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27 || Cambio de planes

«FACE REVEAL. La streamer Seren muestra su rostro por un error de transmisión»

«¡Seren y Asher exhiben su relación en una transmisión sin saber que estaban en directo, y sus fans reaccionan así!»

«Comunidades internacionales reaccionan al rostro de la capitana de la comunidad hispana de Ace of Cups. Seren también se muestra cariñosa con otro streamer conocido.»

Así es como Seren recibía su mañana. Llevaba dos horas despierta, todavía recostada, leyendo todo lo que internet tenía preparado para ella.

La captura de su rostro se paseaba por todas las páginas de chismes, ya que, aunque Vader llegó a tiempo para borrar el directo, algunos ya tenían grabado el momento. Quienes dormían, se enteraron por quienes fueron de testigos del suceso.

El problema, es que no solo estaba dentro de la comunidad hispana, sino que se expandió por todos lados. ¿El rostro de la capitana de Ace of Cups, aquella que su apariencia era un misterio?

—Ahora soy el tema de conversación de todo el mundo.

Lana suspiró, también recostada al lado de su mejor amiga. Había insistido en dormir con ella la noche anterior, y aunque ninguna de las dos dijo algo, a Seren le ayudó que la rubia estuviese a su lado.

—Pues... si te hace sentir mejor, están hablando de lo linda que eres.

La rizada suspiró y giró para verla a los ojos.

—¡Es que ese es el problema! —Movió las manos, apresurada—. ¡Yo no quería que esto pasara! Porque no quería que comentaran sobre mi apariencia de ningún modo. ¿Y si les parecía fea? ¿Estarían hablando de ello también?

—Lo sé, solo quería aligerar el ambiente —ladeó el labio para darle un pequeño abrazo. —¿Qué vas a hacer?

—No tengo idea. ¿Puedo fingir que esto no pasó y seguir adelante? ¿Crees que lo olviden?

—Imposible. Tu cara es inolvidable porque estás guapísima.

—¡¡Lana!! —Seren se rio empujándola y suspiró. —No lo sé. Pensé que sería peor de lo que es, ¿sabes? Pero ahora mismo solo siento que me saqué un peso de encima.

La rubia la miró y de inmediato asintió, dándole la razón. La noche de ayer fue terrible, sin duda. Seren estaba muy enojada, e incluso tuvo que desconectarse del mundo por una noche. Sin embargo, al despertar, estaba mucho más tranquila. Como si uno de sus peores miedo no se hubiese cumplido ese mismo día.

Uno pensaría que reaccionaría de forma distinta.

—Te veo más tranquila. Sí. ¿Hablaste con Asher?

Seren bufó y apoyó su frente sobre el brazo de su amiga.

—No... Sé perfectamente que no es su culpa, un error lo comete cualquiera. Además, sé que tuvo ese problema de iniciar directo sin querer antes... Le dejé un mensaje. Pero no lo sé. Ayer solo quería desconectarme de todo. Si te dejé entrar es porque vives aquí y eres más terca que una mula.

Lana se echó a reír y asintió.

—Estás en lo cierto, hermana. No te iba a dejar sola, aunque quisieras.

—Sí, ya sé. —Seren rodó los ojos, pero sonrió seguido de eso. —Gracias.

—No hay de qué, Serenata. ¿Y sabes qué es otra cosa buena? Que solo se escuchó una parte de lo que hablaban.

—Ya sé, creo que solo se escucha cuando estábamos tonteando. No lo escuché completo, pero imagina que escuchaban mi escena de celos imaginaria por un pixel —dijo Seren, soltando una risa sin sonido.

—Mmm, Seren... Sé que no es el momento, pero creo que es importante —comentó Lana, leyendo algo en su teléfono—. Revisa lo que te reenvié por mensaje.

Con un quejido cansado, la rizada volvió a tomar su teléfono y se dispuso a leer lo que Lana envió.

Era una captura de la cuenta oficial de Ace of Cups.

Ace of Cups oficial:

@aceofcupsoficial

Las cartas han hablado. Se revierten los movimientos y los participantes vuelven a sus equipos, acompañados de un intercambio de puntaje. Los dos participantes expulsados tendrán sus respectivos reemplazos elegidos por la organización para el evento final. La fecha del evento estará próxima a confirmar en las siguientes horas.

—No entiendo, ¿vuelven los Serenísimos? —cuestionó Lana confundida—. Dios, este evento es confuso, estresante y sus jueces son unos tramposos. Lo único bueno son ustedes y las presentadoras.

