II
El día que Hee-sook se enteró de lo que pasaba dentro del departamento que compartía con su novio, había llegado más temprano de lo habitual para sorprenderlo y pasar la tarde juntos. Cuando entró escucho ruidos extraños provenientes del cuarto que Taehyung utilizaba como estudio. Anteriormente, ella había entrado sin avisar para sorprender al chico y el nunca se había molestado por eso, siempre que ella entraba de esa forma, él la abrasaba y besaba con amor, pero esa tarde fue distinta.
Cuando abrió la puerta deseo no haber hecho eso. Se congeló en su sitio con el miedo apoderándose de cada célula de su cuerpo. Su novio, el chico que amaba estaba cubierto de sangre y un cadáver descansaba a sus pies. En el cuello del cadáver había un tubo por el que corría sangre que era vaciada en una cubeta que antes estaba llena de pintura.
Los ojos de Taehyung lo miraban asustado. Su amada había descubierto su secreto, y los ojos que antes lo observaban con amor y brillaban por él, ahora lo miraban con miedo. El intento acercarse a ella, quería hacerle entender que él sería incapaz de hacerle daño, pero ella corrió despavorida. Le tenía mucho miedo al chico.
Taehyung pudo alcanzarla y logró detenerla, la apretó entre sus brazos mientras le rogaba que no le temiera y le aseguraba, jurando por su vida que jamás le haría nada que la lastimara. Hee-sook estaba paralizada, tenía miedo de moverse, en ese momento para ella incluso respirar podía ponerla en riesgo de morir. Ese día dejó de sentirse segura entre los brazos de Taehyung, su temperatura corporal ya no le parecía tan cálida y los latidos de su corazón ya no le parecían el sonido más hermoso del mundo.
Al principio había intentado hacerlo cambiar, después de todo él ocupaba un lugar muy especial en su corazón, pero no lo hizo. Incluso llegó a levantarle la mano, ella se había asustado mucho, creyó que de verdad iba a golpearla. Taehyung se disculpó de inmediato, incluso lloro. Desde entonces temió que en cualquier momento él pudiera hacerle lo mismo que a sus demás víctimas.
Entonces intento ingeniar un plan para huir. Pero Hee-sook temía que al hacerlo él intentara matarla.
Debía pensar en algo, pues todos sus días los vivía con miedo y en las noches no dormía sabiendo que en cualquier momento ese monstruo con el que compartía su cama podría hacerle daño. Ya no podía soportarlo más, así que opto por la salida más fácil. Una noche, cuando por fin había reunido el valor suficiente, tomó un cuchillo de la cocina y corto su cuello. Él se despertó por el dolor y por la sangre que comenzaba a acumularse dentro de su garganta, impidiéndole respirar.
Los ojos de ambos se conectaron. Los de Taehyung reflejaban mucho dolor, se sentía traicionado e inmensamente triste. Los de ella lloraban por miedo y sus manos temblaban. Por su cabeza solo pasaba el pensamiento de que había matado una persona, pero también se repetía que era para poder sobrevivir. Era ella o él.
Después, aún con el corazón de Taehyung latiendo débilmente, lo sacó del edificio para deshacerse del cuerpo y de toda evidencia que la incriminara. Así como de la pesadilla que había intentado evitar vivir y que al parecer esa noche se haría realidad.
Sintio una sensación punzante en su nuca, sus huesos dolían al ser penetrados por aquella mirada fría llena de odio y rencor. Hee-sook giro lentamente la cabeza, Taehyung estaba sentado en una silla que estaba en una de las esquinas de la habitación. A pesar de la oscuridad pudo apreciar la seriedad con la que era observada, también era fácil notar lo molesto que él se encontraba.
Hee-sook retrocedió pegando su espalda contra la pared, deseando fundirse con esta y desaparecer de ante aquellos oscuros ojos que no dejaban de juzgarla.
—No, esto no es posible, ¡Esto no es posible!, ¡yo fui testigo de cómo moriste!, ¡yo...
—Tu me mataste. –Taehyung se puso de pie y comenzó a caminar hacia ella, como un depredador asechando a su presa–. Efectivamente, tú cortaste mi cuello con un cuchillo, tú observaste como de este goteaba a borbotones el líquido rojo que tanto me fascinaba sin hacer nada más que observar como la vida me abandonaba.
