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Capítulo 23


















⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇ ⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇

⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇ ⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇



















★彡[ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ.




No podía esperar...

Mis citas con el psicólogo eran todos los miércoles, hoy era martes y hasta a ahora no había podido decirle a Anderson sobre la maravillosa idea de mis padres junto a la mujer que me ayudaba a superar mis... problemillas. Eso sonó raro, como sea, los mayores habían tenido una idea y esa idea tenía que ver con Anderson.

No podía negarme. No sabía cómo hacerlo sin sentirme tan asquerosamente expuesto.

Era la hora del almuerzo, a unas cuantas mesas estaba ella junto a Celestine, no había dejado de mirarla, intentando encontrar un buen momento o una buena forma de hacerlo, esto me estaba quemando el cerebro más de lo esperado, no debía ser así, no debería costarme tanto.

Vamos, es algo simple, no es como si fuera a hacerle una propuesta... extraña.


Solo era pedirle una salida, una salida de amigos, exigida por mi psicóloga. Los amigos salen, los amigos normales, aunque técnicamente nosotros no éramos tan normales, pero éramos amigos, intentábamos.

Maldije en voz baja cuando sonó la campanilla que indicaba que el almuerzo había terminado y debíamos irnos a nuestras clases, todos comenzaron a ponerse de pie, junto con ellos, las dos chicas en quienes tenía mi atención. No había de otra, tendría que hacerlo ahora, justo ahora porque si no era hoy, no sería nunca porque nuestra última clase era distinta y no volvería a verla hasta mañana, no quería pedírselo por mensaje, me habían dicho que debía hacerlo personalmente.

Sin esperar más, me pongo de pie, tirando a la basura casi toda mi comida, me apresuro a caminar a ellas, me mantengo a sus espaldas, indeciso en si hablarle o no, estirando la mano para tocar su hombro y llamar su atención, pero devolviéndolo porque me hace sentir ansioso. Ellas están riendo, sin ser conscientes de mi presencia a sus espaldas, hablan de cualquier cosa que no me interesa. Me digo que esto es estúpido, me preparo para hablarle, juro que estoy por hacerlo, cuando, sin esperármelo, Anderson se detiene de manera abrupta y se da la vuelta, con rapidez y con intenciones de correr, mientras decía algo que no entendí, no se esperó tenerme a sus espaldas, no me dio tiempo a hacerme a un lado, es por eso que su cuerpo estampa con el mío.

Intenta detenerse, pero el suelo de la cafetería es resbaloso y eso hace que sus pies resbalen, metiéndose entre los míos, la gravedad la lleva hacia atrás, para caer al suelo de espaldas. Por reflejo, enrollo mis brazos alrededor de su cintura, su peso y la fuerza que llevaba, me hace tambalearme hacia el frente, mi espalda queda en vertical, su cuerpo está entre mis piernas, quienes están abiertas, intentando mantenernos, tanto a ella, como a mí, de pie.

Sus manos se aferran a mis antebrazos, tomándolos con fuerza, su expresión es de sorpresa y horror, puede que esperara el golpe en su espalda y quizás en su cabeza. Su respiración es acelerada y es cuando me doy cuenta que la mía también.

Sus ojos se abren más, me pareció asombrosa su expresión porque, primero, sus ojos brillaron como en los malditos animes a causa de la luz a mis espaldas, después abrió su boca con sorpresa. Como si fuera todavía posible, su piel se colocó pálida y, al mismo tiempo, sus mejillas se pintaron de ese tono rosa del cual ya me había acostumbrado, esta vez es un rosa intenso. Me fue imposible no sonreír al ser testigo de todas esas expresiones hechas en un solo segundo.

Mi cabello cae sobre mi frente, por un momento había olvidado dónde estábamos.


—¿Estas bien? —Le pregunté. Sus cejas se alzan, escaneando todo mi rostro, como si toda esta situación fuera algo irreal. Trago saliva.

—¿Ah? —Sigue impactada. Estoy por decirle algo, pero alguien más interrumpe.

—Pero ¿¡qué haces, maldito feto!? —Sentí que se acercaba, iba a levantar la mirada para ver a la rubia, pero siento como me jalan por los brazos, con fuerza, con una fuerza sorprendente que me hace perder el equilibrio y, como me jalan de los brazos, me hacen soltar a Anderson, ella cae al suelo en un golpe seco y yo la sigo. Alcanzo a poner mis manos sobre el suelo, a los costados de la cabeza de la chica que está en el piso, impidiendo golpearme la cara.

Siento el corazón en la garganta por el susto que me acabo de pegar, sin embargo, me quedo tieso cuando veo a Anderson debajo de mí, sosteniendo su cabeza con una expresión de dolor.

—¡Alyn...! —La rubia chilla, preocupada, me incorporo y la tomo del brazo, con fuerza, mirándola de la misma manera.

—¿Eres estúpida? —La solté bruscamente y me devolví para mirar a la chica debajo de mí —Ey, ¿estas bien? —Me siento asqueado de escuchar el tono suave en mi voz, dejo de pensar en eso cuando ella no responde, solo suelta jadeos de dolor mientras sus manos siguen tomando su cabeza, me preocupé —Alyn, oye...

—¡Alyn! ¿¡Estas bien, quieres que vaya por algo, qué debo h...!?

—¡Cállate de una vez! —Me devolví a gritarle, las demás personas a nuestro alrededor comienzan a caminar más lento para observar toda la escena. Tomé las manos de Anderson para quitarlas de su cabeza y así poder verle el rostro, tenía los ojos cerrados con fuerza —¿Me escuchas?

Solo asintió.

—Estoy bien... —Susurra.

