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Capítulo 14


















·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙ ✩ *̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ .·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙ ✩ *̩̩̥͙˚̩̥̥*̩̩ ͙‧͙ .

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★彡[ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ.




—¿Te está yendo bien en el nuevo trabajo? —Pregunté, ambos entrabamos a su traila.

La contemplé caminar hasta la pequeña cocina. No tenía mucho que había decidido vivir sola en una traila a unos cuantos minutos de la casa de su familia.

—Va bien... —Ella y sus respuestas cortas.

Pero la conocía bien, supe que algo andaba mal cuando vi su expresión, mi cuerpo se tensó al instante y esa sensación de peligro se apoderó del ambiente.

—¿Q-qué pasó? —La voz me tembló. Maldije por eso.

—Sabes que odio cuando tartamudeas. ¿estas nervioso? Típico de niños como tú —Expresó, hastiada. La seguí hasta la sala, de nuevo volvía a sentir ese entumecimiento en el pecho por sus palabras —Te he dicho que los hombres no deberían ser tartamudos.

—No soy tartamudo —La corregí, sabiendo que eso podría empeorar todo.

Ella se sentó en el sofá y me escudriñó de arriba a abajo.

—¿Sabes que es lo que veo cuando te miro? —Me quedé callado —Veo solo a un niño que sigue siendo inmaduro y que no importa que haga, siempre va a ser un inútil, nadie nunca va a estar orgulloso de ti ni de nada de lo que hagas. Eso veo.

—¿Y por qué sigues conmigo? —Alcé ambas cejas, tratando de no demostrarle lo mucho que sus palabras habían calado profundo en mí.

—No tengo idea —Se encogió de hombros, como si no estuviera rompiéndome, quizás eso fue lo que más me dolió escuchar —Tú querías salir conmigo y yo estaba aburrida... —Se levantó y se acercó a mí para acariciar la piel de mi cuello —Pensé que sería divertido salir con alguien menor que yo, enseñarle cosas —Su mano descendió por mi pecho, abdomen y se detuvo cuando llegó al cierre de mi pantalón. Cada que, hacia eso, me ponía aún más alerta, incómodo, por eso me alejé de ella, fue cuando me miró con fastidio —Pero joder, eres tan bueno para nada, un marica que ni siquiera soporta que una mujer lo toque, no sé si pueda seguir así, Jungkook.

—Sigues así porque quieres, nunca te obligué a estar conmigo —Me alejé de ella para poder tomar mi mochila del suelo y me dispuse a salir del jodido lugar.

Ji Eun era la clase de chica que odiaba quedarse con las palabras en la lengua, le gustaba ganar las peleas, tener siempre la última palabra, es por eso que no me sorprendió cuando me alcanzó antes de que saliera.

—Grábate algo en la cabeza, Jungkook. Nadie quiere a alguien inútil, a alguien tan inmaduro como tú, tan jodidamente inseguro y echo mierda como lo eres. Vas a querer a más personas y esas personas te acabaran dejando por esas mismas razones. Siempre serás un estúpido niño. Siempre lo serás, y vas a quedarte solo por el resto de tu vida... —Cuando me di la vuelta para mirarla, me regaló esa sonrisa que antes me parecía preciosa y que ahora solo me provocaba horror, no dije nada, solo me di la vuelta y salí de ahí, con el corazón hecho trizas, una vez más.














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Tuve que abrir los ojos porque volver a esos recuerdos me hacían sentir ahogado, el techo blanco me recordó que ya no estaba ahí. Sentía que respiraba más rápido de lo normal, la frente la sentía húmeda. Llevé la mirada a un costado mío y me encontré con la mirada amable de mi psicóloga.

—¿Estas bien? trata de relajarte un poco —Su voz era calmada la mayoría de las veces —Cuéntame...

—¿Qué más quiere escuchar? —Contesté, a la defensiva. Recordar esos momentos me ponía de nervios, nunca los había compartido con alguien.

—Lo que quieras compartirme. Por ejemplo, la manera en la que te sentías con ella, o la manera en la que te sentías cuando te agredía —La vi acomodarse en su silla.

Suspiré y nuevamente miré el techo blanco, pensando en palabras exactas para describir cómo me sentía alrededor de Ji Eun.

—Alerta. Así me sentía la mayoría de las veces que estaba con ella, nervioso también. Pensaba que me sentía así porque me gustaba, pero, ahora... siento que era más por temor a escucharla insultarme. Era bueno cuando salíamos porque normalmente nunca me agredía cuando estábamos en público, afuera se portaba como cuando la conocí, se sentía bien en esos momentos...

—Si comenzaste a sentirte así con ella, ¿por qué no la dejaste cuando iniciaron los maltratos?

—Porque la quería, porque ella me quería —Respondí, al instante.

—¿Crees que eso era amor? —La pregunta me hizo mirarla.

