08
—¿Señorita? —llamó el padre de Haerin.
—¿Qué sucede, papá? —Haerin trató de hacer ojitos; su padre estaba cruzado de brazos.
—¿Quién te trajo? —interrogó; su hija no solía ocultarle las cosas.
—Una... —¿Qué era de Danielle? ¿Su amiga o algo más? —es algo complicado, ya sabes.
—Mmm —el hombre se dio vuelta y retomó su camino hacia su habitación. — Tú sabes que no me gustan los secretos en la familia, ni a tu hermana ni a ti; les he enseñado eso.
—Sí, padre —respondió. Una vez el hombre de mayor edad se fue de allí, ella subió corriendo a su habitación. Eso había sido incómodo.
Estuvo jugando un rato en su celular; los videojuegos eran algo que la distraía. Más tarde haría su tarea: clasificar y ordenar por peso las hortalizas.
Cuando terminó sus deberes, el cansancio pudo más y sus ojos se cerraron por inercia. Había sido un maravilloso día.
(...)
Al día siguiente hizo su rutina diaria: bajó y alimentó a su perrito. También preparó el desayuno para todos porque, según ella, para ser una buena nutrióloga debes dar el ejemplo con la familia y hacerlos comer sano.
—Princesa, me voy al bufete —saludó con un beso en la frente a su padre. —Perdona por lo de ayer, son mis grandes amores y me preocupo.
—No tienes por qué preocuparte —entregó un tupper que contenía fruta picada y una dieta que su papá llevaba por cuestiones de salud. —Ella me trata bien, aún no tenemos etiqueta.
—Entonces me alegro. —sacudió su saco.—Tráela a cenar, así lo conocemos —finalizó la plática para luego irse.
Un escalofrío recorrió la espalda de la pelinegra. ¿Acaso eso era buena idea?
En otros asuntos, su amiga Hanni iba a pasar a recogerlas hoy, según ella, para recuperar el tiempo perdido, aunque en realidad solo era una excusa para ganar confianza a la hora de manejar.
La hermana de Haerin se negó a viajar con Hanni; tenía que llegar temprano al laboratorio, puesto que al ser la líder de esta área, tenía las llaves. Según Sakura, ese puesto era un dolor de trasero.
—¿Te enteraste? —comenzó la charla una vez que la chica entró al auto.
—¿Ahora de qué te enteraste, Hanni? —cuestionó.
—Eso sonó como si yo fuera chismosa. —alegó.
—No lo eres, cariño —intervino Minji, y la nombrada acarició la mejilla de su novia; era tan dulce.
—Como te decía, —siguió con su vista en el frente. —dicen que una chica guapa del laboratorio de Física está saliendo con una chica de Nutrición —contó, y su novia soltó un pequeño bufido. ¿Acaso le había dicho linda a la paliducha de Wonyoung ?
—Y sé que no eres tú y Danielle porque ustedes no salen, así que solo me queda en mente nuestra querida amiga. —pitó fuertemente; un maldito auto rojo se les había atravesado.
—Maneja bien, estúpido! —volvió a tocar el claxon.
Después de unos diez minutos de camino, llegaron sanos y salvos a la universidad. En definitiva, no volvería a aceptar un viaje de su amiga. La amaba y todo, pero se desesperaba muy rápido.
Llegó a su salón y suspiró. Se había puesto sus gafas porque la computadora le cansaba la vista, y no quería feas manchas en su cara.
Unos cinco minutos pasaron; la clase dio inicio. Su celular vibró, alertándola de un nuevo mensaje.
Dani <\3.
Tu belleza es como
la la raíz de -1
¿Por qué?
A veces, la pelinegra no entendía los piropos de la castaña. No la juzguen, pero hay ciertas materias que se le hacen difíciles, y las matemáticas son una de estas.
No puede ser real
Eso fue
Lindo.
☺️
Por cierto,
Buenos días
(^_^)
Por ti, solo son buenos.
A ti también,
Good morning
En inglés, una amiga
me enseñó.
Haerin estaba feliz; por un momento, se olvidó de que estaba en clase, y un carraspeo del maestro la sacó de su trance.
—Señorita Kang, —hizo una mueca. —ya que está muy feliz, ¿por qué no trae de la sala de químicos los yogures que dejamos fermentando la semana pasada? —la chica aceptó; total, podría pasar a saludar a su linda chica, ¿no?
Si a la Haerin del pasado le hubieran pedido ese favor, habría puesto miles de excusas, solo por el simple hecho de tener que ponerse de pie.
Lo tenía que aceptar, el área de ciencias estaba lejos; se estaba arrepintiendo, hasta que tocó la puerta. La chica pálida de la otra vez le saludó.
—Hola, Haerin. —se giró hacia dentro,
—Danielle, tu novia está aquí. —y la pelinegra se talló la nuca nerviosa, porque todos decían que eran pareja, aunque en el fondo le alegraba.
—Hae bonita —se acercó y dejó un besito en su mejilla.
—Eres ese ión electrofílico que ha venido a estabilizar a este nucleofílico corazón.
Haerin se limitó a sonreírle; sin duda, estaba enamorada.
Un sonrojo se mostró en su rostro; ella también quería decirle un piropo.
—Haerin, ¿qué haces aquí? —la voz de su hermana había arruinado el "momento" según la chica.
—¿queti? —se cruzó de brazos.
—No me digas que viniste a ver a la vaga de Danielle. —soltó Sakura, y la nombrada se puso la mano en el pecho indignada; tomó la mano de la pelinegra y la sacó del salón.
Se acercó al oído de la contraria y susurró:
—Te ves bien preciosa con gafas —aduló.
—Tú igual —respondió rápidamente, puesto que la castaña se veía muy guapa con bata y lentes de laboratorio.
—Sabes algo, Hae. —se dejó abrazar por los brazos de Danielle,
—ningún diagrama podrá nunca mostrar el potencial de nuestro amor. —dejó un suave beso en la otra mejilla de la chica, contenta de que sus sentimientos fueran correspondidos, se apegó más a la castaña; lo que sucedió a continuación no lo esperó.
—>>Sé que apenas estamos iniciando, pero, ¿me concederías el privilegio de ser tu novia? —dijo temiendo ser rechazada nuevamente.
Una nerviosa Haerin se safó del agarre, luego se fue corriendo al baño, dejando a Danielle parada en medio del pasillo y a un maestro de toxicología sin los yogures de la semana pasada.
Haerin huye de las propuestas de amor de Danielle,
Como yo huyo del banco 😭
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