"Rey sin corona"

Era un rey sin corona, o bueno, uno supuesto sin nada de pelo. Así como le costaba tanto decir un simple 'te quiero', también le era complicado que todos supieran que no tenía cabello como los demás y lo cubría por temas ligados a la antigüedad. En los tiempos de Egipto, hace muchos años, el no tener cabello siendo rey era práctico por el clima caluroso. En la ciudad tampoco era visto frecuentemente este hecho, así que era 'extraño'.

Los únicos que lo vieron así fueron los héroes, ni siquiera aquella risueña pulpo. Nunca presenció al faraón sin su corona egipcia y de ser así, quizás no lo hubiera juzgado, ¿no?

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Pharaoh Boy caminaba mientras agarraba su báculo, luego de haber salido del Mundo del Más Allá este observaba con seriedad a todos lados. La buscaba como siempre, diría que era lo más interesante de la ciudad que los todos los demás villanos y héroes juntos.

Fue el consuelo y apoyo que tanto necesitó, en verdad no tenía ideas de qué hacer ese día; solo visitarla y nada más.

—¿Octobella, estas ahí? —preguntó desde afuera en la superficie terrestre. Se asomó a los canales de la ciudad.

No escuchó nada por un momento, hasta que percibió unos ojos que a su percepción eran lo más brillante que existió en el mundo entero.

—¡Hola! —Sonrió con ternura—. Espero que te encuentres bien, no he podido llamarte por contratiempos, ja, perdón —dijo en tanto nadaba.

—No hay disculpas por eso —replicó arrodillado.

—Bueno, ¿que quieres hacer?

—Nada, caminar.

—Está bien.

Pharaoh Boy tomó su mano y la ayudó a salir del foso. Para las horas siguientes estaban, ambos villanos, paseando por el bosque de la ciudad, decidieron hacer un picnic y el chico faraón trajo frutas en una canasta.

—¿Manzana?

—Muchas gracias. —Lo agarró.

Él comía uvas, y le contaba lo que pensó en esos días complicados, por suerte su amistad no iba en declive a pesar de hablar poco o nada. Cada día notaba la diferencia al resto.

¿Alguna vez imaginaste que el destino te jugaría la contraria?

Llegaron al tema sobre sus relaciones.

—Pero, espera un minuto ¿por qué no me explicaste antes?

—No era fácil, no acostumbro a contar lo que me pasa, en serio.

—Entonces ¿por qué pretendiste que lo sabría? —insistió Octobella de frente con él.

Agachó la cabeza con pena, no supo que contestar.

¿Por qué le era tan difícil explicar el asunto sobre Ninja Nocturno?, le molestaba que hablaran de él, después de todo lo que ambos se habían dicho.

—No quiero incomodarte, lo lamento. —La ojiceleste se acercó al moreno, que aún miraba el suelo, para poder abrazarlo

De pronto, el chico faraón intentaba volver a sentarse cuando esto pasó y entonces, no midió bien sus acciones, acabó por arrojar la característica corona egipcia del niño faraón al piso.

Ante esto se detuvo de inmediato—. Oh, wow. No fue mi intención hacerlo.

«¡Ella me está viendo sin mi nemes!»

Admiró su cabeza vendada, sin nada que lo cubriera.

—Por Horus. —Estaba nervioso por qué lo vea de esa forma, se sentía sin aires de grandeza cuando no lo llevaba puesto.

Lo que no sabía era que para Octobella no tenía ningún problema: le pareció hasta bonito y agradable.

Cuando miró que iba volvérselo a poner, lo detuvo.

—Aguarda, ¿sabes? no te ves nada mal.

—Lo, ¿lo dices en serio?

—Sí. No debes preocuparte porque te vea así, no me sorprendes de forma mala.

—Pero si tú tampoco tienes pelo —admitió Pharaoh Boy como si nada.

—No pero parece uno, al menos. —Se rió amistosa.

—Entonces no me vendría mal recibir un abrazo de esta linda pulpo —dijo coqueto.

—Tampoco sería malo —Lo envolvió en un abrazo cálido.

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Iba a subirlo antes, pero el universo no colabora.
Gracias por leer.