Hee-sook retrocedió, arrastrándose por el suelo para alejarse.
—Me llamaste numerosas veces monstruo ¿Pero lo que tú me hiciste en que te convierte?
Con una velocidad sobre humana se acercó a la aterrada chica y la tomo por el brazo. Hee-sook grito por el dolor que el fuerte agarre le provoco, y otro resonó en la habitación al ser estampada contra la pared con mucha fuerza. Una mueca de dolor quiso aparecer en el rostro de Taehyung, le dolía tratar así a Hee-sook a pesar de que se lo merecía.
—Lo que yo hice fue muy distinto a lo tuyo.
—¡¿Distinto dices?! –Apretó más su agarre–. ¡Yo te amaba! ¡Tenía planeado contigo un maravilloso futuro!, ¡te trate como a una princesa!, ¡te di todo lo que tenía!, ¡y aun así decidiste matarme como si fuera un animal! No te importo nada de lo que vivimos los dos juntos. Me rompiste el corazón Hee-sook, y eso es mucho peor de lo que yo hacía.
Los gritos del chico eran aterradores, pero a pesar del inmenso miedo que Hee-sook sentía tubo el suficiente valor para enfrentarlo.
—Tú mataste a muchas personas inocentes –le reprocho–. Las torturabas asta la muerte y después utilizabas su sangre como pintura para tus estúpidos cuadros.
Eso molesto mucho a Taehyung. Aventó a la chica al suelo como si de un trapo se tratara y la miro con mucho desprecio. Aún había algo dentro de él que le dolía cada vez que él trataba de esa forma a Hee-sook, pero simplemente lo ignoraba. Ella había cometido un grave error y merecía pagar.
—Tienes razón, mate a mucha gente para poder realizar mis obras de arte, pero contigo siempre fue diferente –su voz salió temblorosa, le dolía decir aquello–. Yo a ti te amaba como nunca lo hice antes, eras mi inspiración, mi hermosa musa. Por mucho tiempo te lo demostré dándote todo mi amor, y aun así, ¡no te importo y tiraste todo al carajo!
Taehyung golpeó en la mejilla a
Hee-sook. Aquello ardía como el fuego. Él no se detuvo ahí, pateo el rostro de la chica dejando muy lastimado su ojo, después repitió la misma acción pero en su estómago y piernas. Doble cara y traidora eran las palabras que salían de la boca de Taehyung mientras repartía golpes por el cuerpo de la chica.
Con algo de dificultad, Hee-sook pudo ver como el chico comenzaba a llorar, como si de verdad le doliera lastimarla. Tomo el cabello de la chica que ya no podía mantenerse de pie y repartió numerosos golpes en su rostro amoratado e hinchado.
Ahora más que nunca se había arrepentido por haber insistido en conseguir el amor de ese monstruo. Si pudiera viajar en el tiempo, regresaría al pasado para impedir que su yo de aquel entonces terminará en brazos de ese monstruo.
La pobre estaba muy adolorida, los golpes eran constantes y apenas la dejaban respirar. Todo su cuerpo dolía, sobre todo el estómago y rostro que eran los sitios que más golpes recibían ¿Así es como terminaría su vida, a manos de ese monstruo despiadado? Ella no quería eso, por eso había decidido matarlo aquella noche.
—Tú eras el amor de mi vida –dijo con la voz cortada por el llanto–. Y ahora me da asco solo ver tu rostro.
Taehyung volvió a patear el estómago de la chica aventándola hacia la pared. Hee-sook escucho como algo dentro de ella se rompía, dolió mucho y un desgarrador grito salió de su garganta ¿Acaso nadie la escuchaba? ¿Nadie acudiría a su ayuda? Intento incorporarse y fue entonces cuando vio su salvación. Agradeció enormemente haber dejado la habitación del pintor tal y como él la había dejado.
A su total alcance estaba el arma con el que Taehyung mataba a sus víctimas. El arma la invitaba a tomarlo y acabar con su agresor, invitación que ella aceptó gustosa. Tomo el arma con cuidado para que su agresor no se diera cuenta. Esta vez debía ser más cuidadosa y asegurarse de matarlo.
