05 || Un trozo de pastel
No dijo nada. A Vader le costó mucho no contarle la verdad de las cosas a su mejor amigo, pero también recordó que no le correspondía hablar sobre la identidad de su jefa cuando ella dejó claro que no quería que nadie supiese quién era.
Incluso él mismo.
Pero pasó algo que él no esperaba. El rostro de Asher se fue transformando de confusión a sorpresa. Sus ojos se intercalaron entre la pantalla y su mejor amigo.
Y de pronto recuerdos de la fiesta vinieron a él. Todo se conectó.
Vader intentó disimular y aclaró la garganta justo cuando Asher cerró la boca para recomponerse.
Pero estaba inmóvil. Recordó a la chica que tanto llamó su atención en la fiesta. Serena, se llamaba. La misma que besó a su mejor amigo, él observó desilusionado la escena, cuando llegó e intentó fingir que nada estaba pasando para que nada se viese incómodo.
La imagen volvió a su cabeza y la revivió. Estaba en la fiesta junto a Serena, bailando, queriendo conocerla más. Pensó en el momento en el que se encontraban en el bar y quiso preguntarle más, pero al ver su rostro, decidió no hacerlo y volver a bailar.
Pensó en el incidente y cuando la acompañó. En cómo Lana apareció de la nada a asistirla y desaparecieron de su vista. Él las esperó hasta que una chica lo reconoció por primera vez como streamer. Estaba contento. Le pidió una foto y mientras hablaban, él bailó un poco. Se rieron, se despidieron, y cuando él regresó para seguir esperando a Seren, jamás salió del baño.
Hasta que volvió a encontrarla.
—¿Pasó algo? —cuestionó Vader. ¿Sabía él aquello? ¿Cómo se lo preguntaba?
De todos modos, si Seren no quería mostrar su cara, no debía ser él quien revelara su identidad.
Ni siquiera a su mejor amigo.
—No, ¿a ti? —Asher se la regresó.
Los dos fingiendo tranquilidad.
—No.
—Uhm. Bien. Tengo que volver a trabajar, el deber me llama. Pero luego hablaremos de esto, eh. —Lo señaló. Como si no supiese nada. Y se fue.
Vader suspiró aliviado cuando su mejor amigo lo dejó en paz. Sintió una rara acción, pero estaba tan concentrado en ocultar sus propios temas, que no se tomó un momento para analizar lo que estaba sucediendo.
Los próximos días a ese, se volvieron una escena en la que dos personas sabían exactamente lo mismo, pero no querían admitir que lo sabían.
Todo era tranquilidad hasta que Seren iniciaba su transmisión.
Ambos actuando extraño, e incluso más extraño si uno era valiente de preguntar si pasaba algo.
Pero Vader se cansó. Un día, mientras ambos cenaban una pizza que habían ordenado dos horas antes, y jugando un nuevo videojuego que habían probado esa misma semana, todo se detuvo.
—¿Qué pasa, Asher?
Suspiró.
—¿Qué pasa? ¡Eres malísimo! ¡¿No puedes dispararle, o qué?! ¡¡Dispara!! ¡¡Dispara!! ¡Ay, ya lo hago yo! —respondió sin quitar la vista de la pantalla. Asher murmuró un par de palabras mientras disparaba al blanco que Vader debía atacar—. Hoy estás flojito, eh, Bernardo. —Y al no obtener respuesta, mientras se comía otro pedazo de pizza, giró a verlo. —¿Qué?
—Algo pasa. No puedo ser yo el único que nota que esta semana todo ha sido muy... ¿extraño?
—Tú sí que eres extraño —bromeó con una sonrisita. Pero no funcionó. No esa vez. Ninguna broma de Asher distraería a Vader. Entonces bufó. —¿A ti qué te pasa?
—Yo pregunté primero.
—De hecho, yo pregunté primero hace una semana. Así que me corresponde obtener una respuesta antes.
Asher alzó una ceja. Qué guapo se veía así, pensó Vader. Si estuviese interesado en los chicos, definitivamente estaría enamorado de él.
¿Se distrajo? Sí, se distrajo.
Vader aclaró la garganta. Iba a dar el brazo a torcer si eso significaba que sería el fin de esa semana extraña.
—Mmm, yo...
—A ver... Bernardo —empezó diciendo Asher, relajándose un poco. Dejó el mando sobre la mesa para girar sobre el sofá y mirarlo fijamente.
