𝓐𝓶𝓸𝓻 𝓬𝓸𝓶𝓹𝓵𝓮𝓽𝓸
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No, no hay nada mejor
Que probar un primer beso, y más de ti
Veo tantos colores y todos mis sentidos
Estallarán de tanto amarte.
Las nubes tapaban el bosque de Forks, acompañados con unas gotas de lluvia que caían con lentitud por nuestros cuerpos desnudos. Uno de los beneficios de la condición de vampiro era no sentir frío, ni calor, pero aun así deseaba con todas mis ganas partir de este triste pueblo.
Estaba acostumbrada al frío, viví por años en Villarrica, pero aun así en su clima frío encontraba la calidez en sus comidas, habitantes y mi trabajo. Mientras que Forks era tan helado, que ni siquiera mi capacidad de no sentir el clima me convencía permanecer en este lugar.
—Ha salido todo bien, ¿no crees? —me pregunto Edward mientras acariciaba mi espalda desnuda en medio del bosque de Forks.
No pude evitar que mi mente volara al matrimonio del día anterior. No pude evitar que en mi mente se presentara mi caminata al altar donde Edward me esperaba con una gran sonrisa. Aún recordaba la calidez de Carlisle a mi lado, acompañándome y tomando el lugar de mi padre.
Habría llorar si mi condición de vampira me hubiera permitido.
—Salió todo perfecto —contesté sonriendo ante el recuerdo—. Gracias por no escuchar mi pedido de retrasar la boda. Ser tu esposa me ha llenado de vida y de fuerza.
—Ser tu esposo es el más grande de los honores que se me ha concedido —murmuró el gringo subiendo sus manos por mi espalda para acariciar mi cabello.
¿Dios, desde cuando era tan romántico?
Edward Cullen rio ante mi pensamiento, pero su risa cesó abruptamente.
—No respires.
—¿Qué sucede? —pregunte confundida. Si Edward dictaba aquellas palabras solo cuando había humanos cerca, y al momento de que mi boca soltaron las palabras, un exquisito olor llegó a mis fosas nasales.
—Tranquila —murmuró el gringo al momento que mi cuerpo se levantaba con rapidez para rastrear el olor que llegaba a mis narices—. Escúchame, Katherine.
Escuchaba la voz del gringo tan lejana. Se que debía obedecerlo, pero algo extraño, algo que no tenía control querría ir donde ese humano y clavar mis dientes en su cuello. Oh esperen, no era un humano. Eran tres.
Quizás, tan solo quizás habría reaccionado de otra manera si mi cuerpo no hubiera pasado la noche entera frotando mi cuerpo al del gringo.
—Dos adultos y un niño —añadió el gringo colocando sus manos en mis hombros para detener los movimientos de mi cuerpo—. Lo siento, jamás creí que los humanos hicieran trekking tan lejos de la carretera. ¡Ey! Escúchame —bramo el gringo borrando todo tipo de romanticismo en su voz.
—¡Suéltame! —grité tratando de liberar mis hombros de su prisión, pero Edward no aflojo el agarre.
—Lo siento.
En ese momento no entendí su disculpa, pero luego de unos segundos sí. Edward sostuvo mis manos con fuerza detrás de mi espalda, mientras una extraña sensación de paz aplacaba el salvajismo que estaba creciendo en mi interior.
—Jasper —susurre el nombre del esposo de Alice al momento que llegaba a mi campo de visión. Ni siquiera me avergoncé por mi instinto de matar a esos humanos. Mi vergüenza cayó cuando me percate de mi desnudez.
—Tranquila. Alice lo vio, pero hemos tardado en llegar a ustedes —señaló Jasper evitando mirar mi figura desnuda—. Estas muy lejos, Están cerca de llegar a Canadá.
—Ya estoy mejor —musite molesta tratando de soltar el agarre del gringo en mis brazos—. ¡Suéltame! Quiero cubrir mi cuerpo.
Edward no me soltó, levanto mi cuerpo para apoyarlo en uno de sus hombros y alejarme de aquel lugar donde el olor de humanos aún rondaba. Me deje llevar, no intente bajarme de su cuerpo.
