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Capítulo 16


















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Terminé de vestirme frente a mi espejo de cuerpo completo. Mi mirada se detuvo en mi cicatriz, llevé una de mis manos hasta ella, casi nunca la tocaba, era parte de mí, pero apenas la tomaba en cuenta, no la quería conmigo.

Pero esa es la cosa con la vida; a veces te da cosas que no quieres y no importa si lo haces, al final de todo, llegas a este mundo por la decisión de alguien más y, muchas veces, te vas por la decisión de alguien externo. Cada cosa que nos ocurre, en parte es debido a nuestras decisiones y la vida nos da consecuencias debido a eso. Me dio esta marca, aunque nunca lo pedí y ahora estoy condenada a vivir con ella, sabiendo que fue una consecuencia y que mi herida no fue la única que tuve en mi vida debido al accidente.

Antes de que la tocara, mi puerta se abrió tan bruscamente que por poco caigo sentada en el suelo, miré hacia la entrada, con el corazón a punto de estallarme en el pecho, justo como una bomba.


—¿¡Qué demonios, Celestine!? ¡casi me sacas el corazón!

—¿¡Aun sigues vistiéndote!? ¡mueve ese traserito y vámonos, llegaremos tarde por tu culpa! —Gritó, no podía culparla, era su emoción desbordándose, la mía estaba a punto de hacerlo.

El día de los juegos había llegado, posiblemente todos estaban emocionados, esta era la única ocasión en la que la mayoría de alumnos se emocionaba por ir a la escuela.

Le sonreí, olvidando que casi me saca el alma del cuerpo. Tomé mi celular y juntas bajamos a la cocina, en donde papá se preparaba un café para irse a su trabajo.


—Señor Cedric, a veces quiero aventar a Alyn por las escaleras —Le dijo mi amiga, mi padre se carcajeó.

—Espero que eso no suceda —Contestó, risueño —Deberían apurarse, el autobús pasará en cualquier momento.

—¡Cierto, vámonos! —Brincó, al mismo tiempo que comenzaba a jalar de mi brazo.

—¡Nos vemos al rato, papá! —Apenas tuve oportunidad de despedirme —¡Te amo!

—¡Yo también!

Miré mal a mi amiga cuando estuvimos fuera de mi casa, ambas caminamos con rapidez a la esquina de la calle a esperar a que pasara el bus.

—¿Estas bien? —Su pregunta me confundió.

—Sí ¿por qué preguntas? —La miré.

—Se que no es fácil para ti estar cerca de él todo el tiempo —Expresó —¿Nunca has pensado primero en tu dolor antes que en el suyo? Puedes perderte por eso.

—Claro que sí. Pero no es fácil alejarme —La escuché suspirar con pesadez —¿Tú serías capaz de alejarte de Troy?

—Eso es distinto Alyn, Troy y yo somos novios...

—Justo por eso. ¿Cómo sueltas algo que no tiene de dónde soltar? Yo he sido rechazada indirectamente por años, nunca tuve algo a lo que aferrarme, quedarme ha sido mi elección y no puedes culparme por querer, aunque sea ese rechazo...

—Tienes razón, yo no sé qué es ser rechazada por el chico que te gusta, pero sé que no mereces quedarte ahí, no estás obligada a soportar ese dolor por él, mucho menos cuando él no lo hace por ti. Primero estás tú antes que el tipo. Jeon Jungkook no te ama, Alyn, me duele decirte eso, pero no quiero que sufras más...

—Lo sé.

—Esas cosas que hace para evitarte en público, eso te está hiriendo profundo. Pero no te alejarás, no hasta cuando ya no puedas más...

—Cuando Jungkook vuelva a ser el de antes, todo esto culminará. No te preocupes —Murmuré.

Pensar en ese momento me hacía sentir deshecha, y al mismo tiempo, me hacía sentir feliz el pensar que un día Jungkook volvería a sentirse bien consigo mismo, que un día se daría cuenta que lo que aquella chica le dio, lo que le dijo e hizo, nunca fue merecedor de todo aquello.

No volvimos a decir nada hasta que llegó el transporte escolar. No estábamos tan lejos de la escuela, quizás a unos cinco minutos, Celestine tenía un par de años que no subía a un autobús de la escuela, no le gustó volver a uno.

