Capítulo 53
Allá atrás hay otro capítulo por si Wattpad no les avisó. ❤
CAPÍTULO 53.
Verónica está en su habitación en el segundo piso de la casa, mostrándole a Patricia el gran desorden de álbumes y fotos encima de su cama, donde también está sentada la muchacha.
—Espera, Patricia. Por aquí debe estar en algún lado.
—Vero, no te preocupes, si no lo encuentras hoy no importa.
—No, no, no. Yo tengo que encontrar esa foto. —Saca una caja de encima del closet y la sopla mientras sacudía el polvo con su mano—. Tal vez esté aquí, espera. —Abre la caja—. ¡Bingo! Aquí está.
Verónica estornuda y se sienta en la cama.
—Mierda… estas alergias me tienen mal —dice sentándose a un lado de su hija—. Ten.
La chica toma la vieja foto entre sus manos, ya un poco amarilla y maltratada por el tiempo. —Wow, sí que era bella tu mamá.
—Era muy hermosa —dice mirando la foto—. Tan hermosa como ustedes tú y Cristal. Pero a la vez sufrió tanto después de enamorarse de mi padre…
—¿Ma´, por qué le tenías tanta rabia a tu padre?
—Bueno, supongo que no fue el mejor padre del mundo. Era un alcOhólico que solo hacía meterse en problemas y en más problemas. Además de que… —Verónica se detiene en el momento—. ¿Patri, me acabas de decir ma´?
—Eh… perdón. ¿Te molestó? Es que… fue de repente.
—No, no, no, para nada. Simplemente no me lo esperaba. —Verónica sonríe pero al verle la cara a su hija, recuerdos de Cristal vienen a su mente.
—Hey, ma´. ¿Estás bien? —pregunta Patricia preocupada al ver que un rastro de sonrisa de la cara de Vero ya no quedaba.
—La extraño… Me siento tan culpable por todo lo que le hice sentir en este tiempo que estaba aquí. Yo tan solo quería cuidarla y ahora es que me vengo a dar cuenta que hice su vida un infierno, igual o peor en el que yo viví. Daría mi vida solo para que ella estuviese bien.
—Tranquila, ma´. Algún día tendrá que aparecer, y espero que lo haga sana y salva.
DOS DÍAS DESPUÉS.
—Abre la boca.
—Hansel, ya para. Te dije que no soy una niña chiquita, ya puedo comer sola —dice Cristal entre risas mientras Hansel intenta darle la comida como si fuera un avioncito.
—Abre la boca, sólo ábrela. Compláceme aunque sea un día en esta vida.
—¿Acaso tú me has complacido a mi alguna vez en esta vida?
—¿Ya se te olvidó cuando te complací encima de la meseta? —Hansel alza sus cejas de forma pícara y Cristal se pone roja como un tomate, de repente.
—Eres un tonto. —Soltó unas risitas—. ¿Acaso eres bipolar o qué? Empiezas siendo infantil y terminas como un tonto imbécil, como siempre.
—Ten cuidado con lo que dices, pues podría castigarte —Se queda callado por un segundo y luego suelta la bomba—, y lo sabes bien, conejita.
—Y vamos de nuevo con la conejita… —Cristal rueda sus ojos—. Maldita cafetera.
Se repente siente una mano en su mejilla que hace que su vista terminara en el mismo chico que estaba delante de ella.
—Cristal, tengo algo que decirte. Yo…
Díselo… díselo… díselo…
Susurros hacían como una porra detrás de la puerta, y no era necesariamente de una persona, sino de dos, tanto la tía como la sobrina.
—Yo… —Cristal solo lo miraba atenta—. Cristal, tienes tres segundos para abofetearme.
—¿Qué?
Él toma sus mejillas y la besa. La chica abre sus ojos como platos y sus manos que antes estaban sobre su abdomen cayeron sobre la cama como si se estuviese derritiendo en ese momento. Poco a poco sus ojos fueron cerrándose y los labios de ambos se convirtieron en uno.
