Capítulo 07
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—¿Vas a volver?
—Uhm... —Me volteó a ver a los ojos, no dijo nada y después de algunos minutos de estar de esa forma, sonrió con diversión —¡Por supuesto!, alguien tiene que hacerte la vida imposible.
Hice un puchero.
—En cambio, si trajiste las papas esas, puede que lo reconsidere, lo de hacerte la vida imposible... —Estaba echado sobre su cama, tenía puestos unos pantalones de algodón color gris, medias color blancas y una camisa suelta color negra, cuando llegué supe que acababa de salir de tomar una ducha pues su cabello alborotado y húmedo lo delataba —¿Entonces...?
Rodeé los ojos y le di la bolsa de frituras.
—Que molesto... —En realidad me parecía sumamente lindo, pero eso era algo que él no podía saber.
—Gracias, y no me hagas los ojos así, ¿Qué no te han dicho que eso es maleducado? niña tonta.
—¿Por qué si te gustan tanto no sales a comprarlas tú mismo? —Era preferible ignorar sus anteriores palabras.
—Porque te ofreciste a esto y es tu deber.
—No lo será por siempre, así que no te acostumbres... —Dejó de masticar y me miró. Ignoré aquello y me senté en la cama mientras lo miraba comer tranquilamente.
¿Cómo podía ser tan perfecto?, mis ojos se desviaron a aquel lunar debajo de sus labios. No me di cuenta de que me había quedado ida hasta que su voz me hizo reaccionar.
—¿Te gusta?
—¿A-ah, qué cosa?
—El lunar —Dijo masticando con la boca semi abierta.
—Es interesante —Me miró confundido. Si, mi respuesta había sido terrible —¿H-has seguido escribiendo?
—No tanto... —Buscó el diario entre las sábanas de su cama, cuando lo tuvo entre las manos, me lo dio. Ya le había dicho que los diarios eran en realidad algo para nosotros mismos y que debíamos mantenerlos en secreto, él dijo que no le importaba que lo leyera, al menos lo que él quisiera compartir.
Al leer la primera frase, supe que hoy estaba de buen humor; "Parece que el día será bastante bueno".
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—Parece que el día será bastante bueno, ¿no?... —Escuché a mis espaldas, me hice pequeña en mi lugar, reconocía aquella voz. Guardé rápidamente mi computadora en mi mochila. Cuando me di la vuelta pude apreciar a Jungkook hablando con uno de sus amigos, tomé mis cosas entre mis manos y me encaminé a mi siguiente clase.
Había pasado un tiempo desde que él había comenzado a salir con alguien, todo estaba más relajado, ya casi no se hablaba de ellos en la escuela y eso estaba bien para mí. Intentar no pensar en eso era lo mejor que podía hacer... fingir que no vivía con la oreja pegada a las paredes para escuchar algo sobre ellos dos, era gracioso porque me dolía mucho escuchar sobre la pareja y aun de esa forma, esperaba escuchar algo, saber sobre ellos.
Le mentía a Cele cuando me preguntaba cómo me encontraba, a Troy y a mi padre.
Les mentía a todos.
Le mentía...
Me mentía.
Intentaba como enferma, como obsesionada el no toparme con Jungkook y cada vez que, por alguna extraña razón se me acercaba a a molestar, yo corría como si viniera a matarme.
Era molesto y confuso el verlo ignorarme durante todo el día y después verlo acercarse a mí solo para herirme.
¿Por qué tenía que hacer eso? ¿Por qué sencillamente no seguía con su camino y olvidaba mi existencia?
Quería empezar a ser feliz lejos de él y cada vez que estaba a punto de dar un paso fuera, llegaba e impedía que pudiera irme, detestaba cuando eso pasaba.
"Por favor..." era la primera frase que decía antes de decir "Que no me encuentre con él el día de hoy".
Pero al final resultaba como si le llamara...
—¡Alyn, Alyn! Lamento que te moleste, Jungkook acaba de salir de la clase y dejó estas hojas, es la guía de estudio y va a necesitarla para mañana, ¿podrías ir a entregársela? —El profesor de ciencias era un buen hombre, sin embargo, ahora mismo quería asesinarlo. Observé la hoja en sus manos, suspirando y queriendo gritar, los tomé y fui a buscar al chico.
Lo bueno del asunto es que él no había ido muy lejos, esperé a que terminara de hablar con la persona delante suyo y cuando se dio la vuelta, se encontró conmigo, parecía sorprenderle verme ahí. Puede que sea porque nunca soy yo quien me le acerco, sus ojos, extrañamente brillosos, se estancaron en los míos, era ese brillo peligroso y que siempre ponía cada vez que estaba delante de él, significaba peligro, era ese brillo malicioso que siempre me atacaba.
—T-te olvidaste de esto... —Le extendí la hoja y él lo miró por un segundo, vi un puchero aparecer en sus labios y tomó la hoja de mis manos con delicadeza.
—Gracias —Sonrió y la guardó en su mochila, cuando volvió su mirada a mí, estaba esa sonrisa ladeada que siempre me lanzaba —No sabía que fuera tan importante para ti como para que te ofrecieras a traerme m...
