Capítulo 19
·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙ ✩ *̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ .·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙ ✩ *̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ .
·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙ ✩ *̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ .·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙ ✩ *̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ .
—Dijo que estaban buenos... —Me deleité, recordando el momento, le había estado contando, con lujo de detalle, el cómo había cenado con Jungkook y mi papá, en casa.
—Ah, eres un caso perdido, ya no tengo las energías para salvarte —Farfulló, mirándome con agotamiento.
—¡Oye... te estoy contando algo que me hizo feliz! —Rechisté, frunciendo el ceño.
—Y estoy contenta viéndote feliz, pero no esperes que esté feliz de saber que es debido a él... —Destacó, negando con la cabeza —Tú bien sabes lo que pienso de todo esto, nunca he estado de acuerdo con que sigas estando cerca de él, no puedo obligarte a olvidarlo o a alejarte, pero... ¿comprendes el hecho de que él no está interesado de esa forma en ti? No quiero que te ilusiones, no quiero que vuelva a herirte. Sabes cómo es, aunque sueles olvidarlo, Jeon aun siente cosas por esa tipa, aunque lo neguemos, no la ha olvidado y no podemos hacer nada...
La felicidad que estaba sintiendo se fue desvaneciendo poco a poco, dejé de mirarla.
—¿Por qué siempre cuando estoy feliz, tú parecieras querer quitármela? —Cuestioné, observándola con ese sentimiento de dolor en el rostro —Yo estoy feliz cuando tú lo estas por Troy, me agrada tu chico y me agrada su relación... ¿por qué tú no puedes...?
—Sabes que es distinto,y no es que no quiera verte feliz, Alyn, sabes bien que no es así. Es solo que Jungkook no puede hacer feliz a alguien, no cuando solo está pensando en él mismo —Protestó, con un tono serio, yo no supe que decir —Tienes que recordar que él no estará contigo de esa forma, por dios, ni siquiera puede acercarse a ti como amigo, se avergüenza y alguien así no es bueno para nadie, no es justo para ti.
—Tú no sabes por qué él no puede hacerlo —La miré, enojada.
—Tú tampoco... —Dijo, entre dientes —Va a volver a lastimarte y tú seguirás queriéndolo porque no eres capaz de ver que no es bueno para ti. Que no te merece...
—Tú... es mi decisión —Y caminé lejos de ella.
—¡Alyn...! —Me llamó varias veces, pero no me devolví.
Oh... cuanto podía doler la verdad. Sabía que era cierto, Jungkook seguiría hiriéndome y yo seguiría ahí solo por el hecho de que no era capaz de alejarme, no era capaz de entender que quizás no era bueno para mí, que nunca lo sería.
★彡[ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ.
—¡Oye, Jk! —Me di la vuelta para verlo. Había salido al baño un segundo.
—¿Qué quieres? —Acomodé mi cabello hacia un lado.
—Están planeando llevar a la rarita a un lago que está a unos metros, ya sabes, para una broma, quieren que vayas... —Fruncí mi ceño —Tenemos que ser cuidadosos, la última vez estábamos muy cerca de la escuela, casi nos descubren...
—¿Qué?
—Quieren darle un remojón —Bromeó, yo lo miré, irritado —Tienes que venir...
—No quiero ir.
—¿Por qué? ¡tienes qu...? —Lo escudriñé, cuando se dio cuenta de la mirada que le estaba lanzando, dejó de hablar.
—No, no tengo.
—Tú empezaste esto —Señaló y ya no dije nada más, era cierto —Leroy dice que va a grabar.
—Hagan lo que les venga en gana... —Traté de irme, pero tomó mi brazo.
—Ya tiene mucho tiempo que dejaste de molestarla, ¿se puede saber por qué? ¿Qué ocurrió?
—Solo ya no quiero hacerlo —Contesté, me solté de su agarre y me dirigí al salón.
꧁༒☬𝓗𝓪𝓬𝓮 𝓶𝓮𝓭𝓲𝓸 𝓪ñ𝓸 𝓪𝓽𝓻á𝓼☬༒꧂
Me dedicaba a observar los movimientos de todos, tratando de ser cuidadosos pues sabían que, si alguien los descubría molestando a algún otro alumno, no sería bueno para ellos, para nadie, puede que terminarían con problemas con la escuela y sus padres, en mi caso, no era distinto, pero yo no necesitaba mover ningún dedo, los demás lo hacían por mí, dejándome la simple y sencilla acción de observar e involucrarme sin mancharme demasiado.