Un par de minutos después, ambas caminábamos por el pasillo sombra, cada que volteabas a ver a alguien, podías verle la enorme sonrisa y la emoción en los ojos, todos estaban felices por el descanso que tendríamos estos días.

Celestine saludo a algunas personas y cuando notó la presencia de su novio a unos metros de nosotras, no dudo en correr hasta él para colgarse de su cuello, él se rio. Era tan lindo verlos, te hacían sentir ese cariño tan especial que había entre ellos...

Mi sonrisa se borró al instante en que sentí como algo se metía entre mis pies, tropecé, pero nunca llegué al suelo debido a un brazo que me sostuvo de los hombros, manteniéndome de pie.


—¿Estas bien? —Lo miré a los ojos, su rostro estaba demasiado cerca del mío, me quedé sorprendida.

—Estoy bien —Él me soltó cuando se aseguró de que estaba bien.

—Andrew —Jay susurró, mirando al amigo de Jungkook que justo acababa de salvarme de darme un buen golpe contra el suelo —¿Qué crees que...?

—Eso quiero saber yo, ¿Qué crees que haces? —Su tono fue serio, frío.

—Pues yo...

—¿No puedes dejarla en paz ni en el Pep Rally? —Preguntó, enojado —Haz el favor de dejarla en paz.

Jay no replicó nada y se fue. Mi salvador se dio la vuelta y me observó, si, era amigo de Jungkook.

—Andrew Duncan, creo que me has visto con Jungkook —Sonrió, y juro que tenía la misma sonrisa que Jungkook, como si fuera una sonrisa pícara.

—Oh, gracias —Agradecí y pasé por su lado para ir a clase.

Mi amiga no estaba por ningún lado así que seguí de largo. Decidí dejar mi celular en mi mochila, de esa forma no lo perdería.



—Así que, aquí estabas —Escuché su voz detrás de mí.

Ya ni me sorprendía que apareciera de la nada, sin avisar, sin ser escuchado, era como si fuera experto en eso. Comenzaba a acostumbrarme, pero lo tenía que reprender porque no era lindo que te asustaran de la nada.

—No deberías aparec... —Cualquier palabra que tuviera pensado decir, se esfumó, como soplar un diente de león contra el aire.

O estaba en el cielo, o en el infierno. Jungkook era un ángel, podría ser el más hermoso del paraíso. Juraría que había un halo de luz alrededor suyo, sus ojos parecían ser más oscuros y brillantes, su cabello, oh dios, su cabello se movía con suavidad, se veía aún más sedoso de lo normal.

Su piel era más pálida y lucía suave, tenía puesta una camisa negra de manga corta, lo hacía ver más esbelto y grande, alto.

Mi corazón martilló con mayor fuerza al ver como una de sus manos se acercaba a mi rostro, en cámara lenta. Quizás mi expresión se había vuelto impaciente, quería que me tocara, y estaba por hacerlo, iba a...

¿Qué hace, iba a tocar mi frente o po...?


—¡Despierta! —Con su dedo índice golpeo mi frente.

Parpadee un par de veces, tratando de volver de mi ensoñación frustrada.

—Me han dicho que soy muy guapo, pero deberías intentar disimularlo un poco —Presumió, teniendo aún esa sonrisilla en la cara.

—Estúpido ángel —Murmuré, aun sintiéndome fuera de mi cuerpo.

—¿Ángeles? ¿Piensas que soy un ángel? —Su sonrisa cambió, se volvió más grande, la realidad me atacó con fuerza, el halo de luz desapareció, mi cuerpo transpiró de los nervios. Lo vi alzar sus cejas —No tenía idea de que era un ángel, Bichito.

Sentí que mis mejillas se calentaron.

—No dije eso... —Balbucee, acariciando el lóbulo de mi oreja con insistencia.

—¿Ah no? —Había sarcasmo en su tono. Sus ojos escanearon todo mi rostro.

—-¡Claro que no!

—Es halagador que me digan que soy un ángel. Eres la primera que me dice eso —Pareció ignorar mis anteriores palabras —¿Tan hermoso soy, Anderson?