—Busca a alguien... —Le digo a Celestine. Anderson niega con la cabeza —Esta bien.

Su mano apretó la mía

—Abre los ojos, mírame —Le digo, cuando lo hace, sus ojos conectan con los míos y los veo llorosos.

—Q-quiero ponerme de pie —Me dice.

—Prefiero que te quedes así hasta que alguien venga, te golpeaste la cabeza.

—Jungkook...

—No insistas, Alyn —Le advertí, volví a tomar con más fuerza sus manos —Quédate así, estarás bien. Todo... todo estará bien, solo quédate así.

Sus ojos llorosos me observaron e intenté sonreírle para calmarla, justo en ese momento llegó Celestine con maestros y la enfermera de la escuela, quienes rápidamente me pidieron alejarme de Anderson para poder ver cómo estaba.















El señor Cedric acababa de salir de la enfermería, me saludó antes de ir a la oficina para hablar con los maestros. Me tomé el atrevimiento de entrar a la enfermería, ella estaba sentada en una silla, con la cabeza agachada.

—Oye... —Llamé su atención —¿Cómo te sientes? —Me acerqué a ella, sentándome en la silla que estaba delante.

—Estoy bien. No fue algo grave, pero la enfermera dijo que es mejor que descanse estos días, puede que esté somnolienta. Creo que se me hará un chichón —Explicó —¿Dónde está Cele?

—No se ha despegado de la puerta, le dije si quería entrar, pero no quiso, seguro que se siente culpable —Recosté mi espalda a la silla —También me siento culpable, no debí estar allí de pie, lo lamento.

—No lo entiendo aún.

—¿Qué cosa?

—¿Qué hacías detrás de nosotras? ¿estabas espiando? —Vamos, había mejores cosas que hacer que espiar a estas dos niñitas.

—¿Qué? Claro que no.

—¿Entonces?

—Iba pedirte algo, pero no importa ya —Preferí desviar mi mirada de la suya, la cual solo gritaba curiosidad.

—¿Qué era, por qué ya no importa?

—Tienes que descansar, sufrir un golpe en la cabeza puede ser peligroso —La vi quejarse por lo que había dicho —Es como es.

—Bueno, pero puedes decirme, anda —Sus ojos me enfocaron con insistencia.

—Olvídalo —Dije, desviando la mirada.

—Jungkook...

Negué con la cabeza.

—Jungkook —Su tono fue de advertencia.

—Como sea —Rodee los ojos, volteando a verla —Mis papás hablaron con mi psicóloga, le hablaron sobre ti, no sé qué rayos le dijeron, pero mi psicóloga cree que deberíamos salir más, cree que podrías ayudarme con mi progreso o algo así —Hablé, sin hacer mucho contacto visual —Pero, lo mejor es que descans...

—¡Eso es una grandiosa idea! —Exclamó, sin dejarme terminar.

—Anderson. No, tienes que descansar y...

—Podemos ir a la sala de juegos, no, ya fuimos ahí —Ni siquiera me estaba poniendo atención, me miró, emocionada —¡Ya sé! Podemos ir a ver alguna película nueva al cine...

De acuerdo, eso me gustaba, pero no podíamos, lo más sensato después de su golpe en la cabeza, era que ella se quedara en casa, descansando, o mejor aún, que la llevaran al doctor para descartar cualquier cosa.

Ella siguió haciendo planes, con una emoción desbordante que por poco me la contagia, pero no, no debía ceder

Tomé sus manos entre las mías, capturando su atención de manera instantánea, sus ojos volvieron a pegarse a los míos y su boca se cerró, por completo.


—No vamos a ir a ningún lado —Iba a rechistar, pero fui más rápido —Y no insistas, no voy a cambiar de opinión.

Solté sus manos, mientras ella me miraba molesta. Yo la observé con atención, tenía sus cejas fruncidas y su labio inferior sobresalía un poco.

—No me mires así, bichito. No me provocas nada con esa mirada, no me convencerás, lo que vas a ocasionar es que quiera aplastarte con mi zapato —Me reí por su expresión de indignación.

Dejé de reír y solo me quedé viéndola, con una sonrisa suave.

¿Qué era aquello que busqué con tanta desesperación al herirla?

Comenzaba a pensar que nunca tuve una razón, puede que ni siquiera lo supiera, puede que nunca tuve una razón buena para hacerlo, puede que... no sé. No podía comprenderlo en la actualidad, trato de recordar por qué... ¿por qué lo hice, cuál era mi verdadera razón? ¿realmente tuve una o solo, sencillamente, en verdad yo tenía el alma podrida?

Porque verla sentada frente a mí, viéndose tan pequeña y desprotegida, solo me provocaba la sensación de que necesitaba a alguien quien le cubriera la espalda, pero yo todo este tiempo hice lo contrario, y no logro recordar la razón.

Fui inmaduro y estúpido.

Habían pasado minutos en donde solo se escuchaba el ruido exterior, sus ojos estaban quietos sobre los míos, de igual manera, yo.

¿Y si... y si la razón fue...?


—¡Ya no seguiré escapando de mi responsabilidad! —La puerta se abrió por la idiota de Celestine, quien respiraba de manera exagerada, nos observó a ambos y caminó hasta nosotros, me tomó de la camisa, tiró de ella y me sacó de un jalón de la silla para ella sentarse en mi lugar.

Me quedé de pie, a algunos pasos de la puerta, tratando de darles espacio.

—Alyn... —Su voz fue suave y melosa. La vi tomar las manos de su amiga para mirarla a la cara —Yo en serio, lamento, lamento mucho, mucho haber hecho lo que hice. El tipo te estaba sosteniendo y yo solo... no me gusta que te toque, lo último que quiero es que te lastimes, no sé qué haría sin ti...

