Extra: "Detrás de cámaras" (Especial 10k)
Y ustedes se preguntarán: ¿Qué sucedía en la mente de las escritoras de esta novela? Pues nada sano, la verdad.
Mientras tanto en la mente de las hermanas Lenas…
—Corten, Cristal se supone que tienes que estar limpiando el piso, no comiendo chocolate.
Hansel ríe desde atrás mientras estaba en toalla.
—¿Dios mío Cristal se come todo eso? —pregunta Sabrina comiendo palomitas.
—Y sobre la meseta.
—¡Cela!
Todos ríen.
—¡Corten, vamos a repetir! ¿Dónde está la tía volcánica?
—¡Está dándole como cajón que no cierra al ricachón que se consiguió!
Una mujer con gafas abre la puerta y Verónica se sienta en la cama del set de forma dramática.
—¿Qué veo, un rival?
Las luces se apagan y todos aparecen en un sofá cuando se encienden.
—Bueno, chicos, aquí está la entrevistadora que se han inventado sus creadoras para… —Mira a James—. ¡Joder, James, con la cortina del set no!
Corten, repetimos…
—Hola a todos, yo soy la entrevistadora de los personajes de Placer a la Vida, y estoy muy curiosa en saber la respuesta a algunas preguntas que rondan por mi cabecita.
—Pues, ándele, señorita y comience con la entrevista.
—Me voltearé hacia ti. ¿Tú eres Cristal, no?
—Sí, Cristal Monserrat.
—Dime, Cristal. ¿Qué sentiste cuando te quitaron la virginidad en la meseta?
—Ahaa…
Grillos de fondo.
—Joder, la verdad que la meseta estaba fría pero con ese calor hasta el polo norte se aguanta.
Se escuchan risas.
—Vaya, Cristal. ¡Qué directa!... Hansel. ¿Qué sentiste cuando Cristal entró a tu casa? ¿Era igual que las otras chicas que tú conocías?
Cristal mira a Hansel curiosa.
—Sinceramente pensaba que me la follaría a la primera y ya…
Sonido de uuuuuu.
—Pero es que la chica tiene carácter, y me enamoré.
Sonido de awwww.
—Ay, pero qué románticos los chicos. ¿Hansel, nos puedes contar un poco más sobre el perrito que apareció en un cuadro de la galería de Cristal?
—Bueno… No es un tema muy agradable para hablar…
Silencio absoluto.
—Pues… ¿Quisieras que no te preguntáramos del tema y nos quedemos con la intriga?
—Sinceramente… —Hansel mira a ambos lados—. Sip.
—Bueno, ¡Verónica! —Verónica salta—. Hace rato quería hablar contigo y es que admiro mucho algo: ¿Cómo es que fuiste capaz de guardar un secreto tan grande a tu sobrina y a la gente en general? Pensamos que eras una maldita monja.
—Bueno, la verdad es que sí me fue difícil, o sea, los primeros años luego de regresar no podía ni siquiera salir de la casa. —Ríe—. Pero es parecido a cuando te propones una meta, simplemente debes dejarlo pasar.
Ríe.
—¿Y qué crees de la historia de tu sobrina? ¿No crees que el camino que tomas para alejarla de algo es el mismo que la lleva a su destino? ¡Porque vaya que la quisiste proteger! Pero nosotros solo veíamos a la tía volcánica.
Todos ríen.
—Bueno, la verdad es que cuando te toca ni aunque te quites.
—Lo que viene para uno, viene de verdad. ¿James, por qué carajos te tenías que limpiar con las cortinas de baño de Karen? ¿Es un nuevo método de conquista?
Todos ríen.
—Bueno, no sé pero parece que funcionó, además estaba borracho y sin papel.
—Ay, Karen. Cuidado con lo que James le enseñe a tus hijos. Te lo aconsejo. Y Karen… hablando de ti. Sé que perdonaste a tus padres adoptivos pero… me da curiosidad saber si encontraste a tus verdaderos padres.
—La verdad es que no me interesa. Papá me dijo que me dejaron apenas siendo una bebé recién nacida. —Suspira—. Yo solo tengo a mis padres Bernardo y Carmen, ellos me criaron y estuvieron conmigo en las buenas y en las malas. Créeme que no pude pedir mejores padres.
—Qué lindas palabras, Karen. ¿Alguien quiere añadir algo más a la entrevista?
La señora Cela levanta la mano.
—Dígame, Cela. Puede hablar.
—¿No quiere que le haga una sopita, mija?
Se da una cachetada mental y se ríe —No, gracias, no tengo hambre. Eres muy amable, Cela.
—Hansel, ayúdame con las compras.
—¡Cela, estamos en una entrevista!
—¿Cela, qué escenas de Cristal y Hansel usted ha presenciado que quiera compartir con nosotros?
—Bueno, mija, la verdad fue aquel donde casi se besan por las toallas.
—Cela, ¿tú viste eso? —pregunta Cristal.
—Bueno… la verdad es que te tardaste demasiado. —Ríe.
—¡Oh, vaya! ¡Qué interesante, Cristal! Eres muy pícara —Cristal se ríe.
Ay, Cela, esa no me la sabía.
—Oigan, ¿escucharon eso? —pregunta Karen.
—Yo sí lo escuché —dice James mirando al techo en busca de cámaras ocultas.