¿Entonces qué fue todo eso, qué fue eso que vivimos? Quizás lo que Ji Eun sintió había sido todo menos amor, pero... ¿y lo que yo sentí, mis sentimientos? ¿no fue amor tampoco?

—Eun fue criada en una familia problemática, sus papás llegaron a Estados Unidos cuando ella tenía cinco años. Pocas veces vi a sus papás y eran... terribles y debido a eso pensaba que mi novia amaba de una manera distinta. Me decía a mi mismo que todo lo que ella expresaba no eran más que maneras de ella para liberarse, que me amaba, pero no sabía cómo demostrarlo...

—¿Sigues creyendo eso?

—No estoy seguro. Han pasado meses y ella no pasó a mi casa ni una sola vez. Intenté seguir creyendo en ella después del accidente, pero cuando vi la publicación y todo lo demás... todo siempre fue mentira —Concluí, aun sintiendo ese vacío en el pecho.

—¿Cómo te sientes al pensar en eso, en las publicaciones? ¿cómo fue en el momento?

—Me siento estúpido, siempre hubo señales, personas a mi alrededor que me decían que debía salir de ahí, pero yo nunca hice caso —Me reí, sin gracia —Cuando vi las publicaciones y terminé de leer... sentía que iba a morir ahogado, jamás había sentido un dolor en el pecho tan punzante, la sensación de las paredes cerrándose...

—¿Y cómo saliste de eso?

Negué con la cabeza.

—¿Jungkook?

—Llamé a la única persona que apareció en mi mente.

—¿Y qué pasó?

—Me refugié en ella. No tenemos una relación cercana, pero sé que puede entenderme. Me dijo muchas cosas que ayudaron a relajarme un poco, y después me llevó a una sala de videojuegos... —Sonreí, esta vez con un poco más de sentimiento —No me sentía bien al inicio, pero esta persona me hizo disfrutarlo sin sentir remordimiento.

—Debe ser alguien importante —Supuso.

—No. Solía hacerle la vida imposible en la escuela, es otra de las cosas que hice mal. Le arruiné la vida por varios años, a pesar de eso, ella me ha apoyado en casi todo.

La mujer delante de mí, suspiró. Dejó su pequeña libretita sobre la mesa que nos separaba y me observó, con atención.

—Por lo que me has contado estos últimos días, vamos a trabajar en tu autoestima e iremos cubriendo los demás temas. Esta novia tuya disminuyó mucho tu confianza en ti mismo y al mismo tiempo creó cierto tipo de pensamiento prejuicioso en ti, vamos a trabajar en eso, puedes mejorar, pero la clave para hacerlo es que des de tu parte, que te comprometas a todo. Yo te puedo ayudar, pero tienes que poner de tu parte para salir de esto.

—Está bien.

—Y, Jungkook... —Alcé la cabeza para mirarla —Todos cometemos errores, unos grandes, otros pequeños. Créeme, no eres el único que ha querido a la persona incorrecta. Fuiste valiente y fuerte, no eres un inútil si puedes querer cambiar. Eres fuerte al venir aquí, eres valiente por recordar y contarme, hay muchas personas a tu lado que te aman, tienes que empezar a agradecer más eso.

Lo sabía.

Asentí con la cabeza y ella me imitó.

—Lo haré —Sonreí sin mostrar los dientes —¿Es todo por hoy?

—Es todo —Me devolvió la sonrisa, me puse de pie, estreché su mano y salí del consultorio para encontrarme con mis padres afuera.

Me sonrieron, demostrándome el enorme apoyo que me daban, algo que agradecía. Me di cuenta que a pesar de tener el corazón destruido, a pesar de que estaba roto por entero, seguía teniendo algo que Ji Eun no tenía, y eso era el apoyo y el amor de mi familia, quienes siempre iban a estar ahí para sostenerme cuando no fuera capaz de hacerlo por mi cuenta.

—¿Cómo te fue? —Appa fue el primero en hablar.

—Estuvo bien, creo que está dejando de ser incómodo —Le sonreí y contemplé a omma, ella miraba el suelo —¿Eomma? ¿Qué tienes?

Yongseohaejuseyo adeul... (Por favor, perdóname hijo) —Levantó la cabeza para mirarme, yo seguía sin entender —S-se supone que debía cuidarte y no pude protegerte de esa loca, te hizo daño y ahora estas triste y no logras encontrarte. ¡Lo lamento, mi niño! ¡es culpa mía! —Y, quizás, por primera vez odié de verdad a la persona que amaba, debido a ella, los ojitos de mi madre estaban llenos de lágrimas, mi corazón se estrujó y no dudé en acercarme a ella y estrecharla entre mis brazos, con fuerza.

Ne jalmos-i aniya (no es tu culpa) nunca. Na... (Yo...) me enamoré de la persona equivocada y e-eso no tiene nada que ver contigo. Y-yo tengo que pedirte disculpas a ti, debí escucharte, debí hacerte caso... dangsin-eun hangsang modeun il-e olhseubnida (siempre tienes la razón en todo) —Me fue imposible controlar la tembladera de mi voz, pero no me importó, eran mis padres y les debía sinceridad.

