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Capítulo 14

La lluvia continuaba, incesable, pero era una lluvia nostálgica. Las hojas de los árboles ya estaban variando de color y caían, siendo arrastradas por las gotas de agua por todo París, mientras un poco de viento completaba el ambiente.

Nadie estaba trabajando en esos momentos, y una de las razones es como ya sabrán por la lluvia y otras de las razones eran por la hora, aunque no afectaba a muchos de los trabajadores, pero gracias a ese bendito clima los trabajadores ahora tenían muchísimas vacaciones o menos horas de trabajo, aunque ese gusto no duraría toda la eternidad.

Los dos esqueletos se encontraban caminando por el largo pasillo, dirigiéndose a la habitación del pintor para poder pasar una agradable tarde, hablando de todos los problemas que envolvían su vida e intentar ignorar lo que se avecinaba el día siguiente. Pero no todo se puede olvidar por dedicarte a hacer otra cosa, siempre se queda en tu cabeza, los problemas nunca se pueden evadir, vuelven cuando menos te lo esperas.

Otra razón de por qué iban a la habitación era para no escuchar la lluvia, pero allí notaron que también se escuchaba, pero no tan fuerte. Solo se escuchaba un leve eco de las gotas chocar contra el vidrio que daba vistas al jardín, que ahora se mostraba completamente empapado y embarrado, mientras de las plantas resbalaba agua.

Error suspiró, sabiendo que todo lo que estaba logrando podría desvanecerse en cualquier momento, y eso no le alentaba nada, quería estar así durante todo lo que quedara de tiempo. Pero no creía que pudiera ser probable, era más bien imposible.

Al entrar, Ink cerró la puerta detrás suyo, mientras Error se acomodaba en uno de los asientos que habían sido colocados en un extremo de la habitación. Con una mirada perdida empezó a observar como la lluvia caía despacio, sin intenciones de ir más rápido, aunque tampoco le hacía falta, ya había demasiada agua.

—¿Qué tal si comemos, Error? O simplemente podemos cocinar algo como en los viejos tiempos. —Dice Ink mientras mira al empresario, que sonríe con una mirada maliciosa, sabía que el pintor quería hacer algunos de sus típicos platos estrella, que no eran platos estrellas ni sabían bien, pero para ellos eran geniales.

Error, emocionado por la idea, asintió, esperando a poder empezar con sus recetas. Ink, que estaba al lado de los fogones y del frigorífico miró al empresario. Al recibir la mirada, Error apresurado se levantó, dirigiéndose con prisas al costado de su amigo, que empezó a rebuscar los ingredientes que necesitaban.

—A ver, ¿qué podemos cocinar hoy, chef Error? —Pregunta con un tono divertido Ink, mientras saca unos filetes de carne junto unas verduras, zanahorias y lechuga en concreto, para después buscar en un armario un bote de sal.

—Lo que tu desees, maestro—responde de forma burlona mientras observa como el pintor tiraba un poco de sal al bajar el bote. —deja que te ayude. —Dice mientras toma el bote antes de que Ink tirase toda la sal en el suelo.

—Gracias—Agradece Ink mientras mira de reojo a Error. Sentía como si todos sus sentidos se activaran en ese momento: estaban muy cerca el uno del otro, y eso le hacía sentir mariposas revoloteando por el estómago.

—De nada, maestro—Después de esa escena con el bote de sal los dos se pusieron a cortar las verduras mientras de vez en cuando se tiraban algunas hojas de la lechuga en sus caras, era algo muy cómico a decir verdad.

Y eso es lo que hicieron en toda su infancia, jugar preparar comida inservible, pero se divertían, se sentían mejor juntos que solos, porque no todos aún estando junto a muchas personas se sienten bien. Ellos eran felices juntos, preferían ser solamente dos a ser un grupo de diez personas, pues se lo pasaban muchísimo mejor, haciendo gamberradas imperdonables que hacían que la gente los notase muy simpáticos, pero de vez en cuando quedaban los dos grupos de amigos, el de Error y el de Ink, para poder hacer distintas actividades.

—No has cambiado—ruge Error intentando ganar esa guerra de comida que estaban montando, pero no había resultado, Ink lo ganaba por mucho. Sus rostros estaban hechos un fiasco pero no se preocupaban por la apariencia.

Reían mientras ponían a freír el filete y se pasaban de la ralla en poner sal en las zanahorias cocidas. Bueno, restos de zanahorias, pues algunos trozos habían sido aplastados con bastantes ganas.

—Ni tú tampoco, tienes madera de chef desastroso, ¿no crees? —pregunta burlón Ink tirando un filete al suelo, que después recoge con un poco de asco ante las risas de Error. Su corazón estaba acelerado ante la cercanía que tenía con el empresario, pero no lo aparentaba. Podía fingir calma en momentos que de verdad lo requerían, y ese era uno de esos momentos.