—Sí —dijo Seren, mientras una pequeña sonrisa crecía en su rostro. —Vuelven los Serenísimos...

Serenísimos || Sala general || Chisme

Alex: HEMOS VUELTO?

Filemón: Creo que sí?

Jimmy: Lo acabo de ver en la cuenta de AOC, sí!!

Cindy: Amigos, los quiero mucho 😭

Ariel: Suerte en todo, Serenísimos, van a ganar <3

Jimmy: Vamos a ganar, idiota, y tú vas a estar ahí

Ariel: Los voy a acompañar, lo prometo <3

Megara: Amo aquí

Sabrina: Los amo, I love you all, Je vous aime, ich liebe sie (creo que dije algo mal pero no importa, los amo!!!!)

Ren: TENEMOS QUE GANAR

Asher: de qué están hablando, mis buenos amigos virtuales?

Seren ha compartido una foto.

Seren: Volvimos, Serenísimos!! <3

Asher: QUÉ

Sabrina: Ok, fui a revisar porque no podía quedarme con la duda. Ich liebe euch!

Seren sonrió y colocó su teléfono sobre su pecho un segundo, pero una notificación sonó y volvió a revisarlo.

Asher

«Buenos días» 10:02

«Espera, está mal escrito» 10:02

«Buenos días, mi amor» 10:02

«Cómo estás? Quieres hablar?» 10:02

Tomó un poco de aire, el suficiente para llenar sus pulmones mientras pensaba qué hacer.

—¿Es Asher? —cuestionó su amiga. Seren asintió de inmediato.

—No quiero hablar con nadie, Lana...

Asher

«Si no quieres conversar ahora no pasada nada, solo quiero saber si estás bien» 10:03

—¡Entonces dile eso!

Seren(a)

«Estoy bien, Lana está conmigo. No te preocupes. Hablamos más tarde, un besito» 10:03

—Un poco mensaje de tía, pero está bien —dijo la rubia, juzgando el mensaje de su mejor amiga. Aquello provocó que la rizada se echara reír mientras la empujaba un poco fuera de su cama. —¿Qué? ¿Qué es eso de «un besito»? ¿Quién eres? Mi tía luego de mandarle saludos a la familia?

—Ni siquiera tienes tías, mentirosa. Me voy a dar una ducha. Necesito pensar qué voy a hacer con todo esto.

Y se puso de pie.

A Seren le parecía sospechoso lo bien que estaba llevando todo. Esperaba un poco más de lágrimas o algún momento de estrés como solía ser, pero no fue así.

Era raro. Le hacía falta algo.

—¡¡Seren!! —gritó Lana desde afuera de su baño. Ella pegó un pequeño salto pero asomó la cabeza hacia afuera para gritar su respuesta.

—¡¡Espero que sea importante porque me asustaste!!

—¡¡Pospusieron el evento final de Ace of Cups!!

—¡¿Qué?! —Un grito seco se escuchó desde ese baño. Un pequeño silencio, y luego de varios segundos, salió cubierta con una toalla, goteando todos los lugares a donde sus pies se dirigían. —¿Cómo que se pospuso?

—¡Están hablando en directo ahora mismo!

—...Por lo tanto, el participante Klaus Schulz aceptó su culpa y pidió también que sus compañeros de equipo no fuesen afectados por sus decisiones. Se solucionará el tema de forma interna y legal. Pero por el momento, solo podemos anunciar que tendremos que posponer el evento final para la siguiente semana. Lamentamos mucho lo ocurrido, pero queremos ofrecerles un gran torneo como lo estuvimos haciendo hasta entonces, y también proteger a nuestros participantes y a los patrocinadores. Prometemos volver con más fuerza, y darles el evento final que todos merecemos. Sobre el tema de los puntajes, le retiraremos todos los puntos que Klaus Schulz logró para su equipo mientras estuvo presente. Eso dejaría los equipos en el siguiente orden. El equipo de Justine, grupo C, sube al primer puesto con 4200 puntos. Luego el equipo de Seren, grupo A con 4000 puntos. Como tercero, el equipo D de Ryu con 3800 puntos. El equipo...

—¡Hemos subido al segundo puesto, Lana! ¡Es que no lo entiendes! Cuando nos separaron, estábamos en cuarto puesto, pero nos devolvieron todos nuestros puntos, y... ¡Hemos vuelvo!