Y mi rostro se sintió aun más caliente que antes. Él abrió sus ojos de más al notarlo.

—¡No es para que te pongas así! ¡vaya...!

Evité mirarlo, tuve que mirar el piso, parpadeando repetidas veces, lo sentí agacharse para encontrar mi mirada.

—¿Estas llorando? Solo estaba jugando —Dijo —¡No vayas a llorar aquí, en medio del pasillo, Anderson! —Trató de tocar mi cabeza para levantarla, pero me alejé antes de que lo hiciera.

—¡No me toques! —Exigí, alarmada. Jungkook me miró entre sorprendido e indignado.

—¿Q-qué? ¿Por qué?

No contesté y hui antes del lugar.














★彡[ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ.




—¿Entiendes? —Repetí, caminando detrás de ella.

—No soy tonta —Tajó, frustrada y enojada.

Rodé los ojos.

Seguía enojada conmigo, todo porque hace media hora atrás nos habían pedido que diéramos un nombre para ser identificados entre todas las demás parejas. No sabíamos cual poner y entre los nervios y la presión, se me ocurrió decir su apodo, la señora de la oficina escribió ese nombre y mi compañera se enojó conmigo.

—Ya, supéralo —No tenía que haber dicho eso.

Se dio la vuelta para verme con esa expresión de incredulidad, sus labios abiertos y sus cejas alzadas.

—Yo me refería a...

—Cierra esa boca tuya —Ordenó, señalándome con su dedo índice.

La vi seguir caminando.

Pertenecíamos al grupo rojo, cada quien tenía que ganar sus puntos como pareja, empezaríamos con el juego de carreras de costales, lo haríamos afuera, en el campo de fútbol. Anderson iniciaría y después tenía que volver a mí para darme el saco y, quizás, probablemente, ganar.

Ella comenzó a colocarse en el saco, intentó pasar un pie dentro, pero se tambaleó, me acerqué con intenciones de ayudar.


—Yo puedo, ve a tu lugar, Jeon —Finalmente había pasado ambos pies dentro del saco. Suspiré, intentando no decir nada y me fui a mi puesto.

Estaban todos listos, los que aún no competían estaban en las orillas, atentos a cualquier movimiento de los concursantes. Yo miraba a Anderson desde lejos, le sonreí, intentando transmitirle la seguridad que a mí me faltaba, la vi poner los ojos en blanco y después rehuir mi mirada.

Era terca.

—¿Listos? —Un maestro comenzó a contar de manera regresiva, al final gritó "fuera" y la línea de Anderson comenzó a dar saltos.

Ella se reía con cada salto que daba, y yo, como el idiota y buen compañero que era, la alentaba desde donde estaba.

—¡Vamos Anderson, vamos! —Grité, sintiendo la adrenalina recorrerme entero, olvidándome por un segundo dónde estaba —¡Vamos bichito!

—¡Sí vuelves a llamarme bichito, me voy a quedar aquí en medio! —Bramó, con la voz entrecortada debido al esfuerzo y los saltos

Era una de las primeras.

Cuando llegó frente a mí, intentó sacar sus pies fuera del saco, iba a ser demasiado tardado, sin pensar y en un movimiento rápido, pasé mis manos debajo de sus brazos y la alcé, sacando sus pies del costal. Esta vez fue mi turno de estar dentro del jodido costal, empecé a dar saltos en dirección a la meta.

Podía escuchar los gritos y vítores de los espectadores, eso generaba más emoción y estrés, para mí.

Era el segundo, no quedaba tanto para llegar a la meta, un chico a mis espaldas se movía con rapidez y estaba alcanzándome. Me pisaba los talones, y la voz en mi cabeza hizo acto de presencia...

Ese sentimiento de insuficiencia, la sensación de tensión en mi cuerpo, la presión en mi nuca, como si tuviera su mirada pegada ahí, esperando por atacar.


—¡Jungkook, no te detengas, vamos! —Y entre el bullicio de mi mente, escuché esa voz gritarme, en realidad me alentaba, como si minutos atrás no hubiera estado odiándome.

No me di cuenta cuando llegué a la meta hasta cuando todos gritaron emocionados. Habíamos quedado segundos...

