La noche no tardó en llegar. La luna iluminaba todo el bosque. Sólo se podían escuchar el canto de los grillos en el área, mezclado con el sonido de las hojas moviéndose por el viento.

Los mismos cazadores del atardecer recorrían el bosque, no bajando sus rifles en todo momento. Se notaba la tensión entre ellos. Con cada ruido que escuchaban, más nerviosos se volvían.

Pero, no eran los únicos. Otro grupo de cazadores se encontraba en una parte más lejana del bosque. Estos eran ciudadanos de Tarabiscoville, que buscaban venganza por las pérdidas de sus familiares a manos de esos misteriosos asesinos.

El miedo era presente entre ellos. No bajaban sus armas en ningún momento. Sus pasos resonaban en las hojas del bosque, mezclado con el canto de los grillos que se escuchaba desde la lejanía.

Un ruido los alertó. Hojas siendo pisadas se oyeron muy cerca de ellos. Voltearon rápidamente, logrando dislumbrar una pequeña silueta ocultándose en la oscuridad. Dos puntos de luz rojos pudieron visualizarse en un arbusto cercano, donde había corrido la figura. Desaparecieron al instante.

Cazador 1: ¿Qué mierda fue eso?

Cazador 2: No lo sé... -*Voltea a ver a su compañero*- Ve a revisar.

Cazador 3: ¡No pienso ir ahí!

Cazador 2: ¡Sólo hazlo!

Aunque estaba asustado, el cazador se vio obligado a acatar la orden de su compañero. Se acercó lentamente, no bajando su rifle en ningún momento. Cuando ya estaba a escasos metros, tocó el arbusto con la punta de su rifle. No sucedió nada. Tocó de nuevo. Nada ocurría.

Cazador 3: -*Regresa con los demás*- Es mejor irnos de aquí. Está claro que no somos bienvenidos.

Cazador 1: No pienso irme hasta encontrar a esas cosas.

Cazador 2: No, ya es de noche, y este bosque es mucho más peligroso a estas horas. Es mejor volver mañana.

Cazador 1: Necesitan mantener la calma. ¡Porque no iremos a ningún lado hasta que esos monstruos paguen por haber matado a mi hija!

Cazador 3: Lamento lo de tu hija, ¿sí? Pero si no te calmas, jamás los encontraremos. Regresaremos mañana cuando amanezca, así será más seguro bus...

Fue interrumpido de repente cuando algo se lanzó del arbusto hacia él. El hombre cayó al suelo, mientras sentía unos dientes morder su cuello. Los demás estaban horrorizados, no sabían cómo reaccionar. Retrocedieron un poco, apuntando con sus armas al ser.

El monstruo arrancó un gran pedazo del cuello del cazador. Volteó lentamente, con sus ojos brillando de un color rojo muy fuerte, y con un pedazo de carne en su boca. El hombre se ahogaba con su propia sangre, mientras que de su cuello mordido la sangre salía a chorros.

Aquél monstruo se levantó lentamente, no apartando su mirada de los cazadores. Llevaba puesto lo que parecía ser una chaqueta de cuero negra con picos en el cuello, junto con un pantalón negro. Escupió el pedazo de carne.

Cazador 1: -*Asustado*- ¿Q-Q-Qué mierda es esa cosa?

Cazador 2: Nunca había visto algo así. Deber ser uno de esos monstruos.

Dave: -*En su idioma*- মানবতা পুড়ে যাবে... (La humanidad... arderá...)

Cazador 1: ¡¡¡PUDRETE!!!

¡¡¡BANG!!!

El disparó resonó en todo el bosque. La criatura amarilla cayó al suelo. Una fuente de sangre salía disparada de donde solía estar su cabeza, que había sido reventada. Los dos cazadores se acercaron cuidadosamente, con uno de ellos tocando el cuerpo del monstruo con la punta de su arma.

Cazador 1: Está muerto...

Cazador 2: ¿Qué rayos es esta cosa?

Cazador 1: No tengo idea. Pero lo que tengo claro, es que...

Fue interrumpido cuando sintió algo pasar a toda velocidad detrás de él. Volteó rápidamente, pero no vio nada. Sin embargo, vio como su compañero caía al suelo mientras se ahogaba. Quedó en shock al mirarlo. El hombre traía una cortada muy profunda en su cuello. Parecía haber sido atacado por una especie de animal.

Cazador 1: ¡Oh, por Dios! -*Se agacha para auxiliarlo*- ¡¿Qué te pasó?! ¡¿Quién te...?!

Se vio interrumpido cuando sintió como alguien le golpeó el rostro con una rama. Cayó de espaldas al suelo, con una pequeña herida en su frente. Alzó la mirada para ver a su atacante. Abrió los ojos como platos.

Una criatura amarilla estaba parada frente a él. Era un poco más alto que el anterior. En su mano, traía la misma rama con la que lo golpeó. Sus ojos brillaban con ese mismo tono rojo. Su boca abierta mostraba sus apretados dientes. Parecía furioso.

El hombre retrocedió asustado en el suelo, hasta chocar de espaldas contra un árbol. El monstruo se dirigió a paso rápido a él, con sus ojos brillando con ese rojo sangre mucho más intenso. El cazador tomó su escopeta para disparar, pero el ser tomó su mano, y con un movimiento repentino, torció la muñeca del hombro, rompiéndosela. Sus huesos quedaron expuestos, con puntas afiladas manchadas con la sangre del hombre. El cazador dio un grito de dolor, antes de sentir como su cuello era apuñalado una y otra vez por los huesos de su propia mano. Justo cuando sintió la quinta apuñalada, con la poca fuerza que tenía, miró al monstruo mientras se ahogaba en su propia sangre.

Cazador: Vete... al infierno...

El ser soltó una especie de rugido como respuesta.

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Pooh y Búho observaron el cuerpo de Piglet inmóvil en el suelo, con la cabeza reventada por el disparo de escopeta de esos cazadores. El oso dejó caer su trampa para osos al suelo, mientras que Búho se alejó volando de ahí. Se quedó parado ahí, mirando por última vez el cadáver del cerdo antropomórfico. Sabía que no podía quedarse allí por mucho tiempo. Arrastró su trampa para osos y se alejó de ahí.

Se detuvo al oír algo a lo lejos. Un grito de agonía. Volteó rápidamente a donde se escuchaban los ruidos. Sin dudarlo, se dirigió a esa dirección.

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Kevin se acercó al cuerpo de Dave. Quedó sin palabras al verlo con su cabeza reventada. Apretó sus puños con fuerza. Recordó lo que dijo Stuart. No lo había pensado hasta ahora, pero empezaba a reeconsiderarlo.

Escuchó pasos a lo lejos. Alguien se acercaba. No tenía tiempo para pensar. Se alejó rápidamente, con sus pisadas resonando en las aplastadas hojas en el suelo.

Pooh llegó de repente. No hacía falta decir que su expresión mostró sorpresa ante tal escena. Los cadáveres de los tres cazadores seguían ahí. Con notables heridas profundas. Miró y se acercó al cuerpo de una pequeña criatura con chaqueta de cuero negra, cuya cabeza había sido reventada.

Estaba sin palabras. Quizás... sí había alguien más como él...

Continuará...