—Fallar en todas tus clases... —Agregué, sin poder evitarlo. Ambas me miraron, me encogí de hombros y sellé mis labios.

—No pidas disculpas, solo fue un accidente. Además, estoy bien... —Anderson trató de aminorar la culpa de su amiga. Bueno, seguía viva, pero a mí me seguía molestando la tontería de su amiga.

¿Qué no quería que la tocara? ¿por qué, tengo gérmenes o qué? no es como si le fuera a hacer algo a la bicho. Es estúpido...

Ellas siguieron hablando ya más animadamente, se veía que no pensaban dejar la conversación y yo no tenía ganas de entrometerme en sus cosas de chicas, así que caminé a la puerta y la abrí de manera sigilosa, tenía la intención de irme sin avisar, pero antes de salir por la puerta, mis ojos se toparon con los de Anderson.

Nos quedamos de esa forma unos segundos, le sonreí y cerré la puerta.

Ser así de cercano con ella, tener esa clase de comportamiento con ella, me seguía pareciendo extraño, pero creo que... comenzaba a agradarme.















El miércoles parecía ser uno de esos días en donde el clima está lo mejor que puede. Parecía que el día iría bien...

—Hace un buen clima hoy, ¿no? —Sara, mi psicóloga, habló, después de estar unos segundos tecleando en su computador. La miré por primera vez desde que llegué, hice una mueca, tratando de sonreír —¿No te pone de buen humor los días así?

Me encogí de hombros, sin mucho interés en el tema del jodido clima.

—Me parece bastante común, si soy sincero, no suelo ponerle mucha atención a ese tipo de cosas —Fui sincero, normalmente no tomaba mucho en cuenta ese tipo de detalles.

—Deberías poner más atención a los pequeños detalles, a veces pueden ser grandes oportunidades —Ahí tenía, lo que yo veía como una nueva lección. Sara se acomodó mejor en su silla, dándome a entender que la sesión estaba por dar inicio, así fue. Empezó por la típica pregunta —¿Cómo está yendo tu semana? ¿Algo que quieras compartir?

—Está yendo bien —Dije, pensando en si decirle sobre lo del incidente con Anderson —Ayer pasé todo el día intentando encontrar el momento adecuado para preguntarle a Anderson sobre su grandiosa idea.

—Que bien, ¿qué dijo?

—Todo acabó en desastre, ella sufrió de un golpe en la cabeza, no fue solo mi culpa, pero me sentí mal. En realidad, yo me sentí... me sentí enojado con su amiga, y yo... —Cerré mi boca, captando lo que estaba por decir, fruncí mi ceño, tratando de encontrarle la lógica a mis pensamientos, mordí mi labio —Y yo...

—¿Y tú qué, Jungkook? —La mirada que ella me lanzó me hizo saber que sabía lo que yo estaba por decir.

—Y yo me sentí extraño.

—¿Extraño, esa era la palabra que querías usar?

—El corazón me latía rápido, como cuando estas asustado —Ignoré su pregunta —En corea, siendo niño, era común que regresara por mi cuenta a casa después de la escuela, cruzaba calles y tomaba autobús solo. Me acuerdo que en una ocasión me encontré con un cachorro en medio de la calle, me preocupé, necesitaba a alguien que lo calmara, por eso me devolví por él, aun cuando faltaba poco para que el tráfico avanzara... tenía miedo yo también, pero aun así me devolví por él —Susurré —Así me sentí ayer, yo estaba inquieto, pero sabía que ella tenía miedo, por eso me quedé.

—Estabas preocupado, ¿no?

Fruncí el ceño.

—Ah... yo, no... —Expresé.

—Es lo que estabas por decir tú antes, ¿o me equivoco?

¿Preocupación? ¿ella estaba diciendo que yo me había preocupado por Anderson? no era posible, no... yo...

Solté una fuerte carcajada, mirándola, lleno de diversión.

—Te equivocas.

—Estabas asustado, pero no por ti, estabas asustado por ella. Te sentiste preocupado por aquel cachorro solo en medio de la calle, te devolviste a pesar de que podría resultar peligroso, le diste tranquilidad. Lo mismo con Anderson, estabas preocupado por ella —Negué con la cabeza, intentando asimilar sus palabras —Jungkook, intentaste darle seguridad a esa chica, estabas preocupado por ella.

Me puse de pie al instante, como si tuviera resortes en el culo. La observé con el corazón en la garganta, los ojos bien abiertos.

—No es... así.

Me vinieron recuerdos, recuerdos en donde yo me preocupaba por Eun, todas esas veces en donde no contestaba ninguno de mis mensajes, cuando me decía entre llanto que su dinero no le alcanzaba. Cuando comencé a trabajar por ella, para ayudarla con el dinero, solo para que ella se lo gastara con ese tipo, yo me rompía la espalda para apoyarla y ella solo... ella solo me engañó.

Apreté mis puños, mi mandíbula se tensó ante esos recuerdos amargos y dolorosos. Me quemaba, me quemaba saber que podía llegar a sentir preocupación por alguien, por alguien más, no podía, no cuando estaba decidido a no volver a sentir ninguna de las emociones que me había provocado Ji Eun, no podía volver a sentirme así de débil.


—No... —Sara se puso de pie, observándome con insistencia, con cuidado. Ella sabía que en cualquier momento yo podría explotar.

—Jungkook, relájate, respi...

