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Capítulo III

La noticia del ataque en el Bosque de los 100 Acres no tardó en llegar a los oídos de los habitantes de Ashdown. Muchos quedaron conmocionados cuando la policía encontró los cuerpos de los cazadores, que presentaban múltiples heridas en sus cuerpos. Otro grupo de cazadores fue encontrado al otro lado del bosque, pero la escena pareció demostrar que lo que sea que los atacó era algo mucho más brutal y siniestro.

Connor, Amaya, Greg, Newton e Iván fueron de aquellos que escucharon la noticia. Sintieron curiosidad, pero a la vez miedo. Tenían el presentimiento de quienes fueron los atacantes, aunque querían estar seguros.

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HOSPITAL ASHDOWN
9:40 a.m.

Amaya estaba sentada en una banca del hospital. Alzó la vista, viendo como su novio junto con Greg, acompañado por su novia Luna con ropa normal, compraban una bebida de una máquina expensadora. Newton se encontraba sentado en otra banca leyendo un libro sobre el espacio, mientras que Iván estaba sentado a un lado de él leyendo una historieta de superhéroes para matar el rato.

Amaya bajó la vista por un momento. Columpiaba sus pies para de alguna entretenerse, pues estaba algo aburrida. Volvió a mirar a su alrededor, deteniendo su vista en una de las tantas habitaciones del lugar. Dentro, habían un montón de pacientes acostados en camillas siendo atendidos por enferemeros, pero uno de estos le llamó la atención. Se levantó y se acercó a la ventana para poder verlo mejor. Lo reconoció al instante.

Christopher Robin: De acuerdo. Hola, Alex. Mi nombre es Chris y voy a hacer esto muy muy rápido, ¿de acuerdo? Terminaré en unos segundos... -*Toma un algodón y limpia un poco la espalda del niño*- Oye, Rudy, podrías tomar la mano de Alex con mucha mucha fuerza? -*La niña asiente y toma la mano de Alex con fuerza*- Sentirás un pinchazo en tres, dos...

Alex: No, no...

Christopher Robin: No, no, no. Todo va a estar bien. Tú estarás bien, ¿ok? -*Dijo con una jeringa en sus manos*- Te prometo que será muy rápido. Y entre más rápido lo hagamos, te vas a sentir mil veces mejor si cooperas, ¿oiste?

Amaya: -*Susurra*- ¿Ese no es...?

Christopher Robin: ¿Estás listo? Respira profundo, Alex. Tú puedes con esto. Tres, dos...

Con mucha suavidad, Christopher colocó la jeringa en la espalda del chico. Se podía notar que el pequeño tenía pequeñas lágrimas de dolor cayendo por sus mejillas, pero trataba de aguantar las ganas de gritar.

Christopher Robin: Y terminamos, eso fue todo. Muchas gracias, Alex. Te vas a sentir mucho mejor ahora, ¿oiste? Fuiste muy valiente.

Justo al instante, Amaya vio como un hombre entró a la habitación. Le hizo unas señas a Christopher, como diciéndole que vaya con él para hablar en privado. Justo cuando Christopher iba a ir con él, Amaya notó que el joven logró verla. Se apartó rápidamente, para posteriormente alejarse.

Mientras se alejaba, sintió como alguien la rodeaba de su cintura detrás de ella. No hizo faltar saber quién era. Amaya volteó con una sonrisa, viendo a Connor rodeandola con un brazo mientras que en el otro tenía una lata de refresco.

Connor: ¿Estás bien, pajarita?

Amaya: Sí, sí. Estoy bien, gatito. Es que... -*Voltea a ver como Christopher y el hombre charlaban*- Creí haber visto a alguien que conocí en algún lado.

Connor: -*Voltea a verlos*- Alto... Ese es... ¿Christopher Robin?

Amaya: -*Asiente con la cabeza*- Su historia es parecida a la nuestra. Sé que sonará loco, pero... Yo sí creo en su historia.

Connor: La verdad, yo también... Nosotros pasamos por lo mismo.

Greg: -*Se acerca junto con Luna*- ¿Puedo saber de qué hablan?