—¿Recobraste la cordura? —preguntó el gringo nalgueando mi trasero antes de bajarme de su hombro.
—No podrías cubrir mi cuerpo antes de que llegara Jasper —brame enojada tratando de tapar mis senos con mis manos—. Aun estamos desnudos, somos vampiros, no hombres lobos. Parecemos nómadas al estar desnudo.
Aunque no me enojaba ver el cuerpo desnudo de Edward, no me sentía cómoda corriendo por el bosque como la película la laguna azul.
—Alice nos dejara ropa por aqui, y se llevara el vestido para arreglar —señaló para tranquilizarme, pero aun así bufe molesta. El gringo había roto mi vestido de novia al momento que el padre dejó la mansión Cullen. Me agarró por la cintura y me adentro al bosque mientras desgarraba la tela del vestido en el camino.
Nos fundimos en el placer con nuestro nuevo estado civil.
—Lo siento —murmuró nuevamente llegando a mi cuerpo el que se había cobijado debajo de un gran árbol—. Jamás imaginé que humanos estarían aquí. Te he puesto en riesgo, y te he expuesto a cometer el peor de los crímenes. Te protegeré, incluso si es de ti misma.
Solté un suspiro. Aunque no necesitaba realizar aquella acción, sentía que debía botar la frustración de perder mis presas.
Había quedado sedienta.
—No probaras sangre humana. No lo permitiré —señaló el gringo—. ¿Recuerdas mis votos?
Por supuesto que lo recordaba. Aunque quisiera olvidar, no sería capaz de borrar en mi mente las palabras del gringo en nuestra boda.
—Eres una hija para mí. Gracias por darme este privilegio —susurro Carlisle Cullen al momento que me daba tierno beso en la mejilla antes de que sus manos se alejaran de las mías para ser sustituidas por las del gringo. Pero antes de que el padre soltara alguna palabra, el gringo beso mis labios con rapidez.
—Tranquilo, ya tendrán tiempo para aquello —señaló el padre que jamás había visto en mi vida.
Dios, como eran capaces los vampiros de organizar todo en tan poco tiempo.
—Luces hermosa —musitó el gringo al momento que sus labios soltaban los míos.
—Queridos amigos y familia, hoy nos reunimos para celebrar el amor y la unión en matrimonio de esta bella y ansiosa pareja —manifestó el padre Brian mientras una sonrisa se extendía por su rostro.
Mi rostro giró para observar al público. La familia del gringo, la otra familia del Clan Denalí y Seth nos acompañaban en aquel día. Todos ellos sonreían, uno más que otro, pero los único que mantenía el ceño fruncido en aquella ceremonia eran Tomás y Leah. Quienes decidieron quedarse para cuidar al pequeño Alexandre.
El tiempo pasó con rapidez, ni siquiera me percate cuando el padre había finalizado su discurso para solicitar los anillos. Observe como Jasper se movió hacia nosotros con los anillos de boda en una pequeña caja.
El padre aceptó la ofrenda. Observe también que Jasper había dejado de respirar al momento que dio esos pasos hacia nosotros.
—Es algo extraordinario conocer a alguien con quien compartir todo, qué te acepta tal como eres. He estado esperando, por lo que parece mucho tiempo, a sobreponerme a lo que soy... Y con Katherine siento que por fin puedo hacerlo. Aquí delante de mi familia te prometo protegerte a ti, y al pequeño hijo que has traído a la vida. Resguarde siempre la seguridad de ambos. Nada es más importante que ustedes dos. Prometo que te amaré siempre como si fuera el comienzo, prometo amarte siempre sin miedo al final. Ninguna medida de tiempo contigo será suficiente. Pero empecemos con un para siempre.
El gringo debió tomar mis manos para deslizar el anillo en mi dedo anular. No pude reaccionar. Sus bellas y perfectas palabras me dejaron sin aliento. Me quedé pasmada en aquel lugar. Beso el dorso de mi mano cuando el anillo se acomodo en mi dedo.