—¡Tú no lo entiendes! —Alcé la voz, señalándola, ella se mantuvo neutra —¡No eres capaz de entenderme, no importa cuánto lo intentes, no puedes, no tienes ni puta idea de cómo me siento! —Mi garganta dolió, llevé mis manos a mis cabellos —No sabes lo que dices, tú no sabes cuánto me preocupé por ella, todo lo que hice por ella, todo lo que dejé por ella, las cosas que hice... no comprendes lo mucho que me mató saber que nunca le importó nada de mí, no le importó lo mucho que yo la quería. N-no sabes lo mucho que me dolió saber que nunca le importó cómo me sentía. N-no lo entiendes...

De nuevo estaba llorando, en esa habitación de cuatro paredes, con mi psicóloga. Una vez más lloraba debido a Eun, me dolía haberme perdido tanto por ella, porque no lo merecía, no me merecía.

Volví a sentarme porque sentía que perdería fuerzas en cualquier momento, bajé la cabeza, viendo como mis lágrimas alcanzaban el suelo. Escuché a Sara sentarse.


—Tienes razón, no es sencillo entender algo cuando no has estado ahí, pero sé cómo ayudarte a superarlo, tengo las herramientas que te ayudaran a ello. No merecías por lo que pasaste, Jungkook. Eres demasiado joven para esto, muy joven para sentir la necesidad de evadir cualquier emoción esencial para protegerte. Eres muy joven como para renunciar al amor, al cariño.

Nos quedamos en silencio un segundo, antes de que ella volviera a hablar.

—Los buenos amigos se preocupan por sus amistades —Levanté la vista para toparme con su sonrisa suave —Eres un gran chico que necesita volver a creer. Tienes un buen corazón, Jungkook, solo te falta verlo y dejarlo serlo. Eres un buen amigo, Jeon Jungkook, mereces volver a confiar, mereces volver a amar, y mereces dejar que te amen de nuevo. Que te amen en verdad y bien.

Después de ese momento de tensión, estuvimos hablando de cualquier cosa que pudiera distraerme, me hizo escribir en papel cosas que yo pensaba que podría haber hecho mejor durante la semana. Siendo sincero, en todo lo que quedó de la sesión, no pude dejar de pensar en lo que ella había dicho.

Tenía miedo. Esa era la verdad, tenía miedo de sentir esas emociones de nuevo, esas emociones que sentí con Eun, tenía miedo de volver a ser herido de esa forma. Tenía miedo de ser herido y que esta vez no haya forma de salir de eso, que esta vez no pueda hacerlo.

Estaba asustado porque no quería perderme.


—¿Sí? —Dije.

—Dije que ya hemos terminado por hoy, ¿quieres agregar algo más?

—No... —Suspiré, tallando mis manos sobre mis muslos.

—Entonces te veo en la próxima cita, ¿está bien? —Asentí y me puse de pie cuando ella lo hizo.

—Nos vemos —Caminé a la puerta, sin decir nada más, pero me detuve antes de salir, volteando a verla —Espero tenga razón.

—¿Sobre qué?

—Sobre ser un buen amigo.




╔═══════☆♡☆═══════╗





★彡[ᴀʟʏɴ.




Había la posibilidad de que no haya pensado bien las cosas antes de actuar, pero ¿Qué podía hacer ahora cuando ya me encontraba en camino a nuestro destino? Era muy tarde para echarse para atrás.

No tenía idea de cómo iba a convencerlo porque él me había sentenciado a su rotundo no, aunque la verdad era que yo nunca lo acepté. Jungkook necesitaba de amigos de su edad, quienes lo sacaran de esos pensamientos que tenía, gracias a un ser grotesco.

Él tenía que ser libre de expresarse como más lo deseara, y yo quería ayudarlo a hacerlo.

Me bajé del carro del papá de Troy, había venido a la casa de Jungkook gracias a Troy y Celestine.


—No termino de entender qué hago aquí, sabes que lo detesto... —Mi amiga se cruzó de brazos y se recostó a la puerta del carro —Ve, convéncelo porque al menos tiene que valer la pena el haber venido hasta acá.

Le sonreí, tanto a ella como a su novio que me alentaba desde el interior del vehículo, con eso, fui hasta la puerta de entrada de la casa de los Jeon.

Solo tuve que tocar un par de veces para que la puerta fuera abierta por la mujer de la casa, quien sonrió enormemente al verme de pie, delante de su casa. Esa sonrisa era parecida a la del chico que solía robarme el aliento.


—Hola... —La saludé —¿Cómo ha estado, señora Yon?

—He estado bien, linda. ¿Y tú? Ya tenía un tiempito que no venías a casa —Su inglés había mejorado bastante.

—He estado bien, un poco ocupada con la escuela. Yo venía a ver a Jungkook, ¿él se encuentra en casa?

—Por supuesto que se encuentra, ese vago ya no sale para nada, le diré que estas aquí —Desapareció de la puerta, yo me preparé mentalmente para volver a verlo y para convencerlo de venir con nosotros.

Pronto lo vi aparecer por la puerta.

Jimsin-eulo eolmana jjajeungnaneunji... (En serio, que molesto) —Se quedó en silencio cuando me vio fuera de su casa, frunció su ceño —¿Qué demonios haces aquí, Anderson?

Era el momento de la verdad.

Aclaré mi garganta, se veía hermoso y tenía miedo de que mi voz fuera a cortarse.


—He venido a secuestrarte... —Intenté que el tono de mi voz fuera determinante.

Me miró como si el golpe me hubiera dejado tonta.

—Deja de decir estupideces y vuelve a casa... —Sentenció, con intenciones de darse la vuelta y volver dentro de su casa, antes de que pasara, tomé su mano.

—Ya estamos aquí, Jungkook —Bajó su mirada a mi agarre en su mano. Lo solté.

—¿Estamos? —Repitió. Lo vi llevar la vista detrás de mí, en donde se encontraban mis dos amigos. Bufó y regresó su mirada a la mía —Te había dicho que no, Anderson.