Amaya miró de nuevo hacia donde estaba Christopher Robin, quien estaba algo triste mientras su supervisor se alejaba. Los demás también vieron esto, y no pudieron evitar sentir pena por él, pues sabían por lo que estaba pasando. Es más, ellos creían en su historia, pero con ellos no era suficiente.

Amaya: Quiziera... que hubiera una forma de apoyarlo sin...

Fue interrumpida cuando unos paramédicos entraron rápidamente al pasillo con una camilla, la cual tenía a un paciente con una cara completamente desfigurada.

Paramédica 1: ¿Podemos preparar 6 unidades, por favor? ¡Rápido!

Christopher Robin: -*Se acerca sorprendido*- Oye, oye, oye. ¿Qué le pasó?

Paramedica 2: No estoy segura, lo encontraron a las afueras de la ciudad. ¿Tú lo conoces?

Christopher Robin: ¡Sí, es Aaron Jones! ¡Iba conmigo a la escuela!

Paramédica 1: ¡Pues está perdiendo sangre!

Diciendo esto, los paramédicos metieron rápido al hombre en una de las salas, dejando a Christopher sin palabras y conmocionado. De pronto, los chicos lograron ver a otro grupo de enfermeros llevando a otro herido a otra sala.

Enfermero 1: ¡¡¡LLAMEN A UN DOCTOR, DEPRISA!!!

Enfermero 2: ¡¡¡ESTÁ PERDIENDO MUCHA SANGRE!!!

Mientras los enfermeros se dirigían con urgencia a otra de las salas, los chicos pudieron ver con claridad al paciente. Tenía una profunda herida en el cuello, y se notaba que apenas seguía con vida, aunque no tardaría mucho en morir. Esto fue suficiente para que Amaya cubriera su boca con sus manos muy conmocionada.

Amaya: Por todas mis plumas... ¿Qué le pasó?

Luna: ¿Vieron la herida en su cuello? Eso no parece haber sido hecho por un humano.

Iván: Chicos... Presiento que algo malo está sucediendo aquí en Ashdown...

Connor: Sí... Pero es algo muy aterrador... Y a la vez... -*Mira a la nada algo asustado*- Mucho peor...

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Valeria: Mi amor, lamento mucho eso. Es terrible. -*Dijo colocando su mano en el hombro de su hija*

Amaya simplemente respondió mirando a su madre, quien tenía una esponja en su otra mano. Ahora mismo se encontraba en su casa, ayudando a sus padres a limpiar la cocina. Alberto, su padre, dejó su trapo en un fregadero cercano y se acercó para colocar su mano en el otro hombro de Amaya.

Alberto: Oye, no tienes porque ponerte así, cielo. Sé que esto te está afectando mucho, pero solo tienes que seguir adelante, ¿sí?

Amaya: Lo intento, papá... Es que es difícil luego de lo que pasó hace un año en la ciudad.

Valeria: -*Revisa los cuchillos del lava platos*- Ay... Alberto, te dije que los acomodaras.

Alberto: Lo iba a hacer. -*Voltea a ver a su hija*- ¿Por qué no subes a tu cuarto para descansar un poco? Te llamaré en cuanto la cena esté lista.

La chica sonrió en respuesta, antes de recibir un beso en la mejilla por su padre. Amaya procedió a subir las escaleras en dirección a su habitación, pero cuando llegó al piso de arriba se detuvo al ver una puerta. Una a la que no había entrado hacía mucho tiempo.

Se acercó lentamente, con una expresión de tristeza en su rostro. Alzó su mano para tomar el pomo, lo movió y abrió la puerta. Observó detenidamente el interior, y una pequeña lágrima rodó por su mejilla.

Dentro había una litera algo deteriorada, junto con algunos dibujos en la pared, que parecían haber sido dibujados por un niño pequeño. Al lado de una ventana que iluminaba el interior, se podía apreciar una foto de Amaya junto con otro chico, quien tenía el mismo color de ojos y cabello que ella, su misma altura, y su mismo tono de piel. Dio un suspiro triste.

Amaya: Te extraño, Billy...

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Cazador: Nada de movimientos bruscos. Ahora, mira hacia ese árbol. Justo en frente.

Mencionó un cazador, quien estaba junto a su hijo en el Bosque de los 100 Acres pasando un momento de padre e hijo. El niño miró con los binoculares al árbol más cercano.

Cazador: ¿Qué es lo que ves?

