—No te hagas la mosca muerta, ni la santa. Recuerda que tanto tú como yo somos los culpables de todo…

El teléfono fue contestado… —Escucha atentamente lo que te voy a decir.

CAPÍTULO 20.

DÍA SIGUIENTE.
POLICÍA.

La detective se encuentra revisando los papeles del caso de secuestro, sentada en su escritorio y los pies sobre la mesa. Tranquilos, no está fumando pipa, eso sería demasiado cliché.

—Detective Monsolini.

Un chico abrió la puerta de repente y la detective puso sus ojos sobre él. —¿Qué quieres, Patricio?

—Tenemos una llamada, se trata de una agente nueva en la ciudad.

—¿Agente? ¿Qué agente?

—Eso no lo sabemos.

—Pásame el teléfono. —El chico le otorga el dispositivo, ella frunce el ceño y contesta—. Ordene —silencio—. Sí, todavía no se ha resuelto —silencio—. ¿Agente fantasma? —silencio—. Sí, sí, todo el día —silencio—. Perfecto, nos vemos ahí.

El teléfono fue colgado.

—¿Quién era, detective?

—He contratado un nuevo agente para el caso.

—¿Cómo se llama?

—Le dicen Agente Fantasma, identidad oculta. No puedo revelar nada, el asunto es confidencial.

—¿Cuál es su nombre? —La detective le dio una mirada cansada.

—Su nombre es…

***

Digamos que en estos días la escuela donde estaba nuestra Cristal está al día con lo sucedido gracias a Karen, que de muy buena voluntad se ha ocupado de informar a los maestros sobre ello. Obviamente, los profesores se han encargado de esparcirlo y ya lo sabe toda la escuela.

Estos días también han sido muy ocupados, ya que los chicos cursan el último año de preparatoria y les están exigiendo los papeles de información personal. La pobre Karen ha estado rodeada de preguntas sobre el asunto del secuestro de Cristal.

<<¿Pero si la fiesta era en tu casa?>>

<<¿No la viste salir?>>

<<¿No estabas pendiente de tus invitados?>>

Digamos que, una mala fama se estaba rodando por bocas chismosas, “la amiga de la secuestrada”, “la amiga de la nerd”. Ahora se burlaban de Karen.

Estúpidos.

—Oh, Cristal, ojalá te pudiera encontrar —susurró Karen para sus adentros.

—Señorita Karen. —La profesora señaló—. Está en las nubes. ¿Pudiera prestar atención a la clase?

—Lo siento, señorita Herminia.

—Bueno —dijo la profesora—, pasado mañana deben entregar los papeles a la dirección para la otorgación de las carreras, sin falta. El que no lo entregue, queda anulado de la lista de carreras, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —respondieron algunos, otros la dejaban de segundo plano.

En fin, así eran los fastidiosos días en la escuela para Karen.

CASA MONSERRAT.

Esteban, sentado tomando café en la cocina donde nadie lo veía, observaba embobado como goteaba el grifo del lavabo, soplando su taza de café caliente.

—¿Amor, qué haces despierto tan temprano? —Llega Miranda y lo abraza por la espalda.

—No pude dormir bien, estaba inquieto.

—Si, percibí como te movías en la almohada. ¿Es el asunto de Cristal?

—En parte sí, pero mi hermana es la que me preocupa.

Miranda arrugó la frente y se sentó al frente de su esposo. —¿Tu… hermana?

—Si, está actuando muy raro y desde hace tiempo, hace salidas nocturnas hacia la biblioteca.

—Qué raro, mi cuñada no es de salir de noche.

—No, a lo mejor va a la biblioteca y son ideas mías.

—¿Ideas de qué?

—De que puede estar…

Esta vez Miranda alzó la voz a la misma vez que abrió los ojos como platos. —No, no, no, no, Esteban. Ya pasaron años, por favor.

—Por si acaso, mantén los ojos abiertos, nadie sabe lo que pueda… —Esteban calló al escuchar pasos que bajaban la escalera.

—Shhh —Se coloca el dedo sobre los labios—. Escóndete aquí, la voy a interrogar.

—Pero… —Esteban la mira cansado—. Vale, vale. —Y ella se esconde detrás de la pared de la cocina.

Verónica termina de bajar las escaleras, concentrada en la puerta de salida y buscando algo en su bolso. Él aprovecha el momento para situarse en la sala. —¿Me vas a decir a donde son tus salidas misteriosas, hermanita?

Verónica pegó un brinco, mirando a su hermano. —Por Dios, Esteban, me asustaste.

Se acercó lentamente hasta quedar frente a frente. —Dime ya, es algo que yo—

—Solo voy a la biblioteca —lo interrumpió la señora perfecta con la barbilla en alto y cruzando sus brazos.

—A mí no me mientas, sé que tienes algo. Lo veo en tus ojos. —Verónica huía de la mirada de su hermano, suspirando.

—¡Ay ya Esteban! Tengo que trabajar, con permiso. —Dicho esto, se da la vuelta y camina hacia la puerta.

¿Ganaste de nuevo, volcán? Al parecer llevas el control.

O al parecer no.