—¡Maldición, lo logramos! —Llegó a mí, con la respiración agitada y emocionada.

Alcé la vista para ver a aquellos que nos estaban mirando, aclaré mi garganta y mi compañera pareció comprenderlo porque se alejó de mí.

—H-hay que ir a ver cual es el siguiente —Sugerí, acomodando mi ropa.

Anderson se adelantó. Ignoré todas las miradas intensas sobre mí y fui tras ella, cuando llegué a su lado, me di cuenta que le estaban dando cinco puntos. Tomé el papelito entre mis manos y observé al maestro.

—¿Cinco puntos? ¿No puede darnos diez? Quedamos segundos, ¡nos está dando los mismos puntos que a los que quedaron cuartos! —Reclamé, sacudiendo el papelito.

—Jungkook —Anderson trató de decir algo.

—¡No puede darnos cinco puntos, quedamos segundos! —Seguí discutiendo.

—Hijo, quedaron segundos, no primeros —Dijo el tipo mientras entregaba a otras parejas papelitos.

—¡Nos está dando los mismos puntos que los que quedaron últimos! —Lo miré, rabioso, sentí fuego recorrerme entero, mi respiración comenzaba a volverse pesada y rápida.

El tono de mi voz pareció molestar al hombre porque me volteo a ver con advertencia en su mirada.

—Jungkook, vamos... —Sentí su mano tomar mi muñeca y arrastrarme lejos de ahí, lejos de todos —¿Qué te sucede? No es para tanto, ¿si? No puedes ir por ahí peleando con maestros. Tranquilo...

—De acuerdo, de acuerdo —Murmuré, contando de nuevo del uno al diez. Caminé de un lado al otro —Es un maldito.

—Ganaremos más puntos. Ya verás —Habló, observando a los demás.



En las siguientes horas, jugamos cartas en la cual ganamos diez puntos, después jugamos uno en donde nos amarraban un par de globos en los tobillos, debíamos evitar que las demás parejas reventaran nuestros globos. Hubo varios momentos en donde tuve que cargar a Anderson, decía que ella podía hacerlo, claro que no era así. También ganamos diez puntos.

—Ahg, alguien me pateo en la pierna —La escuché lloriquear —Seguro que fue la rubia esa.

—Te dije que saltaras, nunca me haces caso —Me encogí de hombros —La tipa es un monstruo, me pegó en el estómago.

Los juegos habían terminado por hoy. Habían sido cuatro juegos en total.

—¿Cuántos puntos juntamos hoy? —Preguntó.

—Treinta hasta ahora.

—¿No eran treinta y cinco por el de la botella?

—Hubieran sido diez puntos en ese, pero me moviste, ¿Recuerdas? —La miré mal.

Se encogió de hombros, ignorando mi mirada acusadora.

—Treinta ya es mucho por hoy...

—Como no —Rodé los ojos.

—Se te quedarán los ojos así si sigues haciendo eso.

—Qué más da, bichito —La molesté.

Esta vez fue ella quien rodó los ojos y tuve que reírme por eso.


















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★彡[ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ.




Hoy era el tercer y último día de los juegos, hasta ahora, habíamos juntado cincuenta y cinco puntos, no me sentía muy contento por eso, así que tocaba sacar diez puntos en los últimos dos juegos.

Había escuchado que el último era Paintball, pensé que este año no lo pondrían debido a que los disparos con pintura a veces podían dejar marcada la piel, pero iban a ponerlo y eso me tenía desbordando de emoción, nos dijeron que las cinco parejas que sobrevivan hasta el final, se les darían cincuenta puntos.

Teníamos que ser una de esas parejas...


Eché agua en mi cara y levanté la vista para mirarme en el espejo.

Estaba en los baños de los chicos, era el único, por eso me permití tocar mi cicatriz. En el poco tiempo que llevaba viviendo en este mundo, ya había cometido errores significativos, con consecuencias significativas en mi existencia, uno de esos errores era la causa de esta cicatriz.

El mirarme al espejo y verla, me hacía sentir temor de mí mismo, asco de mi persona. Me hacía sentir que había cometido el error más enorme de toda mi vida, comenzaba a ahogarme con algo que ni sabía qué era.