No pude controlar mis expresiones y se me escapó una sonrisa cuando vi caminar a ese ya tan conocido cuerpo por ese pasillo poco transitado, como de costumbre, iba con la vista en el suelo, como si todo lo interesante estuviera ahí, su cabellera, oscura, amarrada en una media cola, se dispersaba por su espalda, algunos mechones se interponían en su rostro, casi siempre evitaba cruzar miradas con todos, eso solo me hacía desear poder ver sus expresivos ojos. Iba tan distraída que ni se daba cuenta que yo la observaba ni que muchos de nosotros la mirábamos, listos para atacar, en cualquier momento.
Incontables veces me dije que era tiempo de parar, que era momento de detener todo esto, de rendirme, pero cada que estaba por dejarlo, alguien venía y me sacaba esa idea de la cabeza, haciéndome dañarla una vez más.
Un fugaz sentimiento de culpa invadió mi cuerpo cuando ella soltó un quejido de dolor al momento de caer al suelo, la miré en el piso, viéndose tan frágil y desprotegida, sentí la necesidad de detener todo y protegerla, pese a sentir ese sentimiento... ¿Cómo podría protegerla de mí mismo?
Ella, por primera vez, levantó la mirada, buscando a sus agresores, mirándolos con horror en los ojos, algunos se rieron, yo solo miraba desde lejos, con diversión en los ojos, sin meterme en el asunto, a menos que fuera necesario.
Todos pasaban a un costado de ella, sin dejar de reír, no podían hacer nada más, si la tocaban, por lo menos un mechón de cabello, tendrían problemas.
La vi ponerse de pie, mi sonrisa flaqueó cuando vi que sus manos temblaban.
Uno de los chicos se le acercó, fingiendo estar preocupado, desde donde estaba pude escuchar lo que le dijo.
—¿Creíste que te habías salvado hoy? —Le susurró, dando pasos hacia ella hasta dejarla contra los casilleros —Esta es tu vida.
Ella lo miró con los ojos llorosos, sin embargo, como siempre, ninguna lágrima rodó por sus mejillas rojas.
—Por favor... —Pidió ella, en un murmullo, mientras intentaba pasar por un costado de él.
—¿A dónde crees que vas? Todavía no termino contigo, linda —Él la tomó de un brazo, regresándola a su lugar inicial, lo vi llevar sus manos hasta el cabello de ella y apartarlo de su rostro, mientras acercaba el propio al de ella.
Me encaminé hasta ellos, y me paré a un costado de él.
—Muévete... —Fue todo lo que le dije, mirando a la chica, quien se encontraba tensa por tener al idiota tan cerca de su cara. El muchacho iba a replicar, no quería oírlo así que solo lo tomé de la camisa y lo aventé lejos, ocupé su lugar, delante de ella.
—Necesito tu ayuda con mi tarea —Dije, frunciendo el ceño al escucharme decir eso.
—P-pero, tu tarea es de otro grado... —Dijo, bajito, tan bajito que de no haber estado tan cerca, no lo habría podido escuchar.
—Pero eres inteligente, ¿no? —Levanté una ceja, observando todo su rostro con rapidez.
—Y-yo...
—Y si no, tendrás que ver cómo hacerla. Sería bueno que lo descubrieras para antes del lunes que viene, es para ese día... —Di un paso más cerca provocando que se hiciera pequeña en su lugar, llevé una de mis manos hasta su cabello para tomar un mechón de él, un mechón que se le escapaba a la cara —Si no lo tienes para ese día, tú y yo tendremos cuentas pendientes —Susurré, detallando su cicatriz, acerqué el mechón de cabello a mis labios para dejar un beso en él y después lanzar las hebras a su rostro, separándome de ella y yéndome de ahí.
Sintiendo la adrenalina de haber estado ahí, a punto de ser descubiertos, normalmente sentía esa emoción cada que me acercaba.
Cada vez un poco más...
꧁༒☬𝓐𝓬𝓽𝓾𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭☬༒꧂
Me sentía atrapado, como estar dentro de una caja de cristal pequeña, muy pequeña que apenas me daba espacio a respirar.