—No me mires así que me desconcentro.
Asher sonrió de lado e ignoró a su amigo.
—A ver, Bernardo —volvió a decir—. Yo sé algo, pero no sé si es lo mismo que tal vez tú sabes y por eso no quise decir nada.
Eso fue lo único que Vad necesitó. Suspiró aliviado y se rio negando con la cabeza.
—Yo también sé algo, pero tampoco sé si es igual.
Los amigos se miraron, entrecerrando los ojos, tratando de analizar cada cosa que el otro hacía. Intentaron darse un par de pistas no muy claras del asunto en donde ninguno decía nada.
—¡No entiendo por qué nos estamos ocultando cosas! —se quejó Asher, removió un poco el hombro de su amigo mientras lo decía.
—¡¡Yo tampoco!! Esto podría solucionarse rápido. ¡Es como un trozo de pastel!
—Esa frase no es... No es una expresión en español. Solo tenías que decir que es fácil y ya —comentó Asher recalculando en su cabeza. A piece of cake es lo que quiso decir.
Vader suspiró cansado y apoyó su cabeza en su pierna.
—Dude, es que tú estás en mis nervios. ¡De pronto no sé hablar!
Asher sonrió de nuevo. Lo que quiso decir con You're getting on my nerves; era que lo estaba molestando, básicamente. Asher estaba acostumbrado a oír a Vader hablar en inglés, o con frases mal traducidas cuando se estaba desesperando.
—Es que...
—¡¡No!! Es que todo empezó aquel día que yo estaba viendo a Seren y... Oh shit... —Vader cerró los ojos al notar que lo había dicho. Asher, por su parte, los abrió grande.
—¡¡Dijiste la palabra con S! ¡¡Es eso!! ¡Gracias al cielo que lo dijiste primero! —Asher se rio alzando las manos al aire—. Sabemos lo mismo, Vader. Ya deja de fingir.
—No, no sé de qué hablas. Lo que yo sé no tiene nada que hacer con ella... Yo...
—Puedes irte ahora mismo, puedes jurarlo por lo más preciado que tengas; que, por cierto, espero ser yo. Pero jamás podrás mentirme, Bernardo. Somos mejores amigos, eres como mi hermano, mi alma gemela. Te cuidé cuando estuviste enfermo, cuando te rompiste la pierna y cuando rompiste con Rebecca. Lo sé todo de ti, así como tú de mí. ¡¡No sabes mentirme!!
Era cierto. Su conexión era tan fuerte que ni siquiera necesitaban decirlo en voz alta para saber que ambos estaban pensando en lo mismo.
Sin embargo, Asher no quería ser el primero. De nuevo.
—La fiesta... —murmuró Vader.
El peliblanco no dijo nada. Se quedó en silencio por varios segundos que parecieron una eternidad. Una tormentosa eternidad. Sintió la culpa de haber estado ocultándole cosas, pero lejos de la realidad, escuchó una risilla traviesa. Aquello llamó la atención del otro.
—Besaste a tu jefa e hiciste referencias de mis películas favoritas, hijo de tu hermosa y perfecta madre.
Vad rodó los ojos y se movió para tomar otro trozo de pizza: —¿Por qué no me dijiste que sabías? He estado toda la semana torturándome con esto.
—No supe si era correcto decirlo porque Seren no quiere que la gente sepa. —Asher encogió los hombros. Como si fuese algo simple. —¿Tú no hiciste lo mismo?
Su amigo asintió y ambos se miraron. Eso desembocó un par de risas por lo que acababa de suceder.
—No puedo mentirte, tienes razón.
—Como siempre, creí que ya teníamos asumido eso, bobi. —Asher empujó a su amigo con el hombro—. ¿Piensas decirle en algún momento?
—¡¡Oh, por supuesto!! Porque es muy fácil contarle a tu jefa, que, por cierto, nunca ha mostrado su rostro; que la besaste estando ebrio, y que al parecer también quería besar a tu mejor amigo. Pero no solo eso, sino que también vomitó sus zapatos antes de irse... —Vader se detuvo un segundo y suspiró—. Aunque...
—¿Aunque? —Asher alzó una ceja, sus ojos inquisitivos lo estaban presionando. —Fuck, tú tienes algo más. ¡No me has dicho todo! ¡¿Qué hiciste, Bernardo?!
Vader cerró un poco los ojos y sacó su teléfono del bolsillo para entregárselo. Mientras le contaba lo que había hecho ese día, le mostró aquel mensaje donde le decía a Seren quién era.
