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Todos conocemos la famosa historia de tres superhéroes nocturnos y unas criaturas amarillas. Pero, como muchos sabrán, todos los momentos felices e inolvidables tienen su final.

Muchos de seguro recordarán la historia de los Minions. Criaturas amarillas que existieron desde el inicio de los tiempos y cuyo objetivo era servir al amo más despreciable que encuentren. Pero como todos sabemos, la mente tiene un límite... Y los Minions llegaron al suyo.

Amigos míos, ahora conocerán lo ocurrido después de esa noche... Aquella noche que cambió por completo las vidas de los Power Heroes...

Desde la última vez que vimos a nuestros héroes favoritos, las cosas no han estado nada bien. La Masacre de Tarabiscoville, el nombre de aquel suceso, conmocionó a la tranquila comunidad de la ciudad. Decidiendo hacer un cambio, los Héroes en Pijamas se mudaron a un pueblo vecino para olvidar lo ocurrido... Ashdown.

Pero los habitantes de Tarabiscoville no iban a quedarse de brazos cruzados. Tomaron justicia y fueron a cazar a los responsables de los asesinatos en la ciudad... Todos los Minions... Carl, Paul, Mike, Jerry... terminaron siendo eliminados por esas personas que buscaban venganza por las muertes de sus seres queridos... Solo un grupo de ellos pudo sobrevivir. Kevin, Stuart, Bob, Otto y Dave fueron los únicos Minions que lograron escapar de todas esas personas.

Pasaron varios meses, y la búsqueda nunca cesó... Los Minions restantes seguían por ahí, y poco a poco los lugares donde podían esconderse iban disminuyendo... El tiempo no hizo más que avanzar... Y el invierno llegó una vez más... Una época fría y sin piedad...

Como la ciudad de Tarabiscoville ya no era un lugar seguro, Kevin, Stuart y Bob se vieron obligados a buscar refugio de los dos Minions restantes, Dave y Otto. Únicamente con la esperanza de sobrevivir.

En un intento de retomar sus vidas, los Héroes en Pijamas volvieron a su rutina de niños normales durante el día, y superhéroes durante la noche... Pero, era más que evidente que los traumas de esa noche nunca se borraron de sus memorias... Esos ojos rojos, esa sonrisa desquiciada y todo lo relacionado con los Minions... Quedaron grabados en sus mentes.

Sin saberlo, tanto los Héroes en Pijamas como los Minions afrontaban el mismo destino; traumados y sin amor. Sabían que no podían seguir asi, debían cambiar algo... Sin embargo, una cosa era cierta. A donde quiera que fueran, sin importar lo que suceda en su camino, esos niños y esas criaturas se reencontrarían...

Y, tristemente, habrían muchas pérdidas en el camino...

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Bosque de Ashdown
2024

Matt y Leslie, una joven pareja, se encontraban sentados en un sofá dentro de una caravana, viendo una película. Se notaba que estaban medio vestidos, como si hubieran pasado por un momento romántico.

En la pantalla de su televisión se mostraba una escena de un oso antropomórfico de color amarillo manejando un auto y aplastando el cráneo de una mujer con la rueda de este. Sus ojos salían de sus cuencas, y ella dio sus últimos gritos antes de que su cabeza fuera convertida en un panqueque.

Matt: Jejejeje. Que ridículo. ¿Se supone que esto debe dar miedo? Se nota que es un hombre con una máscara de oso.

Leslie: Lo sé. Y dicen que esta película se basa en la masacre de hace un año. En verdad, sigo sin creer que ese tipo Christopher Robin haya sido capaz de cometer todos esos asesinatos.

Matt: Amor, sabes que él fue el autor de esa masacre. ¿Quién le iba a creer su historia de que un oso y un cerdo mataron a esos adolescentes?

Leslie: Buen punto. Pero bueno, cambiando de tema.. ¿Vamos a dormir? -*Sonríe*- Podríamos hacerlo otra vez.

Matt: Jejeje, está bien. Solo espérame, ¿sí? Iré a cepillar mis dientes.

