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Capítulo 01

«¡Bienvenido temporalmente
a la familia!»

🍕

Ser el mejor en algo, lo que fuese, conllevaba hacer sacrificios. Ya sean pequeños como grandes.

Para Bakugō, por supuesto, ningún sacrificio era lo suficientemente grande como para hacerlo dudar de llevarlo a cabo, o al menos, así lo había pensado hasta esa soleada tarde de enero donde su cuerpo yacía parado frente a una puerta que hace años atrás que no veía, con el puño en alto dudando de sobremanera en sí tocar y cruzar esa línea que se había jurado jamás traspasar o dar la vuelta y resignarse a encontrar un trabajo hasta quizás cuantas semanas o meses más adelante. Quizás siendo demasiado tarde.

—¿Katsuki? —en ese debate mental se encontraba hasta que oyó esa voz, provocando que chasqueará la lengua arrepentido de no haberse ido mientras podía para luego voltear a ver con una sonrisa forzada a la pequeña mujer de verdes cabellos parada frente a él, quien lo veía de arriba abajo con suma sorpresa en su rostro— ¿D-De verdad eres tú? Estás tan…

—Tía Inko —soltó un incómodo Bakugō entonces, y no era para menos, pues la última vez que había visto a aquella mujer apenas tenía seis años. Y por cómo notaba lo estaba mirando con esos grandes y brillantes ojos color esmeralda llenos de cariño, suponía que no sabía absolutamente nada de la complicada relación que tenía con el inútil de su hijo, volviendo la situación aún más incómoda al tener que fingir ser algo que en realidad no era, y todo para que ella no se llevará una decepción debido a su culpa, pues era lo mínimo que podía hacer por aquella mujer que de niño tanto cariño y cobijo le había dado, casi como si fuera su propia madre—. Han pasado años desde… bueno, la última vez que la vi.

—Once años, Mitsuki me dijo que este año cumples la mayoría de edad —aseguró Inko con una sonrisa nostálgica recordando así cuando su hijo jugaba en el parque acompañado de ese travieso niño de ojos color rubíes, el cual se había convertido en un hombre muy apuesto que ahora se encontraba a su lado mirándola en silencio, haciéndole pensar rápidamente en lo distraída que estaba siendo en ese momento—. Disculpa, de seguro vienes a ver a Izuku por algo importante y yo aquí distrayéndote mientras te mantengo afuera —dijo en cuanto sacaba las llaves de su bolso para luego meterla en la cerradura de su departamento y abrir la puerta, haciendo que el rubio ceniza se adentrará primero para después cerrar ésta detrás de ella—. Iré a decirle a Izuku que estás aquí, estoy segura que se pondrá muy feliz de que hayas venido a verlo —informó para desaparecer por el pasillo que daba hacia las habitaciones.

Dejando a Bakugō con un entrecejo profundamente fruncido al darse cuenta de que ahora definitivamente ya no podría echarse para atrás con respecto a lo que había ido a pedir en primer lugar. Y es que estar allí le resultaba tan humillante por el sólo hecho de pensar en que él, Bakugō Katsuki, siendo tan orgulloso como sólo él podía serlo, estuviese ahí única y expresamente en el departamento donde vivía su supuesto mejor amigo de la infancia con el motivo de que éste le ayudará entrar al respectivo lugar de trabajo del cual el ojiesmeralda formaba parte, el que por cierto no tenía idea de qué trataba. Pero la verdad es que a esas alturas ya poco le importaba, a esas donde por mucho que le hubiese gustado encontrar un trabajo por sí mismo debía aceptar que simplemente no había podido hacerlo por su manera distante, agresiva e impulsiva que tenía para desenvolverse socialmente. Razón por la que terminaba arruinando cada una de las entrevistas laborales a las que había asistido con anterioridad, frustrándolo en demasía, provocando que su única salida viable fuera pedirle ayuda a ese inútil nerd de mierda.

