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Capítulo 06



















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꧁༒☬2021☬༒꧂


















★彡[ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏk.






Los últimos días se habían vuelto agotadores para mí. La escuela, los trabajos de las cuatro diferentes materias, los maestros y un sin fin de cosas que comenzaban a machacar mi salud mental. Sentía que en cualquier momento podría tirar todo y salir corriendo a quien sabe dónde.

Mis pasos iban lentos por ese maldito pasillo lleno de gente, todos se preparaban para sus clases, estaba esa jodida ola de murmullos, carcajadas, miradas y sonrisas, era un pasillo bastante transitado y no era común que estuviera en silencio, a pesar de los reclamos de los maestros. Siempre me paseaba por este, era el camino más corto y siempre podía encontrarme con alguno de mis amigos.

Con la cabeza agachada y sosteniendo las correas de mi bolso en mis hombros, me abría paso entre los adolescentes, llevándome algunos saludos de parte de maestros y compañeros que no recordaba, algunas chicas saludaban. Alcé la barbilla y desvanecí esa jodida mueca de furia que tenía desde que había llegado a la escuela y la sustituí por una sonrisa, regalándola a algunas de las personas que se cruzaban en mi camino.

Por fuera todo marchaba normal, pero por dentro estaba que me llevaba el demonio, podía patear a cualquiera ahora mismo. El día había empezado con una pelea con mi novia, como siempre, debido a ella y lo que hacía y a pesar de que había sido por ella, yo traté de arreglar las cosas y hablar de manera civilizada sobre el tema, pero mientras ella alardeaba sobre mí refiriéndose a que era un niñito, ella actuaba como una, a pesar de eso, insistí en arreglar el asunto, la llamé un millón de veces y le dejé una bombardeada de mensajes en donde le pedía encontrarnos después de clases, pero como me suponía, no vio mis mensajes.

Era de esa forma siempre que discutíamos, casi siempre era por ella, yo intentaba arreglarlo a pesar de no haber sido yo él que se equivocó, pero ella se ponía indignada y me ignoraba por días, incluso semanas. Ya era común tener discusiones.


Solo había pasado una semana desde aquella discusión que habíamos tenido y en donde había tomado a la chica de la cicatriz del brazo.

Mi primera clase era matemáticas. Namjoon me saludó desde su asiento, caminé hasta sentarme a su lado.


—Debo decir que estoy sorprendido —Me dijo, mirándome con una extraña expresión en el rostro, lo miré con las cejas juntas —Lo digo porque eres endemoniadamente celoso y...

—¿De qué hablas?

—Ayer vi a tu novia con un chico y entraban a una fiesta... —Mi cuerpo se tensó al escuchar aquello, Namjoon era el tipo de amigo en quien puedes confiar ciegamente.

—No era ella... —Tajé, tratando de convencerlo, o quizás convencerme a mí mismo.

—Créeme, era ella. Iba tomada de la mano del chico, pero puede que haya sido un amigo suyo. Por lo que me dices, tiene muchos amigos.


Asentí sintiéndome incómodo por lo que había escuchado.



Demonios. Claro que tenía muchos amigos, había sido testigo de eso muchas veces, y también debí de haber visto que todo eso podía arruinarme, debí saber que arruinaría todo lo bueno que quedaba en mí, pero no quise verlo, no quise porque confiaba en ella... intentaba confiar con todas mis fuerzas.


Quería hacerme creer que podía confiar en Ji Eun, pero no puedes forzar la confianza, no puedes y no deberíamos hacerlo.














꧁༒☬𝓐𝓬𝓽𝓾𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭☬༒꧂






—Olvídalo, no lo haré —Estaba decidido. Ella sonrió mucho más y negó con la cabeza, la miré mal una vez más.

—Bien... —Suspiró, aun manteniendo esa pequeña sonrisa, la miré sin decir nada.


Mi vista volvió a perderse en su cicatriz, no podía no mirarla y verme a mí mismo. La mía se notaba más roja y picaba de vez en cuando, dijeron que era normal y que debía hidratarla, la de ella se notaba del mismo tono de su piel, era una línea curveada y a simple vista se notaba rasposa. Los dedos me pican por tocarla, saber si se siente como la mía, por eso no me doy cuenta de lo que hago hasta que siento suavidad debajo de mis dedos.

Me sorprendo sentir esa suavidad. No había rudeza en ella, ni rugosidad, solo suavidad. Había un diminuto espacio en ella, y se sentía tibio. La cabeza me voló... ¿cómo mierda era tan suave siendo una herida de ese tipo?

Y yo estaba perdido en mis pensamientos, que no pude notar cómo su cuerpo se estremeció bajo mi toque, sus hombros se encogieron y sus ojos me miraron entre sorprendida e incómoda, yo casi la miré de la misma manera.


—E-es... suave —Tartamudee.

—¿A-ah? —Estaba muy tensa.

—Que es muy suave... —Miré su cicatriz y ella lo comprendió, se alejó de mí al instante mientras tomaba sus manos entre sí y evitaba mirarme a los ojos.