—Y no me ha contestado ese mensaje.
—Nope, de hecho, te respondió, y cito: «Hola, Bernardo. ¿Puedes tener listo el video de mañana para hoy a las ocho?».
Asher se rio bajito. Con una risa que parecía sonar como «jujuju».
—¡No te rías de mí!
—¡¡No me estoy riendo de ti!! Es que la situación es para reírse, amigo. Solo necesitas hablar con ella. Le dijiste que eres Vader, así que probablemente Seren lo sabe. Entonces, aclaremos esto: Ella sabe que tú sabes lo que pasó, y tú sabes que ella sabe, pero ninguno ha dicho nada. Y ahora yo también lo sé y esto se está haciendo una bolsa de nieve gigante en la que todo el mundo sabe, pero nadie dice nada. Esto se puede convertir en una avalancha.
—Estoy casi seguro que no sabes cómo funciona una avalancha, pero tienes razón. Es una bola de nieve, y nadie quiere bolas heladas.
—Uy, yo me comería una bola helada ahora mismo.
Vader miró a Asher con la ceja alzada.
—¿Qué? Quiero un helado —respondió mirándolo. Su amigo bufó. —Bernardo, por el amor a Hayden Christensen y Natalie Portman, solo admítelo en voz alta para que todos podamos dejar de fingir.
—No quiero hacerlo. Hazlo tú.
Asher se puso de pie sin dejar de mirar a su amigo y corrió a la mesa para tomar una revista. La hizo un pequeño rollito y caminó de nuevo a donde estaba.
—¡Esto no es la escuela primaria, y yo no soy tu mamá! —Asher le pegó en la cabeza. —¡Sé la persona madura que sueles ser! ¡Ve! ¡Enfrenta el problema! ¡Pelea! ¡Gana! Y llámame cuando vuelvas, cariño. Adoro tus visitas.
El pelinegro pestañeó un poco y giró su cabeza hacia el otro. Se puso de pie para enfrentarlo.
—Espera, espera un momento. Esta es la versión latina de The Incredibles. Estoy totalmente seguro de ello porque recuerdo haber visto esta película contigo. ¿Cuántas veces al año citas películas para aconsejarme? —cuestionó Vader indignado, Asher se echó a reír a carcajadas y se puso serio para volver a enrollar la revista y pegarle como lo hizo Edna moda en la película.
—Ay, mírenme, sé inglés. The incredibles!! —Le pegó de nuevo—. ¿Qué somos, Bernardo? ¿Leones o huevones?"
—¡Leones! —gritó. De pronto tomó coraje y empezó como si fuese un gorila. Con los puños y los brazos bien abiertos. Eso no era un león, pero rugió como uno. Tal vez el inglés se le cruzó de nuevo y no recordó cómo caminaba un león.
Fue directo a tomar su móvil y a escribir un gran texto.
«Seren,
No sé cómo empezar a escribir esto, así que intentaré ser lo más...»
—Oye, Asher, ¿cómo se dice honest?
—Dime el contexto de tu mensaje, bobi, así no puedo ayudarte.
—I want to be honest with her.
Asher suspiró y bebió un poco de su cerveza.
—Pues que quieres ser honesto... o sincero —respondió con voz obvia.
—Thank you, baby.
—No me hables en inglés que me pongo caliente —comentó Asher sin mirarlo. Estaba concentrado en retomar la partida que dejó a medias por culpa de su amigo. Amigo que lo ignoró para seguir escribiendo.
«...sincero contigo posible. Me gustaría conversar contigo por medio de una llamada, pero entenderé si no quieres que sea así. Por el momento, solo quiero aclarar las cosas. Hace una semana te comenté que yo quería ser llamado Vader vía online, y eso es porque no deseaba exponer mi nombre real. Después de ello, asumo que te diste cuenta de algo que estaba evitando para no incomodarte. Nosotros coincidimos en una fiesta de SLR hace algunas semanas, también conociste a mi mejor amigo, Asher. En ese momento no sabía quién eras realmente. Pero hace poco relacioné varios puntos y me di cuenta de todo. Perdón si importuno con este mensaje, pero solo quería decirte eso porque no siento que esté bien ocultarlo más y menos cuando eres mi jefa.
Esperaré tu respuesta por si quieres conversarlo mejor por medio de una llamada, y, de todos modos, aceptaré sin problema si no quieres seguir trabajando conmigo. Solo quería ser sincero.
