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Capítulo 32



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★彡[ʙʏ ʏᴏᴍᴀʀɪꜱ.



Estar en el grado once, penúltimo año de High School se siente un poco extraño. Quiero decir, hace tres años, cuando ingresé a esta escuela, en el grado noveno, se veía tan largo el camino para llegar a este año...

Ahora, estaba a un año de terminar la High School, y estar cerca de la universidad, esa idealización, ese sueño, esa meta que tuve toda mi vida, esa que siempre esperé y deseé, ahora me causa incertidumbre, miedo.

Miedo ante la idea de no saber, de no saber si podré llegar a donde quiero, de no saber si podré hacerlo.

Comienzan a hablarnos sobre que pronto seremos Seniors, que debemos ir pensando con mayor precisión sobre lo que pensamos hacer después de graduarnos, yo siempre tuve claro mi meta: Ir a la universidad.

No he pensado en otra cosa, ni siquiera he pensado mucho en lo que haré después de eso, aparte de trabajar.

Durante mi clase de ESL, una clase solo para aquellos que no hablan inglés o quienes necesitan seguir estudiando el idioma, me mantengo atenta a las explicaciones vagas que da la maestra. No hay mucha gente y casi todas ellas me caen mal.

Este mes se volvió complicado desde el 5 de enero del 2022. No lo soporto, la pérdida, la negación, la media aceptación. El duelo, todo. Hoy es 26 de febrero, han pasado unos días desde que cumplí dieciocho años, es asombroso cómo de rápido se mueve el tiempo, me sorprende y asquea ver que el mundo ha seguido girando sin ella en este mundo...

Pero así es como funciona la vida...

La vida nos regala momentos que se convierten en recuerdos, en memorias y a veces, esas memorias, esos recuerdos pueden dejar cicatrices, heridas que tardan mucho en sanar o que nunca lo hacen.

Me causa curiosidad saber qué tipo de recuerdos, memorias y personas provocaron las cicatrices en Alyn y Jungkook. Ella parece aceptar su marca, sabe que es parte de ella, que ese momento, ese recuerdo es parte de quien ahora es y que no puede cambiarlo, parece estar bien con eso, en cambio, Jungkook, parece negarse, parece no aceptar que ahora esa herida es parte de él, de quien es.

Jungkook parece no soportar la idea de tener que recordar, de rememorar ese momento en su vida. No sabe que ahora es parte de un momento de su vida y eso, pienso yo, podría herirlo, el no aceptarlo.

Lo veo bromear con los amigos de Alyn, más bien, quejarse, burlarse y reírse de ellos. Comienzo a ver y ser consciente que molestar de esa manera es, en parte, una de sus mil formas de querer.

Me arrastraron con ellos a un mall, justo después de terminar las clases. Quise negarme porque este mes deseo estar, una vez más, de luto, quiero guardarme y congelar mi vida, justo como siento que debería ser desde que ella se fue, pero estos chicos interfirieron en mis planes, eso me irrita, pero lo soporto.

Estoy sentada en una banca, tomando un jugo, los veo reír, bromear y gritar. No me obligan a hacerlo, también comienzan a entender mi personalidad.

Jeon busca el costado de Alyn solo para decirle un par de cosas en el oído que la hacen irritar, sé que en el fondo le ha puesto nerviosa. A Jungkook le gusta, le gusta acercarse a irritarla, le gusta molestarla, pero pareciera que es más por cariño, al menos eso es lo que pienso.

Él devuelve su mirada a mí y cuando se da cuenta de que los estoy viendo, la sonrisa que tenía, flaquea un poquito, mientras da un paso lejos de Alyn. Como si lo hubiera atrapado en algo...

Sabe que soy buena captando cosas que no se dicen, pero se muestran. Lo sabe, por eso estoy segura de que empezará a tener cuidado de sus acciones delante de mí, tal vez porque hay algo que no quiere saber o que yo sepa. O que todos sepan...

Quizás es tarde. Tal vez es tarde cuando se acerca a mí.


—¿Esta bueno tu jugo? —Tenemos la misma edad, incluso yo soy mayor que él por meses, aun así, luce mucho mayor que yo.

Es inmenso aun estando sentado. O puede que yo soy muy diminuta...

—Sí...

Guardamos silencio. Comienzan a ser silencios cómodos, como ese tipo de silencios que generan paz, confianza.

Agradezco que sea viernes porque entonces estaría desesperada por volver a casa y hacer mis tareas.

