Capítulo 5
La felicidad abundaba en esa habitación, llena de risas, alegría, comprensión, daba a entender que esos dos esqueletos, uno millonario y otro pobre, uno de clase social alta, y otro de clase social baja, se lo estaban pasando mejor que estando con otra persona de su misma clase social, pues esas clases fueron creadas para distinguir, distinguir de una forma que puede ser horrible, y lo es. No tenemos que clasificar a las personas, porque todos somos personas.¿Cierto? No merecemos ser clasificadas por dinero. Deberíamos ser tratados por igual, sea cual sea la religión o nuestro color de piel.
Así, entre bromas, risas felicidad por parte de ambos, la hora de la comida llegó, pero ellos no querían ir, preferían estar allí, utilizando el ordenador, diciendo tonterías que Error solo podía decir en sitios privados, pues no podía bajar su reputación de persona seria, y esa era la razón de su seriedad que siempre poseía en las comidas o en otros sitios de la casa cuando estaba rodeado de sirvientes.
Ese era el deseo de Error, ser como el es realmente, no tener que ocultarse bajo una máscara que cubría sus sentimientos, por culpa de la sociedad y su reputación, la cual tenía que mantener por el orgullo de su empresa, eso hacía que todos lo juzgaran mal, sin conocerlo realmente, pensando que él era sólo unas cáscara sin sentimientos, pero muchas veces en su pasado había llorado, pero llorado demasiado, no podía sentirse bien después de lo que le habían hecho sus padres, aunque de pequeño ya temía un futuro así. Y ese temor se hizo realidad, ese futuro que siempre quiso olvidar y pensar que sería diferente no cambió, se volvió un infierno.
El deseo de Ink era completamente distinto, era poder tener una familia, tener personas que lo rodeen, que sustituyan a la suya, a su familia perdida de forma injusta, por culpa de los jueces, por culpa de las injusticias, por culpa de la gente, por culpa de muchas cosas que Ink no comprendía en ese entonces, sólo ahora las comprendía, pero lo hacía de forma dolorosa, odiaba recordar su pasado, ya que eso le hacía sufrir muchísimo mas de lo que ya lo hacía, por eso evitaba a toda costa noticias sobre accidentes y cosas similares, cosas que le recordaban a sus padres.
Pero en sus pensamientos no recordaron que tenían que ir a comer, y no escuchaban a las sirvientas gritar sus nombres para que salieron de su habitación, por ello, una de las encargadas de la limpieza al fin pudo abrir la puerta después de un largo rato intentándolo y forzando la puerta. En cuanto la abrieron, notaron que Ink y Error charlaban con demasiada confianza, haciendo que muchas de las sirvientas se quedaran atónitas: ni con ellas Error había hablado tan confiado. Siempre era reservado, tanto como Geno no pero igualmente era reservado, y nunca mostraba sus sentimientos a alguien cualquiera. Entonces, muchas de las sirvientas y mayordomos empezaron a regañar a Error, diciendo que no estaba bien que se encerrase con un pobre cómo Ink. Eso le dolió bastante al pintor, incluso a Error, que estaba viendo cómo sus propios mayordomos lo estaban traicionando de la manera mas horrible que había: prohibiéndole hablar con Ink. Eso lo enfureció.
—A mí nadie me prohíbe estar con alguien, ¿de acuerdo? —dijo con un gran tono de molestia y asco Error, mientras tomaba de la muñeca a Ink para arrastrarlo al salón dónde iban a comer, dejando atrás a muchas sirvientas sorprendidas de la actitud de su amo, que les había hablado con asco, cosa que antes nunca había hecho. Esa era la primera vez, y tal vez no fuera la última. Algunas empezaron a sospechar que el pintor le estaba lavando la mente, y empezaron a idear un plan para echarlo de la casa, mientras Fresh las escuchaba con una mezcla de asco y traición, ellas traicionarían a su hermano sólo porque su amo les había gritado, cuando lo tenían bien merecido. La única que no había rechistado era Alphys, que se había quedado embobada viendo como ese pintor había abierto la mente de Error, haciendo que éste muestre su verdadero yo.
En el saló, Error dirigió una mirada de odio a todos, todos menos a Ink, que el no había hecho nada, mientras comía en silencio su plato de sopa de pollo, intentando calmarse después de lo ocurrido, pero no podía, la gente que pensaba que las personas de clase alta no podía estar con la de clase baja le perseguía incluso en su propia casa, y eso hacía querer despedirlos a todos, querer mandarlos a tomar por culo por su forma de pensar tan primitiva, una forma de pensar que le hacía querer vomitar. Eso era lo que sentía al ver a esa clase de personas.