Leslie: De acuerdo, amor. Y cuando termines... -*Sonríe*- ..te daré una sorpresa.

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Matt cerró la llave del grifo. Colocó su cepillo de dientes en una pequeña vasija y tomó una toalla para secar su boca. Mientras lo hacía, centró su mirada en una pequeña caja de color azul apoyada en el lavamanos. Sonrió al terminar de secarse, colocando la toalla en la tapa cerrada del inodoro.

Matt: -*Toma la caja*- A Leslie le va a encantar esta sorpresa que le tengo prepa...

Se vio interrumpido cuando escuchó un fuerte golpe proveniente de la ventana del baño. Volteó rápidamente, encontrando que el cristal de la ventana estaba agrietado. Dejó la pequeña caja en el lavamanos y se acercó lentamente.

Se asomó lentamente por agrietada ventana. No se veía nada extraño en el exterior. Solo el bosque rodeado de oscuridad, mezclado con el sonido del canto de los grillos. Ni un alma se mostraba en los alrededores... O eso parecía...

Le pareció ver algo por el rabillo del ojo, moviéndose muy cerca de la ventana. Dirigió la mirada hacia donde vio esa figura, pero no había nada. Parecía que alguien estaba afuera, husmeando en el alrededor.

Matt: ¿Qué mierda...?

La ventana nuevamente fue golpeada, esta vez rompiéndose. Pedazos rotos de vidrio salieron volando y quedaron clavados en el rostro de Matt, quien cayó al suelo al sentir como esos cristales aterrizaban en gran parte de su cara.

Matt: ¡¡¡AAAAHHHH!!!

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Leslie: ¿Matt? Matt, ¿qué pasa?

Mencionó Leslie, quien apenas había terminado de preparar la cama para su noche especial. Aquel grito de su novio le dio mala espina. No sabía porqué, pero sentía que algo malo debió haber pasado. Fue rápido a la puerta del baño.

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Matt se apoyó en la puerta, cubriendo su ojo izquierdo con su mano, ya que uno de los cristales había quedado clavado en este. La sombra de alguien pequeño acercándose a él se reflejaba en la pared. Alzó algo en su mano, un machete. El chico no pudo hacer nada más que mirar impotente.

Matt: ¡No...! ¡Por favor...! ¡¡¡NOOO!!!

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Leslie ya estaba a escasos metros de la puerta. Extendió su mano para abrirla, pero se detuvo en cuanto vio algo atravesar la puerta. Un machete, cubierto de sangre. No tardó en darse cuenta de lo que pasaba al ver que la sangre era de su novio.

Leslie: ¡¡¡AAAAHHHH!!!

La joven corrió rápido a la puerta de salida de la caravana. Giró la manija para abrirla, pero cuando la abrió, quedó horrorizada al ver lo que había en el exterior. Una pequeña criatura amarilla estaba agachada en el suelo, comiendo de una forma grotesca el cuerpo desmembrado de un hombre.

Dejó de comer y alzó rápidamente la cabeza rápidamente al notar la presencia de la chica. Se levantó lentamente, con sus huesos crujiendo. La luz de la luna reflejaba un brillo en sus manos, especialmente en sus dedos. Garras afiladas, con gotas de sangre cayendo de estas. Un brillo rojo estaba presente en sus ojos, con su ropa manchada de sangre. Sin perder el tiempo, aquél monstruo corrió en dirección a la mujer, avanzando en sus cuatro extremidades como un animal.

Leslie apenas pudo cerrar la puerta a tiempo, justo cuando el ser amarillo comenzó a arañar la puerta desde el exterior con sus afiladas garras.

Leslie: ¡Tengo que salir! ¡Tengo que salir!

Miró a todos lados, buscando una posible salida. Vio una de las ventanas de la caravana. Era su única vía de escape. Corrió a toda prisa y la abrió, para luego saltar al exterior. Se levantó y con todas sus fuerzas comenzó a correr. No le importaba estar sin zapatos y sentir la húmeda tierra en sus pies. Tenía una meta en ese momento, escapar de esas cosas.