—Y por fin sacaron al tipo ese. Espero que el próximo sea Ryu. —Lana cruzó los brazos y gruñó, moviendo los pies con mucho enojo mientras Seren sonreía. —¡Ay, es que lo odio!

—Podrá ser un idiota, pero no ha hecho trampa. Y se maneja bastante bien molestando a la gente sin rozar la línea de faltar el respeto. Se la juega mucho, pero también es listo.

El teléfono de Seren sonó, y Lana suspiró sentándose sobre el colchón para pasarle el móvil a su amiga.

—Contesta, por favor. Ha estado sonando desde que te fuiste. Es un número desconocido.

—¿Por qué contestaría un número descon...? —Seren tomó el aparato, y se detuvo al notar de dónde provenía el código internacional del número en su pantalla. —Esta llamada viene de Galí.

—¿Eh? —Lana se puso de pie de inmediato y asomó su cabeza también. Ambas miraban el móvil como si fuese un acertijo sin resolver. De pronto dejó de sonar y la pantalla se fundió de color negro.

—¿Y ahora?

—No sé, ¿ahora qué?

El teléfono volvió a sonar, y su amiga pidió que contestara. De todos modos, podía colgar la llamada si algo raro pasaba.

—¿Hola? —respondió Seren. Seco, con una voz más gruesa y procedió a quedarse en silencio. Esperando que la persona al otro lado de la línea hiciera todo el trabajo.

—¿Serena? ¿Hija?

Su alma dejó su cuerpo de inmediato. Esa voz le recordó todo lo que no quería volver a vivir. Y se sintió una niña pequeña de nuevo. La niña indefensa que fue por mucho tiempo. La valentía, la seguridad, la autoestima que había adquirido con el tiempo, se desvaneció junto a esas dos palabras.

Lana tomó su mano y la presionó fuerte, recordándole en dónde estaba, quién era y todo lo que no iba a volver a vivir.

—¿Quién habla? —preguntó, como si no supiese que era la voz de su madre, la mujer que le dio la vida, y quien poco a poco también se la fue arrebatando.

—Soy tu mamá, Serena.

Lana silenció el micrófono y miró a su amiga.

—Ya no eres la Seren de antes, hermana. Recuerda que ahora estás a salvo.

Seren se quitó la pequeña lágrima que empezaba a rodar por su mejilla y tomó un poco de aire antes de quitarle el silencio al teléfono.

—Necesito hablar contigo de tu padre.

Entonces se rio. Claro que su padre que había enterado de todo. Para ese momento, su rostro estaría en las redes sociales de toda su familia.

—Escucha, sé que ya se enteraron de todo. Pero como te dije hace un par de años, no quiero saber nada de él. No quiero escuchar sus disculpas falsas y definitivamente no quiero escucharlo a él. Muchísimo menos ahora que sabe de qué trabajo. Por favor, te pedí una sola cosa, y es que no me vuelvan a llamar. Ustedes no quieren saber nada de mí, y yo tampoco. Así estamos bien. Buenas tardes. Adiós.

—¡Serena! ¡Serena, espera!

Y colgó.

Toda la ansiedad que no tuvo al ver su rostro en todo internet, la tuvo al escuchar a su madre y la sola idea de tener cerca a su papá también.

—Increíble —se echó a reír, tomó algo de ropa y cerró la puerta del baño tras de ella. —¡¡Lo que me faltaba!!

Lamentablemente, las llamadas no se detuvieron.

Seren recibió alrededor de treinta llamadas, pero no atendió a ninguna. Sabía que en algún momento ella se iba a detener.

Ellos fueron muy claros cuando ella se fue. No querían volver a verla en su vida.

¿Por qué contestarles ahora?

¿Por qué?

La mañana se terminó. Seren no se movió de su cama en ningún momento. Razón suficiente para que Lana le subiera algo de comer.

Ambas almorzaron juntas viendo una película. Desconectadas del mundo exterior.

Pero la duda empezó a cubrir su cabeza. Como una nube gris llegando solo hasta el lugar en donde ella estaba sentada.

Seren pausó la película y giró a ver a su mejor amiga.

—¿Y si es urgente?

—¿Eh? ¿La película? —preguntó, a punto de llevarse una papa frita a la boca.

—Lana, ¿y si la llamada de mi madre era urgente?

Suspiró y tomó las manos de la rizada, presionándolas sobre su rodilla.

—Escucha, Seren. Esto depende de ti. Es tu decisión. Si te hace sentir más tranquila, escucha lo que tiene para decirte, luego decides si vale la pena seguir escuchándolo.

