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Capítulo 6

CAPÍTULO 6.

Caminó hacia la mesa de las bebidas, donde la cumpleañera haría el brindis y casi todas las personas se agrupaban como una multitud estruendosa a su alrededor, empujando a sus lados mientras las chicas borrachas se caían una tras la otra como fichas del dominó. 

En el momento del brindis, Karen levantó su copa y todos se mantuvieron en silencio.

—En el día de hoy estoy celebrando mi cumpleaños de una forma muy especial junto a todos ustedes —pausó cuando aplausos y chiflidos se escucharon. Otra vez silencio—. Quiero agradecer que hayan asistido a mi fiesta como a todas las que han hecho en la preparatoria, me alegra saber que les importo y eso me hace muy feliz. —Aplausos otra vez reinaron el lugar.

Karen buscaba con la mirada a alguien, parándose en puntitas. De repente se calmó, al parecer ha encontrado su objetivo.

—Deseo destinar a una persona a que haga el brindis. —Sus ojos en Cristal—. ¿Cristal? —La chica la miró—, ¿podrías dedicarnos las palabras del brindis? —y quedó estupefacta por la petición de la cumpleañera.

Tardó algo más de 10 segundos para coordinar sus ideas. Nunca le habían pedido que hablara en público, pero hoy las copitas hicieron su trabajo dándole el valor para mover sus tacones y dirigirse hacia el centro de atención.

Las personas se hicieron a un lado para que pudiera pasar. Con la mirada en alto y segura de sí misma los miraba a todos. En su cabeza no se planeaba nada, el mar estaba en calma, hasta estos momentos.

Karen le ofreció su mano para que Cristal pudiera subir hacia el punto más alto, y le entregó un micrófono. Supongo que prevenía que su voz fuera incapaz de escucharse.

—Ánimo, nena. —Al tomarlo, su amiga le dio dos palmaditas en la cadera y se marchó, para ponerse frente a la ella.

—Buenas noches a todos.

«Buenas noches», dijo el coro de voces borrachas.

—Quiero brindar… por mi amiga Karen… Una persona muy especial para todos nosotros. Que todos sus sueños se hagan realidad, felicidades en tu día, ¡salud!

—Salud —repitieron todos para beber su copa de champagne de un solo trago.

—Muchas gracias —le agradeció Karen cuando todos volvieron a la pista de baile, que en nuestra opinión fue bastante rápido.

—Fue un placer, no tienes que agradecerme.

Para Cristal hacer eso fue como darle su regalo a Karen, ya que no pudo comprarle nada por culpa de... ya saben.

—En serio, estuvo muy bonito lo que dijiste. ¡Uy, me emocioné! —Se abanicaba los ojos para que las lágrimas no destiñeran la pintura en su rostro.

—¡Aw, ven aquí! —Abrió Cristal sus brazos y abrazó a su amiga.

Cuando se separaron, Cristal le dio una mirada reconfortante antes de alejarse para tomarse una segunda copa. Con su mano izquierda sosteniendo su codo derecho se llevaba la bebida a la boca, poquito a poquito. Era un sabor nuevo, algo distinto.

Todo iba bien hasta que una llama se encendió en su estómago y noqueó su cabeza. Estaba perdiendo el control.

A pasos largos se unió a la muchedumbre que bailaba. Primero se quedó fuera del tumulto bailando tímidamente, hasta que llegó una canción que la hizo enloquecer.

Empujó con sus manos no tan delicadas al muro que atravesaba su camino, pudiendo colocarse en el centro de atención junto a tres chicas fresas que estaban bailando sensualmente.

Sin pensarlo dos veces, Cristal se les unió y ellas la recibieron mágicamente con los brazos abiertos.

Le dieron un lugar en el centro y todos empezaron a saltar.

—¡Únete a nosotras! Hasta abajo.

—¿Cómo es? ¿Así? —Cristal se movía hasta abajo con un movimiento pélvico… asesino.

Esperen... ¿Dónde aprendió a hacer eso?

—Así es, así, así. —La guiaba la reina de las chicas fresas, que como siempre, era un grupo de tres—. Mueve la cadera.