Siendo aquello el sacrificio más grande que haría en su vida hasta aquel momento.

—¡¿KACCHAN?! —gritó Deku de pronto con esa aguda y molesta voz a sus espaldas, haciendo que volteara a verlo inmediatamente. Encontrándose con la temerosa, sorprendida y a la vez nerviosa mirada del pecoso sobre él— ¡¿Q-Qué haces aquí?!

—¡Izuku, esa no es forma de tratar a las visitas! —regañó Inko con el entrecejo fruncido a su hijo para luego mirar amablemente al ojirubí con una sonrisa— Si gustas puedes pasar a la habitación de Izuku para que hablen con mayor tranquilidad —dijo entonces sacándole una sonrisa divertida a Bakugō mientras que éste veía la palidez que estaba comenzando a adquirir el rostro del peliverde frente a él.

—Gracias, Tía Inko —agradeció el rubio ceniza haciendo una leve reverencia para así pasar por al lado de la mujer aún con aquella sonrisa burlona en su rostro, adentrándose así finalmente a la habitación del peliverde seguido de éste quien apenas entró cerró la puerta con cautela, girándose y encontrándose ahora con el molesto y amenazante rostro de su mejor amigo de la infancia—. Al fin solos, Deku.

—¿M-Me vas a de-

—Cierra la boca y escucha, nerd de mierda —soltó Bakugō con rudeza interrumpiendo al contrario en cuanto se sentaba de brazos cruzados sobre la cama del ojiesmeralda que no hacía más que devolverle la mirada en silencio—. Primero quiero dejar en claro que el hecho de que esté aquí no significa que de un día a otro seamos los mejores amigos del mundo ¿de acuerdo? —preguntó con el entrecejo fruncido haciendo que el pecoso asintiera rápidamente— Bien, iré al grano, quiero que me lleves a tu puto lugar de trabajo —ordenó luego, provocando que el rostro de Izuku pasará de nervioso a confuso en segundos, para finalmente terminar siendo uno de completa sorpresa, llamando así la atención de su mejor amigo—. ¿Tengo algo en la puta cara o qué?

—Kacchan… será que tú… —comenzó a decir Izuku con nerviosismo mientras jugaba con los dedos de sus manos y desviaba la mirada al suelo de su habitación al mismo tiempo en que Bakugō lo veía con una ceja alzada— ¿me estás pidiendo que te lleve porque quieres trabajar c-conmigo?

Preguntó entre temeroso y ansioso, ganándose de inmediato un rostro levemente sonrojado por parte del ojirubí.

—¡¿AH, QUÉ IDEA DE MIERDA TE ESTÁS MONTANDO?! —gritó el rubio ceniza fuera de sí hasta que recordó el lugar en donde estaba, haciendo que inspirará profundamente para calmar la molestia que iba creciendo en su interior al escuchar semejante estupidez del igual sonrojado brócoli parlante que tenía delante— Tsk, que quiera trabajar en el mismo lugar que tú no significa que quiera estar cerca de ti, Deku —explicó desviando la mirada levemente avergonzado—. Pero… maldita sea, necesito trabajar para pagarme la universidad y no conozco a nadie más que pueda ayudarme, así que no preguntes mierdas y sólo llévame a tu puto lugar de trabajo —soltó con rapidez explicando la situación de la manera menos humillante y más breve posible.

Dejando al ojiesmeralda con su semblante aún más sorprendido que antes, aunque también debía admitir que dicha revelación le hacía sentir sumamente emocionado y feliz, logrando que una amplia sonrisa se formará en sus labios. Pues saber en que él era la primera —y única— opción en quien Kacchan había pensado para pedir ayuda lo hacía sentir muy especial. Tanto, que de la felicidad que sentía no dudó en tomarlo de la muñeca con la sorpresiva mirada del ojirubí sobre él para entonces sacar de un tirón a su mejor amigo de la infancia por la puerta de su habitación con dirección a la salida de su hogar.