Sentí su cuerpo vibrar, se había reído. Se alejó de mi cuerpo y con una de sus manos limpió mis lágrimas, Anderson cruzó un segundo mi mente.

—Debiste de haberte sentido solo y herido.

—Los tengo a ustedes. —Limpié sus lágrimas y le sonreí.


Los seguía teniendo, también a las personas que siempre intentaron que me diera cuenta de quién era en verdad Ji Eun, aunque nunca escuché, seguían ahí. Tenía a personas con quienes nunca hablé, pero que ahora estaban para mí... La psicóloga dijo que mi mente seguía estando llena de prejuicios, pero quería soltarlos, poco a poco ir descubriendo quién era Jeon Jungkook en verdad, las cosas que quería y lo que sentía. Esperaba poder hacerlo. Creí en cosas que ella me dijo, muchas de ellas jamás fueron buenas, esperaba que todo esto fuera suficiente para desterrarlas de mi mente.

Antes de ir a casa, omma quiso pasar al Dollar para comprar un par de cosas, aproveché para tomar algo para comer.

Una media hora después, appa aparcaba el carro frente a la casa, el motor dejó de vibrar y fue cuando me dispuse a salir, la puerta se cerró y comencé a caminar a la entrada, pero mis pies se detuvieron al instante cuando fui consciente de la figura que estaba a unos metros de mí.

Fruncí mi ceño y caminé a ella en silencio, no se había dado cuenta de mi presencia porque estaba de espaldas, y debía estar, o sorda o muy ensimismada mirando la fachada de mi casa como para no escuchar el zumbido del carro.


—¿Qué crees que haces? —Hablé, ella brincó en su lugar y sonreí cuando se dio la vuelta y observé su expresión de horror —No sabía que estabas en tus inicios de acosadora profesional —Contemplé mi casa y después a ella, seguía intentando recomponerse del susto.

—¡No lo estoy! —Se quejó entre dientes, mientras un color rosa se instalaba en sus mejillas.

Por dios...

—¿Y entonces que hacías mirando mi casa de esa manera? Porque déjame decirte que luces justo como luciría una persona que fue atrapada haciendo algo malo —Seguí molestándola. Quizás ese color en sus mejillas podría volverse más potente.

—No estaba haciendo nada malo. Supe que fuiste al psicólogo y quería saber si estaba yendo todo bien... —Habló tan rápido que apenas logré captar nada, mi expresión se mantuvo confusa y fue cuando ella se rindió, bajó la cabeza y suspiró —Quería saber si estabas bien, el psicólogo a veces es estresante.

Me mordí el interior de mi mejilla.

—Estoy bien. Es incómodo a veces, pero creo que me está gustando —Volvió a mirarme, tenía ese brillo de siempre en los ojos. No sabía cómo podía mantener eso.

—¡Oh, pero si es Alyn! —Mi madre ingresó a la conversación, chillando de emoción al ver a la joven frente a mí. Se puso a mi lado y observó a Anderson —Geudeul-eun imi hwahaehaessseubnida... (Ya se han reconciliado...) Alyn me da gusto verte.

Mi mamá volteó a ver a mi papá y, juro por dios que agradezco que Anderson no sea capaz de entender nada de lo que decía mi madre porque, entonces, creo que hubiera sido capaz de ahorcarla ahí mismo, frente a todos.

¡Yeobo (cielo)! Naneun geunyeoga jeong-gug-ege wanbyeoghan yeojachingulago hwagsinhanda. Geunyeoneun naui huimang-ida (Estoy segura de que ella es la novia perfecta para Jungkook. Ella es mi esperanza) —Dijo, como si la chica no estuviera delante de ella, mirando todo con curiosidad. Yo quería morirme —Naneun geudeul-i salang-e ppajin moseub-eul ilhji anhneunda (No pierdo la esperanza de verlos enamorados).

De acuerdo. Eso fue demasiado.

—Mamá. Basta. Geuleon il-eun eobs-eul geolago imi malhaessjanh-a, aendeoseun-eun geunyang chingu-il ppun-iya... (Ya te dije que eso no sucederá, Anderson es solo una amiga...) —Bramé, sintiendo la vergüenza querer apoderarse de mi cuerpo —Geunyeoga jubyeon-e iss-eul ttae geuleon geosdeul-eul eongeubhaji maseyo (No menciones esas cosas cuando ella esté cerca).

Wae geogjeonghaeyo? Geunyeoneun naega malhaneun geos-eul amugeosdo ihaehaji moshaessseubnida. Jyae jom bwa, neomu gwiyeowo (¿Por qué estas preocupado? Ella no entendió nada de lo que estaba diciendo. Mírala, es tan linda) —Y por instinto, todos volteamos a ver a la americana, la fémina nos miró a todos, con una incomodidad grande, reflejada en su expresión.