Aun así, comienzo a sentir esa frialdad en las manos, aún el clima es frío, pero esa frialdad en las palmas de mis manos es por otra razón porque al mismo tiempo, el corazón se me acelera, a tal punto que me hace sentir desesperada.

Comienzo a temblar, dejo el jugo en la banca y meto mis manos dentro de las bolsas de mi suéter porque no quiero que vean mis manos temblar.

Ruego, ruego porque desaparezca...

—No piensan demorar tanto —Es lo que dice el asiático, mirando a los otros cuatro.

Solo asiento porque el frío en mis manos se ha propagado por todo mi cuerpo.

Quiero irme.

Siento la mirada de él sobre mí e intento parecer calmada, aunque la respiración se me quiera ir.

Pero pronto siento una de sus enormes manos pálidas sobre mi escuálido hombro, volteo a verlo, sorprendida y un poco incómoda por el contacto.

—Yo también lo he sentido.

Y lucho por contenerlo.

Por ser fuerte...







★彡[ʙʏ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ.



Sara continúa mirándome fijamente...

—Sara... —Exhalo, tallando mi rostro. Su expresión intensa comienza a hacerme sentir desnudo ante su mirada.

—Dime qué es eso que te molesta, la última vez dijiste que no estabas listo para hablarlo, pero que lo harías hoy... —Me sonrió sin mostrar los dientes, entrelazó sus manos sobre el escritorio y me observó —Entonces...—Recarga sus brazos en la mesa qué nos separa mientras espera a que yo decida hablar.

Mordisquee mis labios.

—No es algo tan importante...

—No importa. Aunque me parece que sí que lo es, viendo que te tiene tan irritado.

—Sé cómo se hizo su cicatriz —Murmuré, ya harto de la insistencia y la necesidad mía de decirlo.

—¿La de Alyn? —Asentí.

—Ella y sus papás tuvieron un accidente hace unos años, cuando Anderson era pequeña, su mamá murió en él y Anderson se hizo ese mismo día su cicatriz —Inhale, volviendo a sentir esa presión en el pecho.

—Eso es terrible.

—Lo es, y lo peor es que yo la condené por eso, sin saberlo —Bramé —¡Todos estos años!

—No pudiste saberlo, no es algo que pudieras haber...

—Pude detenerme —La interrumpí, volviendo a levantar la mirada para enfocarla en su rostro —Debí de haber parado cuando sentí que debía hacerlo...

—Jungkook, ya hablamos de esto —No estaba reclamándome —No puedes cambiar el pasado, e intentar arreglarlo es una pérdida de tiempo, lo único que puedes hacer es aprender de él para no cometer los mismos errores en el presente y futuro...

Cerré los ojos...

—Hoy sabes lo que sucedió con su madre, cómo se hizo su cicatriz, ¿qué harás con esa información, qué harás? Es ahora en donde puedes comenzar a cambiar, hacer lo que no hiciste en el pasado.

Había tantas cosas que no hice en el pasado, tantas cosas que quizás debí hacer o dejar de hacer...

—Hay que empezar a aceptar tus sentimientos, tanto del pasado, como del presente...

—Los estoy aceptando —Fruncí mi ceño.

—¿Todos? —Alzó una ceja, como si no creyera en la autenticidad de mis palabras.

Volví a sentirme señalado, no me gustaba por donde estaba yendo su pregunta, más bien, no me gustaba la manera en la que me estaba mirando...

Me removí en mi silla, desordenando mi cabello con una de mis manos.

—Jungkook... —Empezó diciendo.

—Lo hago —La interrumpí al instante.

—¿Estás seguro? ¿y la charla que tuviste con tu amigo? —Bufe, poniéndome de pie para caminar hasta la ventana que había en la habitación.

—Namjoon solo... —Negué con la cabeza —Él solo está fantaseando, siempre ha sido así.

—¿Es así? —Asentí —Pero, ¿has pensado en lo que dijo? ¿es mentira lo que dice, no es verdad que buscabas la atención de Alyn y no solo porque te pareciera curiosa? ¿te has puesto a pensar en eso?

No contesté, solo observé todo lo que pasaba fuera de la ventana, en ese mundo en donde ya no me sentía parte, observé como el poco aire movía con delicadeza las ramas aun desnudas de los árboles, los carros moverse y las pocas personas existir.

—¿En verdad no tienes un solo recuerdo de eso?




*:・゚✧*:・゚𝙸𝚗𝚒𝚌𝚒𝚘𝚜 𝚍𝚎𝚕 𝚐𝚛𝚊𝚍𝚘 𝚍é𝚌𝚒𝚖𝚘.




