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Decir que Danielle se encontraba estresada era lo mínimo, a la de cabellos castaños le quería explotar la cabeza, pero, ¿por qué? La respuesta es sencilla, temporada de exámenes.

Después de aquel incidente con Haerin en el eleven, decidió darle su espacio, más aparte de eso, la universidad enserio le estaba limitando las posibilidades de verla.

Mientras tanto en la cafetería de la escuela la de cabellos oscuros almorzaba con una amiga de su misma facultad.

—Y por eso, —decía una rubia que platicaba sus decepciones amorosas.
—he decidido mejor quedarme soltera, adoptare un gatito y me haré vieja con él.

—Eres una exagerada Yujin. — Haerin jugeteo con la ensalada. —no es tan malo tener pareja.

Huh Yujin la analizó y la miró juzgadora, ¿acaso su amiga Min Haerin, de quien su lema de vida es 'prefiero estar sola' cada que alguien decía algo relacionado con amor y relaciones; había dicho aquello?

—Hae, ¿te gusta alguien? —preguntó la rubia, sabía que era un arma de doble filo para ella, pues su amiga a veces sacaba sus garitas de gato.

—¿A mi? -—se señaló y negó, unos segundos más tarde desvío la mirada. —No me gusta nadie.

—¿Segura? —se acercó a ella.
—Porqué tus ojitos cafés me dicen otra cosa.

Yujin esperaba que su amiga le dijera mil excusas o cambiara la platica, pero fue otra cosa lo que respondió.

—¿Tan obvio es? — en definitiva eso era nuevo, la rubia celebró en silencio.

—¿quién te gusta? —sorbio de su malteada mientras animaba a su amiga a hablar.

—Danielle. —dijo y luego se tapó el rostro avergonzada.

La rubia quería pegar el grito al cielo, pero Haerin fue más rápida y se apresuró a silenciarla con sus dos manos.

—Yujin, por dios, shhh! —quito su mano cuando la nombrada le lamio la palma.

—Iugh!

—Te gusta alguien....
— dijo casi en susurro
—¿por qué yo no sabía? —hizo una mueca fingida de molestia.

—Esto debe ser un secreto, creo que a ella le gustó. —musito.

—Y ¿a quien no? -—dijo otra voz.

En ese momento Haerin quería que se la tragase la tierra y la escupiera en plutón, lo último que ella deseaba era que Danielle estuviera cerca, esperen, ¿ella había escuchado su platica?

—Perdonen, a mi amiga le gusta intervenir en pláticas ajenas, pero no escuchamos nada! —dijo la pelirroja, sin duda, si le pagarán cada que Danielle habla sin sentido, fuera millonaria.

—Una mirada tuya es capaz de llevar la entropía de mi corazón hasta límites al infinito —habló la castaña ignorando lo que su amiga dijo.

Bueno, a este piropo Haerin si le había entendido, en su examen de química vino un tema parecido.

—Oye, eso fue original, ¿verdad Hae? —adulo Yujin intentando codear a su amiga, la cual no le respondió. —¿ Haerin? - preguntó pues la pelinegra ya no estaba ahí.

Ambas chicas se voltearon a ver sin entender, la rubia solo les sonrió y se marchó apenada, ¿como se atrevía Haerin a dejarla hablando sola?

En los baños una pelinegra se lavaba el rostro, ¿como se le ocurrió a Danielle decirle tal piropo?

Tratando de mantener postura, salió del baño y fue rumbo al salón donde tendría lo restante de su clase.

Una vez allí, abrió su libreta o bueno, su diario super mega secreto de un gatito y con su pluma invisible escribió aquel piropo, le había gustado.

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Horas más tarde, en la cafetería, una pelirroja animaba a su amiga, no creyó que Danielle en verdad le fuera a hacer caso al  consejo que le había dado.

—La asusté Hye, me ha de odiar — la castaña bebía de la botella de agua como si se tratase de alcohol.

—Amiga, deja eso. — le quito el envase —te diré algo, pero no te hagas falsas esperanzas — la castaña la miró expectante.
—yo vi..... que estaba algo sonrojada. — soltó y la contraria se pareció a tiger de Winnie pooh por el brinco que dio.

—» ¡Danielle siéntate! —alegó Hyein.

Con una alegría creciendo en su pecho la castaña no se desánimo, seguiría su plan de conquista.

Piropos de ciencia para su amada chica de bonita sonrisa en forma de gomita!

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¿Qué forma le darían a la sonrisa de Danielle?