—No tienes idea de cuanto deseo que desaparezcas de la faz de la tierra.
—El único en desaparecer serás tú ¡Maldito monstruo!
No supo de dónde adquirió la fuerza para levantarse, pero de un momento a otro los golpes ya no dolían y se sentía más fuerte que nunca. Se abalanzó contra Taehyung y el cuchillo se clavó en su cabeza haciéndolo caer al suelo.
Hee-sook subió al cuerpo del chico y repitió la acción varias veces en la cabeza y el pecho, no planeaba dejar de hacerlo hasta que estuviera completamente segura de que estaba muerto.
Una macabra sonrisa se escuchó por toda la habitación. Hee-sook detuvo su acción en seco, dejando el cuchillo clavado en donde se suponía debía estar el corazón de Taehyung. Comenzó a retroceder cuando la risa del chico se hizo más fuerte. Hee-sook miró con miedo como Taehyung se ponía de pie, y como con sus manos sacaba aquella peligrosa arma. Sus heridas seguían abiertas y la sangre salía de ellas, pero él seguía de pie. Aún vivía.
—Esta vez eso no te funcionará.
Seguía riendo. De verdad estaba disfrutando de la expresión de sorpresa que Hee-sook tenía en su rostro.
—¿Qué rayos eres? –la voz de Hee-sook fue muy aguda, estaba muy asustada.
—¿Recuerdas a ese lindo y tierno chico que conociste hoy en la tarde? ¿El que tenia ojos de cervatillo? . –Taehyung tenía en su rostro una macabra sonrisa–. Ese chico me brindo una segunda oportunidad de vida. Y no solo eso, es tan bondadoso que incluso ofreció su ayuda para castigar a la despreciable persona que intento matarme.
Hee-sook estaba tan aterrada y en shock que no pudo moverse y Taehyung la tomó del cuello muy fácilmente, acorralándola contra el lienzo de color blanco.
Los ojos del que alguna vez fue un chico se tiñeron de un fuerte color rojo. Estaban abiertos a más no poder con el propósito de infundirle temor a la chica que no dejaba de temblar y sollozar por causa del miedo. Ver esos ojos rojos era como ver el infierno, un infierno en el que pronto ella ardería por la eternidad por haber traicionado a su amado.
—¡Are que los ultimos momentos de tu vida sean los mas brutales y doloros que jamas hallas sentido! ¡Ese sera tu castigo por tu falta de lealtad!
Aquel monstruo que la tenía acorralada gruñó como si de un animal salvaje se tratara y se abalanzo sobre el cuello de la chica. Con sus colmillos desgarro la piel para beber aquel líquido vital que corria por sus venas. El dolor que sintio fue tan fuerte como el grito que profurio su garganta.
Hee-sook se retorcía intentando liberarse a la vez que gritaba de forma desgarradora. Pero el inflexible monstruo se volvió a un mas cruel con su castigo y con su boca retorcio la carne de aquella area asta arrancarla en pedazos que tragaba como un animal.
Apesar del fuerte dolor Hee-sook seguía despierta y consiente de todo. Escuchaba el crujir que hacía su carne al ser arrancada, y observaba con horror como su sangre salpicaba las ropas y el rostro del monstruo.
Poco a poco Hee-sook se fue dibilitando. Sus manos dejarom de defenderla y cayeron debiles a cada lado de su cuerpo. Ya no podia defenderse contra el monstruo. Estaba sangrando intensamente, y un dolor ardiente le recorria todo el cuerpo mientras sentia que la vida abandonaba su cuerpo.
Ya no había nada que hacer para salvarse, el monstruo había logrado su cometido. Cumplió su venganza. Pero antes de que su corazon dejara de latir, Taehyung la miró con el rostro cubierto de sangre y una lágrima resvalando por su mejilla, parecia dolor lo que sus ojos reflejaban. Como despedida beso tiernamente su mejilla.
—
Asta pronto linda musa, nos veremos de nuevo en el infierno, si es que alguien logra matar a un demonio como yo.
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