El año había empezado, me habían subido un año más de lo que debía ir, no creía que eso pudiera afectarme.

Ya teníamos un par de semanas desde que iniciaron las clases, aun me sentía un poco perdido y fuera de lugar con la mayoría de personas.

—¿Por qué estas de pie ahí? Hay que ir a la siguiente clase —Uno de mis amigos intentó moverme.

—Adelántate, iré después —Dije, mirando a los costados.

—¿A quién jodidos esperas? Si se puede saber.

—A nadie...

Estábamos afuera de la clase de Earth Science, una clase de noveno grado, yo no la había llevado, pero decían que la maestra era insoportable.

—Oh, mi culpa —Dije cuando choqué con el cuerpo de una niña. Por dios que era diminuta...

No me miró, era de piel caramelo, nunca la había visto.

—Estas estorbando en la puerta, solo vámonos Jeon —Volví a escuchar a mi amigo.

Me di la vuelta para decirle que se fuera, pero al inicio del pasillo, la vi, su rostro blanco estaba despejado porque hoy traía su cabello amarrado en una cola, se podía apreciar mucho más esa cicatriz en su mejilla.

Venía con la vista sobre su celular, por eso no se había dado cuenta de nuestra presencia en la puerta de su clase.

Mi respiración se aceleró, o quizás fue mi corazón, o mi presión, yo que se... pero lo hizo mientras divisaba como se acercaba, no pensaba moverme de la entrada para que chocara conmigo y tuviera que levantar la mirada de ese aparato, pero de pronto, el pensar en tener su mirada en mi persona, su atención en mí, me puso en aprietos, las jodidas manos me sudaron y me moví un segundo antes de que llegara a la entrada...

Su maldito perfume se coló en mis fosas nasales, grabándose en mis recuerdos, sin yo pretenderlo.

La vi entrar a su clase, sin que nadie la saludara y sin que ella saludara a alguien, podía ser normal porque todos apenas, de su grado, se estaban conociendo.

Se sentó en su silla y no dejó de tener su atención en su celular.

—Así que era por una chica... —Mi compañero volvió a hablar y entonces recordé que él seguía aquí —¿Qué, te gusta?

Bufe.

Y volví a llevar mi mirada hacia la joven que no me miraba nunca. Era como si para ella, yo no existiera, joder... todos, muchas veces, me prestaban atención y sabía que muchas veces era por ser asiático, pero ella... ella nunca me miraba.

Era la cuarta vez que la veía, desde la primera y segunda ocasión, no había vuelto a mirarme a la cara y yo, yo tenía esta necesidad de buscarla incluso cuando ella me rehuía.

Estaba... ¿Cómo explicarlo? Yo estaba cautivado. Ella no era distinta a las demás personas, de hecho, parecía ser común con sus cabellos oscuros y ojos del mismo tono, tímida y pequeña, pero la había reconocido desde el principio, bueno, no al instante, pero después de pensarlo, la reconocí como aquella chica que vi en el mall.

Yo había sido atrapado por la mirada de una desconocida que taché como alguien a quien jamás volvería a ver, sin embargo, estaba aquí, en mi misma escuela y no me miraba.

¿Me gustaba? Eso no importaba, solo quería... quería conocerla.

Pero no sabía cómo demonios acercarme sin que saliera huyendo, no sabía cómo llamar su atención, cómo jodidos hablarle porque cada que intentaba hacerlo, todo se volvía demasiado y retrocedía porque sentía que vomitaría de la ansiedad.

¿Qué jodidos era todo eso? ¿Cómo podía hacerlo?

—Puede que s... —Iba a responder.

—Es rara —Continuó, mirando a la chica —Solíamos ir a la misma Middle School y siempre la molestaban.

Voltee a mirarlo cuando dijo eso.

—Lo bueno es que no te gusta, ¿no? Porque es diferente a cualquiera y con esa cicatriz, solo te haría mal porqu... —Y no pude seguir escuchando.

Aun no sabía ni su nombre y ya quería saber todo, pero escucharlo decir que la molestaban... quise preguntar si él también, quise golpear a alguien, pero como el cobarde que era, me quedé en silencio, escuchando todo lo que decía, muriendo por dentro.




*:・゚✧*:・゚𝙰𝚌𝚝𝚞𝚊𝚕𝚒𝚍𝚊𝚍.




—¿Jungkook? —Volví en sí cuando escuché a Sara llamarme. No voltee a verla, solo me quedé mirando por la ventana —¿No tienes un recuerdo?

