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Ella se desliza y me atropella

Y, aunque a veces no me importe

Sé que el día que la pierda volveré a sufrir

Por ella.

Edward Cullen observaba a Katherine dormir plácidamente luego de unir sus cuerpos una vez más. El gringo llevaba la cuenta de cuantos orgasmos que le ha dado a la mujer, y cada vez se obsesionaba más con llevarla al nirvana. Se había convertido en su deporte y hobby favorito.

Escucharla gemir, gritar y retorcerse de placer era fascinante, al punto de que el gringo se perdía del placer de ella. Sin importarle nada ni nadie.

Pero aun con sus emociones hacia la mujer que está tendida en la cama desnuda, durmiendo con tranquilidad, no puede evitar pensar en la otra mujer. Una mujer que está en Estados Unidos, posiblemente sufriendo por él. Bella, Bella Swan era una mujer inocente, angelical que se había robado el corazón del gringo desde el primer momento.

Dejarla en aquel bosque en Fork, fue lo más difícil que ha realizado en su larga vida. Debía abandonarla, su sangre llamativa, era un peligro. No tan solo para él era llamativo, también lo era para su familia. Su tortura al estar cerca de ella, también se convirtió para su familia, especialmente para su hermano Jasper.

La amaba con toda su fuerza, y al dejarla sintió como su inmóvil corazón se partía en dos. Dejando los pedazos en aquel bosque frío de Estados Unidos. Pero al encontrar a Katherine en otro bosque a kilómetros de Forks, le devolvió la vida. Una vida que había pensado que estaba perdida.

No puede confesar Edward Cullen que desde que la vio por primera vez quedó hipnotizado, porque no fue así. Le llamó la atención la intensidad de los pensamientos de la chica. El volumen era tan alto que no escuchaba a nadie más. Causándole lo que más buscaba, el dolor.

Pero ella, la latina, la chilena, era totalmente distinta a todas las mujeres que había conocido. Dándole mas que solo dolor.

Ella me peina el alma y me la enreda

Va conmigo pero no sé dónde va

Mi rival, mi compañera, que está tan dentro de mi vida

Y, a la vez, está tan fuera.

—¿Qué haré mientras trabajas? —le preguntó un día Edward Cullen mientras la veía vestirse.

—Leer el kamasutra —contesta ella. La risa de Edward no tardó en llegar. Sorprendido por la respuesta de la mujer. Su respuesta tan rápida, que ni siquiera lograba captarla en su mente.   

Y de cierto modo el ritmo de sus pensamientos, su lengua intrépida para contestar, sin detenerse por el pudor y la vergüenza, le fascinaron al punto de celebrar cada chiste que pasaba por su boca. 

El dolor que había sentido las primeras veces se transformó en fascinación. Adoraba la intensidad de sus pensamientos, especialmente en el que estaba él como protagonista. Edward Cullen se entrometió en la mente de la mujer despechando a los demás hombres que estaban en su vida.

El cuerpo de la mujer se convirtió en su templo. Entrar a ella era como llegar al paraíso que leyó miles de veces en la biblia. El olor a limón del perfume favorito de Katherine entraba a sus fosas nasales impregnándose en su nariz durante todo el día, logrando incluso olerla cuando ella trabajaba. La quería, la quería completa. Con ropa y sin ropa. Ruidosa, y silenciosa. Con las piernas abiertas y cerradas; pero especialmente la quería por su corazón. Era buena al punto de contagiarse de la bondad de ella. Maldición la quería tanto, que no lograba estar un día sin ella.

¿Y si se había equivocado? Si Bella Swan no era su compañera y si fuera simplemente su Tua cantante, ¿sería pecado arrastrar a Katherine al infierno por obtener un poco de su amor? No lograba pensar con el cuerpo de la mujer rodando alrededor de él. No lograba concentrarse al momento de conectar su mirada con los ojos verdes de ella. No lograba pensar al momento de besarla, y no lograba existir al momento que entraba en ella.

Y, ¿si fuera ella?

—¿En qué piensas gringo? —le pregunta Katherine observando como el gringo después de hacer el amor se perdía entre sus pensamientos.

—En ti —contesta con sinceridad Edward Cullen sacando la mirada del techo para enfocarlo en el rostro de la mujer—. Quisiera que esto no cambie nunca. Que se congelara el tiempo. Me siento tan bien, que  no puedo evitar sentirme culpable.

—¿Por Bella?  —Edward Cullen buscaba algún índice de celos en la mente de la mujer, pero no logro identificar nada. Katherine no era celosa, ni envidiosa y jamás insultaría a otra mujer.

—La hice sufrir, lo se —indica Edward.

—Yo también hice sufrir a Felipe —contesta la mujer para que el hombre en su cama se sintiera comprendido—. Ambos cometimos errores, pero no significa que no podamos ser felices.  Después de todo, Edward, eres un hombre.          

—Al lado tuyo cada vez me siento más humano —confiesa el gringo. Con ella era todo tan fácil. Su olor no despertaba su sed, y olvidaba su condición al momento de estar con ella.

—Te quiero gringo...

—Y yo te quiero a ti preciosa.

   Y claro que la quería, cómo no hacerlo. Se había ganado a su familia, especialmente a Rosalie, la más difícil. El amor que siente Katherine por la humanidad fue suficiente para que su hermana fuera amable con ella.

Y como no quererla, si los ojos verdes color oliva lo miraban solo a él. Ningún hombre más existía en la mente de ella. Él estaba en todos los rincones. Y ella por unas horas estuvo en su mente, hasta que el rostro de Bella Swan se colaba en sus pensamientos provocando dudas.

¿Pero y si fuera ella?¿Y si era Katherine la indicada?

¿Era? ¿Quién me dice si era ella?

Y, si la vida es una rueda y va girando

Y nadie sabe cuándo tiene que saltar y la miro

Y, ¿si fuera ella? Y, ¿si fuera ella?

Pero una llamada de Rosalie Hale cambió el mundo. Y el futuro de Katherine y Edward cambió.

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Capitulo especial tomando la perspectiva de nuestro gringo favorito.

El siguiente es el final 😱😱😱

Nos leemos pronto❤️❤️❤️

Canción: Alejandro Sanz - ¿Y si fuera ella?