Las personas que miraban tras la puerta dieron un chillido de emoción y se abrazaron entre ellas. Hansel se separó de Cristal levemente y ella se quedó con los ojos cerrados.
—1… —Contó Hansel—, 2… —Cerró sus ojos esperando la cachetada de Cristal—, y 3… —Pero lo que sintió fue algo mucho más que una simple cachetada. Cristal lo tomó del cuello y lo besó, y fue en ese entonces a Hansel le tocó el papel del que se sonroja como tomate.
Y entonces fue ahí cuando no se pudieron aguantar más y tanto Cela como Sabrina entraron a la habitación de golpe bailando y gritando: ¡Que viva el amor!
—Mil gracias diosito, yo sabía que nunca me defraudarías —dice Sabrina mirando al cielo.
Hansel y Cristal se separaron de golpe mirando a las individuas, que se encontraban bailando en la habitación. Ambos se miraron a los ojos y se sonrojaron.
—No me cacheteaste —dice Hansel mirándola.
—¿Por qué lo debería hacer, tonto?
—¿Qué hechizo me tiraste, Cristal? —La chica lo mira a los ojos sin decir ninguna palabra—. ¿Qué fue lo que hiciste para volverte tan importante para mí? No puedo verte llorar porque me duele, si tengo un día jodidamente jodido vienes tú con tu sonrisa y ya me lo alegras. Y si te veo hablando con alguien, simplemente quiero matarlo.
Cristal aún se mantenía callada. —¿Por qué te amo tanto, Cristal?
—No te creas tan importante —habló por primera vez la castaña—. Yo también me hago la misma pregunta. ¿Por qué carajos te amo tanto, Hansel?
—Me tienes loco, conejita.
—Digo lo mismo, cafetera.
Hansel la toma entre sus manos y la vuelve a besar.
¡Aylena, dile que se le va a pegar el catarro!
¡Cállate idiopida, deja a los muchachos besarse en paz! ¿Sabes cuánto sufrieron estos dos?
—¿Quién carajos son ustedes dos? —dice Sabrina.
Shhh, nosotras somos las narradoras de la historia, y cállate que si no fuera por nosotras tú no existes.
***
El Sol que se desparecía como el atardecer en los muros de la estación de policía marcaba el fin de la tarde. La detective Monsolini ya agotada y cansada, dispuesta por cerrar el caso de Cristal se encontraba en su escritorio guardando algunas cosas en una de las cajas.
—¡Detective Monsolini! ¡Detective Monsolini! —Entra Patricio llamando la atención de la detective.
—¡Mierda, Patricio! Te he dicho que toques antes de entrar.
—Perdona, hay una llamada al teléfono y creo que usted debería atenderla.
—¿Una llamada?
—Sí, y creo que se trata sobre los secuestradores de Cristal.
Sin decir más Monsolini sale disparada por la puerta, como relámpago en la lluvia. Tomó el teléfono entre sus manos nada más de llegar a recepcen y puso este en su oído.
—Habla la detective Monsolini. ¿Quién habla del otro lado de la línea?
—Perdone, pero por motivos de seguridad no puedo decir la identidad. Por favor escuche lo que le voy a decir. Hoy se va a realizar casa de blancas, y quiero decirles que una de las presas de la mafia Demonio tiene nombre y apellido. Su nombre es Karen Verdecia y va a ser secuestrada esta noche.
Las Hermanas Lenas: POR FIN CRISTAL Y HANSEL!!!! Holaaaa chicos. Cada día más cerca del final. ¿Ahora qué pasó con Karen? No sabemos ustedes pero nosotras aquí tenemos los nervios a flor de piel. Uffff. Los amamos cosas bellas. Que no se les olvide. Gracias a ustedes esta historia ha crecido tanto y ha llegado a tantas personas. Haremos todo lo que sea por mejorar a la hora de escribir porque es que se lo merecen. Cuídense mucho😷
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