—De acuerdo... —Se agarró el lóbulo de su oreja y señalando a sus espaldas, dijo, cohibida —Le dije a mi papá que no demoraría, así que... —Miró de reojo a mi madre, quien seguía viéndola como si fuera un ser asombroso salido de la nada —M-me voy.

Se despidió con timidez y se fue, a pasos rápidos. Cuando ella ya no estuvo más en nuestro campo de visión, enfrenté a mi querida madre.

—¿Era necesario que te pusieras a hablar de eso ahora, justo ahora? —Le recriminé, molesto.

—¿Por qué, te molesta que la haya ahuyentado y que de esa forma no pudieras seguir coqueteando con ella? —Se estaba riendo de mí.

—¡Por dios! ¡has perdido la cabeza!

—No vayan a ponerse a discutir ahora... —Comentó appa, a la vez que abría la puerta de casa —Por cierto, ¿su madre no vive con ellos?

—Estaba preguntándome lo mismo. Siempre menciona a su papá, pero a su mamá no... ¿sabes si sus padres se separaron? —Esta vez mi mamá me miró, ya más seria.

—La verdad no tengo idea —Me encogí de hombros y miré por donde Anderson se había ido —No había tomado mucha importancia a ese detalle...














★彡[ᴀʟʏɴ.




Cólicos.

Una de las peores cosas que puede sentir la mujer.

Habían pasado dos días desde la última vez que había visto a Jungkook, ese día cuando volví a casa, un malestar ya conocido comenzó a hacerse presente en mi vientre, en el fondo quise creer que no era lo que ya me pensaba, de todas formas, hoy, lunes, inicio de semana, al levantarme para prepararme para la escuela, me di cuenta que había un pequeño rastro de sangre en mis cobijas junto con un increíble dolor de vientre. Iba a quedarme en casa hoy.

Estaba en mi cama ya cambiada, con las manos sobre mi vientre, esperando a que la pastilla que me había tomado hiciera efecto.

Unos golpecitos en mi puerta me hicieron dejar de rogar para que el dolor se fuera.


—Cariño. Tengo que irme a trabajar, dejé comida en el microondas y dinero en la mesa por si necesitas algo, volveré en la tarde —Me sonrió, yo asentí sin ganas de hablar y sin más, se fue.

Para papá ya era algo normal todo este tema de la regla menstrual y los cólicos fuertes, él cuenta que mi madre solía tener también dolores fuertes cuando su periodo llegaba, dice que él se encargaba de comprarle todo lo que necesitaba para esos días complicados, se quedaban horas viendo películas y comiendo cosas que a ella le gustaran.

Le había mandado a Cele un mensaje para decirle que me quedaría en casa, se había puesto a chillar, juró venir a verme después de clases. No es como si estuviera inválida, pero en ocasiones hasta podía llegar a temblar del dolor, suertudas aquellas que no tienen dolores.

Una de esas chicas es mi amiga.


Toda la mañana me la pasé viendo videos en la tele, escuchando música o viendo alguna película fea de Netflix, el dolor había disminuido bastante, a las nueve con cuarenta minutos me levanté para ir a la cocina y calentar la comida que estaba en el microondas.

Estuve unos cortos minutos esperando a que mi rebanada de pizza se calentara lo suficiente y desayuné en la sala, viendo Disney Plus, Moana servía para desayunar entretenida.

Aún recuerdo la primera vez que mi periodo llegó, quizás tenía unos doce o trece años, estaba jugando en el patio de casa cuando de repente sentí como si me hubiera hecho pis encima, me toqué para ver si estaba mojada, cuando lo confirmé, corrí a casa y justo papá estaba ahí, él se dio cuenta de que no era pis. Yo gritaba si me iba a morir, o que si mis órganos se habían reventado dentro mío. Papá me ayudó a cambiarme, me explicó cómo poner una toalla femenina y qué era lo que pasaba conmigo. Se que fue difícil para mi padre explicarme algo que él nunca tendrá que vivir, fue difícil explicarme algo que se supone las madres deben hacer, pero la mía no estaba para hacerlo, mi madre se había ido muy temprano de nuestras vidas.

Pa dijo que se había informado sobre ese tema mucho antes de que pasara para que cuando el momento llegara, él supiera que decirme y de qué forma.

Él ha sido madre y padre al mismo tiempo desde que mamá se fue, y lo admiro por ser tan fuerte.


Eran las once con cuarenta cuando me levanté para ir al baño, cuando regresé a la sala, me di cuenta que tenía un mensaje de mi mejor amiga.





Pero no volvió a contestar, probablemente por pura maldad.

A eso de la una de la tarde, me encontraba con un atuendo perfecto para estar en casa, papá había llamado para decir que saldría un poco tarde, estaba preocupado, pero le aseguré que me sentía mejor que en la mañana, le mentí porque había comenzado a dolerme de nuevo.

Mi único acompañante era mi manta de cerditos.