Llevaba mi mochila colgando de uno de mis hombros, era cuestión de tiempo para que algún maestro se diera cuenta de mi presencia por los pasillos, tenía que encontrarla antes de irme, la vi a unos metros, bebiendo de los bebederos que se encontraban cerca de los baños, apresuré mis pasos y la tomé del brazo, siendo un poco brusco, volteándola hacia mí.
—¿Qué mier...? ¡Jungkook! —Me miró como si fuera la mierda andante, quizás lo era.
—Cierra tu boca —La interrumpí, agitado —Quieren llevar a Anderson aun lago después de la escuela, asegúrate de que se suba al autobús en la tarde.
La solté y caminé rápidamente a la salida trasera de la escuela, iban a llamar a mis padres cuando se dieran cuanta que me había fugado, luego trataría de hablar con ellos sobre todo esto, por ahora necesitaba salir de aquí lo antes posible.
El aire era más liviano afuera, hasta podría decir que hasta más limpio. Acomodé mi mochila y caminé, sin un rumbo fijo, solo necesitaba pensar, pensar en todo.
Ni siquiera supe cuánto tiempo estuve caminando hasta que sentí mi celular vibrar, era una llamada de mamá, probablemente ya les habían dicho de la escuela, decidí que era mejor dejarlo sonar un poco más. Casa quedaba un par de minutos lejos de la escuela, pero a pie era mucho más lejos, ni siquiera sentí la distancia, en un parpadeo llegué a mi hogar, abrí la puerta, me dolían los pies, caminé a la sala, encontrando a mis dos padres sentados en los sofás, a su lado estaba papá, a él si no esperé verlo, supe que esto sería más serio que las demás ocasiones.
Dejé mi mochila en el sofá, mirándolos en silencio. Había mucha tensión en el aire.
Papá se puso de pie, estaba sumamente serio, enojado.
—Tú madre me llamó, asustada, diciendo que no sabían dónde estabas, tuve que salir de mi trabajo. En verdad deseo que tengas una muy buena razón para decirme el por qué mierda te saliste de nuevo de clases o te juro que voy a agarrarte a golpes esta vez, Jeon —Encolerizó, casi rojo del enojo.
—Yo...
—¿Es que acaso te están molestando en la escuela, es eso? —Interrumpió mi mamá, preocupada.
—Por dios, no, ¡es solo que yo...! —Solté todo el aire retenido, era irónico que me dijeran eso, era al revés.
—Termina lo que estabas por decir, Jungkook... —Papá talló su rostro.
—No me siento bien, no me sentía bien entre toda esa gente... —Finalmente dije, sintiendo ese nudo en la garganta que tanto odiaba, los miré a ambos —H-hice cosas que no estaban bien, y no puedo arreglarlo...
—Entiendo que todo esté siendo difícil para ti, pero no puedes poner excusas de esas cuando te escapas de la escuela, venimos a este país por tu futuro... —Papá se acercó a mi mochila, sacó mi celular, audífonos y el dinero que tenía ahí, lo miré, confundido —Vas a estar sin estas cosas por un buen tiempo, estas castigado hasta nuevo aviso. No puedes salir con tus amigos, no puedes comprar lo que se te plazca, se acabó.
—¿Castigarme, en serio? Omma, dile algo... —Traté de pedir ayuda a mamá, quien se había quedado callada, mirando todo.
—Necesitas saber que tus acciones tienen consecuencias, incluso con nosotros... —Fue todo lo que me dijo, antes de desaparecer de la situación.
Appa me miró de una manera que odié y terminó de irse, con mis cosas en sus manos, no dije ni peleé más, solo me tiré al sofá, tomando mi cabeza entre mis manos.
Estuve minutos de esa forma, hasta que vi a mamá entrar a la sala.
—Iremos a visitar a un viejo amigo, ¿quieres venir?
—No, omma, me quedaré en casa...
—Volveremos en unas horas, dejé algo en la cocina por si tienes hambre, diría llámame si pasa algo, pero no tienes celular... —La observé, con los ojos achinados, ambos se despidieron, cuando estuve solo, subí a mi habitación para cambiarme y recostarme un rato en mi cama, tenía trabajos que hacer de la escuela, tenía que pedir las tareas de las clases en las que no estuve.