—¡Saldré con Kacchan unas horas mamá, prometo volver para el almuerzo! —gritó Izuku antes de cerrar la puerta del departamento en que vivía, soltando finalmente a Bakugō de la muñeca para empezar a caminar felizmente hacia la calle, dejando por un momento al rubio ceniza atrás— ¡Más rápido, Kacchan!

—¡No me digas qué hacer, Deku de mierda!

—Lo siento —dijo el peliverde con una sonrisa para luego seguir caminando en compañía del ojirubí a su lado, comenzando a hablar otra vez—. Pero saber que fui tu primera opción a pesar de que dices no soportarme es algo que en verdad me hace muy feliz —soltó con un leve sonrojo en sus pecosas mejillas lleno de alegría mientras que el contrario sólo se dedicaba a mirarlo de reojo para luego suspirar arrepentido de haber recurrido a semejante idiota—. Y ahora que trabajarás en la pizzería conmigo cre-

—¿Pizzería? —preguntó un curioso e interesado Bakugō de pronto.

—¡Sí, la mejor pizzería de la ciudad! Donde trabajan las personas más divertidas y amistosas que he conocido —aseguró con emoción para luego seguir hablándole a Kacchan sobre su futuro lugar de trabajo—. Estoy seguro que todos te recibirán muy bien, en especial Kaminari y Kirishima-kun que son…

Siguió hablando, pero lo cierto era que a Bakugō no podía importarle menos quienes pudieran llegar a ser sus compañeros de trabajo, ya que para él estaba claro que no iba con ninguna intención de hacer amistades o menos encontrar pareja, pues no necesitaba de aquellas distracciones que lo desviaran de su mentalidad de convertirse en el mejor y más reconocido chef del mundo, lo que por cierto, era la principal y única razón por la que aceptaría trabajar en una pizzería. Porque necesitaba dinero para sus cursos de gastronomía profesional y punto, nada más que eso.

—¡Llegamos, Kacchan! —informó el peliverde entonces deteniéndose frente a un local de pizzas donde Bakugō podía leer claramente “¡Bienvenido a Plus Ultra!” junto a la imagen de un hombre fornido y rubio que cargaba una caja de pizza abierta en sus manos, dejando ver el interior de ésta donde una abastecida y contundente pizza hacía aparición— Él es Toshinori Yagi, dueño y jefe de la pizzería.

—Así que él decide quién entra a trabajar o no.

—En teoría sí, pero a quién le asigna los nuevos empleados es al señor Aizawa, así que él es nuestro jefe en cuestión y a quien en realidad debes convencer para entrar aquí —avisó con cierta duda en su rostro, pues Izuku sabía lo exigente que era aquel hombre de negros cabellos a la hora de contratar nuevos empleados, ya que él aún recordaba esa ardua semana de prueba donde prácticamente consumió su vida por demostrarle a ese hombre que en verdad merecía el trabajo—. Sólo espero que estés a sus expectativas…

—¿A sus expectativas? Já, yo supero toda expectativa, Deku —sonrió Bakugō con orgullo para luego adentrarse de una vez por todas a la pizzería que tenía enfrente.

Encontrándose rápidamente con varias mesas y sillas distribuidas por el lugar, notando así las paredes de color rojo, mesas negras y puertas blancas. También fijó su vista en las familias o grupos de amigos que adornaban los puestos al igual que otras mesas de sólo dos personas donde yacían parejas compartiendo de un mismo trozo de pizza. Cosa que a primera vista, le resultó asqueroso.

Sin saber que en algún momento, él se vería en la misma situación.

