un vistazo... - dijo, girando alrededor de mí - Eres alta, con buena complexión... Eres una mujer muy atractiva Nia - dijo, sonriendo
-Nia: ¿Sí?
-William: Por supuesto, Andrea nunca miente - sonrió
-Andrea: ¿Entonces te gusta la moda, Nia?
-Nia: Sí, me encanta. Mi sueño siempre fue escribir en una revista de moda, sobre las últimas tendencias
-Andrea: ¿Y nunca te planteaste ser modelo? Y no necesariamente para desfilar en una pasarela, sino como modelo de fotografía, por ejemplo
-Nia: No. Nunca pensé que tuviese el perfil, sinceramente
-Andrea: Pues te equivocas, tienes mucho potencial - dijo, sonriendo - Y hablo totalmente en serio. Realmente encajas en el perfil. De hecho, deberías plantearte muy seriamente hacerte una sesión de fotos
-Nia: Ya... William también me lo dijo. Pero... yo no sé sí... - dije, dudando
-Andrea: ¡Por favor! Te encantará - dijo, entusiasmada- William podría ser el fotógrafo. Sé que confías en él, así que imagino que te sentirás más cómoda si organizamos la sesión con él. ¿Qué te parecería?
-William: Por mi bien. Sí a Nia le apetece...
-Nia: Yo...
-Andrea: ¡Anímate mujer! No tendrás que preocuparte por nada, mi agencia se encargará de todo: vestuario, peluquería y maquillaje. ¿Qué dices?
-William: ¿Nia?
Me quedé un momento en silencio, observándoles. Ambos parecían muy interesados en que me hiciera esa sesión de fotos.
Andrea decía que tenía mucho potencial y sentí que era sincera.
Además, también estaba dispuesta a contratar los servicios de William cómo fotógrafo y eso me gustó.
Dudé un poco, pero lo cierto es que tenía ganas de probar. Además, ¿quién rechazaría una sesión de fotos a gastos pagados?
Era mi oportunidad para salir de mi zona de confort y divertirme. Tenía que aprovechar el momento y disfrutar de la experiencia.
-Nia: Me encantaría - dije, y ambos celebraron al mismo tiempo
-Andrea: No te arrepentirás. William es uno de los mejores fotógrafos de la ciudad y te sorprenderá lo que es capaz de conseguir con el objetivo de su cámara
-William: Sí, prepárate porque voy a demostrarte lo mucho que vales. Y espero que a través de mis fotos puedas descubrir la belleza qué hay en ti y que ahora no eres capaz de apreciar - dijo, sonriendo
Empecé a ponerme nerviosa al escuchar tanto cumplido, sobre todo los que venían de parte de William.
Cada vez me gustaba más, pero yo no estaba segura de sí él sentía algo por mí. A veces sentía que sí, pero otras veces... no sé, lo cierto es que ese hombre me despistaba mucho.
-Nia: ¿Y cuándo sería la sesión?
-Andrea: ¡Cuando queráis! Mi estudio está a vuestra libre disposición
-William: ¿Qué te parece mañana?
-Nia: ¿Tan pronto? - dije, nerviosa
Aunque quizás en el fondo era mejor hacerlo cuanto antes, así tendría menos tiempo para darle vueltas.
-William: Sí, ¿Podrías?
-Nia: Sí, mañana está bien - dije, con decisión
-William: ¿A las seis y media?
-Nia: Sí, a esa hora me va bien
-Andrea: ¡Perfecto, entonces! Nia, me ha encantado conocerte - sonrió - Espero qué mañana vengas con muchas ganas de pasártelo bien. Estoy convencida de que te encantará la experiencia
-Nia: Gracias por tu amabilidad
-William: Andrea, seguimos hablando después ¿Te parece?
-Andrea: Sí cariño, no te preocupes. Llámame luego - dijo, dándole un beso en la mejilla
-William: Vamos, te acompañaré - dijo, poniendo su mano por detrás de mi espalda - ¿Quieres que te acerque a tu apartamento?