Tenía muchos. Muchos de ellos ni siquiera los recordaba porque los había resguardado profundo en mi subconsciente, esperando a que cualquier sentimiento ligado a ellos, desapareciera.

No pude aceptarlos en ese tiempo y no podía ahora, ya no sabía cómo hacerlo sin sentir horror, no podía hacerlo.

No podía, no ahora, quizás nunca...

Porque el amor dolía. Porque ya había sido herido y no quería volver ahí de nuevo. No quería herir. No quería herirla más de lo que ya lo había hecho...

—No... —Me di la vuelta para mirarla a los ojos —No tengo.

No quería.



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★彡[ʙʏ ᴀʟʏɴ.



Hoy era once de marzo del 2024.

Nos habían entregado ya la hoja de las materias que llevaríamos en el último grado, solía odiarlas demasiado porque en ocasiones era confuso llenarlas o decidir que clases elegir.

—¿Cuáles has puesto hasta ahora? —Le preguntó Troy a su novia —No sé si tomar alguna clase de AP.

Cele volteó a verlo con una mueca de escepticismo.

—Ay cállate, tu apenas puedes con las clases comunes —Le reprendió mi amiga.

Él blanqueó los ojos y siguió viendo su hoja rosada.

—No pienso tomar artes de nuevo —Comenté.

—Eso es un avance, siempre la tomabas para tener la posibilidad de tomarla junto a tu chico de ojos rasgados —Me contestó Cele, con apatía.

—No es cierto, también porque es una clase bonita, solo que no soy buena en dibujar...

—¿Cuánto tiempo tenemos para llenarla? —Volvió a hablar Troy.

—Hasta antes del viernes, me parece.

Las clases ya habían terminado hace media hora, pero nosotros nos habíamos quedado afuera de la escuela, en las bancas que estaban cerca de la cancha de tenis. Troy nos llevaría a casa...

—Entonces lo haré luego —Mi amigo tomó la hoja y la metió, sin cuidado alguno, a su mochila y me miró con sus ojos claros —¿Dónde está tu novio no novio?

Mi cara quiso calentarse.

—No es mi novio no novio —Me quejé —Y no sé dónde está. Dijo que vendría...

—Pues a ver si llega a tiempo porque si no llega en diez minutos más, nos vamos, tendrá que irse a casa caminando.

A unos metros de nosotros comenzamos a escuchar como un grupo de chicos se acercaban a donde estábamos, por un momento pensé que era Jungkook, pero no, era Leroy y sus amigos.

—Estos idiotas —Cele murmuró entre dientes.

—¡Oh! Es una sorpresa encontrarlos aquí —El primero en hablar, como siempre, fue Leroy.

—Desaparece Nichols —Cortó mi amiga, sin mirarlo.

—Cierra la boca —Contestó y me miró —Monstruito, hola, ya tiene rato que no nos veíamos, ¿no piensas saludar?

Sus amigos se rieron, pronto me di cuenta del halo de humo a su alrededor. En sus manos tenían esos extraños cilindros, olía como a dulce... o algo así.

—Leroy, por favor, ya tienes diecisiete o dieciocho años, madura ya —Esta vez fue mi amigo quien habló.

—No estoy hablando contigo, jodido Palmer.

—¿Podrías, por favor, dejarnos en paz? —Por primera vez, decidí hablar. Leroy me observó.

—Sí hablas, montr... —Su mirada se posó a nuestras espaldas, en donde pronto comenzamos a escuchar pisadas y voces que se acercaban.

—Como nos hayan dejado por tu culpa... ¡oh chicos, siguen aquí! —Era Levi, quien correteo hasta donde estábamos —Demoramos porque no sabíamos dónde estaba Jeon. Qué bueno que no se fueron.

Jungkook llegó junto a Yoma, el primero dejó su mochila sobre la mesa de madera y llevó su mirada a Leroy.

—Jk... ¿Te divertiste con lo que te di? —Se burló.

—¿Qué haces aquí? —Ignoró su pregunta.

—Solo nos acercamos a saludar —Habló Jay, exhaló ese humo de su boca.

Yoma se sentó a mi lado, y observó a los chicos que se miraban con tensión. Era probable que Yoma haya llegado a ver a Leroy alguna vez, pero nunca le había dicho que era alguien que solía acosarme... debido a su nuevo amigo.

—Veo que hay dos nuevos en el grupito —Comentó Leroy, alternando su mirada de Levi a Yoma.

