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21- Un regreso accidentado

Lunes, 30 de noviembre de 2020

SAM

Estaba en la ducha, reflexionando sobre lo que había pasado la semana pasada, y lo que me esperaba para los próximos días, semanas o incluso meses. Me gustaría poder decir qué tengo el control sobre mi vida. Pero no es así. La noche que Morgan me pidió una segunda oportunidad, arrepentido, no me creí ninguna de sus palabras. Sin embargo, aceptar sus disculpas me pareció la mejor forma de mantenerme a salvo de él.

Sí, sé que parece ilógico que pueda sentirme a salvo quedándome con mi agresor, pero tenía claro que sí me negaba a perdonarle la situación se habría vuelto muy violenta y, aunque me dé auténtico pavor pensar en la idea de mi muerte, sé que probablemente esa noche todo habría acabado para mí.

Así qué le miré a los ojos y fingí que le creía. Fingí que creía en sus palabras de arrepentimiento y qué estaba dispuesta a darle una segunda oportunidad. Morgan se alegró, por supuesto, y me abrazó. Al día siguiente, fuimos a cenar a la mansión Luthor por el día de Acción de Gracias y tuve que fingir qué éramos una pareja feliz.

Durante la cena intenté convencer a mis padres de qué Ruby debería volver al apartamento con nosotros. Pero Lionel se negó. Me dijo que antes de eso, Morgan y yo debíamos solucionar nuestras 'rencillas matrimoniales' y que, mientras tanto, Ruby se quedaría viviendo con ellos y se ocuparían de llevarla a la escuela, a las actividades extraescolares y a la terapia con el psicólogo.

Mamá, como siempre, simplemente se limitó a ver, oír y callar.

Cuando Morgan y yo volvimos a casa, empecé a poner mis condiciones. Sí de verdad estaba dispuesto a cambiar, tendría que aceptarlas y, para mi sorpresa, lo hizo.

Primera condición; no volvería a prohibirme visitar a Lena en prisión. Al principio le costó aceptar, pero supongo que sabía que, para que esto funcionara, tenía que ceder en algo.

Segunda condición; recuperar mi independencia económica. Y, para ello, necesitaba que me permitiera volver a trabajar. Esto le gustó un poco menos, pero acabó aceptándolo.

Y tercera condición; no volvería a golpearme cada vez que estuviera enfadado ni me obligaría a mantener relaciones sexuales. Sabía que esto sería lo más difícil. Pero sí Morgan quería jugar a ser un buen marido debía empezar a comportarse como tal, empezando por respetarme.

Durante los últimos días Morgan había estado cumpliendo con lo del sexo, y fue un respiro para mí. Aunque sabía qué no aguantaría mucho y qué, en algún momento, me buscaría para intimar. Pero, hasta entonces, había decidido no preocuparme por eso.

Cuando terminé de ducharme, me vestí y me preparé para ir a Kandor. Desde qué Morgan me mandó al hospital con aquella paliza, no había vuelto a ver a Lena y necesitaba verla para decirle qué todo estaba bien. Cuando llegué allí, pasé los controles de seguridad y me dirigí a su habitación, rápidamente.

-Sam: Hola, Lena

-Lena: ¿Sam? - preguntó, sorprendida. Lena me abrazó, muy fuerte- No te imaginas cuánto te he echado de menos. No sabía cuándo volvería a verte... ¿Cómo estás?

-Sam: Bien. Estoy bien - sonreí de costado- ¿Cómo estás tú?

-Lena: Bien, feliz de verte. Kara me lo contó todo, qué acabaste en el hospital y siento que todo fue por mi culpa. Por enfrentarme a ese malnacido - dijo, desviando su mirada al suelo, arrepentida

-Sam: Eh... No fue culpa tuya. Morgan llevaba varios días muy tenso. Podría haber explotado por cualquier tontería. Tú no tuviste la culpa de nada

-Lena: Ya, pero él se enfadó y lo pagó contigo. No tendría que...

-Sam: Tranquila, todo eso pasó. Ahora estoy bien, estoy recuperada

-Lena: Me alegro mucho. ¿Ya sabes cuándo será el juicio?

Miré a Lena y no fui capaz de decirle que Lionel había conseguido que retirasen los cargos. No podía decirle qué Morgan no sólo había salido de prisión, sino qué seguía en el apartamento, conmigo.

Lena no podría soportarlo.

-Sam: Aún no hay fecha - dije, sintiéndome fatal por tener que mentirle- Se suponía que sería en esta semana, pero ya sabes, la maldita burocracia siempre lo demora todo

-Lena: Bueno, espero qué le condenen pronto y tú puedas volver a ser libre. No sabes lo mucho que he estado sufriendo por ti, sabiendo todo lo que ese hombre te hacía

-Sam: Lo sé, y te prometo que pronto acabará

Y esperaba que así fuera. Puede que ahora mismo estuviera conviviendo con el enemigo, pero no tenía ninguna intención de volver a ser la familia feliz qué Morgan quería. Nunca podría perdonarle por lo que me hizo, ni sería tan estúpida de volver a cometer los mismos errores con él. Simplemente necesitaba ganar tiempo y mantener a Morgan a raya, hasta qué pudiera dejarle, sin poner mi vida, ni la de Ruby, en peligro. Necesitaba tiempo para trazar un plan que nos permitiera huir sin sufrir las consecuencias.

-Sam: ¿Y tú que tal estás? ¿Qué tal te va la terapia con la Dra. Danvers?

-Lena: Bien, estoy progresando mucho. La semana pasada me hizo chantaje sexual y...

-Sam: ¿Cómo? Explícame qué es eso del chantaje sexual

-Lena: Kara me pidió que intentase reprimir mis impulsos sexuales - dijo, y la escuché con atención- Yo le dije que eso era imposible, que no iba a poder aguantar mis ganas y ella me amenazó con dejarme sin sexo

-Sam: Espera, ¿y le ha funcionado?

-Lena: Sí - sonrió, con orgullo- Llevo cuatro días sin masturbarme

-Sam: ¿Qué? No te creo

-Lena: No te miento. La primera noche fue horrible, estaba muy inquieta. Pero, con mucho esfuerzo, conseguí resistir a la tentación

-Sam: ¡Vaya! Eso sí que es fuerza de voluntad. Te felicito, Lena

-Lena: Sí. Aunque las siguientes noches todo empezó a complicarse y... bueno, digamos que necesité una pequeña ayudita. Pero lo que importa es que lo conseguí y esta noche Kara me dará mi recompensa. Así que todo habrá merecido la pena

-Sam: Pues sí que te gusta esa mujer

-Lena: Me vuelve loca, Sam. Y esta noche pienso recuperar el tiempo perdido con ella

-Sam: Sabes qué no me gusta entrometerme y más cuando te veo así de feliz. Pero ten cuidado, Lena. Sí os descubren...