Recordar a Ji-Eun, su sonrisa y sus jodidos ojos, era deleznable, y a pesar de eso, muy en el fondo mío, la seguía amando, seguía amando a la persona que creía que ella era y que nunca fue.

Me enamoré de su saber, de la sonrisa coqueta que arrasaba con todo, de lo que ella me enseñó, era la típica chica que ayudaba a todos. Ella era segura de si misma, abarcaba la atención y el respeto de todos, algo que yo también quería, era dulce en ocasiones. Nunca fue verdad, muchas de esas cosas eran falsas, incluyendo su amabilidad.

No puedes confiar en alguien quien se esfuerza el doble por agradar a los demás, en alguien que se esfuerza por ser amable todo el tiempo y con todos.

Ella es falsa. Siempre lo fue...

Lo nuestro fue algo efímero, aunque nunca hubo un "nosotros" porque siempre fue solo mío, solo yo. Estuve luchando por un amor que construí solo y no me di cuenta hasta que estuve sin nada.

Hasta que me dejó vacío y ella se llevó todo lo que entregué.

Ahora tengo que cargar con el precio de su mentira y de mi ingenuidad, de mi ignorancia, de mi mente nublada por algo a lo que llamé amor, pero que nunca fue eso. Que nunca debió ser eso...

Alejé con rapidez mi mano de mi rostro cuando dos chicos entraron a los baños.


—¡Oh Jk! —Pareció sorprenderse de verme aquí.

Hice un asentimiento con la cabeza para saludar.

—¿Le estás preparando una sorpresilla a la rarita esa? ¡a puesto a que hizo algo para estar de pareja con ella y atacarla de cerca! —Le habló a su amigo, ambos rieron y volvieron a mirarme por medio del espejo —Siempre fuiste muy inteligente.

Cerré el grifo del agua y lo miré en silencio, sin voltearme.

—Supongo... —Y me miré a mí mismo, lo único que vi fue a un monstruo mentiroso. Un fenómeno que se escondía debajo de la piel de un rey.

El rey comenzaba a desaparecer.

—Bueno, tengo que mear antes de que me haga en los pantalones —Uno de ellos se fue a hacer sus necesidades.

—Yo también —Lo siguió el otro.

Tuve que hacer una mueca, esos dos no parecían ser solo amigos.

Geudeul-eun deiteu jung-ingayo? Animyeon mwojyo? (¿Ellos están saliendo o que?) —Pregunté más para mí mismo.

—Eso fue caliente. ¿Dónde aprendiste a hablar ese idioma, es chino? —Alzó la voz, para que pudiera escucharlo mejor.

Bufé.

—Es coreano.

—¿Dónde lo aprendiste? Es sexy —Ambos rieron.

—Soy coreano —Contesté, tratando de sonar obvio mientras señalaba mi cara.

Los vi sacar un cigarro electrónico y comenzar a fumarlo.

—¡Cierto!

Era mejor que saliera de ahí antes de que me emparejaran con ellos.

Caminé por el pasillo, de manera tranquila, vi a Anderson a lo lejos así que decidí acercarme a ella.


—Pareces una chica, te demoras horas en el baño —Me dijo, sin mirarme.

—¿Cómo sabías que era yo? —Fruncí mis cejas.

—Tú perfume.

—¿Reconoces mi perfume? —Me sorprendió eso.

—Quiero decir, tu perfume me quema las fosas nasales cuando estas cerca —Murmuró, lo suficientemente alto para que la escuchara.

—¿En serio? —Olfateé el cuello de mi camisa y sí, arrugué la nariz cuando sentí el aroma entrar en mis conductos nasales —Demonios.

Se dio la vuelta y me sonrió, con los labios apretados.

Íbamos a jugar la primera ronda de Paintball, era más que nada para ir descartando parejas.

Celestine estaba a unos metros de nosotros, junto con su irritante novio.

—No puedes matar gente con la mirada, genio —Me codeó y yo la codee de vuelta.

—¿Troy practica algún deporte?

—Creo que solía practicar fútbol antes, pero me parece que ya no —Me miró, confundida —¿Por qué?