-Nia: Si, si no te importa...
-William: En absoluto. Te llevaré. Ven conmigo - dijo, haciendo que le siguiera
William me llevó con él por un callejón hasta la parte trasera del edificio, donde tenía aparcada la moto. Nos subimos y me llevó hasta mi apartamento.
En realidad, no quería despedirme de él, pero nos íbamos a ver mañana así que traté de aguantarme.
-Nia: Gracias por la oportunidad
-William: No, gracias a ti por pensártelo mejor. Estoy convencido de que te encantará - dijo, acariciando mi mejilla - Hasta mañana - dijo, alejándose en su moto
Suspiré y caminé hasta mi edificio, subí en el ascensor y cuando entré Kara estaba durmiendo en el sofá.
Aún quedaban un par de horas para la cena así que me fui a mi habitación sin hacer ruido y me tiré en la cama, pensando en mi sesión de mañana.
Estaba un poco nerviosa, pues no tenía ninguna experiencia. Pero estaba segura de que William me haría sentir muy bien.
En cuanto a Andrea, me pareció una mujer bastante agradable y parecía muy cercana a William. Al despedirse me fijé que ella le llamó cariño y le dio un beso en la mejilla.
Cuando me quise dar cuenta ya era la hora de la cena, así que salí y Kara seguía dormida en el sofá.
Me puse a preparar la cena mientras ella dormía. Supuse que había tenido un día agotador en el trabajo.
Además, últimamente le costaba mucho dormir por las noches. Así que preferí no molestarla.
Media hora más tarde ya tenía la cena preparada y servida en la mesa, así que me acerqué a despertar a Kara.
-Nia: Kara... - dije, susurrando mientras la movía con cuidado - Despierta, la cena ya está lista
-Kara: ¿La cena? - dijo, abriendo los ojos como platos - ¿Qué hora es?
-Nia: Son casi las nueve y media
-Kara: ¿Nueve y media? - dijo, levantándose de un salto del sofá - Llama a Alex ahora y dile que es urgente ¡que venga con la moto! - dijo, mientras corría a su habitación
-Nia: ¿Qué pasa Kara? ¿Cuál es la emergencia? - pregunté, confusa
-Kara: ¡Llámala! - gritó, desde su habitación
-Nia: Esta bien - dije, marcando - ¿Alex? ¿Puedes venir a recoger a Kara? No lo sé, pero dice que es urgente. Está bien le diré que ya vienes - dije y colgué. Después entré en su habitación - ¿Qué pasa, Kara? Me estás preocupando
-Kara: Tengo que volver a Kandor - dijo, mientras se subía el pantalón- Mi jefa me ha pedido que vuelva para el turno de noche. ¿Llamaste a Alex? - preguntó, nerviosa
-Nia: Si tranquila, estará aquí en diez minutos
-Kara: Esta bien - dijo, mirando el reloj - Alex va a tener que correr, pero creo que llegaremos. Por suerte por la noche hay menos tráfico
-Nia: ¿Y tu coche? ¿Por qué tiene que llevarte Alex?
-Kara: Murió esta mañana, no arrancaba. No sé - dijo, encogiéndose de hombros- mañana llamaré a la grúa para que se lo lleven al taller
-Nia: Al menos cena un poco antes, mientras la esperas...
-Kara: No, mejor no
-Nia: Bueno, solo era una sugerencia...
-Kara: ¿Cena y moto? No gracias, o acabaré vomitándome encima cuando vayamos por la carretera a toda velocidad. Ya sabes lo kamikaze que es nuestra hermana y más si le digo que tengo prisa - dije, riéndome
-Nia: Pues sí, tienes razón
ALEX
Estaba cenando con Maggie cuando Nia me llamó diciéndome que tenía que recoger a Kara, le pregunté por su coche y me dijo que no sabía nada, pero qué tenía que ir a buscarla al apartamento porque era urgente.