-Lena: Lo sé. Kara me dijo lo mismo la semana pasada. Dice que deberíamos intentar empezar a vernos menos. Para no levantar sospechas. Pero yo no quiero. Necesito cada noche con ella.

-Sam: He de confesarte qué al principio pensé que se trataba de un capricho de los tuyos. Pero después de nuestras últimas conversaciones sé que ella te gusta de verdad

-Lena: Sí... Igual crees que soy una ingenua por pensar que podría tener un futuro con ella. Pero no puedo evitar pensarlo. Cada día que pasa es un día menos para salir de aquí y ojalá Kara me dé la oportunidad de seguir conociéndonos más allá de estas cuatro paredes

-Sam: ¿Ella sabe lo que sientes?

-Lena: Quiero creer que sí. Aunque no he querido hablar abiertamente de mis sentimientos con ella, por no agobiarla. Un día le expresé mi deseo de salir de aquí y que ella estuviera esperándome. Y creo que la asusté. Luego de eso tuvimos una conversación y la tranquilicé diciéndole que nos lo tomaríamos con calma, que iríamos día a día y que no esperaría nada de ella

-Sam: Pero tú esperas qué ella siga queriendo estar contigo fuera. ¿No es así?

-Lena: Sí, y ojalá ella piense lo mismo cuando llegue el momento, porque creo que... - hizo una pausa- creo que me estoy enamorando de ella, Sam. Y sé que, si me rechaza, me romperá el corazón - sollozó

-Sam: Eh, Lena...

Me incliné para abrazarla. Sabía que a Lena le gustaba la Dra. Danvers, pero no esperaba qué llegase a sentir tanto por ella. Apenas llevaba tratándola un par de meses. Enamorarse eran palabras mayores.

Lena estuvo con muchas mujeres en el pasado, pero sólo llegó a enamorarse de una, de Diana. Ella fue la única mujer a la que amó y después de lo mucho que sufrió con su pérdida, reconozco qué dudé de qué pudiera volver a encontrar el amor.

Pero lo había hecho. O, al menos, eso pensaba ella. Solo esperaba qué el llevar tanto tiempo encerrada no la esté confundiendo.

La Dra. Danvers estaba ayudando mucho a Lena, a superar su trauma y con su adicción. Así qué es normal que, de algún modo, se sienta en deuda con ella. Solo espero qué no esté confundiendo gratitud con amor y qué no esté aferrándose a la idea de tener un futuro con ella por las razones equivocadas.

-Sam: Bueno, debería irme ya. Supongo que tu doctora estará a punto de llegar - dije, levantándome

-Lena: Sí, y no te imaginas las ganas que tengo de verla

-Enfermero: Señorita Luthor - dijo, entrando- siento interrumpir su visita. He venido a informarle de que se canceló su sesión de hoy con la Dra. Danvers

-Lena: ¿Qué? ¿Por qué?

-Enfermero: No lo sé. Su hermana llamó esta mañana para avisarnos de que tuvieron que llevársela al hospital

-Lena: ¿Al hospital? - preguntó, sobresaltada- ¿Pero está bien?

-Enfermero: No puedo decirle más, lo siento. No nos dio los detalles

En cuanto el enfermero salió, me acerqué a Lena, que se puso muy nerviosa.

-Lena: Sam...

-Sam: Tranquila, Lena... Seguro que estará bien

-Lena: Eso no lo sabes. ¿Y sí es grave? - dijo, levantándose y empezando a caminar de un lado a otro- Necesito que alguien me diga algo, necesito...

-Sam: Lena - dije, sujetándola- Mírame y respira hondo

-Lena: Pero tengo que...

-Sam: Escúchame, ya oíste lo que dijo el enfermero. No saben nada. Así que intenta calmarte

-Lena: ¡Tienes que ir al hospital!

-Sam: ¿Qué?

-Lena: Por favor, ve allí y averigua sí Kara está bien - dijo, muy nerviosa

-Sam: No puedo hacer eso, Lena. No puedo presentarme en un hospital sin más - dije, tratando de convencerla de que su idea era una locura.

-Lena: Por favor... Eres la única que puede ayudarme - suplicó, con los ojos vidriosos.

Entonces recordé que tenía el teléfono de Alex. Quizás podría llamarla y tratar de averiguar algo, sin ser demasiado obvia. Miré a Lena, que estaba a punto de derrumbarse.

-Sam: Lena, escúchame. Hay algo que puedo hacer. Pero prométeme que primero te calmarás

-Lena: Claro, lo prometo. Y ahora dime, ¿Cuál es tu plan?

-Sam: Puedo llamar a su hermana

-Lena: ¿A Alex? ¿Por qué tienes su número?

-Sam: No sé si lo sabes, pero ella fue la agente de policía que me ayudó cuando Morgan...

-Lena: ¡Sí, llámala! - interrumpió, antes de que pudiera terminar de explicarle como conseguí el número- ¡Vamos, hazlo! Necesito saber que está bien...

-Sam: ¿Ahora? Sabes que no está permitido utilizar teléfonos móviles aquí dentro. Pero la llamaré en cuánto salga y mañana volveré a contártelo todo

-Lena: No, Sam. No puedo esperar hasta mañana. ¡Llámala, ahora! - dijo, desesperada- Por favor...

-Sam: Está bien - dije, sacando mi teléfono y marcando- ¿Alex?

-Alex: Sam, hola

-Sam: ¿Qué tal? Oye, ¿te apetecería tomarte ese café conmigo?

-Alex: Lo siento, no puedo. Estoy en el hospital con Kara

-Sam: ¿En el hospital? ¿Estás bien?

-Alex: Sí, yo sí. Es Kara. Perdona, no puedo hablar ahora. Estoy esperando qué salga de quirófano. ¿Puedo llamarte después?

-Sam: Claro

Y antes de que pudiera decirle nada más, Alex cortó la llamada.

-Lena: ¿Y bien? ¿Qué te ha dicho?

-Sam: No mucho. Y no creo que lo que voy a decirte vaya a tranquilizarte mucho...

-Lena: ¡Dime! ¿Kara está bien?

-Sam: Está en el quirófano

-Lena: ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué le ha pasado?

-Sam: No lo sé, Lena. Alex cortó la llamada antes de que pudiera preguntarle más - Noté a Lena muy nerviosa- Siento no poder ayudarte. Pero te prometo que averiguaré lo que ha pasado y te lo haré saber

-Lena: Gracias... Sólo espero que ella esté bien - dijo, preocupada

La hora de la visita había terminado hacía diez minutos, pero cómo la sesión de terapia con la Dra. Danvers se había cancelado, me dejaron quedarme un rato más. Durante ese rato, traté de tranquilizar a Lena. Pero no conseguí mucho. Cuando la vi más o menos calmada, me despedí de ella y me fui, prometiéndole que en cuanto supiera algo se lo diría.

ALEX

Estaba en la sala de espera, esperando a que algún médico saliera a darme noticias de mi hermana. Habían operado a Kara hacía un buen rato, y ahora estaba recuperándose de la anestesia.