Leslie: ¡¡¡QUE ALGUIEN ME AYUDE!!! ¡¡¡QUE ALGUIEN ME AYUDE, POR FAVOR!!!

Siguió corriendo por el oscuro bosque, sin mirar hacia atrás en ningún momento. Notó una luz a lo lejos, parecían provenir de una caravana muy cercana. Avanzó con lo último de sus fuerzas, esperando poder conseguir ayuda... Pero, lo que encontró, fue algo peor...

La caravana cercana estaba volteada a un lado, cubierta de fuego. Un tubo de metal estaba clavado en una de las paredes. Una de las jóvenes era arrastrada en el suelo por un oso humanoide de color amarillo con ropa de constructor, utilizando una trampa para osos para agarrar uno de los pies de la mujer.

Vio como ese monstruo le rompió las cuatro extremidades, para luego aplastarle la cabeza con la trampa para osos.

Notó como otra de las chicas salía de un charco, completamente chamuscada por el fuego de la caravana. Quiso ir a ayudarla, pero se detuvo en cuanto vio una figura que parecía ser un búho humanoide aterrizando frente a ella.

??: ¿Quién es la abominación ahora?

Aquel monstruo tomó una rama y aplastó el cráneo de la mujer con esta. Luego de esto, soltó una especie de rugido mientras alzaba sus brazo/alas al aire.

Leslie se dio la vuelta para correr en otra dirección, pues no quería ser víctima de esos dos animales monstruosos. Pero, no pudo correr muy lejos, ya que alguien la tomó de su pierna, lo que la hizo caer al suelo.

Giró su cabeza rápidamente, viendo a su captor. Una criatura amarilla parecida a la que vio anteriormente sostenía su pie, solo que esta un poco más alta que la otra. También, llevaba una ropa diferente, un overol azul junto con una camisa de franela de manga larga a cuadros rojos. Sus ojos brillaban con ese mismo tono rojo que el otro monstruo.

La criatura sonrió de una forma siniestra, mostrando en su mano unas tijeras muy filosas. Acto seguido, llevó el objeto al pie derecho de Leslie, y de forma despiadada y sádica, empezó a cortarle los dedos del pie uno por uno.

Leslie: ¡¡¡AAAAHHHH!!!

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El oso y el búho voltearon ante la dirección donde se escuchaba el grito. Se miraron mutuamente, antes de volver a mirar en aquella dirección. Sin pensarlo, se acercaron a ver qué ocurría.

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Kevin tomó a la joven del cabello, quien lloraba de agonía por sus dedos cortados. Miró en el suelo una rama con una punta muy filosa, la tomó rápidamente y con un movimiento rápido, clavó la rama en el ojo de la joven.

La criatura repitió este acto varias veces. Los gritos de dolor de Leslie se intesificaban, hasta que sólo quedó silencio. Ya no se movía, ni respiraba. El monstruo escuchó pasos aproximándose, por lo que se alejó a toda prisa.

El oso y el búho antropomórficos llegaron a la escena. Quedaron atónitos al ver el cadáver de Leslie en el suelo. El búho se agachó para revisar el cuerpo con sus garras, examinando un poco de la sangre.

Búho: Está fresco... -*Se levanta lentamente*- Alguien más estuvo aquí...

El oso simplemente se quedó observando el cuerpo decapitado de la mujer con algo de interés. Escuchó algo en un arbusto cercano. Volteó rápidamente, viendo dos puntos de luz rojos desapareciendo en la oscuridad. Como ojos vigilantes.

Búho: Pooh. -*El oso voltea a mirarlo*- Hay que irnos. Pronto vendrán más.

Diciendo esto, Búho se alejó volando de ahí. Pooh volvió a mirar el lugar donde vio aquellos ojos rojos. Sentía curiosidad, quizás había encontrado a alguien igual que él. Pero sabía que no podía quedarse ahí por mucho tiempo, por lo que fue a tomar su trampa para osos y se fue caminando de ahí.

Sin notar que, desde lo lejos, Kevin los observaba con cierto interés.

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LA VENGANZA DE LOS MINIONS II