Solo tenía una persona en mente para pedirlas, no tenía celular para pedírsela a alguien más, la única opción que me quedaba era Anderson, confiaba en que ella sabría todo, por eso no esperé nada para levantarme de mi cama, directo a la salida para ir a la suya.
Todo parecía estar a oscuras dentro de la casa de la chica, a oscuras y en silencio. Toqué la puerta tres veces, esperando a que alguien me abriera la puerta, debí estar varios minutos ahí, los suficientes como para pensar que quizás no había nadie en casa, pensé en irme, pero justo en ese momento la puerta se abrió, dejándome apreciar a una Anderson casi dormida.
Vestía una camisa bastante grande para ella, de color amarilla, tenía un extraño conejo dibujado en ella, unos pantalones sueltos de color negro, el cabello lo tenía por todos lados, los ojos apenas y los tenía abiertos, quizás por eso no se dio cuenta que se trataba de mí. Había marcas en sus mejillas, como de almohadas o algo así. Me reí de manera interna, al apreciar una nueva imagen de ella.
—Buenos días, debo decir —Tuve que burlarme.
—Buenos días —Contestó, talló sus ojos con una tranquilidad absoluta, hasta que se quedó quieta, como agarrando señal y fue cuando me miró y sus ojos se abrieron tanto que pensé que los dejaría caer al suelo, como dos canicas, turbio, sería turbio —¡Jungkook!
—Sí, así me llamo —La vi correr dentro de su casa, escaleras arriba, dejándome en la puerta de su casa, supuse que podía entrar, cerré con cautela la puerta y esperé en la sala. Un par de minutos después, la volví a ver bajando con rapidez las escaleras, tenía una ropa distinta, me reí por eso y ella hizo una mueca de vergüenza.
—Lo siento, estaba dormida.
—Me di cuenta —La piqué, de nuevo, tenía una necesidad por hacerlo cada que podía.
—¿Q-querías algo? —Cambió de tema y entonces recordé a que había ido a su casa.
—Quería saber sobre las tareas que dejaron en las clases que no estuve hoy...
—Ah, entonces espera un momento —Volvió a desaparecer, subiendo al segundo piso, dejándome solo.
Me tomé el atrevimiento de levantarme de donde estaba y recorrer la sala de estar, observando los retratos que había en algunos sitios, la mayoría era de la que suponía era la familia de sus padres, decoraciones que sabía que ella los había puesto ahí. Una foto en particular llamó mi atención, la tomé entre mis manos, con cuidado de no tirar nada, en la foto había tres personas, dos de ellas las reconocía como el señor Cedric y Anderson, pero a la mujer, no la conocía de nada. Era algo alta, de cabello oscuro, prácticamente del mismo tono que el de bichito, también sus ojos y su piel un poco clara. La sonrisa era idéntica a la de mi compañera, aunque la mirada era distinta, presentía que eran parecidas en personalidad. En sus brazos sostenía a una niña de más o menos tres años, no tuve que adivinar que era Alyn, tampoco fue difícil caer en cuenta que esa mujer era la madre de Anderson.
Sonreí de manera inconsciente al imaginarme a una pequeña Anderson correteando por las escaleras de la casa. En la foto no había rastro de su cicatriz, quise saber a qué edad se la había hecho entonces, y cómo.
Su sonrisa infantil capturó toda mi atención, tenía los ojos brillantes, dos coletitas a cada lado de su cabeza, haciéndola ver tierna, joder...
¿Dónde estaba su madre, es que acaso sus padres se habían divorciado?, en lo personal, esa opción no me era muy probable. Entonces...
—¿Qué haces? —Su voz me hizo sobresaltar, me di la vuelta al instante, aun sosteniendo la fotografía entre mis manos. Estaba de pie, al final de las escaleras, con su computadora entre las manos y un pequeño papel, me miraba con confusión, su mirada calló a mis manos y volvió a mirarme a la cara.
—Lo siento, quería verla de cerca... —Aclaré, dejando la foto en su lugar para poder acercarme a ella —¿Hay tarea de español?