Nia se había tenido que ir a un examen. Caitlin la llamó mientras Kara estaba en el quirófano para decirle qué habían adelantado el examen de mañana a hoy y, aunque ella quería quedarse, yo insistí en que se fuera. Sabía que se trataba de un examen importante y no podía faltar.

Cuando Kara salió de la operación le envié un mensaje de texto para decirle que todo estaba bien y qué estaba esperando qué se despertase. Mientras esperaba llamé a mamá para decírselo. Al principio se asustó un poco, pero cuando le dije que Kara estaba bien suspiró, aliviada. Me dijo que se pasaría por el hospital esta tarde, en cuánto estuviera de vuelta en la ciudad.

-Médico: Señorita Danvers - dijo, acercándose, junto a una enfermera

-Alex: Hola doctor - dije, levantándome de mi asiento- ¿Mi hermana está bien?

-Médico: Sí, acaba de despertarse de la anestesia. Puede ir a verla, la enfermera la acompañará

-Enfermera: Venga conmigo - Seguí a la enfermera hasta la habitación de Kara, ésta abrió la puerta y me dejó pasar- Sólo diez minutos

La enfermera cerró la puerta, y yo me acerqué a Kara, que parecía mareada. Imagino que por los efectos de la anestesia.

-Kara: Hola Alex

-Alex: Kara, ¿cómo estás? Nos diste un susto de muerte, que lo sepas. Cuando te desmayaste al llegar al hospital pasó de todo por mi mente. Me imaginé lo peor

-Kara: Exagerada...

-Alex: Deberías haberte visto. Estabas muy pálida

-Kara: Sí, bueno, el médico dice qué de haberme estallado el apéndice la operación habría sido mucho más complicada y qué podría haber sido peligroso. Así que gracias por traerme tan rápido. Gracias a ti la intervención fue sencilla e inocua

-Alex: Menos mal, me alegro de que estés bien - dije, abrazándola

-Kara: Auch, ten más cuidado. Aún duele un poco...

-Alex: Lo siento. Y mamá pensando qué era un virus estomacal... ¿Cómo no nos dimos cuenta de que era apendicitis?

-Kara: No lo sé. Nunca había sentido este dolor. ¿Cómo iba a saberlo?

-Alex: ¿Sabes? He de confesarte qué sospeché qué tu malestar y esas náuseas podrían deberse a otra cosa

-Kara: ¿Otra cosa? ¿Cómo qué?

-Alex: Pues... por un momento creí que podrías estar embarazada

-Kara: ¿Embarazada? - preguntó, sorprendida- ¿Por qué creías eso?

-Alex: Bueno, por tus síntomas, supongo. Por eso me asusté tanto cuando empezaste a sentir tanto dolor de camino a National City. De pronto creí qué quizás algo no iba bien con el bebé. Pero bueno, me alegro de qué todo haya quedado en un susto y qué estés bien

-Kara: Sí. Una cicatriz más para mi cuerpo - suspiró, con resignación.

-Alex: Sé lo mucho que odias los hospitales, así qué gracias por estar de tan buen humor - sonreí

-Kara: Eso es porque estoy un poco drogada. Por cierto, ¿tienes mi móvil?

-Alex: Está en el coche. Pero puedo ir a buscarlo si lo necesitas

-Kara: No importa. ¿Me prestas el tuyo? Es para llamar al trabajo, para decirles que no podré ir

-Alex: Tranquila, ya me encargué de avisarles antes

-Kara: Gracias. ¿Crees que tendré que estar mucho tiempo aquí?

-Alex: ¿En el hospital? Un par de días, seguramente

-Kara: Bueno, no es mucho. Creo que podré soportarlo

-Alex: Sí. Pero luego tendrás que guardar reposo para recuperarte. Dada la intervención que te han realizado yo diría qué un par de semanas de baja, como mínimo

-Kara: No puedo estar dos semanas sin ir a trabajar, Alex. Mis pacientes me necesitan

-Alex: Seguro que podrán sobrevivir sin ti

-Kara: No sé... Supongo que sí

-Alex: ¿Estás bien?

-Kara: Sí. Es solo qué... no contaba con esto - dijo, con las manos sobre su vientre- ¿De verdad crees que tendré que guardar reposo dos semanas?

-Alex: Es probable

-Kara: No sé si podré estar tanto tiempo encerrada en el apartamento, sin hacer nada

-Alex: Pues tendrás que hacerlo. Tómatelo como unas vacaciones

-Kara: Acabamos de volver de unos días de vacaciones, Alex. Ahora lo que necesito es volver al trabajo

-Alex: El trabajo puede esperar, lo importante es que te recuperes.

En ese momento apareció la enfermera.

-Enfermera: Señorita Danvers...

-Alex: ¿Ya? Sí aún no han pasado los diez minutos - dije, mirando el reloj

-Enfermera: Lo siento, son órdenes del médico. La paciente necesita descansar

-Alex: Está bien. Bueno, te veo en un rato - dije, abrazándola. Esta vez con cuidado de no hacerle daño.

Salí por la puerta y mi teléfono empezó a sonar. Era Nia.

-Alex: Nia, ¿qué tal fue el examen?

-Nia: Bien. ¿Kara ya despertó?

-Alex: Sí. Acabo de estar con ella

-Nia: ¿Y cómo está? ¿Quieres qué vaya al hospital?

-Alex: Está bien. Y no te preocupes, mejor quédate en la universidad. Kara necesita descansar

-Nia: Está bien, pero cualquier cosa llámame

-Alex: Claro. Sí quieres podemos comer juntas

-Nia: Vale, pásate por el campus después y me recoges

-Alex: Hecho

Colgué a Nia y llamé a mamá, pero no contestó. Supuse que ya estaría en la carretera, así que no quise insistir mucho. Miré mi agenda, y vi el número de Maggie justo encima del de mamá. Estaba casi segura de haberlo borrado, pero seguía ahí y sentí el impulso de llamarla.

Pese a las últimas conversaciones que tuve con Kara, aún pensaba que teníamos una conversación pendiente. Pero, ¿era buena idea? Kara me había dicho qué nuestra historia se terminó y qué no debería seguir haciéndome daño, pensando en los "y sí..." Pero no podía evitarlo. Era un pensamiento recurrente.

Me senté y solté mi móvil a un lado, en un intento de contenerme. Luego volví a sostenerlo y, con toda la fuerza de voluntad del mundo, eliminé el número de Maggie para evitar tentaciones. Hacía dos meses que ella se marchó y, aunque una parte de mí aún se negaba a aceptarlo, no podía seguir engañándome a mí misma creyendo que todo podría ser diferente entre nosotras. Ya no había un nosotras. Estaba completamente sola.

Me sequé una lágrima que se deslizó por mi mejilla y suspiré, volviendo la vista al frente. Y entonces la vi. Y me pareció una broma cruel del destino.