Y, como siempre, hui antes de que terminara de decir lo que estaba diciendo.
—¿Qué ha pasado?, estas pálida... —Cele se acercó a mí.
—Nada, solo no dormí tan bien... vamos —No iba a decirle que estaba así de nuevo por la misma persona de siempre, que casualmente era la persona que ella más odiaba en el planeta.
—¿Bueno...? Por cierto, mañana no vendré a la escuela, mis papás quieren ir a visitar a mis abuelos, ¿podrás vivir sin mí por un día? —Ella bromeaba, yo iba a seguirle el juego, sin embargo, a sus espaldas estaban ellos dos, viviendo su cuento de hadas, uno en donde yo sobraba.
—Por supuesto... —Traté de bromear. Me dedicó una sonrisita y nos adentramos a nuestra clase.
Tenía la ridícula esperanza de que las cosas podían cambiar, que todo podía mejorar, no sé, tal vez podía olvidarlo y vivir mi vida de adolescente lejos de la suya y poder conocer a una persona que fuera mejor que él, que fuera bueno, por lo menos que fuera mejor que esto. Mas, sin embargo, mi problema estaba en que no sabía cómo dejarlo ir, no sabía cómo seguir mi rutina sin verlo cerca, para bien o para mal, estaba mal, era consciente de eso. Todo esto estaba mal, dependía de un chico que apenas sabía de mi existencia, era molesto, ella era la única para él, mientras que yo me quedaba atrás, mirando como él trataba de darle lo mejor de sí mismo y como ella al mismo tiempo solo tomaba todo lo que su novio le daba sin siquiera devolver nada, supongo que era algo que Jungkook no podía ver porque estaba enamorado, no podía juzgarle porque si yo me miraba a mí misma, vería lo mismo.
Miles de veces se me pasó por la cabeza ir y pararme delante de él y abrirle los ojos en cuanto a ella, pero ¿a mí que me importaba? Quiero decir, yo no soy nada para él, ¿por qué iba a escucharme? No es mi obligación hacerlo, era su relación, no la mía.
Ese día que mi mejor amiga había faltado a clases y en el cual estuve sola. Vi a Jungkook estar solo también, yo apreciaba desde lejos su belleza, algo que ella no hacía con regularidad, a veces sentía que ella no era capaz de ver el esfuerzo de su novio, ella no podía ver ese brillo en los ojos oscuros del chico cada que ella estaba cerca, no lo notaba y me sentía tan mal por ella porque tenía al chico más asombroso que haya podido encontrar y no era consciente de eso, lo único que hacía era dejarlo ahí e irse con sus amigas.
Lo dije, ¿no?
Yo siempre estuve ahí, apreciando y dedicando horas de mi día a solo observarlo, aprendiéndome sus manías, la manera en la que arrugaba la nariz cuando sonreía o la manera en la que su ceño se fruncía cuando comía. Yo siempre estuve aquí y aun así él no podía verlo porque la había elegido a ella, lo entiendo, su corazón decía y alababa el nombre de esa chica cada noche.
¿Algo curioso?
Mi corazón decía el suyo día y noche, mañana y tarde, pero lo llené de mentiras para que nadie pudiera escucharlo y herirme más de lo que ya estaba.
—Por fin, pensé que te quedarías a vivir ahí... —Debido a que en el pasillo ya no había nadie, su voz se escuchó por todo el lugar, yo me pegué a la pared y lo miré como si tuviera una cierra en las manos y fuese a asesinarme con ella, lo vi sonreír con burla.
—¿Qué...?
—Te disculpo solo que para la siguiente no tardes tanto, tengo cosas que hacer... —Expresó egocéntricamente.
—N-no... entiendo.
Me miró mientras soltaba un suspiro derrotado, sabía lo que había pensado, "No tiene remedio." Y era verdad, porque allí estando de pie frente a mí, sentía como mi mundo giraba alrededor suyo, ese día supe que era el sol y yo era un planeta que giraba a su alrededor sin cansarse, sin querer detenerse o al menos, sin saber cómo hacerlo.
¿Pueden creerlo?
¿Qué querías de mí, que es lo que hacías esperándome fuera de mi clase, por qué esperabas por mí?
—Me pidieron que te entregara estos documentos—Respondió, como si hubiera escuchado mis pensamientos, claro, nunca esperaría por sí mismo a por mí, jamás esperaría fuera de mi clase solo para verme; y una vez más supe que yo no era más que otro de los planetas que giraba alrededor de él, ella era su universo, uno vanidoso y mentiroso.
—Ah, claro, gracias... —Iba a tomarlos, pero los alzó sobre su cabeza antes de que los pudiera tomar, lo miré con confusión y Jeon solo soltó aquella risilla burlesca.
—Antes debes pagarme por hacerme perder mi tiempo al esperarte, tengo una cita con mi novia y tuve que decirle que nos viéramos más tarde —Se burló al ver mi angustia reflejada en mi rostro.
Por Dios...