No pude evitar preocuparme, así que me levanté de la mesa, soltando los cubiertos y me dispuse a salir.
-Maggie: ¿Alex, qué pasa? ¿Dónde vas?
-Alex: Es Kara, quiere que vaya ahora mismo - dije, poniéndome la cazadora - Esta en su apartamento, Nia me ha dicho que es urgente
-Maggie: Pero ¿Va todo bien? - dijo, levantándose y acercándose a mí - ¿Ha pasado algo?
-Alex: No tengo ni idea cariño, siento irme en mitad de la cena...
-Maggie: Tranquila ve, luego me cuentas a la vuelta
-Alex: Sí, luego te cuento y te lo compenso ¿vale? - dije, besándola
Salí a la calle, me puse el casco y me subí en la moto, arrancando y saliendo hacia el apartamento de mis hermanas a toda velocidad.
Cuando llegué, aparqué y subí corriendo, golpeando la puerta. Entonces Nia me abrió y entré.
-Alex: ¿Qué pasa? ¿Por qué tanta urgencia? - pregunté, nerviosa
-Kara: ¡Alex! - dijo, acercándose - Tienes que llevarme a Kandor, tienes veinte minutos para llegar ¿Crees que podrás?
-Alex: ¿Y tu coche?
-Kara: Murió esta mañana - dijo, encogiéndose de hombros- Entonces ¿Crees que podrás?
-Alex: Por supuesto - dije, mirando el reloj- Pero tendrás que sujetarte fuerte a mí porque pienso volar
-Kara: ¡Eres la mejor!
Cuando salimos me acerqué a la moto y le tendí a Kara el casco de Maggie, se lo puso y se subió conmigo, abrazándome por detrás.
-Alex: Espero que no hayas cenado nada - bromeé
-Kara: No, ya aprendí de la última vez - dijo, mientras se sujetaba fuerte a mí
Arranqué y salimos a toda velocidad.
No había mucho tráfico así que pude acelerar sin problemas y, después de un rato conduciendo, esquivando y adelantando otros coches, llegamos a nuestro destino. Kara se bajó de la moto, temblando, y yo me reí.
-Kara: Creí que no llegaría con vida...
-Alex: Me dijiste que tenía que traerte a Kandor en veinte minutos. Pero no me dijiste que tenía que ser con vida
-Kara: ¡Alex! - se quejó, golpeándome
-Alex: Lo siento, pero la próxima vez intenta ser más específica con tus peticiones - dije, riéndome al ver su cara- Y ahora sí me disculpas tengo que volver con Maggie, tengo que compensarla por haberla abandonado en mitad de la cena
-Kara: Gracias Alex ¿Podría pedirte otro favor?
-Alex: ¡Espera! Déjame adivinar... ¿Necesitas que te recoja después?
-Kara: Sí. Las guardias acaban sobre las cuatro y el primer autobús no viene hasta las cinco y media o seis... - dijo, poniéndome ojitos - ¿Podrías?
-Alex: Sí, está bien. Sabes que nunca puedo decirte que no
-Kara: Gracias
-Alex: Le pediré a Maggie que me despierte. Ella tiene el sueño más ligero
Cuando Kara entró, arranqué mi moto y me marché de allí. Pero cuando llegué al apartamento Maggie ya estaba en la cama.
Miré el reloj extrañada, tampoco había tardado tanto. Me quité la ropa, quedándome en ropa interior y me metí en la cama con ella, entonces Maggie abrió los ojos.
-Alex: Creí que ya te habrías dormido
-Maggie: Te estaba esperando... - dijo, abrazándome - ¿Qué quería Kara?
-Alex: Tenía turno de noche y necesitaba que la llevase
-Maggie: ¿Y su coche?
-Alex: Murió esta mañana
-Maggie: Vaya...
-Alex: Por cierto, tengo que pedirte un favor. Necesito que me despiertes a las tres y media de la mañana
-Maggie: ¿Tan pronto?