Gracias por todo,
Vader.»
—Wow, por qué escribes como una persona tan correcta? —cuestionó Asher. —¿Quién eres, mi abuelo? Primero las gafas de señor, ahora esto. ¿Seguro que tienes veinticuatro? Envía ese mensaje de una vez. Eso, muy bien.
Se aseguró de ver cómo presionaba el botón de enviar.
Vader se retractó de haberle pedido una opinión sobre el mensaje antes de enviarlo. Entonces hizo algo que quería hacer varios minutos atrás. Tomó la revista con la que había sido brutalmente golpeado, y le empezó a pegarlo justo como lo había hecho él. Después soltó la revista sobre la mesa y no contento con ello, le hizo una llave para lanzarlo al piso mientras Asher gritaba descontrolado. Justo como un ave en agonía.
—¡¡Sí, pégame!! ¡Ahh, qué rico! —chillaba mientras Vader lo estaba pateando en el suelo mientras se reía. —¡Soy tuyo! ¡Soy tuyo!
—¡¡Eres un degenerado!! —contestó el pelinegro en medio de carcajadas.
Me fui de ahí con una sonrisa. Satisfecho con mi trabajo, porque Vader y Lana eran los amigos perfectos para Asher y Seren.
Una amistad duradera. Una difícil de encontrar para cada persona. Y ellos simplemente encajaron.
Por otro lado, y en un estado menos tranquilo que los otros.
Seren se encontraba de pie en una esquina de la cocina. Su teléfono estaba en el suelo, y justo cuando Lana salió a ver qué estaba pasando, la rizada habló.
—Bernard me escribió. Ignorar su mensaje no sirvió.
Estaba histérica.
No literalmente. Estaba hiperventilando. Sin control y sin dejar de mirar su teléfono.
—¿Qué?
Lana no entendía qué le pasaba a su mejor amiga. La que siempre tenía todo bajo control, que un problema no le movía un pelo de esa hermosa y rizada cabellera. Pero Seren no podía evitarlo, cuando se trataba de esa situación, no sabía qué hacer y lo único que podía hacer era petrificarse y esperar que todo desapareciera.
Y al ver que su amiga realmente la estaba pasando mal, y no era un chiste, se acercó para darle un abrazo. Seren se quedó tensa un rato, pero al final la abrazó también.
—No sé qué pasa con esos dos, pero hay algo aquí. —Se señaló el corazón. —Que reacciona cuando se trata de aquel tema.
—Aquí estoy, Serena. Si quieres puedo leer el mensaje por ti.
—Léemelo, por favor —le pidió.
Lana lo leyó en voz alta mientras le agarraba la mano a Seren, y sintió cómo la presionaba mientras el mensaje iba evolucionando.
Seren se quedó en silencio cuando Lana terminó. Y suspiró deslizándose por la pared hasta sentarse en el suelo, soltando la mano de su amiga: —Genial, un día decidí salir a divertirme y besé a quien pensé que no iba a volver a ver.
—Y además te gustó su amigo —añadió Lana sin pensar mucho, luego abrió los ojos al ver que no estaba ayudando, y Seren entrecerró los ojos viéndola.
—¡¡Increíble, Lana!! ¡¡Muchas gracias!! —Lana se tapó la boca y soltó una risilla culpable.
—¡Perdón, lo pensé en voz alta! —Ambas se quedaron calladas, una de pie, otra sentada en el suelo. —Entonces... ¿Vas a llamarlo?
—Sí, es una genial idea. Pero, ¿qué te parece si primero practico cómo cruzar la calle sin mirar a ambos lados?
—¡¡Serena!!
Seren se deslizó un poco más por el suelo, quejándose.
—No quiero, llámalo tú —le respondió tapándose la cara.
La dualidad.
—¿Sí, mi amor? ¿Qué más? ¿Quieres un cafecito, también? —inquirió Lana alzando una ceja.
Seren bufó y se estiró hasta terminar recostada por completo, Totoro vio eso como una señal para caminar por encima de ella, para sentarse sobre su estómago y empezar a ronronear.
—Ayuda. Hay un gato sobre mí —pidió Seren, acariciando a su otro mejor amigo.
—Tú decidiste tu propio destino, sabes que esta es la casa de tu gato, y nosotras solo compartimos un poco de espacio. Ahora te quedas ahí hasta que él decida irse. Castigada.
