—Eres jodidamente linda, Sook— sonrió suavemente—Me alegra poder haber pasado el día contigo.

Taehyung y Hosook estaban frente a la puerta de su casa. Ya eran las diez.

—Nunca creí que serías así de genial. Deberíamos de volver a salir, sunbae— sus mejillas se tiñeron de rojo.

—Creo que debí de hacerlo hace mucho, pero... ¿Quisieras ser mi novia?— trago duro—. Me has gus...

— Claro que sí, imbécil— rio tiernamente abrazandolo por su cintura luego de interrumpirlo—. Creí que era obvio. Me haces sentir especial. Eres bastante único.

— Me alegras, me insultas y me halagas. Podré ser un imbécil pero soy tu imbécil, cariño— beso su cabeza mientras se balanceaban lentamente de un lado a otro—. Deberías entrar. Puedo sentir la mirada de tu madre sobre mi nuca y me asusta— agregó gracioso—. Tal vez no le gusta que tenga a su pequeña entre mis brazos.

— Ignorala. No des una mierda— susurro—. Debería de estar feliz de que su hija este con un chico tan perfecto.

—¿ Eso crees?— sonrió ladino.

—Sí. Lo digo porque creo que después de todo mi cumpleaños no fue arruinado— aspiró el aroma contrario de vainilla por una última vez—. Gracias...— dicho esto besó apasionadamente a Taehyung por unos segundos, le gustaba la calidez de sus labios—. Buenas noches, Tae— se despidió ingresando a su hogar con un susurro.

— Buenas noches, princesa— se despidió aún más alegre para regresarse por donde vino. 

N/A: Este es el esperado final que rompió mi corazón, pues sé muy bien que nunca tendré algo así.