—Sí, espero que seas bueno con esa clase porque está complicada —Se quejó, sentándose en unos de los sofás
—Soy muy bueno con español... —Pronuncié, en el idioma mencionado, me daba risa mi pronunciación, la vi verme sorprendida.
—En verdad eres bueno en todo, ¿no? —Me encogí de hombros, sintiéndome orgulloso.
—Cuando llegué a Charlotte, no sabía prácticamente nada de inglés, es decir, lo básico, en corea enseñan inglés, pero nunca fui bueno. Escuchar inglés todos los días en todos lados me ayudó mucho, con el español, se me complica escribirlo, pero sé frases, palabras y expresiones —Conté, sentándome a su costado, a una distancia prudente.
—A mí se me complica mucho aprender idiomas. ¿Dirías que tu idioma es complicado?
—Pues, no estoy seguro, a veces hasta a mí mismo se me complica, creo que todo depende de que tantas ganas tengas de aprenderlo...
—Deberías enseñarme alguna palabra en coreano... —Exclamó.
—¿Debería? —Hice un puchero.
—Alguna vez...
—Bueno, por ahora dime que tengo de tarea... —Asintió y se puso a buscar en la computadora, ahora que me daba cuenta, pude haberlo buscado yo mismo en la mía, que puta mierda. Ella anotó las tareas en el papelito para poder dármelo después.
Mientras ella hacia eso, yo volví a mirar la foto familiar, preguntándome más sobre esa mujer, sobre la cicatriz de Anderson.
¿Su madre se había ido o... o ya no estaba en este mundo, su mamá había muerto?
¿Cómo mierdas se hizo su cicatriz?
·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙ ✩ *̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ .·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙ ✩ *̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ .
·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙ ✩ *̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ .·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙ ✩ *̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ .
—Troy, ya te dije que yo no sé nada... —Bramé, ya harta de la situación, mi amigo bufó, lucía desesperado —No me mires de esa forma, esta vez no haré nada por ti ni por ella, no me meteré en sus cosas.
—Pero, eres mi amiga —Se quejó.
—Y con mayor razón no debo meterme en sus problemas —Le sonreí, tratando de ser comprensiva —Resuelvan sus problemas, pero no intenten arrastrarme a mí a ellos. Nos vemos después.
Tomé su mano para darle un apretón y después ingresé de nuevo a mi clase, tomé asiento en mi lugar, soltando un fuerte suspiro. Mis dos amigos habían tenido problemas, una discusión o algo así, no estaba enterada del por qué discutieron esta vez, pero prefería no enterarme del todo, quiero decir, son problemas de una relación de dos, no tendría por qué saberlo yo, además de que ya otras veces ha sucedido y me acaban metiendo en sus problemas.
Los típicos golpes debajo de mi silla me sacaron de mis pensamientos.
—¿Qué...? —Me di la vuelta para mirarlo, odié todo al verlo en cámara lenta, todo a su alrededor, incluso me pareció que parpadeaba en cámara lenta. Escuchaba los latidos de mi corazón en mis oídos, vi sus labios moverse, pero no era capaz de captar lo que estaba diciendo, estaba más concentrada en su nariz, era preciosa, me gustaba mucho, casi estallo en millones de partículas cuando vi que él la arrugó, era un habito que tenía y me gustaba mucho —¿Ah?
—¿Me escuchaste? —Alzó una de sus cejas, inseguro.
—¿Cómo?
—¿En qué piensas, mh? —Se acomodó mejor en su sitio y me observó detenidamente, como si de esa forma pudiera descubrir qué cosas tenía en la cabezota —Estabas como en otro mundo mientras yo te hablaba...
—Lo siento, ¿Qué estabas diciendo?
—¿Qué pasó con Palmer? —Palmer era el apellido de Troy, Jungkook lo había descubierto el otro día y ahora solía llamarlo de esa forma, a veces —¿Y dónde está tu amiga la irritante?
—Se pelearon. Cuando pelean, me cuentan sus cosas, no me molesta, pero una vez se negaban a hablarse y me mandaban a darles recados al otro, estuve todo el día de esa forma —Conté, con un puchero.
—Sabía que ambos eran molestos —Se burló —Entonces, ¿Troy quiere que le ayudes a que tu amiga deje de estar molesta?
—Así es.
—Que jodido.
