-*Unas semanas después*-

Connor, Amaya, Greg e Iván estaban jugando al baloncesto en el patio de la escuela, mientras que Newton leía un libro sobre asteroides sentado en una banca. Pero Greg no estaba del todo concentrado. Parecía estar algo pensativo.

Iván: ¡¡¡AHÍ TE VA, GREG!!! -*Gritó antes de lanzar la pelota*

Greg: ¿Eh? -*Recibe un pelotazo en la cabeza*- ¡¡¡AU!!! ¡¡¡ESO DOLIÓ!!!

Iván: Ay no. Greg, lo siento. No era mi intención.

Greg: No. Tranquilo, Iván. Sé que no lo hiciste a propósito. -*Dijo sobandose la cabeza*

Connor: Greg, ¿te pasa algo? Es la quinta vez que te distraes en el juego.

Amaya: Mmm, déjame adivinar... -*Picarona*- Estás así por una chica, ¿verdad?

Greg: Cállate, Amaya. Y no, solo dormí mal anoche. Es todo. -*Dijo antes de ir a sentarse a una banca al lado de Newton*

Iván: ¿Se encuentra bien? -*Dijo volteando a ver a sus amigos*

Connor: Algo me dice que no. Hay que ver qué le pasa.

Amaya e Iván asistieron con la cabeza, y los tres se acercaron a Greg. Connor también se acercó a Newton, y con la punta de su dedo bajó el libro de su mirada. Señalando a Greg con sus ojos, le hizo entender a Newton qué sucedía. Ahora todos se encontraban sentados a ambos lados de Greg.

Connor: Greg... -*Dijo colocando su mano en el hombro de su amigo*- Sabemos que no estás así por dormir mal. Vamos, cuéntanos. No te vamos a juzgar.

Greg levantó la mirada ante las palabras de Connor. Miró a sus amigos. Se dio cuenta de que no dejarían de insistir hasta que finalmente les contará qué le pasaba. Suspiró. De su espalda sacó un libro de color verde.

Greg: Es un viejo álbum que había armado. Lo encontré mientras limpiaba el ático de mi casa con mi mamá.

Amaya: Nuestras primeras aventuras... Vaya, cuántos recuerdos...

Greg abrió el álbum y empezó a pasar página por página. En cada una, habían ciertos de fotos de sus primeras misiones nocturnas. Como cuando detuvieron la gran roca del poder de Ninja Nocturno, cuando se enfrentaron a Romeo con su rayo congelador, entre otras. Pero, lo más nostálgico fue al pasar la siguiente página.

Muchas fotos de unas criaturas amarillas. Era lo que mostraba las siguiente páginas. Desde varias fotos de esas criaturas en sus misiones nocturnas, hasta fotos de los mimos Héroes en Pijamas con esas criaturas. Iván y Newton parecían algo confundidos, mientras que Connor, Amaya y Greg miraban con nostalgia aquellas fotos. Newton los vio. Luego al álbum. Finalmente se dio cuenta.

Newton: Son unos viejos conocidos, ¿no?

Connor: Sí... Más bien, nuestros compañeros de equipo.

Amaya: Ellos eran nuestros amigos... Desde que sólo eramos tres.

Iván: Vaya, pues sí se ven que son buenos sujetos. ¿Qué les parece si les pedimos que se unan al equipo? En los héroes, siempre hay espacio para uno más.

Greg: Ya no están... -*Cierra el álbum*- Se fueron cuando llegó Robot en Pijama. Nunca más los volvimos a ver después de eso... -*Abraza el álbum*- Y sí, los extrañamos. Y mucho.

Rompió en llanto. No pudo aguantarlo más. Lo invadió la tristeza, la nostalgia y la culpa. Se sentía miserable. Pensaba que gracias a él, sus viejos amigos se habían ido. Connor y Amaya lo abrazaron. Tenían el mismo sentimiento que él, pero debían animarlo.

Newton: Creo que es mejor no preguntar qué pasó.

Iván: Sí... Esperemos el momento indicado para que lo puedan hablar.

Greg: Kevin, Stuart, Bob... Chicos, ¿dónde están? -*Dijo entre lágrimas mientras miraba al cielo*

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Las luces se encendieron. Kevin se limpiaba y saboreaba la sangre del rostro con su lengua. Sus ojos brillaban con un rojo más intenso. Bob y Stuart pedaleaban en dos bicicletas conectadas a un generador. Este poco a poco comenzó a encender las luces de toda el área.

El interior de la cabaña se iluminó. Todo estaba lleno de herramientas de tortura y ganchos de carne colgando del techo, todos cubiertos de sangre. Dos cadáveres esqueléticos estaban colgando de dos ganchos. Lucy y Dru.