—Ea, ea, ea, ea —decía Cristal mientras se movía totalmente fuera de sí, chasqueando los dedos y llegando al suelo.

—Y ahora, para arriba —mencionó una de las “sigue a la líder”—. ¡Danola, enséñale!

Oh, con que ese es el nombre de la líder, me hace bien saberlo para no tener que llamarla con mi “oye”, así que a las otras las llamare “sigue a Danola”, o ¿"dobles"?, o ¿"de  mentes"?

Supongo que lo último estaría bien, ya que hacen todo lo que su líder les ordene, o mejor dicho, no tienen mentes.

De repente, comenzó a sonar la canción Focus de Ariana Grande, el DJ tenía los cascos en un solo oído mientras todos saltaban disfrutando de su música.

—Focus —decía el coro moviendo sus cabezas al ritmo de la canción y rotando sus muñecas en pequeños círculos—. Focus in me.

Las palmas resonaban por toda la casa, Cristal se volvió loca, se soltó el cabello y empezó a mover su cabeza tanto para que este hiciera ondas en el aire.

—Focus, focus in me.

Todos cantaban movidos por el ritmo.

—¡Vamos, nena! —la llamó Danola y se la llevó casi corriendo hacia un tubo donde todos bailaban—. Dame la mano. —Se subió ella primero y después ayudó a Cristal a subirse—. Listo, ahora sígueme.

—Claro —dijo Cristal tímida y un poco avergonzada.

—Tendrás que llamarme nena —la reina de las fresas le habló.

—Claro. —Danola la observó.

—Nena —le recordó guiñándole un ojo.

—Nena —respondió Cristal antes de tocar el tubo de baile.

Todo parecía un concierto y como si la noche viniera hecha para nuestra protagonista, vino la canción correcta para Cristal.

Princesses don't cry

Nadie hablaba, Danola y Cristal eran cómplices en esto, ella estaba totalmente fuera de sí. La canción perfecta para sus movimientos sonaba en el fondo, como magia, como algo que le decía que se arriesgara.

Karen había pensado muy bien en la música de la fiesta.

Cristal acariciaba el tubo, se agachaba y bailaba alrededor de este, movía sus caderas atrayendo la mirada de todos los chicos. Había uno que le tomaba fotos pero a ella no le importaba, esta noche era su noche y su mirada provocadora era testigo, cuando su mano acariciaba su cuerpo y despejaba su cabello de su rostro.

El coro comenzó a sonar, acompañado por las voces de los invitados de la fiesta, y de la propia Karen que disfrutaba la iniciativa.

Because princesses dont cry
Dont cry
Dont cry, oh
Dont cry
Dont cry, oh

Cristal movía sus caderas y cantaba. Gritaban todos a coro cuando las chicas se movían provocativamente.

—Lo estás haciendo muy bien, nena —la animó Danola.

—Gracias —hizo una pausa y continuó algo risueña—, nena.

Mientras tanto la música seguía tomando su papel.

Girls, so pretty and poised
And soft to the touch
But god made me rough.
Girls, so heavy the crown
They carry it tall.
But it’s weighing me down
No, I’m fine
I’m lying on the floor again.
Cracked door,
You’re only going to let them in, once,
And you won’t come undone

El coro comenzó a cantar el estribillo de nuevo.

Cause a princess doesn’t cry (no-oh)

A princess doesn’t cry (no-oh, oh)

Over monsters in the night,
Don’t waste our precious time
On boys with pretty eyes.

La canción concluyó en muchos aplausos y chiflidos por parte del público.

—Nena, buen baile —le dijo Danola felicitándola por el buen baile, ofreciéndole a Cristal una mano para bajarse del tubo.

—Igualmente, arrasamos allá arriba.

—Bueno, nos vemos luego. Fue un placer conocerte, Cristal.

—Nos vemos, Danola.

Dando brinquitos volvió a la pista de baile, empujando a cuerpos en movimiento y evitando los piropos agradables y desagradables de los borrachos. Había gente mayor que ella en cuanto a la estatura, que le hacía parecer que estaba caminando como una hormiga en un volcán.