—Podría ser una ventaja en caso de ser no. ¿Qué tan buena eres corriendo, mhm? ¿En los deportes? —La contemplé y ella hizo lo mismo desde abajo, tuve que sonreír.

—No destaco en deportes, pero no soy tan mala —Fue lo que dijo.

—Pues tendrás que destacar hoy —Exigí y ella, como siempre, se quejó.

—No todos podemos ser como tú, Jungkook —Me dedicó una mala mirada.

—Da igual. Ya veremos cómo le hacemos, pero seremos una de las parejas que sobrevivan —Aseguré.

—Y tampoco te enojes conmigo por no poderte seguir el paso, eh —Me señaló y me reí —Soy una persona normal.

—Lo sé, no eres un ángel como yo, ¿verdad? —La miré con una ceja alzada, negó con la cabeza y no volvió a prestarme atención.

El juego de Paintball sería afuera, habían colocado obstáculos y ese tipo de cosas en toda la cancha de fútbol, había banderas de los colores de los equipos.

El sol estaba en su punto máximo, había un poco de aire.

Nos dieron unos chalecos de color rojo y unas pistolas con una mancha del color de nuestro grupo, también unos lentes para proteger los ojos. Miré a mi compañera colocarse el chaleco y tomar con agilidad su arma.

Me observó.

—¿Qué pasa?

—Presiento que me has mentido y no eres tan mala en este juego —La acusé, achinando mis ojos para verla.

—Solo tomé mi arma.

—No me engañas.

Bufó y no volvió a decir nada.

—De acuerdo, conocen las reglas —Anderson me miró y yo asentí —Recuerden que solo tres disparos en una persona y estará fuera, traten de no disparar en el rostro. Ahora sí, cuando escuchen el silbato, podrán iniciar. Y, por favor, no se pongan a pelear cuando alguien del equipo contrario robe su bandera, con el simple hecho de tomarla, ya habrán perdido.

—Me está poniendo ansioso —Susurré.

Tomé a Anderson del chaleco y nos escondimos detrás de una pared de goma.

—¡Pon atención! —La regañé, solo se encogió de hombros. Asomé un poco la cabeza, esperando a escuchar el silbato, cuando sonó, tensé el agarre de mi mano en mi arma y en el chaleco de mi compañera.

Volví a asomarme para ver si lograba ver a alguien del otro equipo, no se escuchaba nada.

—Hay que movernos, si nos quedamos aquí, van a dispararnos en cualquier momento —Hablé en un susurro, cuando volteé a verla, ella ya estaba corriendo a la otra pared de goma que estaba a unos metros.

Me quedé sorprendido, cuando estuvo segura, me hizo señas para que fuera con ella.

Cuando estuve a su lado, se comenzaron a escuchar a personas gritar y disparar, asomé mi cabeza y disparé a un par de personas que pertenecían al equipo contrario, logré disparar dos veces, iba a dar el tercero, pero mi compañera lo hizo por mí.


—Definitivamente eres buena en este juego —Le dije.

—Eso creo... —Y volvió a correr, ocultándose a unos metros de donde yo me había quedado.

La seguí, teniendo pensado cubrirle la espalda, sentí un jalón en mi chaleco que me hizo tropezar, había caído detrás de uno de los escudos que se encontraba más abajo en el suelo, a mi costado estaba Anderson.

—¡Oye! ¿Qué, te crees que estas en una película de acción? —Tuve que quejarme, mientras sacudía mi ropa, ella estaba atenta al panorama, me incorporé e hice lo mismo —¿Desde cuándo eres tan hábil en este juego?

—¡Cierra la boca! —Bramó en un susurro y volvió a mirar al frente —Ya no quedan muchas parejas, nos han disparado ya dos veces, un disparo más y ambos estamos fritos. Allá esta la bandera...

—Bien. No podemos ir por en medio porque todos están a las orillas, nos atacarían al instante, y si vamos por las orillas, sería muy complicado, todos están ahí, así que... —La miré —¿Cuál prefieres, Rambo?

La vi pensarlo, procesarlo y volver a pensarlo, no era una decisión fácil después de todo.

—¿Y si tú vas por la orilla y yo por el medio? —Negué al instante —¿Por qué no?

—¿No me escuchaste? Todos deben estar en las orillas, si vas por ahí, te van a matar —Rechisté.