Mientras, las sirvientas que ideaban el plan para poder expulsar a Ink cuchicheaban en la mesa, sin que nadie pueda escucharlas, mientras pensaban diferentes posibilidades de expulsarlo, de poder hacerle vivir de nuevo en la calle por atreverse a cambiar la mente de Error. Pero Fresh ya se había enterado de ese plan, y se lo había compartido con Geno, que se indignó bastante por el comportamiento de esas prehistóricas, que sólo querían la atención de Error para ellas. Eso era bastante egoísta y cruel, al menos tres personas sabían sobre el plan, y si éste funcionaba podrían decirle a Error que eso sólo fue un plan para echar a Ink del hogar.
Así, la comida se basó en silencio por parte de Error, Ink y mayordomos, incluida sólo Alphys, y secretos inaudibles por parte de las criadas, que miraban de vez en cuando a Ink con una cara de asco bastante notable, pero Ink las ignoraba, ganando mas odio por parte de ellas. Ink odiaba que lo juzgaran por su clase social, lo odiaba demasiado y eso era lo que estaban haciendo ahora mismo. Y cuando recibía esas descaradas miradas de odio ponía muecas de tristeza mientras suspiraba, y eso alertaba a Error, que por su parte lanzaba miradas de odio hacia esas criadas, que se disculpaban de forma hipócrita.
—Hipócritas... —susurró de manera inaudible, tan solo atrayendo la atención de Ink, que había visto como Error movía la boca como si hablara. Pero no le hizo caso, tal vez se equivocaba y tan solo era su imaginación , así que siguió comiendo con las constantes miradas de esas sirvientas que tenían en mente un gran plan, sin sospechar que habían tres personas que sabían sobre su idea. Y al no sospechar quizás su plan se destruyera de un momento a otro, sin poder hacer nada.
La comida era demasiado silenciosa para Fresh, que intentaba animar a todo el mundo con sus radicales anécdotas, pero no funcionaba, nadie estaba de buen humor y Fresh no era el mas indicado para hablar en momentos como esos, pues nadie quería saber de su vida. Él, rendido, decidió ir a su habitación, no soportaba ver tanta depresión en una sola sala. Así, sin la presencia de Fresh, todo se volvió incluso mas triste de lo que era.
Error estaba por dar en sermón a todos, para que pensasen sobre lo que hacían, sobre su forma de pensar tan primitiva, pero decidió callar para no herir su orgullo. Odiaba decir eso, pero tal vez sería mejor sólo hablar lo necesario con Ink, dejarlo, no ser su amigo, sólo conocidos, como debería ser, sólo sería su invitado. La influencia de la gente cambia mucho a las personas.
Así, pasada la comida, Error se dirigió de nuevo al trabajo, del cual volvería mas tarde, mientras Ink iba de nuevo a su habitación, con ansías de que fuera de noche y estar mas tiempo con Error, pero eso no sucedió.
La cena pasó, e Ink esperaba en su habitación la llamada de Error, poder abrir la puerta y estar junto al ordenador, poder enseñarle todo lo que había aprendido de éste, que había encontrado un programa para poder hablar con demás gente llamado Underskype, con el cual ahora mismo había creado un grupo con todos sus amigos: Sans, Blueberry, Reaper, Red y Sci. Juntos habían empezado una animada conversación que ahuyentaba todos los problemas de Ink, pero aún estaba atento por si llamaba.
Pero nadie vino.
La noche empezaba a llegar a la madrugada, y ese grupo de esqueletos seguía hablando, haciendo chistes, hablando de todo lo que podían. Pero Ink no sentía alegría: Error le había dejado plantado, sin haber dicho la razón, así porque así. Intentaba hacerse el fuerte, pero no podía, había sido traicionado. Después de todo él era de clase baja y Error de alta, nadie de clase alta querría acercarse a un pintor callejero como él.
La fortaleza de Ink se iba debilitando, mientras empezaba a temblar, y eso era malo, pues todos tenían las cámaras activadas para disfrutar mas de la llamada. Pero Ink estaba temblando demasiado, cosa que todos notaron, mientras preocupados preguntaban que le pasaba. Éste respondía que sólo tenía frío, pero nadie le creía.
Entonces, una lágrima cayó, una lágrima que se convirtió en mil, haciendo que todos dejasen sus bromas para concentrarse en Ink, que empezaba a llorar en voz alta, sollozando, sabía que Error nunca le haría caso, que fue un estúpido al pensar que su amor sería correspondido tan rápido. Un completo idiota, alguien como él no merecía estar con Error, nunca debió enamorarse, nunca debió existir.