Pero allí estaba ella, justo delante de mi campo visual. La mujer qué tanto me estaba costando superar. Noté que reparó en mí e instintivamente alcancé un periódico que tenía cerca y traté de ocultarme detrás, sin éxito.

Cuando escuché el sonido de sus botas, acercándose a mí, tragué en seco, y quise desaparecer.

-Maggie: ¿Alex? ¿Eres tú?

Carraspeé, nerviosa.

-Alex: Sí - dije, apartando el periódico de mi cara

-Maggie: Vaya, no esperaba encontrarte aquí. ¿Cómo estás?

Destrozada. Hundida. Muriéndome en vida sin ti.

-Alex: Bien

-Maggie: ¿Qué haces en el hospital? ¿Estás bien?

-Alex: Sí. Es Kara. Apendicitis

-Maggie: Oh, vaya. Espero que esté bien. Yo estoy de servicio, vine por una víctima de violencia doméstica

-Policía: ¡Agente Sawyer, vuelva aquí!

-Maggie: En fin, debo volver con mi compañero. Pero me ha gustado mucho verte, Danvers - sonrió

-Alex: Y a mí... - susurré, mientras se alejaba

Me quedé estática, mirando como desaparecía por el pasillo. Sentía que mi corazón me explotaría de lo rápido qué me latía.

Una enfermera se acercó a mí.

-Enfermera: Señorita Danvers, vamos a llevarle la comida a su hermana. Puede volver a la habitación con ella, si quiere

-Alex: Claro, gracias

Me levanté y caminé hacia la habitación de Kara.

-Kara: Eh, Alex. Llegaste justo a tiempo para comer - dijo, con una sonrisa

-Alex: Hola, una enfermera me avisó de qué podría hacerte compañía

-Kara: ¿Tienes hambre? Podemos compartir mi comida

-Alex: Tranquila, estoy bien. Además, he quedado más tarde para comer con Nia

-Kara: ¿Dónde está, por cierto?

-Alex: En la universidad. Le cambiaron la fecha de un examen y se tuvo que ir a toda prisa. Pero ya hablé con ella. Sabe que estás bien y se alegra mucho por ti

-Kara: ¿Y mamá? ¿Sabe que...?

-Alex: Sí, la llamé mientras te recuperabas de la anestesia. Debe de estar de camino a la ciudad. La llamé hace un rato, pero no contestó

-Kara: El médico me ha dicho que tendré que quedarme en el hospital cuarenta y ocho horas- dijo, jugando con el tenedor- No sé qué voy a hacer aquí durante dos días

-Alex: ¿Descansar?

-Kara: Pero es muy aburrido estar aquí todo el tiempo - protestó.

-Alex: Pues duerme. El tiempo siempre pasa más rápido cuando estás durmiendo

-Kara: Bueno, sí tú lo dices... ¿No tienes que trabajar hoy?

-Alex: ¿Me estás echando?

-Kara: No es eso. Pero imagino que tendrás que ponerte al día con tus casos o lo que sea - dijo, encogiéndose de hombros- ¿No estabas esperando noticias sobre el juicio de Morgan Edge?

-Alex: Sí, lo cierto es que sí. Aún no he tenido tiempo para ponerme al día, pero espero que ya hayan fijado la fecha para el juicio y que Sam pueda acabar con su pesadilla pronto. A todo esto, me llamó esta mañana, quería tomarse un café conmigo

-Kara: ¿Ah, sí? - preguntó, con una sonrisita

-Alex: Sí. Pero tú estabas en quirófano y le colgué rápidamente. Creo que fui un poco brusca, la verdad. Pero la llamaré más tarde

Me quedé mirando cómo Kara comía, en silencio. Y no pude evitar pensar en mi encuentro fugaz con Maggie. No sabía que pensar, ni cómo debía sentirme.

-Kara: ¿Estás bien?

-Alex: ¿Qué?

-Kara: Estás muy callada...

-Alex: Sí, bueno. Estaba pensando

-Kara: ¿En qué?

-Alex: Más bien en quién. Pero no importa. Estás recién operada y no creo qué te apetezca escuchar mis dramas

-Kara: No seas tonta y cuéntame, ¿en quién estás pensando?

-Alex: En Maggie...

-Kara: ¿Otra vez, Alex? Ya hemos hablado de esto mil veces

-Alex: Sí, lo sé. Pero la he visto

-Kara: ¿Cómo qué la has visto?

-Alex: Hace un rato, en la sala de espera

-Kara: ¿Y habéis hablado?

-Alex: Poco. Ella estaba de servicio. Un caso de violencia doméstica. Pero me vio y... bueno, supongo que quiso acercarse a saludarme. Le dije qué te habían operado de apendicitis y poco más. Tenía que volver al trabajo, así que fue un encuentro muy breve

-Kara: ¿Y habéis quedado para otro día?

-Alex: No. Se fue tan rápido qué no me dio tiempo a reaccionar. Aunque supongo qué es mejor así. Justo acababa de eliminar su número de mi teléfono con la idea de pasar página, así que no creo que me convenga quedar con ella otro día

-Kara: Sé que te dije qué no era buena idea tener una última conversación con Maggie. Pero no sé, pensándolo mejor, quizás te venga bien para darte cuenta de qué realmente se acabó

-Alex: No lo sé, cuando volví a verla se me removió todo por dentro. Fue como si me rompiera el corazón por segunda vez. No sé si podré superar a Maggie, Kara.

-Kara: Claro que podrás, ven aquí... - dijo, alargando sus brazos

Me acerqué y Kara me abrazó. Y de pronto me vi llorando desconsoladamente.

-Alex: Lo siento

-Kara: No te disculpes, tú también tienes derecho a sentirte mal. Vamos, suéltalo todo, Alex...

-Alex: Siento que no me he portado muy bien con vosotras estos días - dije, limpiándome las lágrimas- No sé lo que me pasa, creo que me estoy volviendo loca

-Kara: No te estás volviendo loca. Pero es verdad que no puedes alterarte cómo lo hiciste en Midvale y menos en tu estado. Estas embarazada, Alex, y me preocupa que tu inestabilidad emocional pueda afectar al desarrollo del bebé. Sabes lo importante que es tomárselo con calma las primeras semanas

-Alex: Tienes razón. Pero no sé cómo gestionarlo

-Kara: Sabes que tienes nuestro apoyo. Pero quizás te vendría bien ayuda psicológica, creo que un profesional podría ayudarte a superar la ruptura y a canalizar todos esos sentimientos contradictorios. Yo podría recomendarte a alguien, si quieres

-Alex: ¿Crees que es necesario?

-Kara: ¿Quieres que sea sincera?

-Alex: Está bien, pediré ayuda profesional

-Kara: Bien, me alegro de oír eso. Cuando termine de comer, me traes mi móvil y te doy el número, ¿vale?

Cuando Kara terminó de comer, me fui al coche a buscar su teléfono y se lo di.