Pero no le dio tiempo a decidir, porque en cuanto tuvo el teléfono en sus manos, fue Santiago quien llamó.

—Tutu, ha estado llamando nuestra madre. No sé qué quiere, pero...

—Nene, escúchame, por favor —pidió. Dejándola en silencio.

Podía sentirlo, venían malas noticias por el tono que utilizaba. No había ni un solo matiz de alegría en su voz.

—¿Qué pasó, Santiago?

—Llamó mamá, dijo que el viejo estaba enfermo y no sabía qué hacer. Eso fue en la mañana. Volvió a comunicarse hace un rato... Murió.

Ella asintió, aunque no la veía. Guardo silencio un momento y suspiró.

—Te llamo en unos minutos, escríbeme si necesitamos hacer algo por ella.

—Sí, tengo que hablar con Polo. Te escribo.

Santiago tampoco se escuchaba triste. Tal vez un poco preocupado, pero en definitiva ninguno de los dos hermanos Altamirano estaba llorando.

Luego de una breve despedida, tomó el móvil entre sus manos y no miró a su mejor amiga por unos segundos, pero cuando lo hizo, su rostro no mostraba ninguna emoción.

—¿Qué pasó? —Lana solo mostraba confusión. Sabía que había problemas, pero no entendía qué estaba pasando.

Luego de un pequeño suspiro, Seren habló: —Mi padre se murió, Lana.

—Oh...

Pero el teléfono de Seren volvió a sonar, y por un momento no supo si contestar, porque era su abuelo quien llamaba.

—Es Polo —vocalizó mientras llevaba el móvil a su oreja. Su amiga asintió. —¿Hola?

—Hola, mi amor, ¿cómo estás? Santiago me dijo que ya estamos enterados del asunto. Sé bien que no es lo que más quisieras, pero me gustaría despedirme de mi hijo.

Ella movió la cabeza de arriba a abajo de forma repetida.

—Sí, abuelo. Tutu y yo vamos contigo. Compraré los boletos de inmediato para viajar hoy por la noche.

—Gracias, hija. ¿Tú estás bien?

—He estado mejor —respondió ella, con una pequeña sonrisa.

—Carmen vino a contarme a modo de chisme que eres una estremi famosa, y que tu cara está en todo internet. No comprendo mucho eso, si internet está en mi teléfono... En fin, aproveché mis achaques de señor mayor y fingí demencia. Pero me parece que no me creyó.

Sonrió un poco. —Está bien, Polo. Todos han visto mi cara ya, no pasa nada si alguien te lo dice.

—Mmm, ¿fue con tu consentimiento? No me suena que sí.

—No, fue un descuido. Pero está solucionado. Te cuento mejor por la noche. Voy encargarme de los boletos y te confirmo eso, ¿sí?

—Espero tu confirmación entonces, mi niña linda. Cuídate mucho.

Colgó y miró a Lana de nuevo.

—Eso me pasa por pensar que todo iba mejor de lo que esperaba.

—No es tu culpa. No puedes controlar todo lo que sucede.

Rodó los ojos y tomó su portátil.

—Aprovechando que el evento se pospuso, voy a hacer un viaje express al lugar que prometí no volver a pisar en mi vida. Al parecer tengo asuntos familiares que atender. Como ver a mi madre e ir a un funeral.

—¿Te puedo acompañar?

—No, Lana. Creo que es algo que debemos hacer los tres, será bueno despedirnos del viejo, supongo. No lo sé. Tampoco sé qué vamos a hacer con mi madre. No quiero pensar en eso hasta que esté allá.

Nene

«Estoy buscando boletos para hoy por la noche. Polo quiere ir a despedirse, voy a acompañarlo, ¿vienes?» 14:11

Tutu

«Por supuesto, cuenta conmigo» 14:11

Seren compró los boletos, los tres con salida a las diez de la noche. Aprovechó en reservar habitaciones de hotel, porque no pensaba dormir en esa casa. Luego llamó a su abuelo y hermano para confirmarles la hora en la que iría a buscarlos a casa de Polo.

Entonces venía la parte de hacer la maleta. Tomó una pequeña, lo suficiente para cuatro días en el país que la vio nacer. Nada espectacular, probablemente estaría todos los días en el hotel, esperando que fuera de hora de volver.

Mientras estaba en el vestidor buscando algunos pantalones cómodos para llevar al aeropuerto, recordó a alguien importante.

