11:53
—Buenos días— saludó Hosook a su madre quien hacía el desayuno.
—Buenos días, Sookie— saludo energética de vuelta su madre mientras volteaba un panqueque en la sartén—. Feliz cumpleaños.
La pelirroja se sentó en la encimera de la cocina mirando tranquila cómo su madre le servía dos panqueques en un plato y se giraba para entregarlos, pero se frenó al ver su vestuario.
«Oh, mierda. Aquí viene.» pensó la cumpleañera.
—Sook, vete a cambiar— pidió su madre con una mueca.
—Pero hoy es mi cumple— hizo un tierno puchero—. Solo por hoy déjame usar este conjunto.
— Sook, por favor. No me intentes hoy— suspiro colocando sus manos en sus caderas—. Sabes cómo se pone tu papá, y a mi no me gusta que utilices esa camisa porque te quema el sol.
—Ma, solo es u...
—Ya te lo dije Sook, hoy no me intentes. No te quiero golpear, pero si sigues así lo haré— advirtió la mujer de unos treinta y ocho años.
—¿A quien van a golpear?— preguntó el señor Jung bajando las escaleras.
— A nadie— respondió su esposa tragando duro.
Cuando el padre de Hosook finalmente estuvo en la planta baja, miró a su hija con el ceño fruncido.
— Creo haberte dicho que no podías utilizar ropa que te llegará sobre las rodillas ni camisas que mostraran los hombros— hablo con hostilidad—. Esos pedazos de tela te hacen ver cómo una puta.
— Dijiste que en fechas especiales yo tenía permitido usar lo que quisiera— susurro con miedo la jovencita, tratando de ignorar el dolor que se instalaba en su pecho—. Hoy es una fecha especial.
— No es cierto— espeto su padre— . ¿Qué día es hoy?
— Hoy es el dieciocho de febrero— respondió con los ojos aguados— . Mi cumpleaños.
— Oh, lo siento, Sookie. Lo olvide. Feliz cumpleaños! Puedes hacer lo que quieras— exclamó el señor Jung cambiado su expresión molesta a una alegre.
— Gracias...— Hosook comenzó a desayunar sintiéndose desanimada.
El padre de Hosook se acercó a su esposa y le dio un beso en la mejilla, para después caminar hacia la puerta principal de su hogar.
— Me tengo que ir, amor— se despidió —. Regreso en la noche.
— ¿A dónde vas? Creí que estarías conmigo ya que es sábado y es mi cumple— la pelirroja hizo una mueca.
— Voy a ir a trabajar— contestó simple su papá —. Felices trece años, mi vida!— felicito saliendo de la casa.
— Son dieciséis— corrigieron en un susurro las femeninas mientras miraban a la nada.
«Demonios, ya empezamos mal» maldijo mentalmente la señora Jung viendo cómo su hija desayunaba silenciosa y lentamente con unas pequeñas lágrimas cayendo por sus mejillas.
N/A: Estoy algo bloqueada. Esta historia tiene más como propósito relajarme que entretenerlos, así que es una pena si no los satisface porque no lo editare de vuelta ni nada por el estilo.
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