-Alex: Debería irme ya, Nia estará esperándome. Llámanos si necesitas algo

-Kara: Espera, anota este número

-Alex: Ah, sí. Perdona, dime - Anoté el número que Kara me dictó- Ahora sí, me voy. Pero volveremos por la tarde. Mamá también vendrá. ¿Estarás bien hasta entonces?

-Kara: Sí, creo que dormiré un poco

-Alex: Buena idea

NIA

Estaba en la cafetería, tomándome algo con Caitlin, mientras esperaba que Alex viniera a recogerme para comer juntas. Estábamos repasando las preguntas del examen, cómo siempre solíamos hacer.

Bueno, en realidad yo repasaba las preguntas mientras Cait me decía qué seguro que había contestado bien a todas. Ella siempre confiaba en mí. Pero yo no estaba tan segura esta vez, no esperaba el examen para hoy y, con todo lo de Kara, no estuve muy centrada. Solo esperaba haber obtenido una buena calificación, aunque fuera rozando el aprobado.

-Caitlin: No le des más vueltas, aprobaste. Estoy segura

-Nia: No sé...

-Caitlin: ¿Quieres apostar?

-Nia: ¿Apostar?

-Caitlin: Sí. Sí apruebas, te invito a cenar

-Nia: ¿Y si suspendo?

-Caitlin: Me invitas tú - dijo, sonriendo

-Nia: ¿Qué clase de apuesta es esa? Acabaremos cenando juntas de todos modos

-Caitlin: Sí, pero si apruebas, qué sé que lo harás, cenarás gratis. ¿Qué me dices?

-Nia: Vale, pero si apruebo quiero elegir yo el restaurante

-Caitlin: Me parece justo. Podrás elegir el que quieras

-Nia: ¿Sin límite de presupuesto?

-Caitlin: Sin límite

-Nia: Interesante... - dije, pensativa- Pero si suspendo iremos a una hamburguesería. Mi economía no da para más

-Caitlin: Hecho - dijo, tendiéndome la mano- ¿Aceptas, entonces?

-Nia: Por supuesto - dije, estrechándole la mano, con una sonrisa

Ahora más que nunca necesitaba aprobar ese examen.

-Caitlin: Y bueno, ¿qué tal te fue por Midvale? ¿Disfrutaste de Acción de Gracias?

-Nia: Sí. Aunque fue raro. Kara se puso enferma, Alex se volvió loca...

-Caitlin: ¿Qué quieres decir con qué Alex se volvió loca?

-Nia: La historia corta es que nos encontramos con un antiguo compañero de la universidad de Alex, él me invitó a una fiesta en la playa y todo se descontroló. Me emborraché y al día siguiente no recordaba nada, y Alex estaba convencida de que ese tipo y yo nos habíamos acostado

-Caitlin: ¿Y lo hiciste? ¿Te acostaste con él?

-Nia: No lo creo, al menos es lo que dijo él cuando Alex le increpó, pidiéndole explicaciones

-Caitlin: ¿Cómo que no lo sabes?

-Nia: Bebí mucho, y aún sigo con amnesia. No sé si algún día recordaré algo de lo que pasó esa noche. Pero no creo que él se aprovechara de mí sí estaba tan borracha

-Caitlin: ¿Y crees que te hubieras acostado con él si se hubiera dado la oportunidad? Ya sabes, sí no hubieras estado tan borracha y hubieras sido más consciente de lo que hacías...

-Nia: No lo creo. Reconozco qué Jack es mono. Pero apenas le conozco. Nunca me habría atrevido a hacer algo así. No voy por ahí acostándome con desconocidos - reí

-Caitlin: Bueno, te recuerdo qué te echaste en brazos de William

-Nia: ¡Cait, no me lo recuerdes! - dije, cubriéndome el rostro, avergonzada- Ya sabes la vergüenza que pasé por aquello

-Caitlin: Solo era una observación. A William tampoco es que le conocieras mucho

-Nia: Bueno, pero estuvimos quedando varias veces durante un mes. Es diferente

-Caitlin: ¿Y crees que si le conocieras más podrías tener algo con él?

-Nia: ¿Con Jack? Bueno, después de lo que pasó no creo que volvamos a vernos. Así que... - dije, encogiéndome de hombros- De todos modos, ¿a qué viene tanto interés por mi vida amorosa?

-Caitlin: Nada. Simple curiosidad

-Nia: ¿Y tú, qué? ¿Has estado divirtiéndote en mi ausencia?

-Caitlin: Pues sí, la verdad. El sábado por la noche estuve en un bar de copas con una amiga. Vino de Metrópolis a pasar el fin de semana y me llamó para quedar

-Nia: Guay. ¿Y lo pasaste bien?

-Caitlin: Mucho. Aunque a medianoche mi amiga me dejó tirada para irse con un ligue

-Nia: Vaya. Deberías haber hecho lo mismo. Seguro que muchos hombres te coquetearon esa noche, como siempre - sonreí

-Caitlin: En realidad fuimos a un bar de mujeres. Pero sí, ellas también me coquetearon. Aunque yo no estaba interesada en irme con ninguna. Así que me marché a casa sola

-Nia: Obvio. A ti no te gustan las mujeres - dije, con seguridad.

-Caitlin: ¿Por qué crees eso?

-Nia: ¿Qué?

-Caitlin: ¿Por qué crees que no me gustan las mujeres?

-Nia: Pues porque no te gustan. ¿No? - pregunté, empezando a dudar - En ese momento mi teléfono, que estaba sobre la mesa, empezó a sonar- Espera, es mi hermana - dije, contestando la llamada- ¿Alex? ¿Ya estás aquí?

-Alex: Sí. ¿Dónde estás?

-Nia: En la cafetería del campus

-Alex: Vale, voy para allá

Poco después, Alex apareció por la puerta. Agité el brazo para llamar su atención y, cuando me vio, se acercó a nosotras.

-Nia: Alex - dije, cuando se acercó- ¿Cómo está Kara?

-Alex: Bien. Estuve un rato con ella mientras comía. Está un poco desanimada porque tendrá que quedarse dos días en el hospital. Pero por lo demás, su actitud es buena y estoy segura de que se recuperará pronto

-Nia: Me alegro. Por cierto, hablé con mamá hace un rato. Me dijo que intentó devolverte la llamada cuando paró en una área de servicio. Pero que tu teléfono estaba apagado o fuera de cobertura

-Alex: Ah, no sé. Es posible. En los hospitales a veces la señal falla. ¿Qué te dijo?

-Nia: Que está de camino. Llegará a la ciudad a primera hora de la tarde y se irá directamente al hospital

-Alex: Bien - dije, mirando el reloj- Por cierto, hola Caitlin, qué ni siquiera te saludé

-Caitlin: Hola Alex, no te preocupes. Bueno, debería irme. Kay estará esperándome para comer

-Nia: Vale...

-Alex: Quédate a comer con nosotras, Caitlin. Podemos comer aquí - dijo, sentándose- El otro día probé una hamburguesa que me gustó mucho

-Nia: ¿Qué dices, Cait? ¿Te quedas con nosotras?