Lana se dio la vuelta, fingiendo que iba a abandonarla ahí.
—¡¡Entonces no llamo a Bernard!! —lo dijo para que su amiga vuelva.
Lana se dio la vuelta en dirección al gato.
—Como decía, voy a ayudarte. —Tomó al gato entre sus brazos. Totoro emitió un quejido al ser cargado, pero luego se distrajo con las caricias de la rubia y se acomodó en su cuello mientras ronroneaba.
—Gato traidor. Todos los hombres son iguales —murmuró Seren levantándose para ir por su móvil.
Y miró su teléfono por unos segundos hasta que fue valiente de presionar el de llamar.
En menos de medio tono, alguien contestó del otro lado.
—¿Seren?
—Hola, Bernard... O Vader —Seren rio nerviosa.
—Vader está bien, sí —rio el también. —Quería conversar contigo...
El inicio de la conversación pareció verse tocada con pinzas, pero mientras todo se iba desarrollando, Seren y Vader lo tomaron con más calma. Decidieron, por muchos motivos, olvidar todo lo que había pasado y seguir trabajando como siempre.
Pero mientras eso ocurría, tanto Lana como Asher hacían muecas y fingían que besaban a alguien. Porque el papel de un mejor amigo era molestar al otro en momentos inoportunos, y ellos dos lo tenían claro.
Lana bailaba con Totoro como si se encontrara en un baile de princesas y príncipes. Asher se manoseaba como si estuviese besando a alguien.
—Creo que debimos conversar esto antes, habría sido más fácil, ¿no lo crees? —dijo Vad. Y mientras él hablaba, Asher se emocionó y besó muy fuerte a su compañera imaginaria.
—Uhm, ¿tu amigo está ahí? —cuestionó. —¿Él sabe lo que pasó? Porque quiero estar loca y no imaginar que oí un beso de su parte, burlándose como un niño chiquito —dijo, pero viendo a Lana, porque ella estaba haciendo lo mismo. El principio de la frase se fue convirtiendo en un ataque hacia su mejor amiga, solo que olvidó que también se dirigía al otro.
—¿Qué me ha dicho? —se escuchó de fondo. Asher frunció el ceño.
—Uhm, sí, él se dio cuenta solo de las cosas. Te prometo que no dije nada. Estuvo en la fiesta también...
—Oh... Está bien —dijo Seren, pero se vio interrumpida por otra voz.
—¡¡Yo soy una persona madura y no un niñ... —se oyó como si Bernard le hubiese tapado la boca.
—Como te decía, Seren...
—Sí, honestidad, seguir trabajando juntos, ocultar nuestras identidades. Anotado.
—Correcto, y amigos.
—Amigos, sí —dijo ella con una sonrisa. —Gracias por eso.
—Gracias a ti, Seren. Entonces está todo aclarado. En un par de horas te enviaré el video de la próxima semana. Solo faltan algunos detalles.
—Muy bien, gracias, Vad. Hablamos más tarde, entonces. Y saluda a tu amiguito. ¿Cuántos años tiene? ¿Diez? —preguntó por picar al otro. —Qué lindo.
—Diez no, porque quisiste besarm... —Vader tapó la boca de Asher de nuevo.
—Perdón, Seren. Es un fan interrumpiendo, no le hagas caso.
—Sí, un pixel más. Lo entiendo —Seren se echó a reír, y justo antes de que Asher pudiera decir algo más, ella se despidió y colgó el teléfono. —Lana, me alegra no haber besado a ese cucaracho. Es inmaduro, tonto y...
—Y te gustó, a mí no me mientas —interrumpió Lana riéndose. —Vámonos, Totoro. No escuchemos a tu mamá decir mentiras.
Lana se fue de la sala, dejando a Seren hablando sola. Que no le gustó ese tipo, que no lo quiso besar, que solo había sido un efecto del alcohol.
Mentiras.
Ahí noté que tendría que hacer un trabajo extra con esos dos para evitar que no se mataran en el camino.
Pero en realidad, todo iba perfecto.
Tuve un plan.
HAZLO, CONRAD, HAZLOOOOOO
jijiji
BUENAAAAAAAASSSSSS
Bueno, aquí les dejo el capítulo. Un poco de Asher y Bernardito para el alma.
Conrad tiene un plan, QUÉ PLAN SERÁ
en fin
nos vemos el próximo año
xdddd
baaaaai <3
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