—¿Quieres tomar a Edward Cullen como esposo? —preguntó el padre después de unos segundos en silencio.
—Si, quiero —conteste.
Nos quedamos observando el rostro del otro por varios segundos sin poder quitar la sonrisa que estaba en nuestro rostro.
—Señorita, es su turno —señaló el padre en voz baja para no ser escuchado. Si supiera que solo había dos humanos en aquella ceremonia.
—Hoy decido unir mi vida con la tuya, por siempre y para siempre, a pesar de los tropiezos. Hoy decido unirme a ti, a tu familia. Prometo luchar contigo, y por ti. Te prometo que construiremos un futuro lleno de paz, amor y unión. Eres y serás el amor de mi vida.
—¿Quieres tomar a Katherine Masen como esposa? —preguntó el padre, pero antes de siquiera pasará una milésima de segunda, Edward respondió.
—Si, quiero.
Su rapidez provocó la risa de algunos presentes.
Deslice el anillo de matrimonio en el dedo anular de Edward cuando finalizó su respuesta.
—Declaro que estáis casados conforme a la ley y a la iglesia. Puedes besar a la...
Y Edward Cullen beso mi boca con anhelo sellando las promesas dichas.
Arrúllame, ahógame, aplástame
Desármame, cómeme, fúmame
Amor inquieto
Amor drogado
Amor completo.
Aún quedaban las últimas gotas cuando la boca de Edward se abrió para soltar sus palabras.
—Te ciegas ante la sed. No estás atenta a tu alrededor. No escucharás, ni te percataras si existe algún enemigo que quería rondarte —señalo el gringo bajando su cuerpo para quedar a mi altura—. No eres un animal, ni un salvaje. Eres una vampira, una poderosa. No pierdas tu letalidad por la ansiedad de saciar tu sed. ¿Me entiendes?
—No —conteste llevando mis manos a su cuello. Se que ejercí fuerza, y se que no le gusto. Pero aun así él no se alejó. Con un fuerte y rápido movimiento lo atraje a mi para besarlo con dureza.
Cazamos a los segundos que mi mente dejó de recordar las bellas palabras del gringo. No hablamos, nuestros cuerpo reaccionaba por instinto al estar cerca de animales. Y aún más el mío, en mi estado de neófita, la que me dejaba llevar con facilidad ante las pulsaciones de los corazones de los ciervos que recorrian en el lugar.
Clave mi cuello en el bello ciervo sin esperar, ni preocuparme de que aún el animal chillaba por su vida cuando empecé a succionar su sangre. No me interesaba matarlo por entretención, solo quería su sangre.
La sed fue disminuyendo al cuarto animal que bebía de su sangre.
Aun con la sangre animal en mi boca moví mis labios con la intención de que uniéramos nuestros cuerpos. La sed había saciado, pero no el hambre constante que le tenía a Edward Cullen.
Escuché el gemido de dolor del gringo cuando mordí sus labios con fuerza, no pude evitar sonreír ante la fuerza que tenía.
Débil.
Aquello no le gusto, pero a mi si. Observe una faceta distinta en el arte del sexo del señor Edward Cullen.
Su posesividad, su salvajismo quedaron marcados por mi cuerpo durante más de algunos segundos. La manera que agarró mi cabello mientras me colocaba en cuatro, la manera que mordió mis hombros, y mi cuello con tan agresividad que grite ante el dolor.
Dolor y placer. Que línea tan delgada.
—Te gusta llevarme al límite —murmuró el gringo al momento que su virilidad salía de mi intimidad.
—Un poco —conteste acostándome sobre el húmedo pasto del bosque boca abajo, pero aquella posición duro tan poco.
El gringo agarró mis talones y giró mi cuerpo con un movimiento rápido y sin esperar que diera algún gesto de aprobación, me penetró nuevamente. Mis gemidos y suspiros de placer se volvieron a escuchar por el bosque.
¿Cómo se puede sentir
Tantas cosas en tan poco tiempo, y no morir?
Tú puedes hacer un gran nido en mi universo
Puedes hacer lo que quieras conmigo.