—¡Bienvenido a la pizzería Plus Ultra! ¿Gusta de tomar asiento y comer una deliciosa pizza de doble queso, pepperoni y cualquier otro ingrediente a elección? —oyó decir entonces a un desconocido chico aparentemente de su edad vestido de pizza parado frente a sí mirándolo con alegría, quién al no recibir respuesta sólo atinó a seguir con su bien preparado monólogo sin tomar en cuenta la cara de pocos amigos que poseía el rubio ceniza que tenía delante— O quizás prefiera la promoción del día de hoy, la cual consiste en una pizza fam-

—¡Kaminari-kun! —gritó Deku, llamando la atención de ambos jóvenes que se encontraban delante de él, pero más la del rubio disfrazado de pizza que se extrañó de ver al peliverde precisamente ese día— ¿Qué haces aquí?

—¿Que qué hago aquí? ¡Yo debería preguntar eso, Midoriya, es tu día libre! ¿Por qué vienes a des-

—Viene porque se le da la puta gana de venir, maldita pizza parlanchina —interrumpió Bakugō harto de que el inútil de Deku tardará tanto en buscar a ese tal Aizawa para poder largarse luego de allí, cosa que no sería posible—. Y se va a ir cuando le nazca de los putos co-

—¡KACCHAN!

—¿Qué es todo este escándalo tan temprano? —se oyó preguntar entonces a una ronca, cansada y levemente molesta voz proveniente de sus espaldas, provocando que ahora los tres jóvenes voltearán hacia la dirección de aquella conocida como desconocida voz. Conocida para Kaminari y Midoriya que veían al hombre con cierto nerviosismo e incomodidad, y desconocida para Bakugō que a diferencia de los otros dos, veía al hombre de negros y largos cabellos con seriedad e indiferencia, captando rápidamente la atención de éste que le devolvió la mirada con un cierto toque de interés. Pues eran pocos a los que veía reaccionar de aquella forma tan tranquila frente a él, considerando la imponente presencia que solía tener con la gente— ¿Y éste quién es?

—¡¿Ah, a quié-

—¡Él es Bakugō Katsuki, señor Aizawa! —se atrevió a interrumpir Midoriya a Kacchan antes de que pudiera cavar su propia tumba aún si el rubio ceniza se lo quedaba mirando con esa amenazante mirada por haberlo cortado a mitad de hablar.

—¿Y su nombre debe importarme porque…

—Porque seré el maldito mejor trabajador que haya tenido ésta pizzería de mierda sin importar la puta tarea que me asignen —aseguró Bakugō con una sonrisa que denotaba orgullo y seguridad a quien lo mirase, aunque a Deku y Kaminari en vez de transmitir aquello sólo les causaba un fuerte temor ante la reacción que las palabras y tono que usó el rubio ceniza podía generar en el mayor de los cuatro presentes, quién por el momento seguía manteniendo su rostro neutro ante lo dicho por el chico de ojos color rubíes—. No importa si tengo que limpiar pisos, hacer pizzas o atender gente, cualquier mierda que me ordene hacer lo haré y seré el mejor en ello. Sólo deme la maldita oportunidad de trabajar aquí y demostrárselo.

Finalizó diciendo para sumir el ambiente en un profundo silencio que alertó tanto al rubio eléctrico como al peliverde que se esperaban lo peor por parte de su jefe. Quién efectivamente, cometió una acción que alarmó a sus trabajadores de inmediato.

¿Pues cómo no alarmarse, si veían a su desinteresado, cansado y estresado jefe sonreír ampliamente con diversión y alegría? Era un hecho inédito, algo que ninguno de los trabajadores de dicha pizzería esperaría ver en el rostro del pelinegro de largos cabellos. Pero definitivamente, aquella escena se volvió aún más bizarra para Deku al ver que su mejor amigo de la infancia le devolvía la sonrisa al hombre de la misma forma.

Cómo si tuviesen un lenguaje en común que sólo ellos dos entendiesen.

—Kaminari vuelve a trabajar, y tú Bakugō acompáñame a mi oficina —soltó el mayor entonces volviendo a su aparente desinterés en la vida, ignorando ahora a sus dos trabajadores que veían como él y el rubio ceniza se perdían por una puerta que ellos mismos habían cruzado muchas veces.