—Ah hola, soy Levi Johnson, soy nuevo —Levi tampoco sabía que Leroy era uno de esos chicos de quienes le hablé.

Leroy ni siquiera le contestó, volvió a llevar su mirada a Jungkook y después a Yoma, no me gustó la sonrisa que realizó.

—Ella no habla inglés, ¿verdad? —Recostó su mano sobre la mesa y llevó el cilindro a sus labios para inhalar de él.

—Deja de joder —Jungkook se interpuso entre la vista de él.

—Solo preguntaba, tengo una clase con ella —Le sonrió al de ojos rasgados —Podría ayudarla de vez en cuando...

Nunca era bueno llamar la atención de Leroy.

Jungkook se acercó a él.

—Si te les acercas, te juro que te reviento la cara...

Leroy y sus amigos no estuvieron más después de eso.

Jungkook estaba sentado a mi lado, revisando su hoja de las nuevas materias.

—¿Cuáles clases tomarás? —Me preguntó después de un rato.

—Aun no estoy segura, pero artes no más —Él se terminó riendo.

—Voy a tomar las mismas clases que tú, capaz compartimos todas —Volteó a verme y me alzó sugerentemente ambas de sus cejas —Tendrás que soportarme.

—¡Que el señor me libre! —Dramaticé, mirando hacia el cielo.

—Admítelo, te aburrirás sin mí ahí —Inclinó su cuerpo en mi dirección y yo me tense.

El corazón se me trabó en la garganta y de los nervios, coloqué mis manos sobre su pecho para lanzarlo lejos, pero él era un monstruo enorme y no lo moví ni un centímetro.

En cambio, solo provoqué risas en él, mientras capturaba mis muñecas entre sus manos y las mantenía ahí.

—Suéltame pedazo de caca —Sonreí al verlo con esas arruguitas alrededor de sus ojos.

—Admítelo primero.

—No voy...

—¡Tortolos! —Celestine nos gritó —¡Ya nos vamos así que levanten esos traseros de ahí!

Jungkook soltó mis muñecas y se puso a recoger sus cosas, yo, sintiendo las mejillas rojas, tomé mi mochila y todos nos dirigimos al carro de Troy.

El camino a nuestras casas fue tranquilo y divertido debido a Levi.

Primero dejamos a Yoma en casa. Se despidió con timidez y la vimos ingresar a casa sana y salva. El segundo fue Levi, quien, a diferencia de Yoma, él se despidió con tanta confianza y emoción que nos dejó con los oídos timbrando.

Y finalmente fue nuestro turno, más bien el mío.

Abrí la puerta del carro, lista para salir.

—Gracias, nos vemos mañana —Les sonreí.

—¡No olvides enviarme una foto de la tarea de matemáticas! —Gritó mi amiga.

Iba a cerrar la puerta, pero Jungkook comenzó a salir.

—¿Qué haces? —Fruncí mi ceño, viéndolo estirar su cuerpo y quedar de pie, a un costado de mí.

—¿No quieres que te llevemos? —Troy se burló.

—No —Tajó.

—Vale, nos vemos... —Y ambos vimos como el carro se alejaba rápidamente.

Me voltee a ver al asiático.

—¿No vas a casa? —Fue lo primero que dije, después de minutos en silencio.

—Sí, solo que quiero caminar... —Esta vez fue su turno en mirarme, claro que tuvo que bajar un poco la vista.

Nos quedamos en silencio, observándonos sin decir nada. Y puede que haya sido por varios minutos porque pronto comencé a sentirme nerviosa.

Llevé unos mechones de mi cabello detrás de mis orejas.

—Entonces nos vem...

—¿Quieres ir al campo? —Me interrumpió, llevando una de sus manos a su frente.

—¿Al campo?







Cerca de casa, a unos cinco minutos, diez a pie, había un campo de fútbol en donde, en ocasiones, iban personas a caminar o a jugar dicho deporte.

Casi nunca había venido.

Las enormes luces ya estaban encendidas porque el sol comenzaba a bajar, había unas cuantas personas en el lugar cuando llegamos.

Nosotros nos fuimos a sentar a las bancas qué estaban más alejadas.

—¿Te has sentido bien? —Le pregunté, viéndolo sentarse a un costado mío.

El cabello negro le había crecido un poco, cubriendo levemente su frente y dándole aún más profundidad a su mirada.

—Normal. Creo que están ayudando las terapias... —Expresó, pensativo, antes de devolver su mirada a la mía —¿Por qué, te preocupas por mí?

