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Caminaste con alegría como siempre, Hitoshi suspiró siguiéndote, vio a Katsuki y te abrazó por por detrás, rodeando tu cintura. 

Katsuki explotó.

—Andai cariñoso, culiao.

—Ajá.

—Mira ahí está el bombas locas, ¿por qué viene tan enojado? —preguntaste algo confundida, Katsuki gruñó.

—OYE TÚ, PERRA.

—OYE TÚ, CALVO —gritaste, él frunció el ceño aun más—. TE TENGO GANAS, ¿TE LAS GUARDO O TE LAS DOY CUANDO TE VEA?

—¿QUÉ? —gritó sin saber cómo sentirse al respecto, salió corriendo para atraparte, corriste huyendo y Shinsou se fue al salón esperando a que llegaras después de correr tanto.

—Me dejaste sola weon.

—Estabas con Bakugou no sola —respondió.

—Ya pero weon... 

—Te invito a comer pero déjame tranquilo —dijo sonriéndote.

—Jalo.

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