Nos quedamos en silencio, lo vi mirarme de una manera extraña, como si quisiera decirme algo, pero no se atrevía a hacerlo o quizás no sabía cómo empezar.
—¿Quieres decirme algo? —Pregunté, se acomodó de nuevo en su silla, mientras pasaba sus manos por encima de sus orejas.
—Sí.
—Pues dilo.
No puedo creer las impresionantes pestañas que tiene, son preciosas, son tan...
—No soy de los que se entromete demasiado en las cosas de los demás —Empezó diciendo —Pero estoy curioso con algo...
—¿Con qué?
—Sobre ti, sobre una foto que vi en tu casa... —Se notaba incómodo, tenso. Yo asentí, dándole a entender que podía preguntar, se lo pensó un segundo, antes de hablar —¿Tus papás... se divorciaron?
Los divorcios eran muy comunes, más de lo que pensamos, pero no, mis padres jamás lo hicieron y puede que quizás jamás lo hicieran, aunque a veces me hubiera gustado que esa fuera la razón para que mamá nos dejara, en vez de que se fuera lejos, en donde jamás pudiera conocerla. Cómo le decía eso a Jungkook, no era complicado, podría decirle: "mi madre murió en un accidente automovilístico cuando yo tenía cuatro años", pero Jungkook no era cualquier persona para mí, tenía miedo que me mirara con pena, como si me faltara algo.
No sabía que responderle, a pesar de que pasé mucho tiempo imaginando este momento, tal vez para él no sería mucho, pero para mí, contarle sobre mamá era algo importante.
—Pues...
—No tienes que responder —Apretó sus labios, en una línea recta —Solo era una pre...
—Mi mamá tiene mucho tiempo que no está con nosotros —Dije, él me miró, sin decir nada —Casi no recuerdo cosas sobre ella porque era muy pequeña cuando ella se fue, papá dice que me parezco mucho a ella.
—¿Ella... ella murió? —Cuestionó, con cuidado.
Sonreí, bajando mi vista a la superficie de mi mesa. Al final de todo, muchas personas pierden a seres queridos todo el tiempo, es parte de vivir y, si Jungkook no podía entender esa parte, si él no podía comprenderlo, yo no podía hacer nada. Mamá era parte de mí...
—S...
—Déjame en paz, ¡egoísta! —Todos volteamos a la puerta de la entrada cuando un grito resonó por todo el pasillo, Cele estaba peleando con Troy, ella le hizo una seña obscena con las manos y después de que el maestro les pidiera que se detuvieran, ella entró al salón, desplomándose a mi lado. Jungkook y yo la observábamos en silencio —Dejen de mirarme de esa forma, él, aunque no lo crean, tiene la culpa de todo esté embrollo. Es un estúpido de mierda, pero lo amo tanto. Algún día lo entenderán, bueno, Jungkook, tú algún día entenderás, cuando ames a una persona en verdad, lo entenderás...
Me quedé tiesa, Jungkook tampoco se movió.
La miré, tratando de darle a entender la tontería que acababa de hacer y decir, se supone que era un secreto el que yo estuviera enamorada de alguien y acababa de dar a entender, delante de la persona que me gustaba, que yo estaba enamorada.
De reojo, observé a mi compañero, él mordía su labio inferior, sin dejar de ver a mi amiga.
—Eres insoportable, pobre chico de allá afuera con tener que soportarte —Le dijo, mi amiga se levantó para golpearlo en la cabeza, Jungkook se tomó el área afectada.
—Cele, basta —La señalé, con mi dedo índice.
—¡Ya! ¿¡Prefieres a...!? —Cerró la boca al instante, supongo que dándose cuenta de lo que estaba por decir —¡Da igual! —Volvió a acomodarse en su silla y nos ignoró por completo
Mis ojos fueron a los de mi compañero, quien me miró, sin decir nada.
Decidí concentrarme en mi computadora, lo mejor era olvidar todo por un segundo, solo un segundo.
—¿Y qué vamos a comprar? —Curiosee, a la par que caminaba a su costado.
—No sé, vinimos porque no quiero llegar a casa aún —Admitió, observando a su alrededor, no dije nada.
—Sabes que no me gusta meterme en sus asuntos, pero... ¿Por qué pelearon?