Provocando que Kaminari de la sorpresa y la impresión ignorara por completo el hecho de que Aizawa lo había mandado a la calle a seguir promocionando la pizzería para así hacer todo lo contrario, adentrándose entonces seguido por Midoriya a la zona apartada del local donde se llevaban a cabo la preparación de la pizzas. Encontrándose ambos con el resto de sus compañeros de trabajo que aprovechaban su hora de almuerzo comiendo y conversando entre ellos.

O al menos así lo hacían hasta que el rubio eléctrico y el peliverde irrumpieron en el lugar. Logrando que los otros cuatro presentes se les quedarán viendo con curiosidad y sorpresa. En especial cuando sus amigos sólo yacían ahí parados en la puerta sin decir ni una palabra.

—¿Qué haces aquí en tu día libre, Midoriya? —fue Sero el primero en hablar, un chico pelinegro de ojos oscuros encargado de cortar y preparar las pizzas con sus respectivos ingredientes— ¿Y por qué se ven como si hubiesen visto un fantasma?

—¿Kami, mi amor estás bien? —preguntó luego un preocupado Kirishima poniéndose de pie al instante para acercarse a su pareja y verlo con esos brillantes ojos color carmín que poseía.

—Aizawa estaba… él estaba… —intentaba hablar el rubio eléctrico, pero lo cierto es que aún se encontraba anonadado como para dejar salir palabras, cosa que a Jirō, una de las cajeras del lugar, le pareció otro simple momento de torpeza por parte de Kaminari.

—A ti te entiendo que actúes como un idiota porque no tienes remedio ¿pero Midoriya? —soltó la pelinegra entonces mirando como el sorprendido semblante del pecoso se posaba en ella y luego en la pelirrosa a su lado.

—¿Midoriya, estás bien? —soltó Mina finalmente con curiosidad al observar como la boca del peliverde se abría y cerraba al igual que la de su compañero disfrazado de pizza.

—K-Kacchan… él… él estaba… ellos…

—¡Kami reacciona! —gritó Kirishima de pronto moviendo a su novio por los hombros, quién luego de aquello enfocó su sorprendida mirada en el pelirrojo que tenía delante para entonces copiar su misma acción y ahora ser él quien sacudía al contrario de los hombros.

—¡AIZAWA SONRIÓ ¿PUEDEN CREERLO?! —soltó Kaminari finalmente, sorprendiendo al resto de los presentes que no tardaron en desviar su mirada a Midoriya en busca de una afirmación que no demoró en llegar como un rápido asentimiento por parte del pecoso— ¡Y EL SEXY AMIGO DE MIDORIYA LE SONRIÓ DEVUELTA Y MALDITA SEA, AMOR TENEMOS QUE CONVENCERLO DE HACER UN TRÍO CON NOSOTROS!

—¿El sexy amigo de Midoriya?

—¡¿Un trío?!

—¡SÍ! —gritó Kaminari en respuesta a las dos preguntas planteadas primero por Mina y luego por Kirishima, quien estaba a punto de decir algo al respecto pero calló apenas vio al señor Aizawa entrar por la puerta que estaba a espaldas de su novio y Midoriya, notando así a un chico de rubios cabellos con ojos color rubíes acompañando a su jefe.

—Kaminari, Midoriya, den la vuelta que tengo un anuncio que darles —dijo Aizawa haciendo que los dos recién mencionados voltearán para entonces él mirar a cada uno de sus trabajadores que lo veían de regreso para después desviar sus curiosas y expectantes miradas al chico que lo acompañaba—. Él es Bakugō Katsuki y desde mañana será puesto a prueba por una semana para convertirse en repartidor a domicilio, así que espero puedan proveerlo de toda información de cómo funciona todo lo respectivo a la entrega de pizzas ¿quedó claro? —preguntó esperando el asentimiento de sus trabajadores, más recibió sólo una mano alzada por parte de Mina, la primera cajera del local— Habla.