—Yo nunca acepté esa respuesta —Su mirada comenzaba a hacerme flaquear, así que, sintiéndome avergonzada y nerviosa, coloqué mis brazos en jarra y hablé —Así que mueve tu trasero y sube ahora al carro.

¡Yeojachingulang gaseyo! (Ve con tu novia) —La señora Yon gritó desde el interior de la casa, no supe que decía, pero debía ser algo gracioso porque Jungkook gruñó.

—Omma, se supone que debiste haberte ido desde hace rato —Se quejó el joven asiático, volvió a mirarme. Mordió su labio, indeciso, todo sin dejar de mirarme —Espera aquí.

Volvió dentro de su casa. Me di la vuelta para mirar a mi amiga, alcé ambos de mis pulgares para hacerle saber que, posiblemente, Jungkook había aceptado.

Después de cuatro minutos, que se sintieron eternos, el mencionado salía de su casa con una muda de ropa distinta, lo vi cerrar la puerta de su casa.


—Espero que por lo menos vayamos a un buen lugar... —Comentó él, cuando estuvo frente a nosotros.

—Te aseguro que será mucho mejor que los lugares a los que ibas junto a tu... —Tomé el brazo de mi amiga, haciéndole saber que era momento de que cerrará la bocota.

Jungkook la miró como si quisiera comenzar a insultarla en todos los idiomas existentes, por eso intervine antes de que todo esto se arruinara.

—¡Tenemos que irnos! —Observé a Troy, intentando pedir ayuda de su parte, lo comprendió al instante y arrastró a su novia hasta el carro.

Le sonreí a Jungkook antes de ingresar a la parte trasera de nuestro vehículo.

Troy manejaba, Cele iba de copiloto y Jungkook y yo íbamos en la parte de atrás. Lo notaba pensativo, estaba viendo por la ventana, muy perdido en sus pensamientos, quería traerlo de regreso y hacerlo sentir más cómodo con nosotros.

—¿Qué ponemos, la radio?

—Puedes poner Taylor...

—¡Ay! Tú siempre con lo mismo, ¿cuál sería esta vez, eh? —Me quedé pensando, había tantas que no era sencillo elegir una sola en este momento —Decidiré yo.

Confié en ella y volví a recostarme en mi lugar, a esperar a escuchar la elección de mi mejor amiga. Love Story, esa había sido su elección, me gustaba.

Observé al chico a mi lado, quien ya estaba atento a lo que estaba sucediendo dentro del carro.


"Romeo, take me somewhere we can be alone..."


Me sentía en esa típica escena cursi de las películas cuando los protagonistas van dentro de un carro, cantando canciones cursis. Era divertido como mis amigos habían terminado por aprenderse mis canciones favoritas. Jungkook nos miraba entre divertido y confundido, podía ver sus dientes de conejito asomarse entre sus labios.

Un par de minutos después, bajábamos del auto de Troy. Venimos al Mall de Gastonia, un poquito más lejos de casa, pero solía ser al que veníamos cuando Cele y yo éramos más pequeñas.

Me sorprendió no escuchar quejas de Jungkook por el lugar a donde lo habíamos arrastrado, por el contrario, parecía estar cómodo, hasta podría decir que le había gustado.


—¿Te gusta este mall? —Me acerqué a preguntarle, colocándome a su lado.

—Tengo un par de buenos recuerdos aquí —Sonrió, mirando el gran edificio frente a nosotros, como si estuviera recordando alguno de esos buenos momentos.


















⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇ ⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇

⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇ ⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇



















★彡[ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ.




Ella reía de una manera tan natural. Ellos se reían tan inherente. Y yo aquí, sin ser capaz de emitir algún sonido que se les pareciera a los suyos. Yo era seco, solitario y roto...

—¿Debería ir por más soda? —Se preguntó a si mismo Troy, mientras movía en círculos su vaso, haciendo sonar los trozos de hielo dentro del mismo.

—Sí, por ahí aprovechas a traerme un poco más a mí —Su novia le entregó su vaso ya vacío, el chico se levantó y se fue a llenar los vasos.

Anderson, quien estaba a mi lado, bebiendo de su soda, pronto ese sonido bastante conocido que provocaba el sorbete cuando ya no había nada que absorber, se escuchó. Ella levantó la mirada para mirarnos, yo había sido el único que se había dado cuenta de lo sucedido, Celestine estaba concentrada en su novio a unos metros de nuestra mesa.

Sonreí.

Anderson carraspeó y dejó su vaso sobre la mesa, recostando su espalda en la silla, con un puchero en los labios.


—¿Quieres más? —Le pregunté, señalando su vaso.

Me miró y había esperanza en sus ojos.

—Ah, sí...

Tomé el vaso, bajo su atenta mirada.

—Entonces ve por más... —Le entregué el vaso, ella me miró, seria.

Sus comisuras bajaron un poco, se levantó y se fue con Troy. La seguí con la mirada, manteniendo en mi rostro una sonrisa malvada.

—¿Alguna vez te han dicho que eres una escoria? —Después de todo el tiempo que llevábamos aquí, la rubia por fin decidía dirigirme la palabra a mí.

La observé, relajado.

—Vaya, yo pensé que no sabías hablar.

—No sé hablar con personas idiotas.

—Eso explica varias cosas —Seguí burlándome de ella.

Dejó su celular sobre la mesa y se inclinó un poco sobre esta, como si buscara intimidarme, claro que no lo logró.

—Eres un desgraciado con Alyn, ¿te das cuenta? —Fruncí mi ceño, ella siguió hablando —Claro que lo sabes, has sido así desde siempre. Idiota fui al pensar que podías ser un poco más amable con ella después de todo lo que hace por ti.