—Hagámoslo —Me ignoró.

—Anderson... —Intenté tomarla de un brazo, pero me dio un manotazo —Pero...

—¡Cúbreme! —Gritó, antes de salir corriendo, la vi correr en zigzag por en medio de las paredes de goma, los disparos iniciaron, llegaban de varios lugares a la vez, tuve que dispararles de vuelta, intentaba darle más tiempo a Anderson de llegar a la bandera.

Corrí por las orillas, disparando tres veces a cada persona que veía, dejando heridos en el piso, veía a mi compañera correr y de vez en cuando esconderse, juro que por un segundo todo esto se sintió como en las películas de acción.

A unos pasos de mí, un chico del equipo contrario tomaba un arma que estaba en el suelo para apuntar a Anderson, ella no podía verlo, no pensé mucho para salir corriendo lo más rápido que pude para llegar a ella.


—¡Anderson! —La llamé, sin detenerme un segundo, la fémina se dio la vuelta y noté como sus ojos se abrían de más, la abracé para cubrirla con mi cuerpo, a los segundos sentí un golpe en la parte baja de mi espalda, me separé de ella para mirarla.

—Jungkook... —Susurró, estática.

—Corre —Murmuré y me tiré al suelo, la vi correr y no me quedó más que sonreír cuando ella tuvo entre sus manos la bandera.

El silbato volvió a escucharse por todo el campo, el maestro se acercó a Anderson. Los sobrevivientes y los asesinados comenzaron a acercarse.

—¡Bien, eso fue lo más dramático y épico que he visto en todos los años! —Todos rieron —Y hubiera sido una victoria de no ser porque le dispararon a tu compañero.

En ese momento me puse de pie y hablé.

—De hecho, sí ganamos —Me quité mi chaleco y se lo mostré —El chico tomó un arma de nuestro grupo y me disparó con ella, según lo que leí en las reglas, eso no cuenta, así que sigo vivo —Me acerqué al tipo que intentó disparar a Anderson y mostré la marca roja que tenía el arma.

Todos susurraron.

—Jungkook —Ella me señaló, llena de orgullo. Me hizo reír.

—Entonces ¡felicidades, ganan los diez puntos y pasan a la segunda ronda!

Tenía intenciones de acercarme a Anderson y chocar lo cinco, después de todo habíamos ganado debido a que ella tomó la iniciativa, pero todos miraban, no pude hacerlo y lo mejor que pude hacer fue ignorar el gesto.














★彡[ᴀʟʏɴ.




Habíamos logrado entrar a la ronda final, estaba orgullosa de nuestras maniobras para ganar, me había sorprendido el abrazo que me había dado Jeon, ahí, en medio de todos, ni siquiera tuve tiempo de sonrojarme, había cumplido uno de mis sueños, que era jugar Paintball con él, siendo equipo, aunque hubiera sido lindo celebrar juntos y que no me ignorara al final.

Yo volvía del baño, nos habían dado media hora de descanso. Celestine y Troy también habían entrado a la ronda final, entre otras cuantas parejas.

Jungkook se había ido con sus amigos, por ahora me encontraba por mi cuenta. Me detuve en el pasillo en donde mantenían algunos trofeos y fotos de juegos anteriores del Pep rally, en una de esas fotos salía Jungkook junto con otras personas, tenía una sonrisa presumida y triunfante.

Aun recordaba ese día como si hubiera pasado ayer.





꧁༒☬𝓐ñ𝓸𝓼 𝓪𝓽𝓻á𝓼.☬༒꧂




Estábamos en la última ronda de Paintball, el equipo que tomara la bandera del contrario, sería el ganador de este año, yo siempre había deseado ganar, con mi equipo, jamás habíamos ganado y presentía que esta vez lo lograríamos, sin embargo, escuchar a Jungkook decirles a sus amigos lo mucho que él quería ganar, lo mucho que quería llevar esa medalla a su casa, escucharlo decir eso, busqué cualquier manera para hacer que su equipo ganara, aunque el mío perdiera.

