Capítulo 46
CAPÍTULO 46
ACTUALIDAD.
Todos permanecían inmóviles en la estación de policías, no sé cuántas horas han pasado desde que Verónica comenzó a contar la historia.
Y cuando me refiero a inmóviles, me refiero a que están sin poder creerse absolutamente nada de lo que había pasado.
—¡Desgraciado!
—¡Verónica! —Pólvora agarró a Verónica por la cintura antes de que se abalanzara a Esteban—. ¡Verónica, ya basta!
—Maldito seas, Esteban. Me dijiste que mi hija estaba muerta y yo me creí esa maldita historia. ¿Cómo es que no estás muerto ahora? Te voy a matar.
Patricia estaba petrificada, mirando la escena con mucha información nueva en la cabeza. Acababa de descubrir que su madre biológica estaba viva, qué fuerte.
—Porque quería protegerte, no quería que el señor Z te encontrara ni tener nada que te relacionara con tu pasado. Todo fue por ti.
—¡Suélteme, Pólvora! —Forcejeaba Verónica—. Voy a matar a este imbécil.
—No... Cálmate. ¡Verónica!
Definitivamente la historia de Verónica había durado más de seis horas, el amanecer adornaba las calles y en la casa Méndez había alguien que se había levantado muy temprano.
Sí, nuestra linda Cristal, de ella que no sabemos hace tiempo es la que estoy hablando. Aun planea en su mente algún tipo de venganza para Hansel y su jueguito de la toalla. Acostada en su cama, escucha el timbre de la casa y unas sonrisitas y voces abajo.
Arrugó el ceño. ¿Quién a esta hora?
Permanece quieta para poder escuchar las voces, entrecerrando los ojos.
Si. Era la voz de Cela, seguido de alguien que bajaba las escaleras sin zapatos y luego una voz desconocida, de mujer. Al asomarse en las escaleras fue que lo vio.
Una chica vestida muy distinto de por aquí con una toalla azul y short corto abrazando a Hansel bajo la mirada sonriente de Cela. Algo se remueve en el estómago de Cristal, como cuando sentimos hambre, pero esta vez cubierta de hielo.
Permanece quieta.
—Ay, Hansel. Como te extrañé —dice la chica regando su cabezo lacio y soltando risitas—. Volvemos a ser Hansel y Sabrina, como los viejos tiempos.
<<Hansel y Sabrina...>>
<<Hansel y Sabrina...>>
<<Viejos tiempos...>>
<<¿Qué tiempos son esos?>>
Palabras que retumbaban en el interior de Cristal, en un remolino confuso.
—Oh, Cristal. Buenos días —dice Cela cuando vio a la muchacha en el principio de las escaleras. Los chicos miraron hacia arriba y ahí ella pudo encontrar a las manos blancas de Sabrina abrazando el torso desnudo de Hansel y su cabeza contra su pecho.
<<¿Auch?>>
<<¡Qué auch!>>
Se raspó la garganta y comenzó a bajar las escaleras. —Hansel, señora Cela, buenos días. ¿Y tú debes ser...?
—Sabrina —concluyó ella ofreciéndole su mano mientras la otra rodeaba la espalda de Hansel—. Encantada.
Cristal sonríe sin tomar su mano. —Igualmente, mi nombre es Cristal.
Ella entrecerró los ojos.
—Y si vives aquí eres... —Hansel no la dejó terminar.
—Oh, no, no. —Miró a Cristal—. Trabaja aquí.
¿Trabaja aquí? ¿Solo eso, Hansel? No me imagino lo que quiere pensar.
Hansel le dedica una sonrisa a Cristal y toma la maleta de su "Sabrina" para subirla por las escaleras.
—Vamos, que te llevaré a mi cuarto.
—¿A su cuarto? —Cristal se voltea tan rápido como pudo, llamando la atención de Cela—. Pero si he preparado una habitación para ella.
—Pero hoy —Miró a Sabrina—, ella dormirá conmigo, tenemos que ponernos al día. —La chica soltaba pequeñas risitas subiendo las escaleras bajo la mirada confusa de Cristal y del vejestorio de Cela.
—¿Ponerse al día? ¿Cómo que ponerse al día? Acaso es un término nuevo o qué. —Cela sonríe y se adentró en la cocina—. Oiga, no se ría ni me deje hablando sola, eh —Cristal resopló, escuchando la puerta del cuarto de Hansel trancarse.