Y eso es lo que comenzó a decir en voz alta, mientras sus amigos lo miraban con pena, intentando calmarlo, intentando que sus sollozos acabaran , pero nada servía. Todos veían el corazón destrozado de ese pintor que siempre había aparentado ser feliz, cuando lo único que hacía era sufrir por dentro, acumulando litros y litros de lágrimas, sin desahogarse de forma apropiada, las únicas veces que lloraba eran pequeñas gotas, que no era ni la mitad de lo que había acumulado en todo ese tiempo.
Sufría, y nadie se dio cuenta, nadie se dio cuenta de los sentimientos ocultos de ese esqueleto, ni se darán cuenta, los únicos eran los que hablaban con él por underskype, que sentían lástima por la desgracia del pobre pintor, que sentía como si su mundo se hubiera derrumbado delante suyo, sin poder hacer nada, mientras perdía todo lo que tenía: Error.
—Supongo que pobres como yo deberían vivir en la basura... —murmuró aún sollozando, mientras todos se quedaban sorprendidos por la depresión que había tomado el pequeño, nunca pensaron en que él, el alegre esqueleto que habían conocido, tan optimista, tan feliz de poder conocer personas nuevas, tuviese ese gran problema que hunde a todos: la depresión. No todo sale bien para algunos, a veces se puede solucionar, pero eso no era lo mas importante, lo importante era no hundirse en la tristeza antes de solucionar.
Pero no solo sus amigos sentían el dolor de Ink, Fresh había comenzado a escuchar sollozos desde esa habitación y se había puesto a escuchar por la puerta. Sí, sonaba bastante raro, pero es la verdad. Y Fresh no se atrevía a tocar la puerta por temor a defraudar a Ink, no lo quería dañar mas de lo que ya estaba. Lo único que podría hacer sería acompañarlo al día siguiente junto a su hermano mayor Geno, así podrían intentar que olvide todo lo malo. Y allí se quedó, escuchando todos los sollozos del alegre pintor, que cada vez se hundía mas en sus pensamientos, pensamientos que podían llegar al suicidio. Decía que su vida alguna vez fue buena, pero por culpa de la sociedad se convirtió en un infierno, y Error era el único ángel que podía ver entre todo ese infierno.
Ya, pensando que no podrían calmar a Ink, Sci preguntó por todos dónde vivía, o bueno, se hospedaba en ese momento. Él respondió entre sollozos, haciendo que todos se apuntaran esa dirección, tal vez podrían ir a visitarlo cualquier día, poder animarlo en persona, y liberarlo de ese infierno sin que tuviera que vivir en la calle, y eso sería que alguno de sus amigos le ofrezca vivir con él. No sabían por qué tanta preocupación por ese esqueleto que conocían desde hace dos días, pero hay gente que te cae tan bien que tienes ganas de protegerlos poco después de conocerlo, y ese era el caso de Ink, que había mostrado preocupación en cada uno de ellos, había demostrado tener un gran carácter y carisma.
Ahora eran las dos de la madrugada, e Ink ya había colgado la llamada, para aún sollozando regresar a dormir, o si no no descansaría: había tomado una decisión, irse de esa casa para vivir con alguno de sus amigos, poder encontrar otro ángel entre tantos demonios, poder ser feliz con alguien que no lo iba a traicionar.
Y así despojado de sus prendas, fue a dormir, dando un último suspiro antes de caer dormido, mientras una última lágrima recorría su pómulo derecho, la última lágrima que quería derramar por Error, alguien que no la merecía.
Por otra parte, el antes mencionado había ido a su habitación bastante pronto, sin siquiera cenar, no tenía hambre. Y ya a la noche había resistido las ganas de ir a la habitación de Ink, hablar con él y divertirse, pero por el bien de su reputación no debía hacerlo.
—Jodida reputación, ¡argh! —se quejó en voz baja tirando un papel en una bolsa de basura que utilizaba para tirar contratos inválidos para su empresa. Sus ojos estaban cristalinos, odiaba ser ahora él el hipócrita, lo odiaba, pero no podía hacer ninguna cosa mas. Esa frustración por la familía en la que tenía que vivir había aumentado, demasiado. Sentía asco por la gente, sentía asco por sus criadas y por él mismo.
Su corazón latía muy rápido, latía por las ansias de pasar otra divertida noche con Ink, poder enseñarle otras aplicaciones, cómo poder escribir mas rápido, como poder comunicarse con él. Lo único que podía hacer era mirar su teléfono, a punto de enviar un mensaje al pintor. Pero no podía, el maldito orgullo se lo impedía. El estúpido orgullo.