Volcán…

Erupción…

Tía Verónica...

No había recordado a su tía en toda la fiesta, y ahora lo hizo. Llegó a una silla y se sentó para estirar sus pies.

—¿Cómo haré para volver?

Se levantó de repente, y ocurrió un pequeño incidente: el vestido se le subió dejando ver su ropa interior.

Avergonzada se lo bajó rápidamente, mirando a todos los lados disimuladamente a ver si alguien lo había notado.

—Oh, por Dios, qué vergüenza —dijo para sí misma disimulando—. Creo que nadie lo notó.

Estaba tan pérdida en sus pensamientos, que su corazón saltó cuando sintió una respiración en su oído.

—Hola, preciosa. —Se dio la vuelta tan rápido como escuchó esa voz—. No te había visto nunca por aquí —¡Era el chico de la fiesta! La tomó de la cintura y la atrajo hacia él.

—¡No te conozco, por favor suéltame! —La chica provocaba jalones para que el atrevido la soltara, con miedo de que le hiciera algo malo.

—Si quieres que te suelte, yo te suelto, preciosa. —Cristal estaba muy asustada, ¿el chico la habrá visto en ropa interior?—. Sólo cuando me des un besito.

—¿Qué dices?

—Vamos al cuarto. —La tomó de la mano—. Hoy serás para mí.

Todo sucedió muy rápido. El chico trató de besar a Cristal y ella aterrada estaba intentando escapar. Una de sus manos intentó sumergirse por el escote de su vestido, y la otra agarraba su muñeca.

—¡Suéltame! —le rogó ella, pero el chico logró sumergir su mano en el escote.

Muy avergonzada, asustada y temblorosa, apartó la mano del chico y trató de darle una bofetada, lo que este la detuvo en el aire.

—Veo que eres ruda, nena. Me gustan así. —Jalando la mano intentó soltarse, lo que para su desgracia la fuerza de los hombres supera a la de las mujeres.

Cristal miraba hacia todos los lados pidiendo ayuda.

—Te dije que te vas conmigo, deja el drama. —Pero en eso, se le ocurrió a nuestra chica la brillante idea de golpearle en la entrepierna.

—¡Auuch! —gritó el muchacho permitiendo que Cristal saliera corriendo del lugar arreglándose el vestido y tratando de correr con los tacones.

Esperemos que lo logre.

El muchacho atrevido se retorció en el suelo con sus manos entre las piernas, llamando la atención de todas las personas del lugar y creando una distracción para que Cristal saliera sin dejar rastros.

***

En la calle sus tacones resonaban contra el pavimento, el labio inferior le temblaba con miedo, con rabia. Nunca había pasado por una situación así, ni sabía que existía.

Abrazándose a sí misma logró llegar a una cuadra antes de su casa, pensando en cómo se las arreglaría para subir el árbol y entrar por la ventana. También pensó que nunca más iría a una fiesta, el susto que recibió fue un infarto en comparación con su tranquila vida.

Todo iba bien, hasta que una camioneta blanca se parqueó a su lado, mientras salían varios hombres de ella. El miedo crecía y crecía en su interior, en su rostro, en sus manos.

El olor a cloroformo hizo contacto con su nariz. Una mano grande presionando un pañuelo contra ella hasta que cayó en brazos desconocidos perdiendo totalmente el conocimiento.

Lenacolorado :

Primero que todo, ¡Buenas! ¿Cómo están? Lo prometido es deuda, aquí está el capítulo de la doble actualización. Quiero decirles que a partir de este capítulo ¡Empieza la verdadera trama de la historia! ¿Los dejé con intriga? Comenten aquí y dejen su huella. ¡Ojalá les parezca interesante la historia, porque para mi que soy la escritora lo es! Muaks

aylenitaRR :

¡Hola queridos Soñadores! 🤷🏻‍♀️ ¿ven como las cosa van avanzando?

¿Miren, y si tenemos una pregunta semana según en lo que se hable en los capítulos?

Por ejemplo la pregunta de la semana es: (tambores por favor)

¿Cual ha sido la mejor fiesta a la que han ido?

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