Por alguna razón extraña Felix y Hyunjin, se habían quedado solos, y juntos, y al menor, le parecía raro de que el mayor no le dijiera nada, simplemente estaba con su celular, y eso se le hacía más raro.

Sentía que el silencio era bastante incómodo, así que estaba pensando en que decir exactamente, y cuando por fin abrió la boca, el mayor habló.

— Me gustaría que fueras mi celular. — Lo dijo tan de la nada, que Lee simplemente lo miró confundido, y lo peor es que ni siquiera despegó su mirada de la pantalla del celular.

— ¿Qué? ¿Para qué? — Ladeó la cabeza.

— Para así tocarte todo el día. — Y así fue, como despegó su vista de aquel artefacto para poder mirar al menor.

Felix solo soltó un suspiro frustrado, sus mejillas se tornaban de un rojo carmesí, pero algo se le ocurrió, y esperaba a que funcionara.

— ¿Y? ¿Qué espera para tocarme? — Habló como si nada mirando a Hyunjin.

El recién nombrado abrió los ojos como plato, nunca había visto esa etapa de Felix, sin regañarlo.

Hwang todavía no superaba lo que paso esa tarde, tiempo después habían llegado los chicos y salieron a comer.

Pero bueno, hoy era un día nuevo y tenía otro piropo con el cual molestar, y era lo primero que haría al verlo.

— ¡Lixie! — El mayor se acercó a este, el cual estaba comiendo un helado. Ese día no tenían clase, por lo que aprovecharon para salir. — Te invito a comer.

— ¿Qué? ¿En serio? — Su corazón empezó a latir más rápido.

— Y así te enseño el postre que tengo entre mis piernas. — El menor pagó su helado y se fue de ahí, dejando a Hyunjin solo.