Querida Kocho:

Te escribo esto para informarte que, ahora que no estás, decidí ir a terapia, la nueva Psicóloga es una mujer un poco extraña, apenas ayer tuve mi primera terapia, ella me pidió que escriba todo lo que siento, que usará a gente a la cual quiero.

Te escribo esto por qué, ahora que te fuiste a estudiar al extranjero, no tengo a nadie con quien hablar, salvó los hermanos Kamado, pero ellos no están listos para tener aquellas charlas que solíamos tener tu y yo. Aún me cuesta trabajo escribir esto, quizás es por qué en el fondo no quiero que te preocupes por mi como cuando estabas aquí.

Quizás este escrito no te llegue, quizás si, cómo sea, solo quiero que sepas que te extraño, no solo yo, también te extraña tu hermanita menor y al parecer también la otra, aunque siendo honesto, odio que ella se desquite conmigo cada vez que me ve, Shinobu me odia, sigue creyendo que yo voy a quitarle su lugar...

Bueno olvida que te hablé de Shinobu, puede que crea que te escribo esto para darte quejas de ella. En realidad te escribo para decirte que te extraño mucho y también para desearte mucha suerte en tu nueva escuela, no puedo esperar a que regreses, cuando lo hagas, quizás me alegre de verte nuevo.

Perdona las pocas palabras pero no puedo seguir pensando en que más podría decirte, salvó que realmente estoy feliz por qué sales adelante y que realmente te deseo que te vaya bien en América.

Cuídate mucho Kanae.

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Giyu cerró aquel cuaderno, su nueva terapeuta le pidió escribir todo aquello que alguna vez quiso decirle a las personas que lo rodeaban, quizás eso podría ayudarle a sacar muchos sentimientos de su sistema, al principio dudo en hacerlo, pero ¿Que podría perder? Intentarlo no le haría daño ¿Verdad?

Esa tarde compro un simple cuaderno, tal vez hacerlo podría ser de ayuda, aunque tal vez también podría ser perjudicial, pero no estaría mal intentarlo, quizás Kanae también lo habría persuadido para que lo cumpliera.