Capítulo 42
«««Atrás hay otro capítulo por si wattpad no les avisó. ¡Los queremos mucho y espero lo disfruten!
CAPÍTULO 42.
Años después...
Todos esos "te quiero" y "te amo" que Eduard le decía, que le allanaban el corazón y le acariciaban el alma fueron sustituidos por dolor.
Del odio al amor solo hay un paso. ¿Y del amor al odio?
Verónica se siente muy devastada, le arde el pecho cada vez que recuerda los viejos tiempos y mira la actualidad.
—¿Cómo es que ha cambiado tanto, Andrea? No lo entiendo.
Ahora está acostada en su cama, y su amiga acariciándole el cabello mientras llora.
—¿Cómo puede ser tan lindo y tan malo a la vez? Me rompe el alma. —Solloza.
Y si, nuestra enamorada al parecer está descubriendo la cara escondida de Eduard, que se ocultaba tras esa sonrisa.
—Te lo dije, Verónica. Pero aun así quisiste arriesgarte, y mira ahora. Te diste el trastazo. —Chocó su palma contra su muslo—. Te dije que te dieras tu valor, que demostraras que eres fuerte para que él te hiciera caso otra vez. Y tú vas y corres tras él. Debes pensar un poco.
Verónica llora cada vez más fuerte —Pero no soy yo, él me manipula increíblemente. Además de todo lo que me hizo, me hizo creer que era la única, Andrea. ¿Por qué me hizo eso? Me partió el corazón y esta vez es para siempre.
Andrea se mueve y le da dos palmadas en el hombro.
—Hey. Vamos, mujer. No debes estar a los pies de nadie, no lo dejes entrar. Ya te perdió, demuéstraselo.
Le toma los cachetes.
—Yo sé que eres fuerte, lo vas a hacer.
Verónica se limpió la cara con el dorso de la mano. —Vale, espérame allá afuera.
—Vale. Debes salir que te has quedado todo el día llorando. —Le da una sonrisa de boca cerrada—. Vamos, mujer. Espabila que ya no estamos en el siglo XX —dijo Andrea haciendo el baile de la victoria, y sí que lo fue pues le sacó una sonrisa a Verónica.
10 trancó la puerta haciendo que Verónica fuera a verse al espejo, siempre ocultando su pequeña pancita por fajas y ropa ancha.
Sí, eso que pensaron.
Verónica está embarazada.
Ha decidido ocultarlo de todos.
¿Qué dirían de la última vez de ella y Eduard?
Se puso tan borracha que perdió el control y cayó de nuevo en el hechizo del demonio.
Decidida, abrió la puerta y vio a algo que le partió el alma otra vez.
Un pequeño niño de dos añitos corriendo por los pasillos.
—Hansel... —Un hombre llamaba al pequeño yendo tras él-. Ven aquí.
—¡Apá! —El niño iluminó su mirada al mirar atrás, así que Verónica también lo hizo.
Grave error.
Ahí estaba él.
Eduard.
Arrodillado en el suelo, mirando serio a su hijo y abriendo sus manos para que caminara hacia él.
Verónica no pudo aguantar más y se encerró en su habitación.
Segundos después oyó la puerta abrirse y cerrarse fuertemente a sus espaldas.
Dio un brinco.
—¿Qué te sucede? ¿Eh? —dijo Eduard enfadado.
Gritó ella, enfrentándolo. —¡Sabes muy bien lo que me sucede!
—No soy adivino, mujer. ¡Habla! O es que tu tonto orgullo no te lo permite.
Verónica se salió de sus casillas. —¡Ya no aguanto más! Me estás matando por dentro. ¿Acaso no eres humano? ¿Para qué traes a tu hijo aquí, para hacerme sufrir, para que se rían de mí?
—¿Y tú quién eres? —Esa pregunta hizo que algo se removiera dentro de Verónica y se quedara callada—. No eres nadie para mí. ¿Qué me vas a ofrecer? —De nuevo se quedó callada—. Eres solo una prostituta de burdel, a la que puedo tener cuando quiera.
Verónica se abalanzó sobre él, golpeándolo. —Maldito... ¿Y lo que me decías? Que me amabas, que era la única, que me querías. ¿También era mentira?