-Caitlin: No sé. No quiero ser una molestia...

-Alex: Tonterías, no molestas en absoluto. Anda, quédate

-Caitlin: Bueno, vale. Pero después de comer me voy

Pedimos unas hamburguesas con refresco para todas y patatas rancheras para compartir. Estuvimos comiendo y luego Alex se ofreció a llevar a Caitlin a su casa. Al principio se negó, pero el hospital nos quedaba de camino, así que acabó aceptando.

-Caitlin: ¿Nos vemos mañana? - preguntó, cuando llegamos

-Nia: Sí, claro

-Caitlin: Hasta mañana - dijo, inclinándose y dándome un beso en la mejilla- Gracias por traerme, Alex

-Alex: De nada. Cuando quieras

Cuando Caitlin entró en casa, Alex se dirigió al hospital.

-Nia: Gracias por traer a Cait a su casa

-Alex: No ha sido nada. El hospital está de camino. Por cierto, ¿qué tal con ella? ¿te echó de menos?

-Nia: ¿Cómo dices?

-Alex: Bueno, es tu mejor amiga. Seguro qué te echó de menos, cómo tú a ella. ¿O acaso no la extrañaste mientras estábamos en Midvale?

-Nia: Sí, supongo que... si

-Alex: ¿Y qué ha estado haciendo estos días sin ti?

-Nia: Pues al parecer el sábado estuvo de copas con una amiga suya qué vino a la ciudad a pasar el fin de semana

-Alex: Ah, qué bien

-Nia: Sí, por lo visto fueron a un bar de mujeres - dije, intentando procesarlo.

No podía dejar de pensar en las palabras de Cait y en la posibilidad de que le gustasen las mujeres. ¿Cómo es que no me había dado cuenta antes?

-Alex: ¿Cómo dices? ¿Te refieres a...?

-Nia: Sí, ya sabes...

-Alex: Vaya, así que a Caitlin le gusta salir por esos ambientes ¿eh? - dijo, con una sonrisa pícara

-Nia: Creo que fue idea de su amiga. Pero por lo que hablamos, no parecía qué ella se sintiera muy incómoda con eso. Y luego me dijo algo que... bueno, no sé cómo debería interpretar

-Alex: ¿Qué quieres decir? ¿Qué te dijo?

-Nia: Me estuvo contando que fue al bar de copas con su amiga y que algunas mujeres le coquetearon. Pero que ella no estaba interesada en ninguna. Yo le contesté que obvio, porque a ella no le gustan las mujeres. Y ella me dijo '¿Y por qué crees eso?'

-Alex: Entiendo. ¿Y por qué lo crees?

-Nia: ¿Qué?

-Alex: ¿Por qué crees que a Caitlin no le gustan las mujeres?

-Nia: Porque no. No lo sé - dije, confusa- Es mi mejor amiga, creo que me habría dado cuenta sí esas fueran sus preferencias sexuales ¿No?

-Alex: O no. A lo mejor no has querido ver lo que tenías delante de tus narices

-Nia: ¿Qué quieres decir?

-Alex: Siento ser yo quién te lo diga, hermanita. Pero Caitlin es lesbiana

-Nia: ¿Qué? ¿Y por qué no se marchó con ninguna de las mujeres que la estuvieron coqueteando la noche del sábado? Ella es preciosa, podría haberse enrollado con quien quisiera

-Alex: Puede que Caitlin ya tenga a otra mujer en su corazón, y esa sea la razón por la que no puede interesarse por nadie más

-Nia: ¡Qué tontería! Sí a Cait le gustase alguien, ¿no crees qué me lo habría dicho?

-Alex: Bueno, igual teme tu reacción. Probablemente vuestra amistad sea muy importante para ella y le preocupa estropearlo con su confesión

-Nia: ¿Estropearlo con su confesión? ¿De qué estás hablando, Alex? Sí a Cait le gustan las mujeres yo la apoyaré. No me importa su orientación sexual. Es mi mejor amiga y la quiero tal y cómo es

-Alex: ¿Cuánto dirías que la quieres?

-Nia: Muchísimo. Ella lo es todo para mí, Alex. Por eso no entiendo qué no confíe en mí para contarme algo así. Siempre lo hemos compartido todo

-Alex: Entonces creo que deberías hablar con ella

-Nia: Pienso hacerlo. Mañana mismo

KARA

Abrí los ojos y vi a mamá, sentada en un sillón leyendo.

-Kara: ¿Mamá...? - pregunté, frotándome los ojos

-Eliza: Cielo... - dijo, levantándose. Dejó el libro a un lado y se acercó a mí- ¿Cómo estás?

-Kara: Bien, un poco cansada. ¿Cuándo has llegado? - pregunté, un poco aturdida aún

-Eliza: Llegué hace quince minutos, pero dormías tan tranquila que no quise despertarte. Ya me ha contado tu hermana qué te han operado de apendicitis. ¿Cómo pudiste dejarlo tanto? ¿Sabes lo peligroso qué podría haber sido?

-Kara: No me regañes, por favor...

-Eliza: Lo siento. Pero no vuelvas a darme estos sustos. ¿Entendido?

-Kara: Sí, mamá. ¿Qué tal el viaje de vuelta?

-Eliza: Un poco accidentado. Pero llegué, que es lo que importa

-Kara: ¿Tan malo fue?

-Eliza: Estuvo lloviendo casi todo el camino y hubo un par de cortes por inundación. Tuve qué tomar un desvío y eso me retrasó más. Pero lo importante es que estoy aquí. ¿Necesitas algo?

-Kara: Un poco de agua

-Eliza: Claro, te serviré un vaso - dijo, sujetando una jarra que habían dejado en la mesilla y llenando el vaso- Ten, bebe despacio

Sujeté el vaso y comencé a beber.

-Kara: Alex me dijo que Nia y ella se pasarían esta tarde por el hospital. ¿Les has avisado de que ya estás aquí?

-Eliza: Pues no. Pero las aviso enseguida - dijo, sacando el teléfono

En ese momento alguien golpeó la puerta, asomándose.

-Alex: ¿Se puede?

-Kara: ¡Alex! ¡Sí, pasa! - dije, haciéndole un gesto

-Alex: Hola, te veo animada. Me gusta eso - dijo, acercándose- Hola mamá, ¿cuándo has llegado?

-Eliza: Acabo de llegar. Estaba a punto de llamaros para avisaros

-Nia: Hola Kara. ¿Cómo estás? Menudo susto nos diste esta mañana...

-Kara: Lo sé, y lo siento. Pero estoy bien - sonreí- Solo tengo que quedarme dos días en esta habitación y seré libre

-Alex: De eso nada. Cuando te den el alta en el hospital te llevaré al apartamento y me aseguraré de qué cumplas con las indicaciones de los médicos. Nada de esfuerzos y reposo absoluto. ¿Entendido?