Tomé su brazo y lo bajé a mi alcance, tomé con brusquedad los documentos y le dediqué la mirada más fría que pude, era difícil ser fría con él cuando mi corazón lo único que sabía hacer estando frente a él era saltar y saltar.
—No es mi culpa, pudiste dejarlos botados allí.
Y hui.
Nuevamente lo dejé allí y hui como la cobarde que era, pero a quién le interesaba...
Solo quería estar lo más lejos posible de él y olvidarlo lo más rápido que pudiese para poder dejar de sufrir por un amor no correspondido.
En algún momento de nuestras vidas tuvimos o tenemos un amor no correspondido y se sabe que muchas veces, aunque no se quiera, se sufre por ello.
No sé qué duele más, un amor no correspondido o un amor que es correspondido, pero que no se puede tener.
Hay amores de todo tipo; los dulces, los agrios, los picosos, los salados, los que tienen un picor dulce y los que son agrios, pero tan dulces que tu paladar solo pide más y más, aunque a pesar de todo al tragar sepa agrio.
Así era Jeon Jungkook, era agrio, era tan agrio que hacía que mi lengua se secara, pero que al caer en mi estómago ese agrio se convertía en un dulce tan suave, tan delicado que solo me provocaba querer seguir buscando un poco más cada vez, a pesar de que dejara un ardor en mí.
Era así, era tan agridulce.
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—Deja de verme así, no compraré de esas gomitas de nuevo, ¿no recuerdas lo que te hicieron la última vez que las comiste? ¡estuve a nada de llevarte al hospital por dolor de estómago! —Bueno, sí, lo recordaba y había sido terrible, pero era porque las había comido ya muy noche y a causa de la hora, el dulce termino por hacer que me doliera como el infierno el estómago.
—Papá, eso fue hace como mil años, además, recuerda que fue porque las comí muy tarde y ahora mismo son las diez de la mañana, ya hemos desayunado... —Intenté persuadirlo de nuevo.
Dejó de empujar el carrito de compras para mirarme con los ojos achinados y una expresión de seriedad, era una guerra, una que a toda costa ganaría...
Nos miramos por varios minutos sin parpadear una sola vez, reí internamente al ver los ojos llorosos de mi padre; estaba segura de que iba a ganar, mi padre era realmente malo en este juego de no parpadear. Comenzó a hacer caras de dolor hasta que parpadeó, yo por mi parte celebraba que comería gomitas mientras mi padre se recomponía de aquel dolor y posible ardor en los ojos por no parpadear por varios minutos.
Me ardían mis ojos, pero podía soportarlo.
—No eres un ser humano, me ha quedado claro el día de hoy... —Bromeó mientras me miraba comer.
—Son malignas, ¿recuerdas? —Lo miré con diversión al ver como acercaba la mano a mi bolsa de gomitas, él suspiró y me miró.
—Si vas a morir de dolor, muramos los dos. Tómalo como un sacrificio de un padre responsable —Se justificó tontamente mientras sacaba un puñado de gomitas de la bolsa.
No pude evitar reír.
Seguimos haciendo las compras, era un día bastante agradable y tranquilo, me gustaban los días que eran así. Me gustaba pasar tiempo con mi papá, era un hombre amable, tierno, sincero y muy divertido, era como el padre más cool que jamás haya existido, pero también estaba su lado serio, con carácter fuerte y no se dejaba dominar por nadie; su debilidad era mi madre, o al menos es lo que recuerdo...
Nunca tuve la oportunidad de tener hermanos. Mi papá cuenta que mamá no podía tener hijos, lo supieron cuando ambos deseaban ser padres, pero no podían, intentaron por un tiempo hasta que un médico les aseguró que mamá jamás tendría hijos propios, pero, mágicamente y sin planearlo, aparecí un día en el vientre de mi madre. Mis papás se volvieron locos ante la noticia de un bebé que aseguraban imposible, papá dice que cuando nací fue cuando él supo que no había nada imposible cuando lo deseas con fuerza.
Cuando terminamos las compras nos dirigimos de nuevo a casa, pensábamos tener una noche de padre e hija y quedarnos hasta tarde mirando películas y eso hicimos, hasta quedarnos dormidos...
Ya no queda mucho para volver a la escuela...
De nuevo yo por aquí. Dije que trataría de volver rápido, y aquí estoy.
El capítulo de hoy es bastante tranquilo y no hay mucho de lo que emocionarse, mencioné que los primeros capítulos vamos a estar yendo y viniendo del pasado al presente, bueno, creo que en toda la historia será de esa forma, pero mas que nada en los primeros.
Vemos que Alyn tiene una relación bastante estrecha y amena con su papá, bonito ¿verdad?
Ahora nos enteramos que Kook volverá a la escuela después de las vacaciones, ¿qué creen que sucederá?
Me parece que después de este capítulo, ya empezaremos a avanzar relativamente más, aparecerán mas personajes, aaah, ya quiero avanzar más.
En fin, gracias por leerme, les quiero mucho. No olviden comentar, eso me emociona mucho, cuéntenme que piensan de la historia.
Nos leemos pronto.
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