Él no vaciló. —Pues sí.
Algo se rompió.
—Fuiste solo un juego para mí.
Oh por dios, qué fuerte.
La bala directo al corazón.
Arde...
Mucho...
—Eso se lo digo a todas. —Se dirige a la puerta y la cierra—. Buena suerte.
Verónica no aguantó más y tiró uno de los espejos contra la puerta; el ruido emanó en todo el pasillo y ya se escuchaban los murmuros afuera.
—Eres malo. ¿Cómo yo...? —Empezó a llorar muy fuerte—. ¿pude... caer? Él... parecía tan... sincero.
Los hombres son mentirosos.
Y así pasaron los días, cada uno de ellos una pelea diferente.
Volvía a herirla, y no se cansaba. Ella seguía ahí.
De nada sirvió amarte si al final de todo ibas a dejarme.
Te fuiste con otra y no te importó el daño que le hacías a mi corazón.
10
De nada sirvió amarte porque
Tengo que olvidarte.
9
—No quisiste quedarte y te fuiste a otra parte.
—No sé por qué pasará esto, no lo hubiera querido, pero no estuvo en mis manos el haberlo decidido.
8
—Lo dices así de simple. ¿Tú crees que no me duele? Creas una pesadilla y no hay nada que me consuele.
—Es que fue otra mujer la que a mi vida llegó, mientras tú fuiste mi novia ella mi corazón cuidó.
7
—¿Desde hace cuánto tiempo te estás viendo con ella?
—Hace algunos meses...
6
¿De que sirvió que habláramos noches y días?
Mejor me hubieras dicho que no me querías.
5
—¿Cómo pudiste estar fingiendo tanto tiempo?
—No quería lastimarte al decirte esto que siento, pero mis sentimientos por ti se los llevó el viento. Espero me perdones en algún momento.
4
¿De que sirvió decirnos amor, si tú pensabas olvidarlo todo? ¿De que sirvió si con ella te quedaste? Y a mí me rechazaste.
3
—Entonces nada valió, ni los momentos que te di. Te vas como si lo nuestro no existiera para ti.
—Si me importaste, pero no lo suficiente. Ya no te hagas ilusiones, te lo digo de frente.
—¿No te bastó con destrozarme el alma en mil pedazos? Fácilmente y sin pensarlo ya veo, veo que encontraste mi reemplazo.
—Encontré mi alegría en otros brazos y fue raro. Después de verme con ella te veía a ti—
—Qué descaro.
2
—Te veías con ella y no veía tu reacción. Si yo todo te daba y tú me pagas con traición.
—Discúlpame pero lo nuestro no puede seguir. Todo termina aquí, es lo que te quería decir.
1
—Me hiciste creer que lo nuestro no iba a tener final, y hoy que te despides me haces sentir muy mal, y luego no vengas con qué te arrepentiste. Para ti no estaré porque así lo quisiste.
Dicho esto, trancó la puerta y fue a buscar a las chicas.
¿Ahora qué vas a hacer, Verónica?
Todos hemos tenido el corazón roto aunque sea una vez. Pero lo que le pasó Verónica fue de otro nivel, ella se enamoró de la careta buena de Eduard pero nunca se fijó en que esa careta era pintada por hipocresía.
¿Quién sabe?
Tal vez Eduard si se llegó a enamorar de Verónica, pero el odio, el dinero y el poder fue mas fuerte.
Ahora Verónica deberá salir de este infierno donde nunca debió haberse metido.
¿Como lo logrará?
Eso lo sabremos en el siguiente capitulo.
Ahora recuerden pasarse por el libro "El Reflejo de Mara" el cual está en mi perfil.
Para juntos conocer la historia de Nuestra nueva bebé: Mara. Ella nos adentrará en un mundo de misterios, magia oscura y varios asesinatos.
¡Anden chicos y chicas para que así está hermosa familia siga creciendo!
Ahora todo cambiará,
Algo en ella quebrará.
Un alboroto estallará
Y las alarmas sonarán.
¿Alguien sabe qué ocurrirá?
Pues ahora viene la emoción,
Desgraciadamente eso lo veremos
¡En la próxima actualización!
¡Besoss!
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