-Kara: No puedes vigilarme las veinticuatro horas del día. Tienes que trabajar. Y Nia, tú tienes clases

-Eliza: Yo iré a cuidarte todos los días

-Kara: ¿Todos?

-Eliza: Sí, hasta que te recuperes

-Kara: No será necesario, creo que podré apañármelas sola

-Eliza: No, no podrás. Al menos hasta que cicatrice la herida de la operación vas a necesitarme para casi todo

-Kara: ¿Casi todo?

-Eliza: Bueno, confío en qué podrás ir al baño tu sola. Por lo demás, olvídate de tu intimidad por unos días

-Kara: ¿Estáis escuchándola y no decís nada? - pregunté, mirando a mis hermanas

-Alex: Mamá tiene razón. Vas a necesitar nuestra ayuda, te guste o no. Así que ya puedes ir haciéndote a la idea

-Kara: ¿Nia?

-Nia: A mí no me mires - dijo, encogiéndose de hombros- Ellas mandan

-Kara: Entonces sólo me queda resignarme... - suspiré

La tardé pasó rápido. Estuve entretenida con mamá y mis hermanas, así que no tuve tiempo de aburrirme. No supe que había anochecido hasta que la enfermera del turno de noche entró en la habitación para traerme la cena.

-Eliza: Chicas, creo que deberíais iros a casa. Yo me quedaré con Kara esta noche

-Kara: No hace falta que se quede nadie, mamá. No tengo diez años

-Eliza: Bueno, pienso quedarme igualmente. Así que...

-Kara: Está bien. Pues quédate. Pero no creo que ese sillón de ahí sea muy cómodo para dormir

-Eliza: No me importa. Eres mi hija y es mi obligación velar por tu bienestar

-Alex: Bueno, pues ya que mamá va a ocuparse de ti nosotras nos vamos. Pero me pasaré por la mañana antes de ir a comisaria

-Nia: Yo tendré que ir a clase. Pero vendré a verte por la tarde - dijo, abrazándome

-Kara: Tranquilas, cuando podáis. No tengo intención de irme a ningún sitio- bromeé

Cuando Alex y Nia se marcharon, empecé a cenar bajo la atenta mirada de mi madre. Luego me tomé la medicación y empecé a parpadear, mientras ella me leía un poema de su libro, hasta que acabé dejándome vencer por el sueño.

Martes, 1 de diciembre de 2020

Abrí los ojos y mamá se levantó del sillón, acercándose.

-Eliza: Buenos días, cariño. ¿Dormiste bien?

-Kara: Sí, pero... - dije, llevándome la mano al vientre- Tengo náuseas...

-Eliza: ¿Náuseas?

-Kara: Sí... ¿Puedes ayudarme a levantarme y llegar hasta el baño?

-Eliza: Claro, ven aquí - dijo, sujetándome con cuidado y acompañándome. Entré al baño, me acerqué al váter y empecé a vomitar - ¿Estás bien? - preguntó, desde fuera.

-Kara: Sí...

Cuando terminé, me incorporé con cuidado, me enjuagué la boca y me lavé un poco la cara.

-Eliza: Ven aquí... - dijo, cuando salí- Te ayudaré a volver a la cama

-Kara: Gracias

Volví a la cama y, en cuanto me tumbé, una enfermera entró con el desayuno. Dejó la bandeja delante de mí y tuve que aguantar mis náuseas.

-Enfermera: ¿Está usted bien? No tiene muy buena cara

-Eliza: Tiene náuseas

-Enfermera: Oh, entiendo. Puedo darle algo para que se sienta mejor

-Kara: Gracias, pero no hace falta

-Eliza: ¿Estás segura, cielo?

-Kara: Sí, se me pasará

-Enfermera: Bien. Aun así, si necesitan algo estaré por los pasillos - dijo, saliendo de la habitación

Mamá se quedó mirándome fijamente.

-Kara: ¿Qué pasa?

-Eliza: Nada. Es solo que no me gusta verte así. Creí que después de la operación ya no te sentirías mal

-Kara: Aún estoy convaleciente, mamá. Es normal tener el cuerpo un poco revuelto, ¿no?

-Eliza: Sí, supongo

-Kara: Tú no te preocupes. Seguro que en unos días estaré mejor - dije, convencida- Bueno, ¿qué hay para desayunar?

-Eliza: ¿Quieres desayunar? Creí que tenías el cuerpo revuelto

-Kara: Y lo tengo. Pero también tengo hambre - sonreí, ansiosa.

-Eliza: Está bien. Pues tenemos... leche, zumo y... unas galletas

-Kara: Vaya, ya podrían tener tortitas... No sabes lo mucho que me apetecen ahora mismo

En ese momento apareció Alex, con un plato de tortitas en la mano.

-Alex: ¡Buenos días familia! ¿Quién tiene hambre?

-Kara: ¡No puede ser! ¿Me has leído el pensamiento? - dije, sorprendida- Dime que esas tortitas son para mí

-Alex: ¡Claro! Estaba desayunando en la cafetería de la esquina y vi que tenían tortitas. Así que pedí unas pocas para llevar pensando que te apetecerían - dijo, acercándose- Cómetelas, aún están calientes

Aparté la bandeja del hospital y le quité el plato con tortitas a Alex.

-Kara: ¡Están increíbles! - dije, cuando probé una- Muchas gracias Alex, me apetecían mucho. Mamá puedes beberte mi zumo y comerte mis galletas. Yo solo quiero el vaso de leche- dije, devorando las tortitas

-Eliza: Gracias, pero necesito un café. Y, aprovechando que estás tú aquí - dijo, mirando a Alex- voy a bajar a la cafetería

-Alex: Vale, pero no tardes. Tengo que irme a comisaria, no puedo quedarme mucho

-Eliza: Tranquila, enseguida vuelvo - dijo, saliendo de la habitación

-Alex: ¿Qué tal has pasado la noche?

-Kara: Bien, me quedé dormida enseguida. Aunque me sabe mal por mamá, seguramente ella no habrá descansado tan bien. ¿Y vosotras, habéis dormido bien?

-Alex: Sí. Le devolví a Nia su cama y yo dormí en la tuya. Pero tengo pensado volver a mi apartamento cuando regreses a casa

-Kara: ¿Por qué? Nos gusta tenerte en casa

-Alex: Lo sé, pero creo que ya va siendo hora de enfrentarme a mi nueva realidad. ¿No crees?

-Kara: Sí, supongo. Aunque me dará pena que te vayas - dije, haciendo puchero- Pero seguro que Nia lo agradecerá. Estoy segura de qué, aunque no se queje, está harta de tener que compartir la cama conmigo - sonreí- Por cierto, ¿le devolviste la llamada a Sam?