—¿Q...

—¿Eres consciente que nadie de nosotros queríamos venir? —Entrecerró los ojos.

—No entiendo.

—Troy iba a trabajar, yo tenía planes familiares y Alyn escapó de casa solo para suplicarle a Troy manejar para traerte aquí y que te la pasaras bien. Yo sé bien que no te importa y debes de pensar que es nuestro problema porque tú no pediste nada de esto, pero, ¿no puedes ser un poco más agradecido? —No dije nada —Le pediste ser amigos, pero te avergüenzas de estar con ella, apenas le hablas en la escuela y continúas tratándola como la mierda cuando ella siempre ha sido amable, atenta y una buena amiga, te diré algo, Jeon Jungkook; nunca, escucha bien, nunca vas a encontrar a una amiga como ella. Jamás.

¿Había sido humillado y señalado? Sí, era seguro. No podía comprender cómo me sentía ahora.

Celestine me observó con ese odio de siempre y dejó de prestarme atención para volver su interés a su celular. Yo llevé mi vista a los dos que reían a unos metros de nosotros, no sé de qué. Vi a Troy tomar el vaso de la pelinegra, entre risas, señalaba los distintos tipos de sodas, dándole a elegir a Anderson, cuando pareció decidirse, el chico comenzó a llenar el vaso, le colocó la tapa y el sorbete, se lo dio a la chica. Anderson lo probó y levantó la cabeza para mirar a su acompañante, con una sonrisa infantil pegada en la cara, el idiota le desordenó los cabellos, con cariño.

¿Qué tanto hacían? Solo era llenar los malditos vasos y volver.


—Volvimos —Ambos se anunciaron cuando volvieron a tomar sus respectivos lugares en nuestra mesa.

Bufé, con ironía.

—Parecía que se iban a quedar a vivir allá.

Anderson se encogió de hombros y siguió bebiendo de su soda.

"Nunca vas a encontrar a una amiga como ella. Jamás"



La siguiente media hora nos la pasamos yendo de tienda en tienda, ellos hacían desorden a donde quiera que iban, más que nada la pareja, Anderson solo se reía y de vez en cuando se unía. Correteaban por todo el mall, chocando con personas, viéndose como niños de kínder descontrolados. Yo cargaba con sus bolsas, quedándome un poco atrás, en ocasiones fingiendo no conocerlos, por momentos, la mirada se me escapaba a Anderson cada que se reía, verla reír sin preocupaciones me llamaba la atención, yo también quería hacer eso, ser más libre...

En un momento de ataque de risa por parte de ellos, ella volteó a verme, cuando se dio cuenta que la miraba, correteó hasta llegar a mí, pude ver inseguridad en su mirada antes de tomar mi mano y hacerme correr junto a ellos, por todo el jodido mall. Se estaban riendo aun, yo intentaba seguirles el ritmo, no era sencillo correr con bolsas en los brazos. Mi rostro ardió cuando las personas nos miraban como si estuviéramos locos, pero no me detuve.

Seguí dejándome ser guiado por la chica que sonreía como si el mundo, como si nadie, como si yo nunca hubiera hecho su vida un infierno.

En algún momento me uní a las carcajadas, la garganta me dolió, tenía tanto tiempo que no reía hasta tener dolor en el estómago, hasta que lágrimas se me escaparan de los ojos, hasta que me dolieran los músculos del rostro. Dejé de ser arrastrado por ella, a tomar con más seguridad su mano y correr a su costado.

Corrimos sin detenernos, como si escapáramos, o... como si sencillamente corriéramos alrededor de aquellos quienes nos señalaban, sin importarnos nada. Corrimos y corrimos hasta que nuestras piernas ya no pudieron más y tuvimos que ir bajando la velocidad hasta detenernos. Solté su mano para llevarlas a mis rodillas, intentando recuperar el aliento, igual que ella.

La miré, con la respiración aun hecha mierda y nos reímos.

Las bolsas estaban en el suelo, los otros dos no estaban por ningún lado.


—¿S-se quedaron atrás? —Apenas pudo formular la pregunta.

—Creo. Son muy lentos —Me burlé.

Mi garganta rogaba por agua. A un lado de nosotros había una máquina expendedora de bebidas. Dos dólares fueron suficientes para conseguir dos Sprite, volví a ella y le entregué la lata, ya abierta.

Gamsahabnida (Gracias) —Pronunció ella, la miré sorprendido. Apartó la mirada cuando sus mejillas se calentaron, me reí.

—¿Y eso, has estado practicando?

—Usé traductor.

—Ah... ¿por mí? —Alcé ambas cejas repetidas veces, sugerentemente.

—Eres el único coreano que conozco —Se quejó.

Salangseuleoun jag-eun beolle... (Pequeño bichito encantador) —Hablé, entre dientes, mientras golpeaba su frente.

Me miró como si fuera de otro mundo.

—Que bien suena.

Me reí.

—¿Qué significa? —Preguntó.

—Búscalo en tu traductor —Comenté, dejándola atrás.

Escuché un par de quejas más para que le dijera, pero la ignoré, acomodando las bolsas en mis brazos.

 —Mueve esas piernitas y busquemos a tus amigos.

—¡Dímelo! —Volvió a chillar, yo sonreí.


Yeppeun.















★彡[ᴀʟʏɴ.




—¡Maldita sea! —Bramé, tirando lejos mi celular.

—¿Qué rayos andas diciendo, niña? —Observé con un puchero a mi papá.

—Aun no sé qué dijo Jungkook hace unos días.

