Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝓐𝔂 𝓭𝓮 𝓶í











»»———— ⸙͎ ⸙͎ ⸙͎ ⸙͎ ————-««
















Canta, hada de mundo

Regálale al bosque tu voz

Canta y pa'mis suspiros

Enséñale tu piel al sol

¡Ay, ay, ay de mí!








Jamás imaginé estar desnuda ante el gringo, con las piernas abiertas exigiendo que me tocara. No importa su frío cuerpo, y la dureza del tacto. No me importa nada, solo quiero que me toque en todos mis rincones.

La urgencia de nuestros besos se repiten constantemente, pero esta vez han sido iniciado por Edward. Sus fríos labios se mezclan con la calidez de mi boca, la que necesita más del gringo. La lengua del enemigo de Capitán América se entromete en mis rincones húmedos de mi boca, dejándome sin respirar por varios segundos.

Edward se aleja unos centímetros para separar nuestras boca y volver a respirar. Aun en la penumbra de la noche la palidez de su cuerpo resalta en la oscuridad. Su tacto me quema, su mano en mi cintura desnuda me transmite fuego, de repente el frío de su cuerpo desaparece. Y solo logro sentir su calidez.

Sus manos bajan a mis nalgas para levantarla. Rodee su cuerpo con mis piernas.

Y no solo fueron sus manos que recorrían mi cuerpo, su lengua, sus besos bajan y suben por toda mi figura, logrando que gimiera al tacto. Su lengua se posicionó, y se quedó quieta en mi garganta. Mis pulsaciones se dispararon a niveles extraordinarios, un beso húmedo llegó a mi largo cuello.

—Eres hermosa —musita Edward colocando suavemente mi cuerpo en mi colchón—. No tengas duda de aquello.

—Gringito...—susurre enternecida por sus palabras. Debes sacarte la ropa. El gringo sonrió, negando con su cabeza. Observe todos sus movimientos, de cómo su mano empieza a desabrochar lentamente los botones de su camisa. Al desbotonar todos su botones, y sacarse la camisa su mirada se conecta con la mía. Una mirada extraña, no reconocí si es por duda o por vergüenza. Aunque debe ser la primera, con un cuerpo tallado por los mismos ángeles deprimentes, no debía de qué avergonzarse. Su mano bajó lentamente para llegar a la hebilla de su cinturón, y un gemido se escapa de mi boca sin poder evitarlo.

—Nunca lo he hecho, debes...Si te hago daño...

—Nada es peor que la primera vez. —Y aquello transcurrió hace diez años atrás. Estaré bien.

—Me olvido...que no eres una niña —murmura el gringo bajando su mirada a sus manos, que se habían detenido en la hebilla de su pantalón. Y observe la duda.





Que cuando te miro me siento morir

¡Ay, ay, ay de mí!

Tus ojos oscuros son dagas en mi.








—¿Estás seguro de esto? —pregunte en un momento de pasividad. Mis pulsaciones se habían bajado, y al observar la duda del gringo inicia mi incertidumbre.

—Si es la forma que puedo retenerte, lo haré. —No se si fueron sus palabras, o su tono de voz lo que provoca que mi cuerpo resalte como un resorte para sentarse en la cama.

—¿Por qué? ¿Por qué debes retenerme? se que no me amas... ¿Por qué soy tan importante? —pregunte confundida por su declaración. Edward levanta su mirada para conectarla con la mía, sus ojos negros llenos de culpa, aun distinguiéndose de la oscuridad de mi habitación—. Dime la verdad gringo...¿Qué soy para ti?

—Mi castigo —confiesa sin pudor—. Tus pensamientos taladran mi cabeza, impidiendo que viva en paz...siento dolor contigo... —Y la habitación se queda en silencio. El aun observándome, y yo aun tratando de procesar lo dicho.

—¿Tu...castigo?

—Lo siento... no debí decirlo de aquel modo, pero si te explico entenderás todo.

—No, no...no necesito entender nada —puntualice para salir con rapidez de mi cama para colocarme ropa. Estoy avergonzada, humillada.

—Katherine. —Escuche su perfecto acento al decir mi nombre, y mi vista se nubla por la intención de llorar—. Se que no es lo que querías escuchar...

—¿No era lo que quería escuchar? ¿Quién mierda quería escuchar eso? —le pregunté girando mi cuerpo con una camiseta en mis manos.

—Katherine...

—!No! —brame con ferocidad ante su intento de hablar. Me coloque la polera con rabia, y furia—. He sido buena gringo, y no hablo de ti. Toda mi vida he sido buena. Me he dedicado a ayudar a la gente, me gusta.

—Kathy...

—!No! —brame nuevamente a su intento de hablar—. ¿Y para qué? Para que llegue un gringo deprimente a mi vida a catalogarme como un castigo...!A mi! La que acepto tu compañía por compasión, sin preguntas, respetando tu historia, tu intimidad, tu familia.

—Escúchame...—súplica dando un paso hacia a mí, pero di un paso atrás como respuesta.

—Vete, llévate tu miseria lejos de mi —manifesté conectado mis ojos con los culpables del gringo. Aun con el torso descubierto se acerca a mí con rapidez, como una ráfaga de viento, que ni siquiera se alcanza a percibir.

—No, me lo prometiste...—indica llevando sus manos a mis hombros para presionarme contra la pared. Su tacto firme, pero sin llegar a realizarme daño alguno.

—Eres rápido...—comente anonadada ante la visión de su otro poder.

—Kathy...por favor...—sus labios murmuran tocando los míos. Cerré los ojos ante su tacto frío, bajando la intensidad de mi calentura temperamental.

—No soy el castigo de nadie —puntualice aun con mis ojos cerrados—. Soy más que eso, merezco más que eso—. Abrí mis ojos y dicte las palabras—. Vete, y no vuelvas a esta ciudad. Vuelve a Estado Unidos, y ve a entregar tu desgracia de persona a otra mujer.

—No —brama con seguridad.

—Vete, o expondré tu naturaleza, la verdadera naturaleza de los Cullen... —Vete, o la verdad de ti saldrá en las noticias de Chile.

Y desaparece. De la misma forma como lo conocí, rápido y sin avisar. Salvándome de mi estupidez. La estupidez de estar con un hombre que simplemente no quería estar conmigo.  








Canta, flor de la tierra

Y rasgues tu vestido en dos

Canta y cubre tu pecho

Que nadie vea tu corazón.

¡Ay, ay, ay de mí!





Estúpido, imbécil, cobarde, abominación. Grito en mi mente con la intención de provocar algún daño al gringo, si estuviera cerca de mí escuchando mis pensamientos. Pero él disfruta mis gritos, y realice lo más difícil que me he propuesto. Colocar mi mente en blanco.

Mi cabeza se refugió en un baño con baldosas blancas, donde mi cuerpo inerte se recuesta en el piso observando el techo blanco, sin dolor y sin placer. Mi mente activa, llena de ideas, de pensamientos, se limita a comer, a dormir, y trabajar por días. Maldito gringo.





Con tus ojos muero lento, muy lento.

!Ay, dulce daga!

Que se clava aquí en mi pecho

Dame muerte lenta

Pa ́ verte siquiera un poco más.











————————————-

Capítulo dedicado a mi querida y bella amiga man_of_war
❤️❤️


Canción: Natalia Doco - Ay de mi

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro