Hola, chicos y FELIZ AÑO NUEVO nuestros soñadores y perfectos imperfectos les deseamos nosotras.

aylenitaRR y Lenacolorado

Las Hermanas Lenas.

CAPÍTULO 31.

Hansel salía de la ducha y Cristal, acabando de terminar la organización del cuarto, se estaba adentrando al baño.

Sus ojos se paseaban por las paredes empañadas gracias el agua caliente que emanaba la ducha eléctrica. El espejo empañado, ese donde una vez había gritado tan fuerte como pudo por el estrés y el agotamiento.

También se veía que Hansel había olvidado su camiseta, pero no importaba, al final de cuentas se pasaba el día sin camisa haciendo que Cristal se...

—¡Cállate!

Ups, no hablo más.

—Más te vale.

Cristal se deshizo de sus prendas tirándolas al suelo, mientras que soltaba su cabello adentrándose en las mojadas losas de baño. Las gotas de agua acariciaban su cuerpo desnudo, mientras pensaba.

<<¿Quién será esa chica?>>

<<¿Quién se quedará en esta casa?>>

Frotaba su cuello mientras el gel de baño brotaba sobre este.

Colocó su cabeza contra la pared, mientras el agua seguía acompañándola.

<<¿Hace cuántos años se conocen?>>

<<¿Qué son ellos?>>

Dicen que las personas no caen en el mismo error dos veces, pero Cristal es la excepción. ¿Recuerdan cuando no le puso el seguro a la puerta del salón de pintura y su tía la agarró? Pues ahora es la misma historia: no le colocó el seguro a la puerta del baño.

Hansel, quien había dejado la camisa adentro, entró en ese momento a agarrarla. La chica ingenua, al escuchar el sonido de la puerta abrirse, no se le ocurrió algo más inteligente que mover la cortina, dejando al descubierto su cuerpo desnudo frente a los ojos de Hansel.

—¡Oye!... —La chica se trató de tapar con sus manos sus partes desnudas de su cuerpo en un intento fracasado—. ¡Sale de aquí, Hansel! Sa.. —Iba a señalar con su mano pero se percató que no podía—. ¡Agrsh!

El solo reía mientras sus mejillas tomaban un color carmesí y sus labios una sonrisa.

—¡Hansel! Al menos pásame la toalla.

Mantuvo una sonrisa pervertida mientras la miraba nerviosa.

—¡Hansel! —le gritó.

—No —respondió sin más.

—¿No? —Hansel negó—. ¿Es en serio? —Él asintió.

Cristal refunfuñó —¡No me hace falta tu ayuda! La tomaré yo misma.

Hansel, siendo más rápido tomó la toalla y salió corriendo del baño, riendo como un loco pervertido. Cristal avanzó hasta la puerta del baño y la cerró con seguro. Después apoyó su espalda contra la puerta.

—Si crees que voy a caer en tu juego estás muy equivocado, Hansel Méndez.

***

Como carrusel de Cenicienta a las doce, llega la noche marcando las siete en el reloj de la comisaría.

Los microbiólogos han tomado muestras de sangre de todos en la habitación. Era necesario para solucionar la discordia de una vez por todas.

Mientras, la detective Monsolini buscaba los datos de la chica recién encontrada en la computadora, con ayuda de ella.

En unos segundos, entraron en el salón provocando que Miranda, Esteban, Verónica y la supuesta Patricia se pusieran de pie.

—Siéntense.

A la orden todos ocuparon puesto, observando a la chica más Esteban que otras personas.

—He obtenido, con la ayuda de Patricia sus datos personales.

Esteban se removió en la silla, cruzó la pierna y apoyó su mentón contra la palma de su mano.

—Nombre: Patricia Borges, Edad: 19 años, es nativa de la ciudad de Los Ángeles, estudia psicología en segundo año de universidad. Tampoco tiene antecedentes penales.

—También —interrumpió Patricia—, mis padres no son los verdaderos, son adoptivos.

Esteban dio un brinco en su silla, y entrecerró sus ojos observando cautelosamente a la chica, después a la detective.

—Sí, aquí dice que fuiste adoptada en el orfanato “Sunny Side”.

—Exactamente.

Verónica y Miranda estaban totalmente confundidas, pero no se podía decir lo mismo de Esteban. Él estaba absorto en sus pensamientos.

Un policía vino con un sobre en la mano. —Tengo los resultados de la prueba de ADN.

Las personas prestaron singular atención a las hojas que sostenía el informe.

—Ha salido bastante rápido, muchas veces se demoran días, semanas, pero la prueba es concisa.

—¿Cuáles son los resultados, oficial? —El hombre observó a Patricia y luego ojeó el informe. Sus ojos vagaron al grupo de tres personas, a una en particular.

—En esta sala hay alguien que tiene un parentesco muy grande con usted, Patricia.

—¿Parentesco? ¿Pero, cómo? Si nadie… somos extraños.

El oficial prosiguió…

—El código genético de Patricia coincide en 99% con el de Verónica, por lo tanto las probabilidades son altas. El parentesco entre las dos es madre e hija.

Todos quedaron perplejos ante lo que dijo el doctor, mirando a Verónica boquiabiertos y esperando una explicación.

¿Verónica, es en serio, tienes una hija?

—Créeme, que hasta ahora mismo se me había olvidado. Para que puedan descubrir cómo sucedió tendremos que viajar 25 años atrás…

Hasta aquí llegamos este año.
¡Qué intriga, eh!
A que no se esperaban que Verónica tuviera una hija.
A partir de aquí empieza la segunda parte de la historia.

"El pasado de Verónica"

Los dejaremos con la intriga buajajajaja.
Nos vemos el año que viene mis preciosos.