Había querido saberlo tanto, presiento que se había burlado de mí, estaba cien por ciento segura de ello. Había fallado tanto en encontrar algo que sonara como lo que había dicho él.

—Deja de estar de loca y vayamos a lavar las cobijas a la lavandería. Necesitas lavar la tuya de cerditos, esos cerdos dejaron de ser rosados hace mucho tiempo, eres una cochina, ¿Qué pensaría Jungkook al saber que eres una sucia que no lava su cobija y que, peor aún, duerme con ella estando cochina?

Me quejé. No era cierto.

—Pa, eso, eso no viene al caso, ni siquiera es verdad, más vale que no le digas eso cada que venga a casa —Le advertí.

—Ah, eso quiere decir que vendrá más veces, muchas más —Su mirada era traviesa.

—Papá...

—¿Deberíamos volver a hablar sobre qué pasa cuando el cuerpo de una niña y un niño se juntan si prote...? —Oh dios. No.

Mi rostro enrojeció tan fuerte y deprisa que sentí que mi cuello también lo hacía, incluso mis orejas, mis manos sudaron y mi corazón se fue de viaje.

—¡No, claro que no! —Grité, completamente abochornada.

¿Por qué a mí?

Imaginar al chico sin camisa o cualquier prenda de ropa fuera de su cuerpo, no ayudó a mi condición, peor aún, imaginarlo así, cerca de mí, imaginarme así a mí cerca de él, llevó a mi sonrojo a niveles que solo los volcanes alcanzaban.

Me obligué a sacar esos pensamientos de mi mente.


—Papá. Jungkook es solo un amigo —Murmuré, dándome aire con las manos.

—Un amigo que te gusta, mucho —Mi sonrojo no iba a parar ahora, el mayor se acomodó mejor en el sofá y me miró, intensamente —Créeme, cuando estamos enamorados, somos un costal de pura espontaneidad, sentimientos y deseos, muchos deseos, solemos olvidar pensar con el cerebro, para terminar, pensando con el corazón y algo más.

 Cubrí mi rostro con mis manos.

—Tu madre y y...

Me levanté de golpe y tapé su boca con mis manos.

—Jungkook está enamorado de otra persona, y yo no quiero, no deseo hacer absolutamente nada de eso... —Corrí escaleras arriba, escapando por fin de esa tortura.

Me encerré dentro de mi habitación, me sentía avergonzada de todo. Claro que me gustaba Jungkook, lo quería mucho, puede que el querer se haya transformado en amar desde hace mucho. Amaba a Jungkook a pesar de la escasa empatía que había tenido conmigo durante todo este tiempo, no afirmaba que estaba bien, no estaba bien querer a alguien que te había herido tanto, no era justo ni correcto, eso era capaz de entenderlo, pero yo era tonta, era estúpida por seguirlo queriendo, pero, ¿era realmente culpa suya, por entero? Dicen que nadie es realmente capaz de dañarnos, solo si nosotros lo permitimos, si lo pensamos bien, eso es una tontería, un poco. Pero, a veces es más importante lo que uno piense de sí mismo, depende mucho porque a partir de ahí es como creemos que merecemos ser tratados por los demás. Si yo no hubiera creído que me merecía un poco ese sufrimiento, si yo no hubiera pensado que, tal vez, no era un monstruo, ¿habría permitido todo ese maltrato de parte de él?

Quizás todo parte del amor propio. O la falta de él. Puede que solo es el amor ciego tratando y queriendo justificar el mal trato de alguien a quien amamos.

"Es porque eres muy joven", pueden llegar a decir, muchas veces he escuchado a gente decirme que no sé cosas porque soy muy joven y los jóvenes no sabemos bien cuando es suficiente, cuando es que es suficiente porque tratamos de fingir que logramos soportar, todo por el incesante intento de revelarlos contra el mundo y sus prejuicios. Puede que sí, soy muy joven para saber lo que en verdad significa y es estar enamorado, puede que sea muy joven para comprenderlo, para comprender el daño que puede causar amar a alguien que no es correcto, puede que sí. Ser joven en este mundo actual es muy difícil, es complicado amar en la actualidad, es difícil ser amado hoy en día, ya no es como antes, aunque no estuve ahí.

Es complicado amar. Solo algo tan fuerte como el amor, puede provocar un dolor como este.



Este domingo de un noviembre levemente fresco, fue bastante aburrido. Papá y yo fuimos a Taco Bell porque teníamos flojera de cocinar. Hice trabajos pendientes de la escuela y después de que estuve libre, solo me entretuve con Tiktok, el cual ya era muy famoso y muy adictivo.

El día transcurre de la misma manera, hasta que llega el lunes por la mañana.

Salgo de casa con mi mochila sobre mi espalda, las mañanas comienzan a ser mucho más frescas, casi frías, es noviembre, falta un mes para diciembre, después de eso tendremos unas cuantas semanas de vacaciones antes de pasar al segundo semestre.

Me puse un suéter negro, bastante calientito. Mi autobús pasa exactamente a las ocho con cinco minutos, a veces seis, pero siempre salgo unos cuantos minutos antes, por si acaso.

Debí estar en la parada por más de tres minutos, el aire fresco de la mañana comenzaba a entumirme los dedos de las manos, hasta que a lo lejos veo como el transporte amarillo se acerca, se detiene a unos pasos de mí, las puertas se abren y yo me acerco para subir.


—Buenos días... —Me saluda la conductora, al momento de subir.

—Buenos días —Le sonrío y rápidamente busco un lugar en donde sentarme, lo hago rápido porque la conductora tiene que esperar a que esté sentada para poder arrancar. Cuando encuentro un lugar, no dudo en sentarme, mirando a mis costados.