Y a las tres de la tarde, unos golpes en la puerta me despertaron de mi tercer sueño. Con flojera y entumida, me levanté y abrí la puerta, cerrando los ojos al instante por la luz del día, vi una silueta...

—¿Celestine? —Pregunté, apenas con los ojos abiertos.

Nadie contestó, pero no fue necesario, porque cuando un perfume de chico, que conocía en donde fuera, llegó a mis fosas nasales, cerré la puerta de un portazo.

—¿Qué hace aquí? —Me cuestioné en un susurro, sintiendo el horror recorrerme entera.

—¿Te han dicho que eres de lo más amable, Anderson?  —Escuché su voz del otro lado de la puerta —Me has sacado sangre de la nariz...

Cuando escuché eso, abrí la puerta lo más rápido que pude, lo miré con dificultad por la luz.

—No hay sangre... —Aprecié su nariz, con los ojos entrecerrados.

—Pues claro que no, pero la habría de no ser por mis buenos reflejos... —Negó con la cabeza y se asomó sobre mi hombro, para ver el interior de mi casa —¿Vas a invitarme a pasar o me tendrás aquí afuera?

Pensé dejarlo afuera, pero no podía ser tan mala. Me hice a un lado para que pudiera pasar, cuando estuvo dentro, cerré la puerta. Caminé hasta el sofá en el que estuve hace un momento y me senté.

—Toma, mamá dijo que te ayudarían —Me lanzó una bolsa, la revisé y eran sobrecitos de té. Lo miré con el ceño fruncido.

—¿Cómo...?

—Creo que mi mamá se encontró con tu papá, y ya sabes... —No dijo mucho.

—Bueno, gracias... —Dejé la bolsa en la mesita frente a mí —Puedes sentarte...

Solo tuve que decirle eso para pronto tenerlo dejándose caer bruscamente a mi costado, tomando mi cobija y mirándola con curiosidad.

—Cerditos, ah... —Me miró, con una sonrisa socarrona.

Se la arrebaté de las manos y me tapé con ella.

—Déjame en paz.

—Como sea, viendo que cuando abriste la puerta ni siquiera soportabas la luz del día, me supongo que no has salido de este sofá desde que despertaste hoy en la mañana... —Aseguró.

—No viene al caso tu comentario. ¿Crees que tengo ganas de salir, ah? —Le recriminé, enojada. Irritada y enamorada.

Suspiró dramáticamente, sin dejar de verme con los labios en piquito.

—Mamá me advirtió sobre eso... —Susurró, para si mismo y después me observó con seguridad —¿Tienes buenas películas?

¿Si tengo buenas películas...?


Oh dios...


















⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇ ⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇

⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇ ⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇



















—¿Estas bien? parece que no hubieras dormido en días —Sabía que me seguía, pero no tenía las suficientes fuerzas como para voltear a verla, el sueño estaba apoderándose de nuevo de mi cuerpo.

—Anoche no dormí mucho. No podía dormir... —Contesté, tratando de que la flojera se esfumara de mi cuerpo, pero jamás pensé que alguien me ayudaría con eso.

Mis ojos se abrieron de repente, el sueño se me fue de golpe cuando me di cuenta de que estaba en el suelo, cuando alcé la cabeza, me topé con la mirada burlesca de Leroy, ahí fue cuando me di cuenta que había sido él.

Algunas personas se detuvieron a verme, algunos otros rieron levemente.

—¡Hijo de puta! —Encolerizó mi amiga, empujando al chico, quien reía con su amigo, Jay —¿No estas cansado de esto? Porque yo estoy harta de ti, de todos ustedes.

—Tranquila, fue un accidente —Una chica habló, los chicos rieron.

Suspiré por eso e intenté ponerme de pie, pero cuando moví mi muñeca, fue cuando sentí un pinchazo en ella, dolía. Levanté la mirada y ahí estaba, mirándome en silencio. Me puse de pie como pude mientras seguía escuchando a Celestine pelear con los demás. Los maestros pronto llegarían a regañarnos.

—¿No es así, Jk? —Jay se devolvió a Jungkook, lo vi tensarse de pie a cabeza cuando la mirada de todos estuvo sobre su persona —Solo fue un pequeño accidente... los accidentes pasan a menudo, ¿verdad?

Se produjo un silencio aterrador, todos esperábamos a que el de ojos rasgados dijera algo, yo en el fondo sabía lo que diría, pero al mismo tiempo esperaba que no fuera así.

Él seguía tenso en su lugar, observándonos, incómodo.

El aire se fue un poco de mis pulmones cuando Jungkook asintió lentamente con la cabeza, recogió su mochila del suelo y se fue a pasos rápidos, desapareciendo de la escena del crimen, un crimen en donde yo nuevamente era la víctima.


—¿Lo ven? No es nuestra culpa que siempre te ocurran accidentes. Tú lugar es ese, el de un error... —Murmuró Jay.

—Te prometo que eso tú no lo decides, idiota —Gruñó mi mejor amiga, después tomó mi mano y nos llevó lejos de ellos. Me soltó cuando estuvimos delante de la puerta de la clase de matemáticas.

Jungkook ya estaba en su asiento cuando yo me senté delante de él, en ningún momento me miró.


Y aquí estábamos de nuevo, parecía que nunca avanzábamos, es como si siempre volviéramos al inicio de todo. No importaba qué tan bien nos lleváramos entre nosotros, no importaba cuando aún existía ese prejuicio entre los dos, ese prejuicio en todos los demás. Al final del día, Jeon no sería capaz de dejar nada de eso, menos por mí, ni por nadie, posiblemente. A él le gustaba estar en el centro.

Lo sabía mejor que nadie, y aun así esperé que Jungkook negará todo y me ayudara, pero pedía mucho. Yo pedía mucho, esperaba mucho... jamás iba a levantarme del lugar en donde me tiró hace tanto tiempo, en donde me tachó como un error... porque yo solo fui eso para él, un error.

Así como alguna vez me llamó.














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El pasillo que daba al estacionamiento de la escuela casi nunca estaba lleno, eso era bueno para aquellos que preferían no estar tan rodeados de gente, para aquellos que les molestaba el bullicio que acarreaba el pasillo principal. Yo era una de esas personas...

A pesar de que era un pasillo poco transitado, que solo lo era por aquellos que preferían la paz mental y que detestaban la atención de las demás personas, yo aun seguía sintiendo esa incertidumbre de encontrarme a Leroy, Jay o incluso Jungkook, encontrarme con aquellas personas que aun eran capaces de meterse conmigo. Por eso mi cuerpo se tensa cuando veo a una cabellera negra a unos metros, estaba con las manos dentro de su mochila.

Maldije cuando me di cuenta que tenía que pasar justo a un costado de él. Era necesario si quería llegar a mi primera clase.

Que increíble suerte tengo.


Parecía estar muy concentrado en lo que sea que buscaba en el interior de su bolso, quizás no notaría que yo estaba ahí y tal vez lo haría cuando yo ya estuviera lejos, suspiré con nervios y me dispuse a caminar por ahí con pasos rápidos, pero disimulados.

—¡Bro! —Andrew Duncan, era uno de los amigos más cercanos a Jungkook, era un chico bastante lindo, su mandíbula era muy linda, al menos eso dicen las chicas. Tenía ojos azules que a veces me daba la sensación de que eran transparentes como el agua. En lo que cabe, era un chico agradable, nunca había hablado con él y nunca me había molestado a pesar de que su mejor amigo lo hacía. Lo vi ponerse a un lado del chico de ojos rasgados, quien le sonrió con coquetería —¿Es cierto lo que andan diciendo por ahí?

—¿A qué te refieres? —Se escuchó confundido.

Yo ya estaba llegando al inicio de las escaleras, pero me detuve cuando escuché algo que llamó mi atención al instante.

—Dicen que te estas echando para atrás —No escuché nada por un par de segundos, como ya no estaban a la vista, no podía ver sus expresiones —Ya sabes, cabello oscuro, cuerpo peq... —Jungkook pronunció un "ah" desinteresado y largo.

—Era eso, olvídalo, ya no interesa... —Escuché movimiento, creo que se estaba poniendo su mochila —Fue un error.

—Oh... —Contestó su amigo.

Oh...

Escuché que ambos caminaban lejos, por eso me asomé un poco y observé la espalda del chico que me gustaba. Había dolido escuchar que yo había sido solo un error, al mismo tiempo lo entendía porque qué más podría ser yo para él.

Rememoro esos momentos en donde lo veía caminar por el pasillo principal mientras yo permanecía en el pasillo sombra, se sentía como si existiera una inmensa barrera entre nosotros, una barrera hecha de espinas enormes que me herían cada que yo intentaba cruzarla, haciéndome recapacitar ante el hecho de que quizás yo jamás podría pertenecer a ese lado del mundo. Esa barrera se hacía fuerte y más alta con el pasar del tiempo, es por eso que ninguno de los dos podría cruzarla. Quizás porque no debíamos pasar sobre ella nunca...

Con esos pensamientos en mente, camino a mi primera clase, herida ante el recuerdo de los pensamientos de "nunca poder, pero querer..." intentando con todas mis fuerzas que no se me notara en la expresión el dolor incrustado en mi ser, en mis ojos y en cada paso que daba para alejarme más de él.














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Hoy habíamos tenido un simulacro ante la idea de un incendio en la escuela, solíamos salir de la escuela y quedarnos un par de minutos afuera. Absolutamente todos salíamos, era divertido, el que no me gustaba era el Lockout, ese consistía en que una vez que daban la señal, los maestros debían bloquear las puertas y apagar cualquier luz, los alumnos se dirigían a una esquina que estuviera lejos de la puerta y se quedaban ahí, en silencio. Ese no me gustaba para nada.

Hoy era un simulacro de incendios, así que estábamos afuera de la escuela...


—Ey... —Escuché un murmullo a mis espaldas, un murmullo tímido y bajito, cuando me di la vuelta, me encontré con sus ojos oscuros a unos metros más arriba, tenían un extraño sentimiento en la mirada, un sentimiento que desapareció cuando parpadeó.

—Ey... —Lo imité. No lo apreciaba bien ya que el sol me daba por completo en la cara, haciéndome achinar los ojos.

No estaba tan cerca de mí, pero aun podía oler su perfume.

—¿Está bien tu muñeca? —Su pregunta me tomó por sorpresa, no pude evitar el cosquilleo en mi estómago ante su tono curioso.

—Está bien... —Mentí un poco porque aún me dolía si lo tocaba con firmeza, pero él no tenía porqué saberlo.

—Estas mintiendo. En toda la clase te la pasaste tocándola. Hacías muecas cada que escribías —Dijo, molesto. Abrí mis ojos de más cuando tomó mi mano para mirar de cerca mi muñeca —¿Te duele si la aprieto?

—Claro que n... ¡auch! —No pude evitar quejarme cuando apretó mi muñeca. Jungkook me miró sorprendido.

—Deberías ir a la enfermería —Sugirió, yo no dije nada y él tampoco. Estaba tan metida en sus ojos que no se si fue imaginación mía, pero llegué a sentir unas caricias en mi muñeca, pensaba mirar a ese lugar en donde nos tocábamos, pero justo unos chicos se acercaban a nosotros, cuando Jungkook se dio cuenta de eso, lanzó mi brazo lejos de su cuerpo, fue brusco y volví a sentir un pinchazo en mi muñeca, él se alejó dos pasos de mí.

Los tipos solo lo saludaron, sin embargo, no se detuvieron, cuando estuvieron lo suficientemente lejos, Jungkook volvió a mirarme y desvió su mirada a mi área herida. Ese gesto me dolió, no le dije nada, solo me encaminé a otra parte que estuviera lejos de él.


Comenzaba a pensar que esto era peor que antes. En el pasado solo me ignoraba y de vez en cuando se acercaba para molestarme, solo con palabras, no me tocaba directamente, no me lanzaba nada, no había contacto físico, y si lo había, eran cosas sumamente superficiales, todo era verbal. Cuando no me molestaba, solo me ignoraba y fingía que yo no existía a su alrededor. Ahora, ahora no solo fingía que a veces no estaba, ahora se avergonzaba de estar cerca mío, estar cerca mío delante de los demás, eso parecía doler más... ¿Por qué tenía que importarle tanto lo que los demás digan sobre él?


Al llegar a casa, me di cuenta que papá aún estaba en el trabajo, pasé de largo por la sala para llegar a la cocina y servirme un vaso de agua.

Y una vez más se me vino a la mente Jungkook y lo sucedido hoy en la escuela. Esa barrera, cada que estaba por cruzarla, él se alejaba, daba dos pasos atrás. Sé que en parte todo esto es parte de su recuperación, pero ¿por qué siento que ni siquiera lo intenta realmente? Se supone que somos amigos ¿entonces por qué no puede intentarlo más? ¿estaba siendo egoísta e inhumana con él? ¿estaba pensando más como la Alyn enamorada? Porque deseaba tenerlo a mi lado, como amigo estaba bien, pero ese lado mío que desea ser más que eso... para ese lado de mí, no es suficiente.

¿Estaba pensando solo con el corazón?

Jungkook no está bien, para nada bien y presiento que mucho de su sufrimiento viene de esa tipa, no solo era la publicación que puso, debía de haber mucho más, estaba segura que esa no fue la única vez que ella fue cruel con los sentimientos del menor... ¿tanto odio puede tener ella como para haber herido a alguien así? ¿cómo pudo herir a alguien que la amaba de manera real y consistente? Nunca entenderé cómo alguien puede herir a las personas que se toman el atrevimiento de amarlas... ¿es porque están tan mal consigo mismos que solo se desquitan hiriendo y destruyendo a otras personas? ¿es envidia, furia o sencillamente no tienen algo mejor que hacer con sus vidas?

Y es que mucha gente no es consciente, o lo son, pero no les importa, sin embargo, a veces las palabras pueden llegar a influenciar mucho a alguien e irónicamente muchas de esas son las negativas. Las palabras son poderosas, a veces las que más duelen son las que vienen de uno mismo...

A mí, desde muy pequeña, me destruyeron la confianza, el amor propio, el gusto que tenía por ciertas cosas, me metieron en la cabeza que era un monstruo, que era un fenómeno, no le deseo eso a nadie. Verte a ti mismo en un espejo y no querer nada de lo que ves, sentir que no podrás nunca sentirte parte de un lugar, me hicieron creer que no era igual a otros y que nunca podría serlo, y quizás es cierto, puede que no sea igual a todos, desde pequeña cargué con cosas que ningún niño debería cargar, llevaba conmigo el recuerdo de mi madre fallecida.

¿Alguien puede decirme si eso hace a un niño normal, me hace un monstruo, me hace lo suficientemente distinta como para nunca poder encajar en algún lugar?

No recuerdo mucho de mi madre, era muy pequeña en ese tiempo, pero hay pequeños fragmentos de ella conmigo, sé que ella me decía que tenía que ser buena con las personas, que sin importar que tan mal estuviera, nunca debía arruinar el día de alguien más solo porque el mío no era bueno, nunca sabíamos si algo tan simple como dar una sonrisa, pudiera salvar a alguien. No lo entendía mucho en ese tiempo, hoy en día comenzaba a comprenderlo más.

"Alyn, nunca sabes cuando una sonrisa tuya puede serlo todo para alguien más."


El sonido del vaso de cristal chocando con la encimera de la cocina me hizo volver en sí, traté de recomponerme, subí a mi habitación para darme un baño y ponerme a hacer los deberes. Pasé varias horas de esa forma...


En la lejanía, logré escuchar objetos rechinando, el sonido de cristales rompiéndose y gritos, se escuchaban tan lejanos que parecía como si no estuvieran ahí, como si fuera algo que solo el viento traía.

Y entre todo ese bullicio, pude reconocer la voz de mi madre...

—¡Alyn! abre tus ojos...

Sentí golpecitos en mi brazo, me costó abrir los ojos, y cuando lo hice, inhalé hondo, como si hubiera estado demasiado tiempo debajo del agua, los sonidos se agudizaron y se volvieron más claros y cercanos, mi vista estaba de cabeza, sentía mi cuerpo entumido, tenso. Estaba sentada en la parte trasera de nuestro carro, mis padres estaban delante de mí, de cabeza, se veían asustados y magullados. Papá tenía una herida en la cabeza y gotas de sangre caían al techo del vehículo, mamá, que iba sentada en el asiento de copiloto, tenía rasguños en el rostro. Hablaban entre ellos, pero estaba tan aturdida que no lograba captar lo que decían.

Llevé mis manitas a mi rostro y cuando me miré las manos, tenía sangre, mucha sangre.

—M-mamá... —Mi voz salió desgarrada. Estaba tan asustada.

Vi a mamá toser con fuerza, sangre escurrió de su boca, eso me alarmó más. El sonido de una ambulancia comenzó a escucharse a lo lejos, mi vista se nubló de pronto, papá le gritaba a mamá, lo vi intentar auxiliarla, pero estando de cabeza era complicado.

—¡No te duermas, cariño! —Escuché la voz trémula de papá.

—Alyn... —El susurro quebrante de mi madre me hizo mirarla, la vi extender su brazo en mi dirección, como si intentara tocarme, era difícil debido a nuestras posiciones, aun así, yo también extendí mi bracito herido hacia el suyo, intentando alcanzar sus dedos, luchando contra todo para tocarla y hacernos saber la una a la otra que estábamos aquí y que estaríamos bien.

Mis dedos estaban a punto de tocar los suyos, pero mi vista volvió a nublarse, todo me dio vueltas y, nunca pude llegar a mamá, nunca pude tocar sus dedos, alcanzar su mano para hacerle saber que estábamos juntas porque perdí el conocimiento antes de lograrlo.


Abrí los ojos, con la respiración agitada, estaba temblando. En algún momento me había quedado dormida sobre mi pequeño escritorio, llevé mis manos a mi rostro y tallé con suavidad mis parpados, intentando despertarme por completo.

Todavía podía sentir el terror en mi cuerpo, el sonido del estruendo, los cristales rotos, la angustia. Todo seguía en mi cabeza. La voz de mamá...

Encendí la pantalla de mi celular para ver la hora, eran las seis de la tarde, tenía algunas notificaciones, también tenía mensajes de Celestine y el inesperado de Jungkook

Mi amiga me había enviado una foto de su tarea, siempre hacía eso cuando no entendía algo. Después le respondería.

Entré al chat de Jeon. Era su típica carita con un signo de interrogación, nunca sabía qué quería decir eso, no le contesté.

Apagué mi celular y lo dejé sobre el escritorio, tomé mi toalla y me metí al baño para darme una ducha.


Tenía que pensar que iba a comer.

























7u7 Yo. De nuevo...

Estamos avanzando, definitivamente. Tenemos otra escenita de la parejita del año, Jeon y Eun. Jungkook empezó sus citas con el psicólogo, ¿creen que eso lo ayude? 

¿Qué piensan de este capítulo? 

Tuvimos algo importante aquí, ¿se hacen una idea de lo que paso con la mamá de Alyn? ¿Qué creen que haya pasado y cómo? 

Comenten cualquier cosa que les haya gustado o disgustado, siempre leo todo. 

Gracias por siempre leer. Gracias a la personita a quien dedique el capítulo por siempre comentar y leer. Lo agradezco mucho. 

Se les quiere. 

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