Volver a la mansión fue un golpe de realidad. Aquel único día que nos permitió disfrutar de nuestra vida de casado duró tan poco, que tuve tentada de escapar de los Vulturis nuevamente, para atrasar una vez más la batalla que nos perseguía.
Los rostros de nuevos vampiros detuvo mi deseo de escapar. Amigos de Carlisle llegaron en su ayuda. Eran pocos, pero los lobos nos daban una gran ventaja.
—Es Garret,Benjamin, Amun, Kebi, Tia, Maggie, Siobhan, Liam y Vladimir, Stefan. —Edward me presentó a los nuevos vampiros. Todos tenían ojos rojos—. Han venido abogar por Carlisle.
—Tiene buenos amigos —señale sin quitar la mirada de los últimos integrantes. Lucian aterradores. Sacado de una película de Drácula.
Edward rió a mi lado.
—Agradezco a los que han llegado hasta aquí. Se que Carlisle les informo que esto no es una lucha, pero yo no les puedo asegurar aquello —alce la voz para acallar la risa del gringo—. Hemos llegado a una confrontación de los Vulturis por romper la ley. Edward se ha enamorado de mí...
—Te convirtió. Ya no eres humana —interrumpió el vampiro llamado Garret. Que guapo vampiro. Sentí un suave codazo en mis costillas.
—Pero di a luz a un humano. —Garret y los demás me observaron con sus ceños fruncidos—. Edward me dejó por un tiempo, y yo seguí con mi vida. Quedé embarazada de un humano. Es aquel delito que los Vulturis nos buscan.
—Es un bebé, no dirá nada —aclaró Kate acercando su cuerpo al del vampiro Garret—. No es un delito.
—No lo es aún, pero lo será. El niño crecerá, y el peligro existirá —señale—. Pero aquello no es todo. Bella la ex novia de mi esposo es quien busca esta guerra. Supongo que es un intento desesperado de buscar venganza.
—Entonces, ¿Qué hacemos aquí? —Aquella vez fue Amun que alzó su voz—. Esto es un problema de amor. Nada más.
—No. Es más que eso. Bella solo es una excusa para los Vulturis para buscar la batalla. Es lo que hacen. Buscan a una familia, la cual uno de ellos siempre tiene un gran poder. Buscan el perdón a cambio de que alguno de nosotros con ese gran poder se una a la guardia. —El gringo alzó la voz de la misma forma que Carlisle hablaba para liderar su clan—. ¿Qué evitará que después de esto vayan detrás de Benjamín, Maggie o Kate?
Observe cómo el cuerpo de Irina se acercaba al de su hermana Kate para pasar una de sus manos alrededor de sus hombros, atrayendo a sí el cuerpo de su hermana.
—Me quedo. Lucharé a tu lado si es necesario. —Benjamín, el poderoso Benjamín alzó su voz aceptando que el mejor destino para nosotros era enfrentarnos a los Vulturis juntos.
—Una guerra se acerca. —El vampiro Vladimir llamó nuestra atención con su voz de ultratumba—. Y nos quedamos a tu lado para eliminar esa escoria italiana.
Eso son de los míos.
Asentí con mi cabeza ante sus palabras. Los dos vampiros del clan Rumano sonrieron ante mi entusiasmo.
—Está cayendo nieve. —Escuche el susurro de Rosalie. Gire mi cuerpo para observar por los grandes ventanales de la mansión, como empezaba a caer la nieve en Forks.
Una señal que solo significaba una cosa por la visión de Alice.
Los Vulturis estaban próximos de llegar.
La guerra se acerca.
Yo siento que tú me querí
Como yo te quiero
Acuéstate a mi lado
Esta noche te quiero vivir.
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Nota de la autora
¡WINTER IS COMING!
Queda tan poco para la batalla, es que muero de ansiedad. Espero que les guste, no será algo pacifico como inexisten batalla en el libro de amanecer.
Sangre y fuego habra en próximo capitulo.
Nos leemos pronto! Gracias por sus votos y comentarios <3 <3
Canción: Mon Laferte - Amor completo.
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