—¿No sería mejor que Shindō se lo explicará? Así de repartidor a futuro repartidor.

—Sería lo ideal ¿pero acaso ves a ese mocoso por algún lado?

—No per-

—Suficiente —interrumpió Aizawa con voz severa—. No podemos contar con Shindō y por eso es que necesitamos a un nuevo repartidor mientras tanto, así que hasta que ese mocoso no vuelva ustedes se encargarán de instruir a Bakugō en todo lo que necesite para desarrollar su labor de prueba lo más eficientemente posible ¿ahora sí quedó claro? —volvió a preguntar, pero a diferencia de antes todos asintieron velozmente a excepción del rubio ceniza que observaba a todos con su entrecejo fruncido esperando que el hombre se fuera para comenzar a trabajar— Eso es todo, vuelvan al trabajo, y Midoriya —llamó Aizawa alertando al pecoso.

—¿Sí señor? —claro que no demostró el nerviosismo que sentía, aunque para el resto de sus compañeros y amigos era fácil identificar que el ojiesmeralda estaba temblando por dentro.

—Dado que eres el único disponible serás el encargado de enseñarle a tu amigo cómo funcionan las cosas aquí —informó, haciendo que el entrecejo del ojirubí se profundizará al saber que tendría que estar pegado al idiota de Deku por lo que quedaba de día— además, por ser tú quien lo trajo en primer lugar te harás responsable de cualquier problema o reclamo que él pueda generar desde mañana, lo que se descontará de tu paga ¿está bien?

—S-Sí…

—Bien, con eso dicho vuelvan a trabajar mientras yo me largo a mi oficina —dijo y miró directamente a los ojos color rubíes que lo miraban con desafío, provocando que el mayor soltara una leve sonrisa en su dirección—. No lo arruines, mocoso.

—No lo haré, maldito viejo —respondió Bakugō con burla y seguridad bajo la sorpresiva mirada de todos los presentes, quiénes no podían creer que aquel chico le hablara de esa forma tan descortés a su jefe, quién sólo se le quedó mirando aún con aquella leve sonrisa en su rostro para después finalmente salir por la puerta y desaparecer de la vista de todos, ahora todos desviando su mirar al rubio ceniza— ¡¿Y ustedes qué mierda miran?!

—¡Eso fue genial, Bakugō! —gritó Sero captando la atención del ojirubí— Nunca había visto que alguien desafiará a Aizawa de esa forma y saliera vivo de ello.

—¡Sí, es cierto! —se le unió Mina entonces— Pero lo que más me sorprendió es verlo sonreír, definitivamente debes tener algo especial como para que ese amargado te sonría fácilmente —comentó para finalizar con una pícara sonrisa, haciendo alusión a lo que en verdad quería decir.

—¿Eh chicos? Está bien que vaya a trabajar con nosotros, pero no creo que eso sea suficiente como para que lo traten con tanta familiaridad —dijo Jirō cerca de la caja recordando brevemente su primer día en la pizzería y cómo Mina se le había acercado a preguntarle cosas de su vida personal como si fuesen las mejores amigas del mundo, incomodándola de tanta familiaridad que se tomaba la pelirrosa.

Y en cuanto Jirō terminó de decir aquello, Bakugō no pudo evitar mirarla fijamente por más de unos cinco segundos hasta que otra molesta voz comenzó hablar a su derecha.

—Jirō tiene razón, no podemos acosarlo de ésta forma si nosotros ni siquiera nos hemos presentado como es debido, así que primero nos presentaré a todos y luego seguimos acosándolo todo lo que queramos —soltó Kirishima de pronto con una sonrisa.

