Hosook se miró al espejo por una última vez. Quería asegurarse de verse bien antes de salir a despertar a  sus padres.

— Repanpanos, me veo de hermosa— se susurró así misma con una sonrisilla plasmada en sus labios.

La blusa blanca con encaje floral que cubría su piel acanelada y se escondía parcialmente bajo su falda rosada junto a su boina francesa negra simplemente le parecía una bella combinación.

Rápidamente se encaminó hacia su pequeña mesita de noche rosa pastel cerca de su cama y tomó su brillo labial.

Con escepticismo quitó la tapa del labial que tenía en manos y lo colocó sobre sus labios, moviéndolo horizontalmente.

Aún con el pequeño tubo con maquillaje sobre sus belfos, la joven chica corrió hacía su gran espejo ovalado de nuevo.

—Wow— exclamó sorprendida al verse de nuevo—. Me veo preciosa, solo falta algo para completarlo.Mis medias negras de gato— movió sus cejas sugestivamente.

La chica se acercó por segunda vez a su mesita de noche y abrió el primer cajón de este, sacando sus famosas medias de gato.

Se sentó en su cama tendida y con rudeza colocó sus calcetas. Se levantó de nuevo y se volvió a dirigir al espejo para ver su reflejo.

—Joder, de verdad me veo perfecta— se dijo con unas risillas ya que casi nunca maldecía en voz alta.

Satisfecha con su outfit, Hosook salió de su habitación.