Le da una última mirada a esas escaleras con alfombra antes de voltearse y de ir al lado de Cela en la cocina.
—Entonces... ¿El cuarto que preparé... fue en vano?
Cela puso la taza de café que se estaba bebiendo de repente en la meseta, bajo la mirada de Cristal, quien se sonrojó levemente al recordar esa noche.
—¿Cómo?
La chica volvió a la realidad. —¿Que si la habitación que preparé va a ser usada?
Cela parece pensárselo unos segundos.
—Será mejor que les preguntes. —La cara de Cristal se vuelve seria a tal punto que Cela sonríe y le da leves palmadas en el hombro—. Vamos, Cristal...
Sale de la cocina. Cristal miraba un punto fijo, con el dedo bajo su labio inferior y la mano sosteniendo su codo.
—Así que en su cuarto...
—¡Cristal!
—Voy.
Y fue así como la chica sale de la cocina para enfrentar al nuevo reto que le puso la vida.
¿En serio, Cristal? ¿Esos son celos?
La muchacha se decide a subir las escaleras, luego de que terminara de pasarle un paño a los muebles de la casa como siempre hacía.
Cristal pensaba en cómo esto cambiaría su vida. ¿Iba a tener más trabajo? ¿Más personas a las que servir? Sí, debía ser eso.
En sus manos tenía una pequeña bolsa la cual Cela le había encargado llevársela a su sobrina, pues se le había quedado en el sofá.
Cuando Cristal abrió la puerta de la habitación, vio algo que ni en sus pesadillas se imaginaba:
Hansel encima de Sabrina, en la cama haciéndole cosquillas. La última reía sin parar.
—Basta. Basta, por favor. —A carcajadas—. Hansel, detente... ya para.
Hansel seguía haciéndole cosquillas y atacó el cuello de Sabrina, aún con Cristal mirando la escena.
Empujó la puerta, la cual sonó tan alto que ambos de separaron de un brinco. Hansel frunce el ceño aún con sus rodillas rodeando el cuerpo de la chica y las manos apoyadas en el pedazo de almohada que quedaba encima de su cabeza.
—¿Cristal?
Lanzó la bolsa hacia la silla de la computadora. —Lamento interrumpir, ya me voy. —dice tan firme como pudo imaginar.
—¡Cristal, espera! —Hansel se levanta de la cama y avanza hacia ella, quien de brazos cruzados se apoyó en la puerta para encararlo. Ladeó su cabeza a la expectativa de lo que le iba a decir—. ¿Estás bien?
La sobrina de Cela miraba con el ceño fruncido las reacciones de ambos desde las arrugadas sábanas, con un pie contra su pecho y el otro estirado en la cama.
—¿Por qué la pregunta? —inquiere ella con un aire de ignorancia que hace a Hansel retroceder. Era cierto que siempre era él el de esas reacciones, pero esta vez se invirtieron los papeles.
—Pues, porque tú... — ristal desvía la mirada hacia Sabrina que se levantaba de la cama, pero lo que más le impresionó era como estaba vestida.
Tenía puesto un pulóver gris de Hansel que dejaba al descubierto sus piernas desnudas. Soy capaz de decir que no tiene puesto nada abajo.
Cristal suspira y mira de vuelta a Hansel quien esperaba una respuesta. —Debo irme.
—Tú no te—
—Déjala, Hans.
<<¿Hans?>>
El chico observó a Sabrina, dejando que Cristal saliera de la habitación sin darse cuenta. Para cuando devolvió su mirada al lugar donde estaba, ya era demasiado tarde.
Porfa lean esto como rapeo 😂:
El recuerdo de Verónica ya terminó
Y su secreto se reveló
Cristal Monserrat ya volvió
Y parecen que los celos la acompañó.
¿Que pasará?
¿Que pasará?
Con Cristal y con Hansel
¿Que pasarán?
Ya esto léanlo normal:
Mis amoreees ya volvimos con la bebé Cristal.
¿Se están leyendo el reflejo de Mara?
Espero que sí o Verónica los persiguiera en sus más mangas pesadillas 😂
Pregunta de la semana:
De todos los capítulos hasta ahora, ¿cuál ha sido tu favorito?
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