—Yo también la escuché —dice Cristal—, es más, he estado escuchando esa misma vocecita desde que me escapé de la casa.
—Amor, ya tengo miedito —dice Hansel.
¿Miedo? ¿Miedo de qué?
—¡Ahh! ¡Ha vuelto a pasar! —dice Karen.
—¿Entonces no estoy loca? —pregunta Cristal.
—¡Esa maldita voz se ha metido en cada maldito asunto mío!
Y los más privados, Verónica.
Se paró de repente.
—¡¿Qué?! ¿Dónde están las cámaras ocultas? ¡Cristal, esta vez tu tía no está loca, que conste! —chilla Verónica.
—Hasta a mí me ha pasado —dice Eduard.
¡Cállate, que tú estás muerto!
—¡Ahaaa Miranda! —Esteban se tira a los brazos de Miranda la cual lo dejó caer al suelo.
—Estás peor que con la maldita cucaracha —dijo Miranda.
¿Quieres una cucaracha?
—¡¡Puede ser una cucaracha parlante!! —dice Esteban.
—¡Ahaaa ¿Dónde?! —Verónica se sube a los brazos de su millonario—. ¡Ya está bueno! ¿Quién es el infiltrado con esa maldita voz?
No nos asustas, maldito volcán.
Tembló Verónica.
—Tía, el volcán eres tú. No te cambies la identidad ahora.
La tía volcánica quiere dejar de ser volcánica.
—¡Ahaaa! ¡Qué miedoooo! —chilla Verónica.
—Muéstrate, maldito demonio.
En cambio de que fuéramos demonios, sería demonias, cafetera.
—¿Qué? ¿Así que son dos demonias? —pregunta Hansel.
—¿Y cómo saben lo de cafetera? ¡me estoy asustando! —dice Cristal.
—¡Son espías! —interviene Cela.
La puerta del set se abre haciendo un crujido de miedo. Todos miran hacia allá con los ojos como platos.
Entran dos chicas de 17 años. Las dos de cabellos castaños. Una con ojos miel y la otra con los ojos marrones.
Ayle: Hola…
Saludó la que tenía gafas.
Lena: ¡Ya quería conocerlos en persona!
Saludó la otra chica de cabello largo, prácticamente chillando de la emoción
Ayle: Lena, para el alboroto. ¿No ves que ni siquiera saben qué decir?
La chica de las gafas ríe y su vista se dirige a Hansel.
Ayle: uy... Papasito~
Lena: Mira quién habla... Cristal se va a poner celosa, Ayle.
Cristal miró a la otra chica confundida y luego a la primera.
Cristal: ¿Quiénes son ustedes?
Ayle: Basta por decir que sin nosotras ustedes no existen.
Sonríe de forma cuadrada
Lena: Exactamente.
Le siguió el hilo.
Lena: Hemos estado ahí todo este tiempo.
Cristal: ¿Hasta cuándo...?
Lena: Siempre. Hemos presenciado escenas que ni te imaginas... ¿Verdad, Ayle?
Ayle: Ajá, ajá.
Decía la de los espejuelitos asintiendo como niña pequeña
Ayle: ¡¡Ay, pero Lena, mira!!
Saltó al ver a Verónica y corrió hacia ella.
Lena: ¡Verónica! ¡La tía Volcánica! ¡Ay por Dios, estaba loca por conocerte! Nos has cambiado la maldita vida.
Corrió hacia ella y la abrazó, ella quedó atónita.
Verónica: No las conozco pero últimamente me gusta dar mucho amor.
Ríe y nos abraza.
Lena: Cómo has cambiado, volcán. —me acerco a su oído—. Eres mi personaje favorito.
Ayle: Y el mío también.
Verónica: Ay mis niñas.
Patricia: ¡Mamá!
Verónica: No te pongas celosa, Patri. Son mis otras niñas.
Aylena se separa.
Ayle: ¿Bueno, yo creo que ahora sí podríamos ponerle un fin a la historia, verdad Lena?
Lena: Claro que sí, aunque los voy a extrañar mucho. Siempre los tendré en mi corazón.
Todos se unen a un abrazo.
Lena: Aylena, te doy los honores.
Asintió y tomó el cuaderno donde escribimos todo. Los miró y sus ojos se aguaron levemente.
Tomó el lapicero y empezó a escribir.
Y así una historia concluye, tal vez no hayan más capítulos de esta aventura tras el secuestro de Cristal pero nos llevamos algo muy grande.
Las lágrimas…
Las risas…
El amor…
La roña que les teníamos a algunos personajes al principio…
Los besos…
Las caricias…
Las peleas de Hansel y Cristal…
Los secretos abiertos…
Los amigos…
Los gritos y alborotos que se formaban en la comisaría…
Las fiestas...
El amor de Karen y James…
Las reflexiones…
Las horas…
Los paisajes…
Las traiciones…
El pasado de Verónica…
Todo, todo eso hizo que esta historia se escribiera.
Pero ahora llegó el momento de cerrar el libro y darse cuenta que una historia acaba pero miles de historias nacen a cada minuto.
Ahora te toca a ti.
Escribe tu historia con cada segundo de tu vida, lucha por lo que amas y prueba cosas diferentes.
Ríe, ama y enamórate, que no está prohibido.
Es tu turno de darle Placer a la Vida.
Fin.
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