Por poco vomito lo poco que desayuné antes de salir de casa cuando veo a cierto asiático a mi costado, sentado en los asientos que están a mi lado. La mañana es nublaba y el sol está cubierto por las nubes, así que todo sigue oscuro, por eso la luz de su celular logró iluminar con mayor esmero su rostro, resaltando más su cicatriz.

Con lentitud dejo mi mochila en mis muslos, mientras sigo mirándolo lucir tan pacífico y hermoso.

En el camino, pasamos a recoger a otro par de alumnos más. No demoramos mucho, a eso de las ocho con dieciséis minutos, llegamos a la High School, todos están ansiosos porque la conductora aparque en la puerta trasera de la escuela, todos están ansiosos por bajar, como si ya ansiaran estar dentro de la escuela, el bus se detiene y las puertas se abren, todos se levantan, incluyéndome, y comienzan a bajar uno por uno.

Cuando intento colocarme de lado para caminar por el estrecho pasillo del bus, me encuentro con la oscura y penetrante mirada de Jungkook. Todo está a punto de detenerse, mis manos sudan y mi corazón corre lejos, no demoramos mucho de esa forma porque hay gente detrás de nosotros que esperan salir. Camino por el pasillo hasta que estoy fuera del transporte, caminando a la entrada, en donde tenemos que pasar por revisión de mochilas.

No pude despedirme de la conductora, todo por salir huyendo.

Después de que me entregan mi mochila, camino por el pasillo solitario, los pasillos suelen estar llenos, pero a esta hora nadie desea hablar mucho, salvo por aquellos que son irritantes.


—Ey, Converse... —Escucho que dicen, me doy la vuelta para mirar, lo veo de pie, detrás de mí, sonriendo con esa sonrisa que grita peligro, como siempre. Con esos aretes colgando de sus orejas rosadas debido al fresco de la mañana.

Bajo mi mirada a mis zapatos, regreso la vista a él cuando vuelve a hablar.

—O, mejor dicho, bichito... —Murmura sobre mi rostro, se aleja de nuevo, con esa sonrisa malvada y... y tan atractiva.

—Déjame en paz por las mañanas, ¿quieres? —Le recrimino, la verdad es que deseo que se vuelva a acercar para poner al límite mi cordura.

Ah, a veces es tan complicado enfrentarme a sus ojos.

—¿Estas de mal humor hoy, tan temprano? —Cuestiona, pero sé que se está burlando —Ya sé que te hará sentir mejor —Rebusca algo en su mochila, cuando lo encuentra, lo saca y me lo entrega —Mi tarea —Chilla, lo suficientemente alto como para que lo escuche, pero no lo suficientemente fuerte como para llamar la atención de los demás —Anda, revisa.

Es aquel diario que le había dado, pensé que ya no lo usaba. Lo miro mal antes de buscar la última página. Tiene la fecha de ayer...


"No paro de pensar que esto sigue siendo una pérdida de tiempo, pero lo sigo haciendo porque es interesante leerlo después. También porque es una buena forma de aprovechar un segundo del día.

¿Qué debería escribir? Ah... me parece gracioso escuchar a Anderson hablar coreano, definitivamente tiene que recibir clases urgentes, es terrible, pero no puedo burlarme, yo sigo aprendiendo inglés, a veces. El inglés sigue siendo una patada en el trasero para mí...

Si quiere seguir aprendiendo coreano, quizás, solo quizás, podría ayudarle en algo...

Es satisfactorio ver esas expresiones de frustración por saber qué mierdas estoy diciendo. Eres extraña, Anderson. Prácticamente eres la chica más extraña y fácil de molestar que he podido conocer en toda mi vida, te prometo que seguiré haciéndolo.

Pero creo que la irritante tenía razón, es complicado por..."


No podía leer lo demás, estaba rallado a tal punto que era inentendible, lo miré, con un puchero.

—No puedo leer lo demás —Le enseñé.

Me quitó la libreta de un jalón y la metió de nuevo a su mochila.

—Sobre eso, me equivoqué en algunas cosas, no se podía borrar y tenía flojera de empezar de nuevo —Comentó y comenzó a caminar —Vamos...


Él era el único extraño aquí.

























Finalmente tienen ese algo que Jungkook quería pedirle a Alyn en el anterior cap, pero nunca pudo JAJAAJJAJJA, preguntaron ciertas personitas si sería algo importante, no respondí porque me gustaría que ustedes respondieran ahora si creen que fue importante. 

Hubo mucho toqueteo, la pobre de Alyn se dio un buen madrazo en la cabezota jjajjajajaj y, el Jk todo paniqueado, ¿Qué piensan de eso, de su reacción, de las cosas que habló con su psicóloga? ¿De Alyn arriesgándose a llevarlo al Mall? justo al que fueron de niñas... ¿saben quienes se vieron ahí por primera vez?

¿Qué piensan de las cosas que le dice Cele a jk, los pensamientos de él después de eso? Y, gente, hoy tuvimos un avance muy importante y significativo entre nuestros niños, en la actitud de Jk... SE DEJÓ GUIAR POR ELLA, HACIENDO "RIDICULECES" EN FRENTE DE LA GENTE, SE CARCAJEO CON ELLOS, CORRIÓ POR TODO EL LUGAR COMO CHIVO LOCO Y NO FINGIÓ NO HABERLO HECHO AL FINAL... eso es un gran avance a todo esto. Las cosas que le dijo, todo.

De la nota que le enseñó a Alyn, compartiéndole algo de él. 

¿Qué piensan? jsjsjjsj

Opiniones y teorías acá.

Gracias por leer.

Maratón 05/07 (olvidé si es el número cinco, jjaajja, olvidé en cuál vamos).

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