—Ah, Asher...

—No te preocupes, yo hablo con los chicos. Puedo pedirle a Vad que regrese tu auto del aeropuerto. Van a querer venir, Seren...

—Sí, no hay problema. Habla con ellos, por favor. Yo necesito hacer esto y... No sé, quiero descansar un rato. Va a ser un viaje agotador.

—Yo me encargo de eso, tú tranquila.

Dicho esto, salió de su habitación.

Tranquila... Ojalá pudiera estar tranquila. Estaba molesta. No sabía cómo afrontarlo. De algún modo se sentía mal por no sentir nada sobre el fallecimiento de su padre.

Lo pensó mucho mientras ordenaba su equipaje, y se dio cuenta que estaba haciendo todo eso por su abuelo. Porque él quería despedirse de su hijo. Solo por él. Porque aunque estuvieron peleados muchos años, era una persona que amaba a sus hijos con todo el corazón. Sabía que Polo no podría afrontarlo solo, y ella no podía permitir que la persona que la sostuvo en su momento más débil, estuviera solo en el suyo.

No lo iba a permitir.

Y no lo tenía claro con su mamá. Con ella todo siempre fue confuso, a veces la defendía, a veces se ponía del lado de su padre. Hacía comentarios pasivo-agresivos y luego le decía que nadie debía tratarla así. Tampoco la ayudó en momentos donde la necesitaba, y en definitiva estuvo de acuerdo con padre cuando se fue. Pero a la vez, Seren sintió que la estaba dejando ir para que saliera de esa casa donde jamás la pasó bien.

No sabía cómo sería su primer encuentro con ella después de tantos años. No quería revivir todo esos momentos. Pero al parecer, era algo que iba a suceder.

Sea como sea.

—Deja de te ayudo con eso —comentó su amiga, entrando a la habitación para sacar todo lo que Seren había puesto en la pequeña maleta. Estaba tan nerviosa con sus propios pensamientos que ni siquiera veía lo que había hecho con su ropa. —Estoy casi segura que esto no se dobla así —bromeó un poco, tomando los pantalones para doblarlos de forma correcta. —Los chicos vienen en camino. Si quieres puedes echarte a descansar. Yo me encargo de todo. Te despierto en dos horas, ¿sí? ¿A qué hora vas a casa de Polo a buscarlos?

—Como a las cinco y media, más o menos. A veces los autos se congestionan cerca de su casa hacia el aeropuerto, es mejor evitarlo.

—Me parece bien. Esto ya estaría —comentó cerrando la maleta—. Ahora puedes dormir. Yo te despierto unos minutos antes.

Seren asintió y recibió un pequeño abrazo de su amiga, Lana le dio un beso en la mejilla, prometiéndole que todo estaría mejor.

Por supuesto que no pudo pegar un ojo, pero aún así, terca ella, decidió cerrar los ojos e intentó engañar a su cerebro.

Media hora aproximada, ya que no tenía un reloj que ver, escuchó voces, y supo que los chicos habían llegado. No tenía fuerza para levantarse, pero esperó que sus saludos telepáticos les llegaran.

Unos golpecitos se escucharon tras la puerta, y de inmediato supo quién estaba detrás.

—Pasa, Asher. —Se oyó bajito, casi como un susurro, pero de algún modo llegó a los oídos de él.

Apareció tras un momento de misterio, le sonrió en una pequeña línea recta y la observó. Estaba hecha un bollito en su cama, cubierta de su manta favorita.

—¿Puedo recostarme contigo? —le preguntó. Lo miró y asintió sin decir mucho más. Asher caminó hacia ella, y se echó a su lado. Al cabo de unos segundos, ella sintió cómo su espalda de pegó a su pecho. Su brazo izquierdo pasó con cuidado por su nuca, hasta pasar su brazo por su cuello y tocar su hombro derecho, así como el brazo derecho por su cintura para abrazarla por completo. —No vengo a hablar si no es lo que quieres. Solo quiero acompañarte. ¿Está bien? —Su rostro estaba cerca de su oreja, así que oyó todo como un susurro.

Seren, aún en completo silencio, asintió y se giró para quedar frente a frente. Esta vez ella abrazándolo por la cintura. Y así se quedaron, hasta que ella, acurrucada en el pecho de su novio, se quedó dormida.

EL CIELO SE CAEEEEEEEEE, EL FINAL SE ACERCAAAAAAAAAAAAA

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

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