Niño: Ese es... -*Veía un ave roja en una de las ramas*- ¿Un cardenal?

Cazador: Jeje, así es. Bien hecho. -*Voltea a ver otro árbol*- Ahora, mira hacia arriba, Luke. Justo arriba, ¿qué es lo que ves?

Luke: -*Mira con los binoculares*- Ese parece... Un... ¡Un gorrión!

Cazador: Jejejeje, muy bien, Luke. ¿Por qué no buscas uno para mí?

Luke: Muy bien... -*Mira con los binoculares*- ¿Qué... tal... ese...?

Justo al instante, Luke notó una especie de ave parado de espaldas en una rama. Apenas podía distinguir qué era, pero su sangre se congeló en cuanto esa cosa giró la cabeza para mirarlo fijamente.

Luke: ¡Ya no quiero jugar a este juego! -*Dijo antes de correr a esonderse detrás de un árbol*

El hombre quedó algo confundido por la reacción de su hijo, pero justo antes de que pudiera reaccionar, esa ave extraña llegó y se llevó volando al cazador, mientras su hijo permanecía escondido detrás de un árbol.

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Luke: ¿Papá? ¡¿Dónde estás, papá?!

El grito de Luke se escuchó por todo el bosque, aunque no recibió ninguna respuesta. En un río cercano, la pierna demembrada de aquél cazador cayó al agua, siendo arrastrada poco a poco por la corriente.

La extremidad seguía avanzando por el río, hasta pasar por un puente cercano. Winnie-the-Pooh y Búho se encontraban ahí, mirando como poco a poco la pierna se perdía en el agua con forme avanzaba.

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Luke: ¿Papá? ¡¿Papá?!

Gritó Luke, tratando de recibir alguna respuesta de su padre, mientras caminaba entre la malesa del bosque. Se sentía ansioso y a la vez asustado, tenía el presentimiento de que alguien lo observaba.

Se detuvo inmediatamente al escuchar algo proveniente de una maleza cercana... Hojas siendo pisadas... Ramas quebrándose... Pasos...

Luke: ¿Papá...?

Fue lo único que llegó a decir, pues podía sentir su corazón latiendo a mil por hora. Se acercó lentamente, con el sudor bajando por su cabeza. Alzó un poco su brazo para apartar el arbusto... Pero, justo en ese momento...

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Pooh y Búho voltearon rápidamente al escuchar el grito de aquél niño en una parte lejana del bosque. Parecía de agonía, como si alguien lo atacará.

Pooh no dudo ni un segundo, y corrió en dirección a donde escuchaban los gritos.

Búho: ¡Pooh! ¡¿A dónde vas?!

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Luke retrocedía adolorido en el suelo, dejando un largo rastro de sangre que salía de donde solía estar su brazo. Lágrimas de dolor rodaban por sus mejillas, mientras seguía gimiendo adolorido.

Kevin y Stuart se acercaban a paso lento al chico, con el primero arrojando a un lado el brazo arrancado de Luke. El minion de un solo ojo, ya estando a escasos metros de él, lo tomó por el cabello y lo alzó para mirarlo a los ojos.

Stuart: -*En su idioma*- তাজা মাংস... (Carne fresca...)

Pronunciando estas palabras, ambos minions se llevaron a rastras a Luke, quien no pudo hacer nada más que gritar por su padre.

Luke: ¡¡¡PAPÁAAAAA...!!!

-*Minutos después*-

Pooh llegó a paso rápido al lugar. No vio nada fuera de lo común, solo árboles y arbustos siendo movidos por el viento que llegaba al lugar... Salvo por el largo rastro de sangre que parecía llevar a un arbusto, junto con un brazo desmembrado. El oso se acercó y movió las hojas del arbusto para ver mejor.

La escena era horripilante, algo que no esperaba ver. El cuerpo de aquél niño, a cuyo padre ya habían asesinado, se encontraba ahí tirado, sin su brazo y con el estómago abierto, con sus intestinos afuera.

Pooh no pudo evitar, por primera vez en mucho tiempo, mostrar sorpresa y tristeza en su rostro al ver a un humano morir, sobretodo a un niño... Pero, sin duda alguna, esto confirmó su teoría...

Si había alguien más como él.

Continuará...

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