—Estaba hablando con una chica que sabe que está detrás de él, estaban solos y estaba dejando que ella lo tomara de la mano, según él no quería ser grosero —Contó, furiosa —Es un idiota...
—Oh... —Ese tonto de Troy. Sus peleas, las mayorías, eran por cosas más infantiles, esta vez parecía ser más seria, siendo sincera, no podía creer que Troy estuviera engañando a Cele, podía pasar, pero Troy era, digamos que está muy apegado a Cele, siempre lo ha estado.
Papá nos había dejado en el mall, estuvimos en una tienda de dulces y compramos paletas, gomitas y caramelos. Después Cele quiso ir a una tienda de ropa, compré unos pendientes de bicho, parecían más una serpiente, mi amiga compró un anillo, bastante lindo, a decir verdad.
Estuvimos paseando alrededor de veinte minutos, viendo y entrando a distintas tiendas, incluso nos detuvimos en el área de comida para tomar una mesa y hacer cualquier tarea que tuviéramos pendiente de la escuela, claro que esa fue mi idea, no quería llegar a casa tarde y todavía tener que hacer tarea. Después, seguimos caminando, hasta que estuvimos cansadas y nos tuvimos que sentar en unas bancas que estaban en medio del ancho pasillo del mall.
—Ya no hay caramelos, me los comí todos —Avisó, cuando yo buscaba en la bolsa, la miré con un puchero en los labios, agarré un puño de gomitas y me las metí a la boca, por puro despecho —Oye, ¿ese de allá no es tu chico de ojos rasgados?
Llevé la vista a donde ella miraba, aún con las mejillas llenas de gomitas, casi me ahogo cuando, en completo efecto, Jungkook estaba comprando.
Por dios, ¿tiene que estar en todos lados? Me voy a morir.
Mi amiga y yo fruncimos el ceño al verlo afuera de una tienda de ropa interior para mujer, tenía otras cuantas bolsas colgando de las manos. El cabello lo tenía medio alborotado porque había un ventilador cerca de él que provocaba que sus hebras volaran por todos lados, sus ojos parecían brillar más que en la mañana. Su piel parecía relucir más debajo de aquellas lámparas, tenía puesta una camisa blanca, suelta y unos pantalones cortos que le llegaban un poco más arriba de la rodilla, se veía precioso.
¿Solo yo podía ver cuan espectacular lucía?
Movía las bolsas en sus manos, de un lado al otro, teniendo la vista en todos lados, parecía no querer estar allí, unas chicas que se encontraban unos pasos de él, comenzaron a mirarlo de más, parecían susurrar cosas y cuando Jungkook se dio cuenta, se puso más tenso.
—¿Estará esperando a alguien? —Murmuró mi amiga, sin dejar de verlo.
Iba a responder, pero me quedé callada cuando vi a su madre salir de la tienda, parecieron decirse un par de cosas y después los dos comenzaron a caminar, pensé que eso sería todo hasta que la señora Jeon se dio la vuelta y miró en nuestra dirección, posando sus ojos sobre nosotras.
Oh dios...
—¡Alyn! —Me saludó, mientras se acercaba, su hijo, quien aún no se había percatado de nosotras, alzó la cabeza y nos miró, sorprendido —¡Que sorpresa verte aquí!
—Hola, señora Yon... —Le devolví el saludo y coloqué mi mano sobre el hombro de mi compañera —Ella es Celestine, mi mejor amiga.
—Hola, un gusto —Sacudió la mano, y la mayor sonrió aún más.
—Un gusto, soy Jeon Yon, mamá de Jungkook —Inclinó un poco su cabeza.
—Veo que andan comprando.
—Así es, quería salir un poco y aproveché a comprar unas cosas para mí —Jungkook solo miraba, sin decir nada, mis ojos se encontraron con los suyos —¿No vas a saludar, Jungkook?
—Hola... —Fue lo que dijo. Él solo sonrió un poco.
—¿Tienen cómo volver a casa? Puedo llevarlas —Sugirió la mayor.
—Sí, mi pap...
—No, nos gustaría que nos llevara... —Cele me interrumpió, mientras se ponía de pie y tomaba mi mano —Es muy lindo de su parte.
—Bueno, ¿no les importa que vea algunas cosas más antes de irnos? —Nos miró.