¿Yo? Yo quise quemarme las manos, quise lanzarme de un lugar alto por haberme tomado tanta confianza, maldita sea, ni siquiera debía tocarla de ninguna manera.


Aclaré mi garganta y me alejé lo suficiente como para que fuera cómodo para todos. —¿Cómo la mantienes tan suave? La mía...

—La tuya es demasiado reciente. La mía es desde que soy pequeña —Trató de sonreír, pero pude notar que fue demasiado forzada. Me sentí intranquilo porque no debí tocarla, ella me miró de la misma manera mientras mordía el interior de su mejilla —Tengo que irme. Le prometí a mi padre que regresaría temprano a casa.

—Claro. Vamos... —Me puse de pie.

—No. Está bien, no te preocupes, hoy es temprano... —Estaba por decirle que mi madre iba a regañarme por dejarla irse sola a casa, pero ni siquiera me dejó decir nada porque se despidió y se fue.


Nota mental: No tocar a nadie, por más curiosidad que tenga y mucho menos si esa persona es Anderson.








★彡[ᴀʟʏɴ.






Fui una estúpida. Una completa idiota.

Se estaba volviendo peligroso, se estaba volviendo un completo reto estar cerca de él y controlar mis nervios. Todo el desgraciado tiempo me encontraba con el corazón en la garganta, mi pulso siempre se encontraba disparado cuando estaba con él, y comenzaba a preguntarme en cómo me metí en esto.

¿Ser su amiga? ¿amiga? Por dios, si él supiera que deseo todo, menos ser su amiga. Yo quería ser la causa de sus sonrisas, quería compartir su felicidad y provocar una minúscula parte de ella en él, así como causa él en mí, pero era simplemente imposible. Y puede que esperara que continuase así porque pensar en un nosotros, no funcionaba, nunca iba a funcionar. Jungkook era de otro mundo, un mundo en donde las personas como yo no son bienvenidas y siempre iba a funcionar así.


No podía nadar en contra de la corriente. Esforzarme por lograrlo sabiendo que jamás podría ir en contra y que al final saldría lastimada, no valía la pena. No podía hacer eso...

Lo mejor era sufrir en silencio. Porque quizás, cuando volviéramos a clase, nuestra supuesta amistad quedará en el olvido tan pronto como nació.

Cuando se recomponga, cuando vuelva a tomar confianza en sí mismo, nuestra amistad ya no será útil y todo quedará en el pasado, al menos para él. Y sé que será de esa forma, pero el hecho de que lo sepa no me ayuda a que sienta menos dolor.

Y le quiero tanto, podría decir que le amo, pero no puedo intervenir, no puedo cuando él está enamorado de alguien más, sigue enamorado de esa chica y yo no puedo ser egoísta y ver solo por mis sentimientos, le quiero tanto que prefiero que sea feliz, de la manera y con quien él quiera.


El recuerdo de Jungkook tocando mi mejilla, la delicadeza de sus dedos sobre mi cicatriz, no podía sacar de mi cabeza la suavidad de sus dedos y lo increíblemente bien que se sentía tenerlo cerca. La sonrisa tonta que apareció en mi rostro fue imposible de evitar.

Tuve que obligarme a borrar esa expresión de mi rostro, él no lo había hecho con otras intenciones que no fuera por curiosidad. Solo eso...

Cuando llegué a casa, papá me esperaba en la puerta mientras tomaba lo que parecía ser una tasa de algún té extraño. Sonreí y me acerqué a él.


—Hola, pa...

—Hola, ¿a dónde fuiste, cariño?

—Fui a visitar a un compañero —Aclaré mi garganta e intenté sonreír, el mayor me miró con los ojos entrecerrados e ingresó a casa sin pronunciar algo más, o al menos eso pensaba yo pues cuando entré a casa y cerré la puerta detrás de mí, él me esperaba con los brazos cruzados, me alarmé y me coloqué nerviosa por su mirada acusadora —¿P-pasa algo?

—Es ese chico que tuvo el accidente, ¿cierto?

No era un secreto. Cuando sucedió el accidente de Jungkook, muchos se enteraron y más las personas que vivíamos cerca de ellos, sus papás eran muy queridos por los vecinos así que no fue secreto...


—S-si...

—¿Es él?

Mi corazón se aceleró y lo sentí volverse chiquito. Sabía a qué se refería mi papá, no podía mentirle, me conocía lo suficiente como para poder mentirle sin ser descubierta al instante.

Suspiré y alboroté mi cabello.


—S-sí, papá...

Noté como él hacía una mueca de molestia y se sentaba, me observó por unos minutos sin decir nada, solo se dedicaba a mirarme, hasta que habló.

—Cuando naciste eras muy pequeña y delicada, temía cargarte y hacerte daño. Te veía dormir por horas, a mis ojos, eras la cosita más preciosa que pude haber visto, tu madre se reía de mí y decía que estaba enamorado de mi princesita... —Me acerqué a él y tomó mis manos con cariño —Y tenía razón. Yo estaba hechizado, ¿cómo no amar a una bebé así de encantadora? Fue amor a primera vista. Fuiste mi adoración desde la primera vez que respiraste el aire exterior, juré que te protegería de cualquier cosa, pero ¿por qué siento que estas sufriendo ahora, por qué siento que no podré protegerte de esto?