-Alex: ¡Mierda, no! ¡Lo olvidé por completo! - dijo, llevándose las manos a la cabeza- Espero qué no se lo haya tomado a mal

-Kara: No lo creo. Pero si le dijiste que la llamarías creo que deberías hacerlo. Por educación, más que nada

-Alex: Lo sé. Y la llamaré más tarde, prometido. No quiero qué se lleve una impresión equivocada de mí

-Kara: Yo también debería llamar al trabajo, para poner al día a mi jefa y solicitar la baja temporal

-Alex: Pues sí, deberías

De pronto pensé en Lena. Me preguntaba sí sabría de mi situación, sí alguien habría puesto al tanto a mis pacientes de que me encontraba en el hospital. Y, de ser así, ¿sabrían el motivo?

-Kara: Una pregunta, ayer cuando llamaste a Kandor ¿qué les dijiste?

-Alex: ¿Cómo dices?

-Kara: Ya sabes, cuando llamaste a mi jefa para avisarle de que no iría a trabajar. ¿Qué razón le diste?

-Alex: Pues le dije que estábamos en las urgencias del hospital. Y que no podrías acudir al trabajo

-Kara: ¿Entonces no sabe qué me operaron de apendicitis?

-Alex: No

Esa respuesta no me gustó, porque significaba qué, o bien mis pacientes no sabían que mi ausencia de ayer se debió a que estaba en el hospital. O bien sí lo sabían, pero no el motivo. Y eso era lo peor.

Empecé a pensar en Lena preocupada por mí, preguntándose porque tuve que venir a las urgencias del hospital. Y saber que podría estar mal empezó a agobiarme un poco.

-Kara: Tengo que llamar a mi jefa. ¿Puedes dejarme a solas?

-Alex: Claro. Tengo que irme de todos modos- dijo, acercándose a la puerta- Nos vemos más tarde, ¿vale?

-Kara: Vale

En cuanto Alex salió de la habitación, telefoneé a Kandor y me puse en contacto con la Dra. Quinzel. Le expliqué el motivo de mi ingreso en el hospital y le pedí que, por favor, informara a mis pacientes de la razón de mi ausencia, tanto de ayer, cómo de los próximos días.

No quería que Lena estuviera preocupada por mí, necesitaba asegurarme de qué estaría bien hasta que estuviera recuperada y pudiéramos volver a vernos.

ALEX

Me dirigía a la salida del hospital cuando me crucé con mamá, que venía por el pasillo.

-Eliza: Eh, Alex, ¿ya te vas?

-Alex: Sí. Kara tenía qué llamar a su jefa para informarle de su situación y yo aproveché para irme- dije, mirando el reloj- Tengo que estar en comisaria en quince minutos

-Eliza: Entonces no te entretengo más. ¿Vendrás después?

-Alex: Claro

-Eliza: Muy bien, cielo. Qué te vaya bien

Salí del hospital, y me dirigí a comisaria. Cuando llegué, lo primero que hice fue dirigirme al despacho del jefe Jones. Ayer, cuando tuve qué llevar a Kara al hospital, le llamé para avisarle de que no podría ir a trabajar y le pedí el día de asuntos propios. Pero ahora qué mamá estaba ocupándose de cuidar de Kara era el momento de volver al trabajo.

Me acerqué al despacho, y golpeé la puerta.

-Alex: ¿Se puede? - pregunté, asomándome

-John: Claro, agente Danvers. Pase, y siéntese - Entré, y me senté- ¿Cómo se encuentra su hermana?

-Alex: Bien. Ahora tendrá qué guardar reposo para recuperarse

-John: Sí, la recuperación es lenta. Así que tendrá que tener paciencia

-Alex: Pues Kara tiene muy poca paciencia, a decir verdad. Pero confío en qué lo llevará lo mejor posible

-John: Seguro que sí. Y bueno, ¿qué le trae por mi despacho?

-Alex: Bueno, lo primero, quería avisarle de qué desde hoy me incorporo a mi puesto de trabajo. Y, lo segundo, me preguntaba sí hay novedades sobre el caso de Morgan Edge. ¿Ya hay fecha para el juicio?

-John: ¿No se lo ha dicho su compañero?

-Alex: No. ¿Decirme, qué?

-John: Lionel Luthor ordenó que retirasen todos los cargos de su yerno. Su expediente está limpio. No habrá juicio

-Alex: Pero entonces... eso significa qué ¿ese hombre está libre? - pregunté, nerviosa

-John: Eso es. Salió de prisión la semana pasada. Sin cargos, no podían retenerle

-Alex: No puede ser... ¿Y su mujer? Podría estar en peligro

-John: Bueno, no hemos vuelto a recibir ninguna llamada ni denuncia por parte de la señora Luthor-Edge

-Alex: Pero eso no significa que ella esté bien. Ese hombre es un violento. Usted no vio cómo quedó después de aquella paliza. No estuvo en el hospital, esa mujer estaba aterrada

-John: No sé qué decirle, agente Danvers. Soy el primero que odia ese tipo de comportamientos. Condeno muy severamente cualquier tipo de violencia, pero más aún la violencia doméstica o de género. Pero sin denuncia, no podemos actuar...

-Alex: Pido permiso para presentarme en su domicilio con una orden de alejamiento. Sí Sam, es decir, la señora Luthor-Edge, ha vuelto a casa con ese hombre corre un grave peligro...

-John: Entiendo su preocupación. Pero no debería implicarse tanto con la víctima de un caso. Ya sabe cuál es el protocolo

-Alex: Lo sé, y créame que no tenía intención de que acabase siendo un asunto personal. Pero resulta que esa mujer, casualmente, es la hermana mayor de Lena Luthor, una paciente de Kara. Sus padres se desentendieron de ella, así que su hermana Samantha es lo único que le queda. Y no puedo permitir que le pase algo, no puedo permitir que la pierda

-John: Ya veo. Bueno, puedo conseguirle una orden. Pero tardará un par de días

-Alex: ¿Dos días?

-John: Lo siento. Ojalá pudiera firmarle la orden yo mismo. Pero hay unos protocolos

-Alex: Malditos protocolos... - resoplé, girando los ojos- En fin, muchas gracias de todos modos jefe Jones. Esperaré esa orden

-John: De acuerdo, le avisaré en cuánto la reciba

Salí del despacho del jefe Jones un poco desanimada. Dos días. Morgan llevaba desde la semana pasada en la calle. ¿Qué implicaba esperar dos días más? Sí hubiera querido hacerle daño a Sam ya se lo hubiera hecho. O quizás estaba haciéndoselo ahora. Entonces recordé la llamada que me hizo ayer para tomarnos un café. ¿Sería su forma de intentar pedirme ayuda? ¡Dios...! Si ya me sentía mal por no haberle devuelto la llamada, ahora me sentía mucho peor.

Saqué mi móvil y marqué su número, pero no contestó. Insistí un par de veces más, sin éxito. Y fue entonces cuando empecé a ponerme más nerviosa. ¿Y sí le había pasado algo?

No podía esperar para averiguarlo. No podía quedarme sentada, esperando esa maldita orden. Tenía qué actuar ya. Debía ir a su apartamento. De inmediato.

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