No quería vivir, no sabiendo que la única persona que podría ser su verdadero amigo podía ahora mismo pensar que él era un hijo de puta por no haber cumplido la promesa que hizo la noche pasada. Se sentía un mentiroso, un mentiroso que merecía todos los males del mundo y del universo. Las criadas estaban logrando su cometido, y ese cometido era difícil de reparar, pero no imposible, y ellos decidirían, habían caído en pozos infinitos, en el que podrían aferrarse a una cuerda ya después de un rato de caída y empezar a subir poco a poco, o caer eternamente por voluntad propia. Y ellos ahora mismo estaban eligiendo el camino de rendirse, no intentar mejorar tanto como personas como en temas sociales, que les podrían salvar la vida. Pero como rendirse era la opción mas fácil es la que elegían en esos momentos, decidieron hundirse en un pozo de sufrimiento eterno, del que si no subían la cuerda desaparecería para siempre, sin dejar rastro, y es allí cuando todas esperanzas de desvanecerían por unos caprichos de personas.
Y así, cansado de estar sentado en su escritorio, Error suspiró, mientras se despojaba y se vestía con otras prendas para dormir. Debía dormir, así tendría las cosas mas claras al día siguiente.
-
La mañana volvió, después de una ajetreada noche para Ink y Error, que habían estado pensando mucho en sus acciones, en todo lo que harían de ahí en adelante, pero Ink ya lo había decidido, no subiría por la cuerda ni caería por siempre, buscaría otra salida. Y esa salida, como ya sabéis, es mudarse con unos de sus amigos. Pero lo ocultaría, no quería que Error se riese de él. No quería tener mas problemas de los que ya tenía.
Su cabeza dolía mucho, tenía bastantes pinchazos de vez en cuando y eso fue culpa de los lamentos de esa noche, lamentos que parecían no tener fin, lamentos sinceros que helarían al menos sensible. Tenía también unas grandes ojeras, y su preciosa pupila en forma de estrella ahora era una pupila normal, pequeña, azul, no como la otra, que ahora también era igual que la de la antigua estrella, que era gigante y brillante. Ahora tenía los ojos demasiado normales, y se vistió con prendas de colores grises, que alertarían a cualquiera. Ink nunca se ponía ropas todas grises con otras ropas del mismo color, nunca en su vida, pero esa era una ocasión.
Entonces, una vez vestido, decidió esperar a la alarma del desayuno, pero en ese momento escuchó el timbre. Pensando que podría ser Error dio tres saltos gigantes con un animo un poco mas elevado y abrió la puerta, pero allí sólo estaba Fresh junto a Geno, vestidos con sus ropas características. Decepcionado, iba a cerrarles en la boca, pero Fresh lo impidió.
—Brah, tu animo no está muy radical, ¿Cierto? —preguntó algo obvio el esqueleto radical, mientras tomaba a Ink de la manga y le daba palmadas a la espalda, haciendo que el pintor frunciera el ceño, intentando entrar de nuevo en su habitación—. Brah, anoche escuché tus sollozos, por eso queremos alegrarte el día. — Al escuchar eso Ink se congeló, Fresh había escuchado todo lo que había dicho. Pero no le estaba mirando con asco, mas bien lo miraba con una sonrisa para intentar calmarlo.
—Ven Ink, hoy no desayunaras aquí, iremos a una pastelería —dijo firme Geno, mientras empezaba a caminar en dirección a la salida. Fresh tomó de la manga a Ink, que de nuevo tenía el animo por los suelos. Entonces, en contra de su voluntad, junto a esos dos esqueletos hermanos del esqueleto que le rompió el corazón llegó a una pastelería, dónde le obligaron a comer, cosa que no quería hacer. Al final, tomó una pequeña dona de araña, mientras Fresh sacaba estúpidos temas de conversación. Pero al menos, junto a esos dos esqueletos, Ink olvidó sus problemas por completo en esos momentos.
Por otra parte, en la mansión era hora de desayunar, y ni los hermanos de Error e Ink no aparecían, preocupando a todos, principalmente por Fresh y Geno, pero Error temía que Ink hubiera decidido irse de nuevo a la calle, y no pensaba mal, en realidad ya mismo dejaría esa casa, pero aún no.
Entonces llegaron las noticias: ni Ink ni sus hermanos estaban presentes en la casa, preocupando el doble a Error. ¿Y si sus hermanos habían ayudado a escapar al pintor? Podría ser posible, porque Fresh tal vez sabía de que él no quería ser amigo del pintor y prefirió dejarlo en la calle nuevamente. Pero eso no le hacía gracia.