Me miró a los ojos y aprecié lágrimas en los suyos, lagrimas que bajaron por sus mejillas rojas.

—P-papá... —Mi voz se cortó, odiaba ver a papá de esa forma.

—¿Por qué siento que ese muchacho te ha lastimado demasiado? —Preguntó buscando mi mirada.

—Papá, él... —No tenía excusa para que mi padre no odiara a Jungkook, en el fondo yo sabía que no la había. Y aun podía recordar el inicio de todo esto...


Debí tener catorce años. Era un día cualquiera de las vacaciones largas, habíamos ido al Mall de Gastonia, papá y yo habíamos decidido ir ahí ya que era el aniversario de mi madre. En ese tiempo el tema de mamá era más complejo, recuerdo que Celestine había ido con nosotros para tratar de animarme más. Celestine y yo nos habíamos separado de papá para ir a una tienda de animales, estábamos en el área de insectos y del otro lado estaba el área de perros y gatos, yo quería ir a esa área, pero debido a Cele, me quedé en el otro lado, escuchando a mi amiga sorprenderse por los bichos más extraños del mundo. Yo estaba a punto de escaparme al área de perros, pero me quedé paralizada cuando mis ojos se encontraron con un niño. Un chico de overol estaba de pie en los pasillos de juguetes de perro, jugaba y observaba los objetos mientras sonreía, fue como si hubiera sido golpeada por la belleza de un ángel, no podía apartar mi mirada de él y cuando sus ojos se dirigieron a los míos, fue una experiencia completamente distinta, todo se detuvo en ese instante.

Podía escuchar el latir rápido de mi corazón, el aire se había escapado de mis pulmones, fue como encontrar algo que no sabía que buscaba. Ese fue el instante en el que supe que mi vida cambiaría...

Recuerdo sus ojos oscuros conectar con los míos. Debimos estar mirándonos por minutos que se sintieron como horas, hasta que otro chico apareció al costado de él y se lo llevó a rastras.

Pensé que por obviedad no volvería a verlo nunca más. Pero fue una sorpresa encontrarlo en mí misma escuela al regresar a clases, me emocioné tanto de volver a verlo, claro que esa emoción no duró mucho porque cuando comenzó a meterse conmigo, todo se arruinó. Lo peor de todo es que seguí teniendo sentimientos por él...


Papá me miró al instante en el que traté de justificarlo. —No hay excusa, Alyn, si ese chico te hirió, entonces no es para ti. No puedes ir por ahí queriendo a alguien que te ha hecho daño...

—¿Y si él no supo que me ha lastimado, y si él nunca supo sobre mis sentimientos? —Lo miré con los ojos llorosos, mi padre se quedó sorprendido —Si, él me molestaba por mi cicatriz, él solía decirme cosas, pero no puedo dejarlo ahí, no sabiendo lo duro que es empezar de nuevo.


No quise escuchar ni decir nada más, me puse de pie y salí de la cocina para ir y esconderme en mi habitación.

Papá quería que lo olvidara, y juro que lo había intentado un millón de veces, tantas que es ridículo no haber tenido éxito ninguna vez. Intenté huir, pero de alguna manera nos convertimos en el gato y el ratón, él siendo el ratón y yo el felino, él siempre escapaba...

A veces sentía que el gato ya estaba muy cansado como para seguir persiguiendo, pero de manera instintiva seguía haciéndolo, quizás porque tenía la esperanza de algún día poder lograrlo. Puede que el gato deseaba convertirse en el roedor...

Pensar en cómo sería eso, cómo sería que los papeles se intercambiaran por fin.

¿Cómo sería?

Creo que solo me falta dignidad, no tengo necesidad de esperar a que un día las cosas cambien a mi favor, no tengo que esperar por alguien que jamás ha esperado y esperará por mí, aun así...

Olvidar. Esa palabra era tan difícil, tan difícil como dejar de quererlo...



Si tan solo alguien fuera capaz de entenderme... 























Buenas, estamos en mayo, mayo de Piwkenyeyu. Mi hermosa, mi bebé Piwkenyeyu.

Trataré de subir capítulos este mes, aunque también tengo que decir que este mes es importante en mi escuela porque es época de exámenes finales, aun así intentaré actualizar para que avancemos por acá.

¿Qué piensan de la primera vez que estos dos se vieron? Alyn lo recuerda perfectamente porque, en palabras de ella, ese fue el momento en donde supo que su vida cambiaría, pero ¿Jungkook también lo recuerda? ¿ustedes que piensan?

¿Qué piensan del comportamiento de Jeon? ¿Del de Alyn? ¿Su papá tiene razón?


Muchas gracias por leer, comentar y votar. También gracias a las personas que guardaron esta historia en sus listas de lectura, muchas gracias.

Nos leemos muy pronto.

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