Y volvió a inclinar, juguetonamente, su cuerpo hacia el mío. Yo llevé mis manos a su rostro, para empujarlo lejos, pero sus ojos fueron directos a ellas, captando su atención.

—Mierda...

—¿Qué?

—¿Siempre has tenido las manos tan pequeñas? —Llevé mi mirada a mis manos.

—Yo qué sé...

Se burló y, con una de sus manos, de manera insegura, tomó una de mis manos para pegar mi palma con la suya, midiendo y observando la notable diferencia de tamaños.

—Eres una liliputiense —Sonrió.

Yo fruncí mi ceño e intenté apartar mi mano de la suya, pero él, riendo, sostuvo mi muñeca y no me dejó hacerlo.

—Tú eres un monstruo.

Se encogió de hombros y volvió su mirada a mi mano que se encontraba entre la suya. Me di cuenta que era la primera vez que teníamos contacto de este tipo debido a él.

De pronto, se me vino a la mente aquella vez en el baile, lo último que me dijo y que nunca entendí.

—¿Jungkook? —Lo llamé, después de estar varios minutos en silencio.

—¿Mm?

—¿Recuerdas el baile? —Cuestioné y él levantó su mirada a la mía.

—¿Qué hay con eso?

—Tú me dijiste algo cuando te fuiste, pero nunca supe que querías decir con eso... —Volvió a bajar la mirada —¿A qué te referías con cala?

No contestó, solo se puso a jugar con los dedos de mi mano. Eso provocó que mi corazón se acelerada aún más, si eso era posible.

Se quedó callado por unos largos minutos, incluso pensé que no contestaría.

—Significa que, ese día... —Empezó, sin apartar su atención de mis dedos —Te veías... bien y ya —Terminó de decir, bruscamente, sin levantar la mirada.

Me quedé en silencio, mi cerebro estaba intentando, luchando y peleando por comprender sus palabras, intentando pasarlas por mis oídos hasta mi corazón.

Por dios...

—¿Qué me veía b...?

—Sí, Anderson, ya sabes a que me refiero —Me interrumpió de manera tosca y hasta irritado, al mismo tiempo soltó mi mano y llevó las suyas a su cabello para lanzarlo hacia atrás y dejar una de sus manos en su frente.

No supe qué sentir o qué pensar, el chico que me gustaba me estaba diciendo que me veía bien, que me había visto bien... ¿era algo así como decir que me veía bonita?

¿Él sería capaz de escuchar los latidos furiosos de mi corazón?

Decidí no insistir más en el tema ya que él parecía tenso e incómodo.

Nos quedamos varios minutos en silencio, sencillamente mirando las personas que estaban en el campo, esta se sintió como la primera vez que, en verdad, de manera real, estábamos sentados, juntos, simplemente disfrutando del final de un día.

—Por cierto, ¿A qué se refería Leroy con eso de que si te divertiste con lo que te dio? —De repente recordé las palabras del chico.

Jungkook se quedó mirando un segundo más a las personas a unos metros de nosotros, antes de ponerse de pie y mirarme con una expresión extraña grabada en su rostro.

—¿Por qué eres tan chismosa? —Se quejó y me hizo señas para que me pusiera de pie, pero no le hice caso, por eso él tomó la tela de mi blusa de la parte del cuello trasero y me obligó a ponerme de pie —Mejor ponte a caminar, hay que volver...


Yo me quejé, mientras me obligaba a comenzar a caminar rumbo a nuestras casas.






*Aparece mágicamente después de tanto tiempo*

Tengo miedo de decir si me extrañaron porque quizás me funen por tardar tanto en actualizar, en mi defensa, la escuela es una perra sucia, y mi bloqueo no me soltaba, incluso ahora.

No estoy muy satisfecha con este capítulo, pero pienso que la mejor forma de salir de ese bloqueo es escribir y dejar un poco el perfeccionismo. 

En fin, he extrañado mucho escribir, actualizar y ver sus comentarios para divertirme y emocionarme con ellos y con ustedes. 

Ayer se cumplió un año desde que Jungkook se fue al servicio, que dolor, hoy estoy saliendo de vacaciones de diciembre, así que intentare escribir más. 

Ahora si, ¿Qué piensan del este capítulo? ¿Qué piensan de todo?

Cosas que notaron en el cap: 

Como siempre, gracias por votar, comentar y leer. Gracias por esperar, por comenzar a leer esta historia, y en general gracias por todo, a las personas que me han preguntado cuándo actualizaría, en verdad gracias a todos. 

Los quiero mucho.


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