Kevin se acercaba caminando a una persona atada del techo desde las manos. Gru. La mirada del minion se mantenía fija en él. Gru no traía puesta su camisa gris ni su chaleco. Notables heridas estaban presentes en su cara y en la espalda. Gru abrió los ojos débilmente, notando la presencia de aquél enano ser.

Gru: Por favor... Por favor... Por favor, sólo... Detente... Este no eres tú... Así no es como te recuerdo... -*Dijo entre lágrimas*- Tuve que cambiar... Yo era... Yo era un papá ahora, Kevin. Tuve que cambiar... Por favor, por favor, tienes que creeme... Imagina... Imagina que hubiese pasado si... Yo te quería, Kevin... Yo... -*Sollozando*- Lo siento...

Kevin se quedó observándolo por unos segundos, con una mirada fría y sin emociones como si ese alguien con quien Gru hablaba había muerto. Pero, a decir verdad, esas palabras lo dejaron algo pensativo. Bajó su mirada por un momento, luego se dirigió lentamente hacia un espejo. Apoyó sus manos en la mesa. Alzó la vista para mirar su reflejo. Vio en lo que se había convertido. Sentía algo de vergüenza por ello. Hasta que, unos recuerdos llegaron a su cabeza. Recuerdos de aquéllos tres héroes.

-*Recuerdos*-

<Catboy: Jejeje. Te extrañamos, Kevin. Viejo minion tonto. Eres el mejor amigo de todo el mundo.>

<Gecko: Nada puede separarnos. No vamos dejarte. Nunca. Es una promesa.>

<Ululette: Envejeceremos juntos. Por siempre y para siempre. Eres el mejor amigo de todo el mundo.>

<Catboy/Gecko/Ululette: Siempre estaremos contigo.>

-*Fin de los recuerdos*-

Dolor. Ira. Tristeza. Eran los sentimientos que tenía en ese momento. Una pequeña lágrima salió de sus ojos. Sí, extrañaba esos días en los que se sintió como parte de una familia, esos mejores momentos que pasó con esos héroes, pero con la llegada de ese robot, todo se derrumbó. Ya no había vuelta atrás. Siguió parado frente al espejo, limitándose a ver como ese tierno minion de antes había muerto...

Ahora era un monstruo...

Kevin llevó sus manos a su cabeza y se alejó del espejo. Se acercó a unas cajas de madera que estaban apiladas una encima de la otra. Alzó sus manos y las destrozó. Pero no se quedó ahí, tomó los pedazos rotos y los lanzó al aire, derribó unas botellas y rompió un tarro. Gru trataba de no ver esa escena, mientras las lágrimas seguían saliendo de sus ojos.

Kevin tomó otra botella y la arrojó cerca de Gru. Éste dio un pequeño grito de miedo. El minion se acercó a una caja llena de herramientas de tortura, pasando junto a Gru. De repente, vio un látigo colgado de un clavo en la pared. Lo tomó. Era un látigo hecho con el cabello de Lucy. Se acercó a Gru.

Gru: No, no. Kevin, no lo hagas. Kevin, por favor... -*Kevin lo voltea*- No, Kevin... ¡¡¡AAAAAAAHHHHHHH!!! -*Gritó adolorido al sentir un latigazo en su espalda*

Kevin lo azotaba brutalmente en la espalda con el látigo. Gru lo único que podía hacer era gritar de agonía, mientras su espalda recibía varias cicatrices por los latigazos. Estuvo así por unos cinco minutos, hasta que Kevin se detuvo y arrojó el látigo al suelo. Se alejó.

Gru soltaba lágrimas. Quería salir de esa situación, pero sabía que era imposible. Su espalda sangraba por las cicatrices. Kevin regresó, pero esta vez cargando un cadáver. Lo colocó en una silla cerca de Gru. Éste, al ver el cadáver, no pudo evitar sentirse horrorizado al ver quién era.

Gru: ¡¡¡LUCYYYYYYYY!!! ¡¡¡NO!!! ¡¡¡OH, DIOS!!! ¡¡¡NOOOOOOOOO!!!

El minion se acercó con una cubeta llena de sangre y órganos. Lentamente, colocó el contenido en otra cubeta conectada a una pequeña manguera. Esta empezó a succionar la sangre, y poco a poco llegó a una regadera. Luego, comenzó a largar la sangre sobre Gru.

Gru: ¡¡¡AAAAAAAHHHHHHH!!! ¡¡¡NOOOOOO!!! ¡¡¡PARAAAAA!!! -*Gritó mientras era bañado por la sangre*

Kevin solo se limitó a sonreír. Acercó su dedo y un poco de la sangre cayó en él. Luego, se llevó el dedo a su boca y lo chupó. El sabor a sangre le era mucho más delicioso. Gru, mientras tanto, volteó a ver el cadáver de su ya fallecida esposa.

Gru: Lucy...

Continuará...