—Claro que no, tómese su tiempo —Miré a mi amiga, sin saber qué era lo que estaba planeando.
Los cuatro caminamos y anduvimos un rato más por el mall, de vez en cuando miraba a mi compañera, quien al instante se llevó bien con la madre de Jungkook, ambas se daban consejos sobre la ropa o algún accesorio que veían, era como si se conocieran de toda la vida, a mí solo me quedaba mirarlas. Jungkook, a mi lado, solo se dedicaba a apreciar la manera en la que, como él le dice, la irritante se reía con su progenitora.
—Omma, ¿podemos irnos ya? —Finalmente le dijo a su madre, parecía molesto. La mujer lo miró, como si su hijo le hubiera dicho que el mundo estaba por acabarse.
—Jungkook, casi nunca salimos, ¿y ya quieres que vuelva a casa? —Le recriminó, rebuscó en su bolso y sacó dinero, se lo dio a su hijo y nos señaló a ambos —Dijiste que querías comprar algo para papá, ve con Alyn y después comprense algo ustedes dos.
Y después de eso, volvió toda su atención a mi amiga, miré a mi compañero, desde abajo. Se dio la vuelta para mirarme, observó el dinero en su mano y, después de un par de segundos, comenzó a caminar.
—¿Vienes o no, prefieres quedarte con ese par? —Corretee hasta su costado.
Estuvimos buscando algo bonito para su papá, después de hallarlo, volvimos a caminar en silencio, yo jugueteaba con las bolsas que colgaban de mis manos, él solo se dedicaba a mirar a su entorno, parecía estar fundido en sus pensamientos, quería hacerlo sentir cómodo, por eso, para romper el hielo, me subí a la barra de concreto, caminando por la superficie estrecha, cuidando de no caer, Jungkook, cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, se quedó mirándome, yo me reí
—¿Qué haces? Baja de ahí, no seas inmadura —Se quejó, yo bajé con lentitud mis brazos, sintiendo de pronto mucha vergüenza, yo estaba intentando hacerlo reír y él solo me llamaba inmadura.
Con un puchero y cabizbaja, me bajé del lugar y caminé a unos pasos detrás de él.
Me detuve a medio pasillo, mirándolo seguir caminar, sin detenerse a ver si yo iba con él.
De repente recordé las palabras que me había dicho Cele, me dolió una vez más darme cuenta que era cierto, todo era cierto. Ni siquiera podíamos ser dos amigos comunes porque él solo se avergonzaba de estar conmigo, quería intentar entenderlo, sabía que todo esto era difícil para él, pero cada vez me costaba más soportarlo.
Lo miré, seguía sin darse cuenta que yo no iba a su lado, me estaba dejando atrás, como siempre lo hizo, apurado por dejar cualquier cosa que lo hiciera sentir incómodo, alerta, incluso si eso me incluía a mí.
Se avergüenza...
Y, estando de pie, entre toda esa gente, me di cuenta que por más que yo hiciera mil cosas por él, Jungkook jamás dejaría de verme como algo por lo cual puede llegar a ser ridiculizado, siempre me verá como la rarita de su escuela, esa a la que una vez se dedicó a molestar. Alguien a quien mantiene cerca porque es la única persona que puede entenderlo ahora, pero no soy alguien a quien quiera cerca en lugares públicos, eso lo haría perder su reinado, ese por el que tanto luchó.
Por ese lugar en la sociedad.
Ese lugar que, con el tiempo, comenzará a consumirlo poco a poco, sin que él se dé cuenta.
Cuando su persona y espalda se pierden de mi vista, volví a darme cuenta que Jungkook siempre será capaz de dejarme atrás cuando lo desee porque yo para él, no soy nada.
¿Debería, finalmente, dejarlo atrás, así como él siempre lo hizo? ¿cómo hacerlo cuando mi corazón aun late por él? ¿Cómo olvidarlo si él es una de las cosas que más llevo en la mente? ¿cómo dejarlo atrás cuando, aun lo amo?
¿No soy capaz de dejarlo atrás, aun sabiendo que no soy nada para él?
Solo soy una vergüenza...
*Sonríe tensamente* Pues nada, no diré nada...
Gracias por leer, votar y comentar jajajja
Dejen aquí sus opiniones.
Maratón 01/¿?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro