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Capítulo 1



























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.꧁༒☬𝓜𝓪𝓻𝔃𝓸 𝓭𝓮𝓵 2022, 𝓬𝓮𝓻𝓬𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓸𝓼 𝓮𝔁á𝓶𝓮𝓷𝓮𝓼 𝓯𝓲𝓷𝓪𝓵𝓮𝓼 𝓭𝓮𝓵 𝓼𝓮𝓰𝓾𝓷𝓭𝓸 𝓪ñ𝓸☬༒꧂


























La ausencia del frío comenzaba a disiparse, pero algunas personas seguían cubriendo sus cuerpos del fresco viento apenas perceptible. El ambiente era tranquilo y hasta algo melancólico y a Alyn le parecía catastrófico, no porque odiara los días frescos y nublados, es solo que se encontraba de pie, frente a la casa del chico que le gustaba.


El chico que le gustaba y que le había hecho la vida un infierno, un poco...


En el pasado, quizás hace unos años atrás, jamás hubiera pensado venir a su casa. Nunca. Pero por cosas del destino o simple mala suerte, por petición de uno de los mejores amigos del chico, tenía en su posesión la computadora escolar de su amado, si así se le podía llamar. Tenía que entregársela ya que ahí podría saber sobre los trabajos que estarían dejando en sus clases mientras no podía asistir a la escuela, claro que ella quiso negarse a venir, pero tenía corazón de pollo y no había podido negarse.



Con pasos algo temblorosos, se acercó a la puerta marrón del hogar, golpeó un par de veces y esperó impaciente. Minutos después, una mujer bastante linda y de ojos rasgados le abría la puerta.


—Hola... —Le saludó la mayor con un acento bastante pronunciado, se volvió dentro de la casa para llamar a otra persona y fue cuando observó a un hombre acercarse.

—Hola, ¿Qué se te ofrece? —Aquel hombre le recordaba a cierta persona.

—Soy Alyn, voy a la misma escuela que Jungkook, tengo su computadora. Me pidieron que se la entregara...

—Oh ¿en serio? Ahora mismo es complicado hablar con él, pero si quieres intentarlo, entonces eres bienvenida —La dejó pasar a la casa y la condujo hasta el inicio de unas escaleras —Su habitación es la que está subiendo hasta el fondo.

—Gracias.


Subió lentamente las escaleras, tratando de darse ánimos a sí misma antes de ver al joven, al llegar a la segunda planta, buscó la puerta antes mencionada, era blanca. Tocó un par de veces.


—¡Omma, te dije que no quiero comer! —Una voz masculina gritó desde el interior de la habitación. Alyn sintió hormigueos en su estómago.

—Soy Alyn Anderson, Jungkook... —Aclaró su garganta antes de volver a decir algo —¿Crees que pueda pasar?

Silencio fue lo único que se escuchó del otro lado de la puerta. —Soy...

—Lárgate... —Y la chica no pensaba discutir ante el tono seco de él, así que se dio la vuelta y caminó a las escaleras, sin embargo, antes de bajar, se detuvo y en un impulso mortal, se devolvió, tomó la cerradura de la puerta y la abrió.


Las cortinas estaban sueltas y las ventanas estaban cerradas, la luz estaba apagada y había un olor agradable, notó hojas con dibujos pegadas a las paredes grisáceas. En medio de la habitación había una cama sin ser hecha y en donde se encontraba el chico, quien miró sorprendido y molesto a la joven que acababa de irrumpir en su habitación.

Alyn pudo notar el yeso que cubría todo el brazo izquierdo de su compañero, al igual que una de sus piernas, había rasguños en casi cualquier parte del cuerpo del adolescente. Lo que más sorprendió a la chica fue las cicatrices en el rostro de él...


—¿¡Quién mierda te ha dicho que podías entrar!? —Le gritó. En ese momento la madre del chico entro a la habitación.

—Kook, ¿es tu amiga?

—Deberías de largarte por donde sea que viniste... —Él ignoró a su madre y no dejó de observar a la joven.

La mayor golpeo la cabeza de su hijo. —¡Jeon, no te crie de esa forma! ¡no seas idiota! —Después de decirle eso, llevó su atención a su visita —Puedes quedarte.

Y cuando ambos volvieron a quedarse solos, el silencio hizo acto de presencia. El chico evitaba darle la cara, en un intento porque no viera sus heridas...

—No te preocupes, está bien —Trató de hacerlo sentir cómodo con su presencia.

—Estupendo. Ahora soy justo como tú, ¿no? —Gruñó, volteando a verla con la mirada encendida en odio —¿Te sientes bien al ver a alguien como tú?

—Claro que no.

Alyn no podía culparlo por tener esa actitud tan a la defensiva y espinosa, ella sabía lo que se sentía despertar un día y darse cuenta de que tu rostro ya jamás volverá a ser el mismo de antes, la cicatriz en su rostro le recordaba cada día que jamás podría ser la misma.

—¿A qué viniste?

Sacó de su mochila el aparato del chico y la levantó para que él pudiera verla. —Tengo tu computadora. Me pidieron que te la trajera...

—Bien. Ya lo hiciste. Ya te puedes ir. Ah, por cierto, ¿vas a ir a decirles a todos como me veo ahora?

—No tengo por qué hacer eso, no es algo que me corresponda hacer, es algo que harás tú cuando te sientas listo. No es sencillo volver al mundo luciendo distinto a como todos estaban acostumbrados a verte —Alyn habló suavemente —Lo digo por experiencia, no será fácil.

Jeon Jungkook miró a la joven sin decir nada.

—Sí, como sea.



Alyn estaba enamorada de este chico desde yacía dos años y en todo ese tiempo jamás había entablado una conversación común con él, normalmente compartían palabras cuando Jeon se le acercaba a molestar, pero nunca para otra cosa distinta. Alyn estaba callada por fuera, pero por dentro temblaba como una pequeña niñita, a pesar de que ahora lucia distinto, le seguía pareciendo el chico más lindo del mundo.



—Bueno, tengo que volver a casa —Trató de sonreírle —S-si no te incomoda, puedo volver... —Quería ayudarlo, no lo merecía, pero sabía lo duro que podría volverse su vida a partir de ahora.

—No necesito que vengas.

Ella no se rendiría tan fácil.

—Tomaré eso como un tal vez, espero que mejores pronto...

Y finalmente salió de la habitación del chico, bajó al primer piso y les sonrió a los padres de Jungkook.

—Gracias por dejarme visitar a su hijo. Espero se mejore pronto... —Sonrió la menor con timidez.

—Gracias, ve con cuidado... —El hombre realizó una reverencia hacia la chica y ella simplemente salió de aquella casa.



Mientras caminaba para poder llegar a su hogar, no podía parar de pensar en los ojos del joven, tan cansados y tristes. Alyn sabía mejor que nadie el dolor tan grande que puede causar el estar profundamente enamorada de alguien quien ya se encuentra profundamente perdido por alguien más, era casi como matarse a sí mismo.


¿Qué era lo que se podía hacer en casos así? ¿intervenir en la relación y hacer que la persona olvide a la otra?


Alyn había sufrido y había llorado un mar entero desde que el joven inició una relación con una chica mayor que él por tres años. Por un año entero, lo vio pegado a su celular, esperando llamadas de ella, lo vio subirse al auto de aquella chica e irse con ella a quien sabe dónde, lo vio cambiar de actitud debido a ella, fue como verlo deshacerse y apagarse por su novia.

El dolor adormeció muchas partes en Alyn, le cortaba la respiración por momentos y le robaba el sueño por las noches, fue ridículo para ella perderse un poco debido a eso, pero no podía evitarlo, era algo que estaba fuera de sus manos. Deseo no sentir nada por Jeon Jungkook porque el sentimiento la mataba, pero a pesar de eso, jamás dejo de sentir amor, adoración hacia aquellos preciosos ojos oscuros, que todo el tiempo la miraban con desdén y burla.


Alyn se preguntaba por qué su novia no estaba ahí con él, dónde estaba ella cuando su chico la necesitaba más que nunca.




Pero... ¿Qué nos llevó a esto?


































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★彡[ʙʏ ᴀʟʏɴ]彡★








—Alyn, te juro que si lo sigues mirando de esa manera, te arrancaré los ojos para que no puedas volver a mirarlo... —A Cele le molestaba tanto que estuviera tan enamorada de Jungkook pues él era como mi sombra para la mala suerte, pero no era mi culpa sentir o tener estos sentimientos por ese chico, no podía controlarlo... no estaba a mi alcance.

—No sé qué le viste... —Troy era el novio de Celestine y un buen amigo.

—No empiecen... —Me quejé, miré al chico de cabellos negros que se encontraba a unas mesas de la de nosotros, pero desvíe rápidamente la mirada cuando me di cuenta de que estaba observando hacia nuestra dirección —¡Ay, Dios santo!


En ocasiones no era buena señal llamar su atención porque eso quería decir que en cualquier momento vendría a molestar.



Era el comienzo del segundo semestre del grado número diez, Jungkook había pasado a su penúltimo año de preparatoria y aunque tenía mi edad, iba un año más arriba que yo. No era que fuera un súper dotado, de alguna manera terminaron aumentándolo de grado cuando llegó aquí, en parte era bueno porque era más complicado compartir clases con él. Nos conocimos, bueno, lo conocí al entrar a la preparatoria, compartimos clase de Beggining Art en el grado noveno, aunque esa solo fue la segunda vez que lo vi, tenía catorce en ese tiempo y verlo fue como si de pronto todo de mí iniciara en verdad en ese instante, y en realidad si fue el inicio de algo, el inicio de sus interminables bromas y burlas hacia mi persona.



—Disimula o va a enterarse y será tu fin —Mi amiga me apuntó con su cuchara.

Sí, por obvias razones, nadie podía saber que me gustaba Jungkook, mucho menos él.


Es penoso admitir que todo esto funcionaba como la nerd enamorada del popular, aunque yo no era ninguna nerd y él no era popular. Se llevaba bien con muchas personas, muchos chicos querían ser sus amigos y muchas chicas gustaban de él porque era hermoso, pero la palabra popular no era algo que quedara con él. Lo que si quedaba en todo esto era que él jamás podría mirarme de la manera en la que yo hacía él, por muchas razones, una de ellas era que estaba perdidamente enamorado de una chica de último año...

Todos lo sabíamos.




Sentí como algo se escurría por mi espalda así que me di la vuelta rápidamente, Leroy, uno de los chicos más irritantes de la escuela, me había echado agua en la blusa.

—¡Oh, lo siento, fue mi culpa! —Se disculpó. Claro que fingía.

Solté un jadeo por el enojo.

—¡Maldito bastardo! —Celestine le lanzó su jugo a la cara —¿¡Cuándo piensas madurar!?

—¡Eh, eh! ¿Qué sucede ahí? —Un profesor se acercaba hacia donde estábamos. Todos comenzaban a prestar atención a la escena.

—No pasa nada. Es solo que Leroy lanzó agua en la blusa de ella sin querer... —Jungkook se acercó a nosotros con pasos despreocupados y con las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones apretados, me miró con esa sonrisa que siempre me lanzaba y después miró al profesor.

—Deberías ir a secarte... —Me dijo el mayor y después se alejó.

—Jungkook, ¿realmente te parece divertido molestarla? ¿Qué te hizo? —Troy me señaló y Jungkook me miró —¿Cuándo será el día en el que madures?

—Es divertido. No es personal... —Se encogió de hombros —Además, yo no fui quien le lanzó agua, ¿por qué sigues culpándome?

—Eso ni tú te lo crees... —Troy bufó.



Yo preferí no intervenir en esa discusión y fui al baño para poder secarme, al menos no había echado tanta agua sobre mí. Lo único bueno del asunto es que ya solo me quedaba una clase.

Durante esas horas, mi camisa logró secarse y quizás mi mente también. Agradecí con fuerza cuando dieron las tres con veinte, todos los que se iban en el autobús escolar, se dirigieron a la puerta trasera, entre muchos de ellos, Jungkook...



Lo miré a la defensiva cuando me di cuenta de que me estaba mirando, apresuré mi paso cuando me di cuenta de que se acercaba a mí.

—No seas así, ¡solo era agua! —Se burló mientras me seguía —¿Podrías ir más lento? El autobús no va a irse.

Mi corazón golpeaba con fuerza mi pecho, no era por caminar rápido.

Jungkook al parecer se hartó de seguirme, así que correteó hasta tomar mi muñeca con su mano y poder detenerme en medio del pasillo.


—¿No escuchas que estoy hablándote?

Volteé a mirarlo, pero solo me atreví a mirar parte del cuello de su camisa. —Yo no quiero hablarte...

Y escapé lejos de su agarre.

De su agarre, de sus ojos, de su voz, de sus labios rosaditos o de sus interminables pestañas oscuras, o quizás de cada hebra de su cabello perfectamente peinado. Todo era mejor que estar cerca de él porque me hacía desear cosas que jamás podría tener y al final, acababa sufriendo.

Porque Jungkook podía destruirme y seguir como si no hubiera hecho nada, como si lastimarme no significara nada, como si no pudiera tener compasión por mi corazón.

Pero era como era, mi corazón grita por el suyo, y al mismo tiempo, su corazón grita por el de alguien más...



Y mientras miraba por la ventana del transporte escolar, no podía evitar sentir mi corazón acelerado al recordar la manera en la que Jeon sostuvo mi muñeca, la manera en la que sus dedos cubrían toda mi mano y la textura de su piel. Entonces miré el sol, cómo los rayos alumbraban todo lo que tocaban, las plantas, los árboles, los autos, todo... incluso yo.

Y lo odiaba...



Agradecí a la conductora cuando me dejó frente a casa. Suspiré con tranquilidad cuando divisé mi hogar a lo lejos.

Aun no terminaba este día y ya rogaba porque el siguiente fuera mejor que el de hoy...

Con suerte lo sería.



Tal vez...
























Bueno. ¿Qué les parece? yo creo que empezamos suave, mucho. Presiento que muchas no querrán a Jungkook. Díganme, lleve años para poder hablar de esta historia y escuchar opiniones, ¿Qué piensan de Alyn? ¿Qué piensan de Jungkook? ¿Qué piensan de todo? 

Sé que apenas empezamos y no tenemos mucha información de ambos, pero pueden comentar cualquier cosa, me encantaría leerlos sus pensamientos.

Mañana regreso a mis clases, así que las cosas se moverán mas lentas, tengan paciencia, vendré cada que pueda.

Se les quiere mucho.

Por cierto, la imagen de al inicio, no es mía, fue creada por alguien, no estoy segura del nombre, pero los créditos a quien la haya hecho. 

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