-Alex: Sí, tengo que ir a recoger a mi hermana. ¿Te importa?
-Maggie: Sabes que no... - dijo, acariciándome - Qué lástima que tengamos que madrugar... me había hecho a la idea de... ya sabes - sonrió
-Alex: Bueno... aún es pronto para irse a dormir - dije, tirando del edredón por encima de nuestras cabezas, quedándome a escasos milímetros de sus labios
-Maggie: ¿Estás segura?
-Alex: Sí... - dije, besándola
Adoraba a Maggie y me encantaba disfrutar de estos momentos de intimidad con ella. Empezamos a besarnos y a acariciarnos mientras nos desnudábamos mutuamente y acabamos haciendo el amor.
KARA
Llegué a Kandor en tiempo record gracias a Alex. Después le di las gracias por traerme y me despedí de ella, entrando en la prisión.
Cuando pasé por los controles de seguridad fui hasta la sala de descanso. No tenía mucho que hacer, pues ya había adelantado el trabajo para mañana, pero no podía decirle que no a la Dra. Quinzel.
Esta noche no tenía que tratar a ningún paciente, simplemente tenía que encargarme de vigilarlos.
Era más bien como una guardia y yo ya estaba acostumbrada porque me tocó hacer muchas en el hospital, así que no me importó.
Cuando entré y crucé los pasillos enseguida me di cuenta de que mi jefa tenía razón, apenas había movimiento y estaba todo prácticamente en silencio. Así que parecía que sería una noche tranquila.
Una de las principales diferencias respecto al día es que por las noches los presos estaban encerrados en sus celdas. Y había menos guardias de seguridad vigilando los pasillos.
Estuve un par de horas revisando las notas que ya había revisado esta tarde, pero me empecé a aburrir.
Dejé el historial de Luthor a un lado, pues ya me lo sabía prácticamente de memoria y comencé a revisar el de Matthews.
El príncipe de Daxam, que nunca tendrá su heredero ni podrá volver a su planeta porque no existe. Me fijé en la medicación que se estaba tomando y en sí debería cambiársela o al menos ajustársela.
Estuve casi una hora revisando el caso de Matthews y haciendo algunas anotaciones cuando empecé a bostezar sin parar, signo de que debía dejarlo ya.
Mientras estaba sumergida en la lectura empecé a parpadear, cada vez con frecuencia y cuando me quise dar cuenta debí de quedarme dormida porque de pronto abrí los ojos, miré el reloj y eran las dos de la madrugada.
Era mi primera vez en el turno de noche y me había quedado dormida ¡menuda profesional!
Menos mal que nadie me vio, porque ya me sentía bastante mal por haber llegado con retraso esta mañana. Por suerte Winn me ayudó con eso y consiguió cubrirme con éxito.
Pero a mí me gustaba hacer las cosas bien, y llegar tarde no era hacerlo bien, al igual que tampoco lo era dormirme en mitad de una guardia.
Pensé en ir a los aseos a echarme un poco de agua fresca, quizás me ayudaría a espabilarme. Así que salí de la sala.
Había poca luz, la justa para iluminar el pasillo y estaba todo en silencio. Empecé a caminar mirando a mis pies, mientras contaba mis pasos.
Seguí andando con la intención de llegar hasta el final del pasillo, cuando empecé a escuchar unos murmullos.
Pensé que podría ser algún paciente que se había despertado y necesitaba atención médica, así que aligeré el paso para llegar lo antes posible y ver qué es lo que pasaba.
Me frené justo en la puerta de Luthor y entonces me di cuenta de que lo que estaba escuchando en realidad eran gemidos.
Miré mi reloj y recordé la conversación que tuve con Winn. Cuando me contó que de madrugada la medicación de Luthor perdía su efecto y ella aprovechaba para masturbarse.
No me lo podía creer, una cosa era saberlo y otra encontrarme con esta situación, por sorpresa.
Luthor se estaba masturbando en su habitación y yo estaba escuchándola al otro lado de la puerta. Esto no estaba bien, no era ético.