El desayuno se basó en posibles argumentos de donde podrían estar esos tres esqueletos, y esos argumentos empezaban a hartar a Error, que desayunó un poco y fue hacia el trabajo, sin despedirse de nadie, malhumorado.
Allí, mientras iba en la limusina, le pareció ver a sus hermanos junto a Ink en una de las pastelerías mas buenas de la ciudad, sonriendo, cómo si Ink hubiera olvidado a Error de la noche a la mañana. Error parpadeó múltiples veces, pero seguía viéndolos, pero la última vez le pareció notar que Ink miraba hacia su limusina con una mueca de disgusto. ¿Por qué?
Y con esos pensamientos, su jornada de trabajo transcurrió, sin hacer nada importante, lo único que le importaba era Ink. ¿Por qué se encontraba junto sus hermanos sin haber dicho ni adiós? ¿Lo habían invitado sus hermanos para conocerse mejor? ¿Por qué el pintor sonreía tanto al hablar con Fresh? Tal vez la había cagado mucho en hacer caso a sus sirvientas, y había perdido a Ink. Pero debí saber la razón de ese escape tan repentino hacia una cafetería, donde desayunaban tranquilos.
—Maldita sea, Ink. ¿Por qué eres el único que está en mi cabeza? —preguntó molesto Error agarrando su cabeza con las dos manos mientras empezaba a sudar. Ink le estaba haciendo dudar, demasiado. Pensaba que pasaba con él. ¿Y si era porque no quería verle y por eso fue junto a sus hermanos a una pastelería? Esa sería la razón mas lógica.
—Eh... Señor Error... —dijo una de las secretarias de Error, que quería decirle a éste que ya podía volver a su casa. Error contestó que sí, que ahora se iba. Y sin despedirse, se marchó de nuevo, dejando a todos sus empleados sorprendidos por la extraña actitud de su jefe.
Y así, mientras llegaba a casa, Error de nuevo se sumió en sus pensamientos, mientras la limusina iba con gran paso hacia su mansión, bajo la lluvia que caía en París. Odiaba demasiado otoño.
Pero lo que empeoró todavía mas su estado de animo fue ver al llegar a casa como sus hermanos e Ink se iban caminando hacia no se sabe dónde, mientras Ink reía bastante a gusto, feliz, pensando que esos dos esqueletos no serían cómo Error. Pero como la cosa podría ir peor, Error se puso como una fiera al saber dónde habían ido: habían ido a comer en un restaurante, con la excusa de que querían enseñar la ciudad a Ink.
Y Error se dijo bastante seguro de él mismo:
—Lo he perdido, él no quiere verme nunca mas. —Y con esas palabras, se sumió en la mas profunda desesperación, intentando idear un plan para poder hablar de nuevo con Ink, pero las criadas lo desanimaban diciendo que era mejor echarlo a la calle.
Pero no lo tenía claro. ¿Debería echarle de la casa cuando el culpable era él mismo? ¿Debería echar al que no había hecho nada por su egoísmo? No lo sabía, pero pensaba que era mejor ir esa noche a su habitación. Y eso fue lo que hizo.
Llegó la noche, no pudo hablar con Ink: se había ido de nuevo de cena con sus hermanos. Ya empezaba a creer que sus hermanos lo hacían a propósito. Entonces, una vez volvieron casa, Error decidió esperar a que fuera un poco mas tarde, cuando empezó a escuchar voces del cuarto de Ink.
—Je, ya ha descargado Underskype... Pero lo ha hecho sin mí... —suspiró frustrado Error a punto de llamar a la puerta, pero las palabras que escuchó desde la puerta lo helaron.
—Muchas gracias, Reaper, por ofrecerme vivir contigo. Claro que acepto, así seré una carga menos para Error, que no tendrá que soportar a alguien que no le cae bien y... —La voz de Ink empezaba a fallar—. Yo no quiero pero... Él me ha traicionado... Sólo soy un sucio pintor callejero... —Error se dio cuenta de que Ink estaba llorando, llorando por su culpa, y él no podría hacer nada, no podría hacer nadar por su orgullo, y el pintor se mudaría con otra persona.
—Mierda... —murmuró cayendo de rodillas en la puerta, mientras sentía un fuerte nudo en la garganta y un gran dolor en el corazón. Lo estaba echando a perder todo, estaba echando a perder a ese pintor que le abrió su corazón.
CONTINUARÁ
Hoy estoy con ganas de hacer sufrir a los personajes :V Las últimas partes han sido resumidas y no descritas porque no tenían nada de interés ^^
Espero que os haya gustado el capítulo y nos vemos en el próximo :D
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