—¿Es debido a tu pasado? —Se detiene en seco como auto de carreras, sin voltear a ver su cara—. Creo que me estás ocultando más de lo que deberías, Verónica Monserrat, o debo llamarte…

—¡Calla! —Y fue así como explotó, su cara más roja de furia que de molestia—. Voy a la biblioteca y no me molestes, fenómeno. Cuida a mi cuñada. —Abre la puerta y miró sobre su hombro—. ¿Y, Esteban?

—¿Si?

—No te metas en mis asuntos, que te va a ir muy mal como la última vez. —Y con esto cierra la puerta.

¿Última vez? ¿De qué ultima vez hablas, Verónica? Aquí hay gato encerrado.

***

Mientras varias escenas ocurrían en esta historia, Cristal está ocupándose de las tareas de la casa de los Méndez. Con un vestido blanco y delantal azul marino se encuentra en la cocina, arrodillada sobre el suelo, limpiando a mano cada pedazo de suelo bañado de suciedad.

—Mm, mm, mm. Mm, mm, mm. —Tarareaba la chica suspirando y apartando los cabellos de su frente llena de sudor.

—¡Deja de tararear! —le gritó Hansel desde un taburete alto de la cocina, parecido a los usados en un bar. Cristal levantó la mirada lentamente y lo miró con rabia—. Estás limpiando, no cantando, va a llover si sigues.

Uy, eso duele. Cristal, te comprendo, sé que te dolió pero tienes que ser fuerte o será peor para ti. ¡Ánimo, nena! No dejes que te afecte.

—Lo siento, señor.

—“Lo siento, señor.” “Lo siento, señor.” —se burló Hansel—. Aprende a limpiar y deja de disculparte, niña tonta. —Se echó hacia atrás en su silla y se sirvió una copa de vino—. Sigue limpiando.

—Señor, he limpiado toda la mañana. ¡Estoy exhausta!

—¿Qué te dije de gritarle a tu patrón? —reprendió Hansel—. Perdedora ingenua.

—No le voy a permitir que me ofenda, puedo cumplir pero no ser ofendida.

Uy, Cristal, te me pareces a Verónica.

—¿Te he pedido que hables? ¡Dímelo si te lo he pedido, niña! —Cristal no contesta—. El mundo se divide en perdedores y vencedores, tú estas en la raza de los perdedores —Cristal se entristece levemente, pero por dentro tenía miles de ganas de matarlo y de tirarle la esponja por la cabeza. Maldita cafetera—, y yo en la raza de los vencedores.

La chica siguió limpiando, casi terminando. Comenzó a secar el suelo.

Al terminar, Hansel se estaba tomando la segunda botella de vino.

—Terminé, señor —dijo Cristal levantándose del suelo y sucediéndose las rodillas.

El chico se empinó la botella, tomando un último trago y observó al suelo de la cocina, inclinando su espalda hacia este. Cristal nerviosa situada en una esquina con las manos detrás de su espalda.

—Está sucio —dice Hansel rápidamente, mirándola a ella y después al piso.

Cristal mira ligeramente todo el suelo. —No está sucio, señor.

—¿Ah no? —Él toma la botella de vino, la destapa y delicadamente se levanta de su silla.

Cristal se quedó observando como este esparce el vino por todo el suelo de la cocina, la isla, rodeaba la isla de la cocina.

—Sí, está sucio. —Cristal miraba todo con los ojos aguados—. Muy sucio. —Viró la botella en el cubo de agua—. Asqueroso, tendrás que cambiar esa agua. —Señaló al cubo de agua a su lado.

De repente, recibió otra llamada y Cristal aprovechó para ir al baño, si, por lo menos tenía derecho de ir. Entró y trancó la puerta a sus espaldas.

Con las manos sobre el lavamanos, se miró su reflejo en el espejo y gritó tan fuerte y tan odioso como pudo.

—¡AAAAAAAA!

Al echar la mayor parte su ira hacia afuera, recuperó su respiración y se lavó la cara con furia.

—Te odio, Hansel. ¡Te odio! ¡Te odio...!

Lenacolorado :

¡Lo prometido es deuda! Tenga su doble actualización. No tengo muchas ganas de escribir pero ¡¡¡3k!!! DE VERDAD QUE SON los mejores.

Vamos a ver quienes son los valientes que dirán: ¡Yo leo esta historia! Quiero conocer a los que dejan sus ojitos pero no señales de vida. Aun así los quiero a todos. Cuidense y nos vemos la próxima semana.

aylenitaRR :

Bienvenido a esta doble actualización queridos soñadores y soñadoras ¿Quien será esa agente fantasma? Mmmm sospechocho.

Hasta ahora como les va con su vida ¿Tan bien? Yo aquí tristona pero bueno pa delante porque pa atrás ni para coger impulso.

¿Adivinen que? Ya se está terminando de escribir el libro y hay bastantes capítulos con decirle que lo que está pasando ahora no es nada con lo que se viene

Pero bien yo no hago espoiler así que se quedaran con las ganas.

Yo no sé ustedes yo cada día me enamoro más de Hansel Méndez 💖 Ay lo AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Sin más que decir me despido hasta la próxima semana