—No creo que a eso se haya referido, Kirishima-kun…

—¡Empecemos! —dijo el pelirrojo ignorando completamente a Midoriya para seguir hablando mientras miraba directamente a los ojos rubíes de su nuevo compañero de trabajo— Soy Kirishima Eijirō y soy el encargado de amasar y preparar las masas de las pizzas, para que luego Sero Hanta, mi amigo y compañero pelinegro se encargué de cortar, acomodar y proporcionar cada ingrediente dentro de las masas para luego meterlas al horno donde al final vuelven a mi para que pueda empaquetarlas en su respectiva caja y así ser llevadas con Mina Ashido, la chica pelirrosa y Jirō Kiōka la pelinegra, quienes son las encargadas de atender al público y servir las bebidas —pausó para tomar un poco de aire y seguir—. Luego está Midoriya que en realidad ayuda a todos en su labor, ya sea desde atender, limpiar, preparar pizzas así cómo reemplazar a Kaminari Denki, mi novio, quién vendría a ser el que se ocupa de promocionar la tienda con panfletos o tomándose fotos disfrazado de pizza junto a los clientes para luego subirlas al internet. También está Shindō que es nuestro repartidor y vendría a ser tu compañero directo, aunque no se ha presentado últimamente y tampoco contamos con una foto suya como para presentártelo…

—Eso no importa ahora amor, lo importante aquí es que hay que darle a Bakugō una bienvenida como se merece ¿Y que mejor que un abrazo grupal para eso? —propuso Kaminari haciendo sonreír a Kirishima, Sero y a Mina quienes encontraban que era una gran idea, a diferencia de Midoriya y Jirō que se miraban entre ellos acordando en silencio que no participarían de ese acto.

Mientras que Bakugō al escuchar aquello sólo cerró los ojos intentando calmar sus ganas de golpear a esos idiotas por tomarse confianzas que no les correspondía.

Y es que ni al estúpido de Deku le había dado ese derecho de abrazarlo siendo que a él lo conocía de hace años.

—Se les ocurre tocarme y juro qu-

—¡Bienvenido temporalmente a la familia! —se oyó entonces interrumpiendo el hablar del rubio ceniza mientras que el recién nombrado sentía como los tres idiotas que acababa de conocer lo sumían en un cálido e incómodo abrazo grupal.

Haciéndole suspirar pesadamente mientras se hacía de todo su autocontrol para no gritar o armar escándalo dentro de la pizzería. Porque el viejo se lo había dejado claro cuando estuvieron en la oficina, cualquier problema, queja o escándalo en el que se viera involucrado ya sea por parte de los trabajadores como de los clientes y podía ir despidiéndose del trabajo.

Uno que Bakugō necesitaba tanto, que estaría dispuesto a intentar ser más tolerante con esos molestos extras que poco a poco se alejaban de él, al igual que tendría que ser más tolerante con la gente en general.

Lo que le hacía pensar entonces en qué seguramente se toparía con más de un irritante cliente en el camino. Clientes que esperaba ninguno de ellos fuera lo suficientemente molesto como para acabar con su paciencia dentro de aquella semana de prueba.

Sin saber que en realidad, sólo bastaría con uno para molestarlo de sobremanera. Uno que además de molestarlo en su lugar de trabajo, también causaría una fuerte molestia y distracción en sus pensamientos.

Pero por sobre todo, uno que por más que intentará ignorar, terminaría aceptando irremediablemente en su vida y corazón.

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4262 palabras, creo que es el capítulo más largo que he escrito en general xd

Me gustaría que me respondan una pregunta así con mucha sinceridad: ¿Aburre leer lo que escribo? Porque siento que escribo harto pero no avanzó en la narración, no sé... quizás sólo yo lo pienso así, me gustaría saber qué opinan.

De todas formas, gracias a los que me leen, comentan y votan, a los que guardan esto en sus listas de lectura, a todos en verdad. Gracias 💕

Espero que el capítulo haya sido de su agrado, por cierto, tmb quiero decir que independiente de si meto otras shipps aquí, ejemplo ShindBaku o DabiBaku, quiero que sepan que ésta como todas mis demás historias siempre (hasta el momento al menos) terminarán siendo TodoBaku.

Cambio y fuera 👋🏽💕

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