Intenté dar otro paso, para continuar por el pasillo, pero mis pies no estaban muy por la labor y no quisieron reaccionar.
Me quedé paralizada, escuchando como Luthor gemía cada vez más fuerte, incomoda por la situación, pero a su vez con ganas de seguir escuchándola hasta el final.
Mi curiosidad se disparó y ahora no podía dejar de imaginarme cómo sería su miembro, aunque estaba segura de que me sorprendería.
Mientras gemía no pude evitar visualizarla con su miembro erecto entre sus manos, estimulándolo hasta la extenuación, imaginándome como serían las caras de placer que acompañaban a esos gemidos, que sonaban a pura satisfacción.
Me apoyé de espaldas junto a la puerta e incluso pude sentir su excitación. Cerré los ojos y me la imaginé, mirándome fijamente con esos ojos verdes que tanto me intimidaban y mordiéndose el labio de esa forma tan sexual.
Sus gemidos eran cada vez más seguidos y supe que estaba a punto de llegar al orgasmo.
Pero lo que no me esperaba fue sentir un escalofrío recorriendo mi espalda al escucharla gritar cuando llegó al clímax. Y menos aún que su orgasmo me hiciera mojar mis bragas por completo.
Suspiré y me alejé en silencio, avergonzada por lo que acababa de pasar.
Escuchar a Luthor tras la puerta mientras se masturbaba no estuvo bien, pero me sentía aún peor por haberme excitado de aquel modo. Era un comportamiento totalmente inapropiado.
Cuando fui capaz de reaccionar caminé hasta los aseos, necesitaba refrescarme un poco antes de volver a la sala de descanso.
Me lavé la cara para tratar de bajar mi calentura y luego me quedé mirándome frente al espejo, incapaz de reconocerme. Yo no era así.
El sexo no es algo que me interesase demasiado. Incluso se podría decir que soy bastante inocente e inexperta en estas cuestiones.
Solo lo experimenté una vez, la primera. Con mi novio del instituto y recuerdo que fue una experiencia pésima que no quise repetir.
Aunque era joven, y quizás debí haberle dado una segunda oportunidad al sexo. Pero nunca más quise intentarlo.
Meses después de perder mi virginidad ocurrió lo de Midvale y, cuando conseguí recuperarme, me sentía completamente avergonzada y muy acomplejada con mi cuerpo.
Cuando me matriculé en la universidad para estudiar medicina, me centré en mis estudios y nunca quise salir con nadie.
Y, cuando empecé a trabajar en el hospital, estaba demasiado ocupada para tener citas.
Durante estos años algunos hombres se interesaron en mí. Pero tras dos o tres citas tenía que ponerles freno y perdían el interés.
Aun así, nunca me importó, ni siquiera me apetecía tener sexo con ellos. Incluso empecé a considerarme más bien asexual. O al menos es lo que creía hasta que escuché a Luthor esta noche.
Aún seguía muy desconcertada por lo que acababa de ocurrir, por quedarme paralizada mientras la escuchaba y por las reacciones de mi cuerpo al hacerlo.
Esa mujer, sin apenas tocarme, había conseguido excitarme de un modo qué aún no conseguía comprender. Y eso me confundía, pues siempre tuve claro que no me atraían las mujeres.
Aunque supongo que con Luthor era diferente, debido a su condición. Probablemente su intersexualidad me ayudó a ver cierta masculinidad en ella. Pero tenía que ser realista, que tuviera genitales masculinos no la convertía en un hombre.
Luthor es una mujer más, sólo que con un extra entre sus piernas. Un extra lo suficientemente interesante como para replantearme mi orientación sexual.
No sé si era morbo o qué, pero lo cierto es que me había excitado con ella y consiguió que quisiera más.
Así que, sin perder más tiempo, salí de los aseos y crucé el pasillo, dispuesta a seguir escuchándola hasta que acabase mi turno.
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