Todos estábamos esperando a que el silbato volviera a sonar para que el juego diera inicio, Celestine estaba en mi equipo, se encontraba a mi lado, mirando con nervios el panorama frente a ella, mientras que yo me dedicaba a buscar con la mirada a aquel chico de ojos rasgados.


—Lo que sea que estés planeando, olvídalo —Susurró mi amiga.

—No sé de qué hablas —Respondí, tratando de que mi voz no vacilara, sonreí cuando encontré a Jungkook. Estaba a unos metros de nosotros, junto a algunos chicos de su equipo contrario.

Me di cuenta que teníamos a un enemigo cerca, Jungkook comenzó a correr por entre medio de varias personas, intentaban dispararle, no iba a lograrlo si seguía así, no lo pensé mucho para correr hacia el enemigo que teníamos cerca, derribarlo, ganándome algunos disparos de su parte, su arma cayó al suelo. Con esa misma, sin que se diera cuenta, le disparé a mi amiga con el arma enemiga y les disparé a los de mi equipo, aquellos que intentaban derribar a Jeon.

Él saltó por encima de mí, me disparó aun cuando ya estaba muerta.

—Presa fácil, rarita —Se burló, yo estaba en el suelo, mirándolo con molestia, aunque realmente estaba feliz de haber podido lograr mi objetivo. Me disparó una vez más en el abdomen y corrió a tomar nuestra bandera.

El maestro anunció que el equipo de Jeon había ganado, mi amiga se acercó a mí y me ayudó a ponerme de pie.

—No puedo creer que fuimos traicionados, peor aún, por mi mejor amiga —Acercó su boca a mi oído, susurrando entre dientes —¡Todo por ese malnacido!

—No me arrepiento —Me reí al verla quererme arrancar el cabello.

—No puedo creerlo —Se quejó, mirando al equipo contrario celebrar.

—Tienes que guardar el secreto.

—Tienes suerte de que seas mi mejor amiga, de lo contrario te iba a acusar.

Estaba feliz.

Contemplé desde lejos como tomaban una foto a los campeones de los juegos, mientras les daban medallas y les entregaban un trofeo mediano.

Él sonreía a la cámara, me dieron unas inmensas ganas de ir y felicitarlo, abrazarlo quizás, pero en cambio solo me quedé observando como todos lo abrazaban y felicitaban entre gritos y golpes.

—Tú querías una medalla —Habló mi amiga.

—Él también. Estoy feliz con verlo sonreír así —Contesté, satisfecha.

La escuché suspirar.





꧁༒☬𝓐𝓬𝓽𝓾𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭.☬༒꧂





—Aun no puedo creer que le hayas cedido el trofeo —Habló detrás de mí, no necesité darme la vuelta para saber que se trataba de mi Cele —Aun no lo acepto.

Se colocó a mi lado y observó la foto.

—Lo peor de todo es que él cree que lo hizo por su cuenta. Tú debiste estar en esta foto, no él.

—Deja de intentarlo, no me harás arrepentirme, de todas formas, ya es pasado... —Sonreí, mirando con nostalgia la foto, viendo esa sonrisa desdeñosa en la imagen —Además, mucha gente iba a estar furiosa de verme en esta foto.

—Que se jodan, iba a ser un triunfo bien ganado, sin mentiras —Me miró —Se que estas feliz de verlo sonreír así.

—Así es. Siempre será de esa forma... —También la miré —Siempre voy a estar dispuesta a ayudar para que esa sonrisa no se apague. Yo siempre voy a estar feliz si sigue sonriendo de esa forma.

























Siempre imaginé el momento en que subiera esta parte JAJAJJAJJAA 

Aquí podemos ver una pequeña parte de ciertas cosas que hizo Alyn en el pasado por Jk, sin que él lo supiera, claro.

¿Qué piensan de la interacción de estos dos en este capítulo, del movimiento SUPER dramático de Jungkook para "salvar" a su compañera? JAJAJAJAJJA SE PASO

Déjenme sus opiniones, teorías y cualquier cosa en los comentarios.

Si veo comentarios, publico el otro hoy mismo, no sean malitas y malitos, comenten, el siguiente capítulo esta tremendo, bueno, no tanto así, pero... aaaahg, es muy fuerte para Jk. 

Gracias por leer.

Mini maratón 02/03

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