Aquella tarde estaba pasando bastante divertida y fluida, apacible y muy graciosa en todos los sentidos, no se aburrieron ni un segundo. Solo querían revivir los momentos de su infancia, jugando como niños pequeños a pesar de ser adultos hechos y derechos.

—¿Cómo limpiaremos esto, Error? —Preguntó Ink un poco después de haber acabado esos filetes amorfos con verduras sazonadas y salsa barbacoa. Como resultado todo había acabado desparramado en el suelo, que ahora estaba lleno de salsa y trozos de filetes medio hechos.

—Podemos llamar a una de las encargadas de la limpieza—responde simple mientras observa el desastre que habían formado entre los dos. Rió a lo bajo, sabía de que eso era lo que hacían de pequeños, pero habían mejorado un poco, y eso no le agradaba, quería seguir con sus cualidades de cocina extrañas y nada buenas, incluso antes le costaba hacer una ensalada. Cosas de la vida que nunca se resolverán.

—Espero que no se enfade—rió Ink mientras tapaba su boca . Sabía que la encargada infortunada les daría unos cuantos gritos, y eso le divertía de alguna forma.

—No se debe enfadar, y si lo hace pues asumiremos los cargos—responde simple Error mientras se encogía de hombros, él cuando tenía dieciocho años, ya vivía por cuenta propia en esa casa, solía hacer gamberradas como esas, y no solía ser regañado, pues le tenían respeto y no se atrevían a decirle nada, aunque esa conducta gamberra desapareció por sí sola.

—¿Y cuáles son los cargos? —Pregunta burlón.

—Tener que recoger las cosas nosotros. Esos son los cargos. Aunque no creo que sucedan.

Dicho eso, los dos se pusieron a reír, mientras tiraban el contenido de los platos en la papelera que se encontraba en un lado del fogón. Era una grandiosa tarde, los dos se encontraban felices y creían que todo era perfecto. ¿No es eso lo que importa? Pero no siempre es así.

—Esto es igual a cuando éramos pequeños—dice con una voz entrecortada por la risa el pintor mientras se apoya en un fogón. Error asintió con una gran sonrisa, estaban reviviendo recuerdos pasados.

—Deberíamos avisar ya a la encargada si no queremos ensuciar esto mucho más. —Advierte mientras mira todo lo que había desparramado en el suelo. Toma un poco de lo que quedaba de la verdura y lo tiró como si fuera una pelota a la basura.

—Ésta será una gran semana. —Dice Ink sin recordar los padres de Error, por eso pensaba de que esos serían unos siete días increíbles. Pero pronto el recuerdo de la llamada lo desalentó. —Retiro lo dicho.

—No te preocupes, Ink, no iba a pasar nada malo, o eso espero. —Dice Error para que el pintor no tuviera miedo de conocer a sus padres. Pero pronto olvidaron esa conversación y se dispusieron a buscar a la encargada de la limpieza para quitar todo ese desastre.

Al salir de la habitación, pudieron ver que ahora eran las siete, y dentro de poco la cena estaría presente, así que debían ir rápidos para no perder tiempo y no llegar tarde. Error se fijó en la pantalla de su teléfono: tenía diez mensajes de su madre, diciendo que ya iban hacia allí.

Soltó un suspiro mientras caminaba junto a Ink mientras comenzaba a ponerse nervioso, no podía tener calma en esos momentos, temía a sus padres, mucho, no quería que le quitaran mas felicidad de la que tenía, ya le habían quitado demasiadas cosas, y una de ellas eran la felicidad de su pasado, de su niñez. Le habían quitado todo.

Y aun así, ahora estaba feliz, estaba bien, pero solo por Ink, que ahora estaba a su lado. Aunque a quien engaña, muchas veces ha llegado a tener depresión, llorando por las noches pero consolándose por la presencia de sus nuevos amigos y por sobretodo el pintor.

No todos los que aparentan ser felices logran serlo para siempre, no siempre se es lo que se aparenta, pero casi nadie se da cuenta. Y una de esas personas es Error, que sufrió una gran temporada de depresión de la cual salió por el trabajo, no podía ir allí con los ánimos en el suelo, así que por su bien enfrentó la depresión, pero como ya han visto sigue conservándola. Todos podemos conservar rastros de algún tipo de dolor que nos ha seguido por tiempo.

Al llegar al salón, pudo contemplar a un montón de limpiadoras encargarse de sus trabajos, y entre ellas se encontraba la encargada, que era la más profesional y la que tenía más experiencia, así que manejaba a las otras limpiadoras. Y la encargada era Toriel, que también servía en la cocina.

—Toriel, estábamos cocinando y la comida cayó en el suelo, en la habitación de Ink. Por favor, ve a limpiar. —Ordena Error mirando a la cabra, que asiente con una sonrisa mientras se despide de las demás limpiadoras, desapareciendo por el pasillo donde se encontraba la habitación de Ink. —¿Ves? No fue tan difícil.

—Cierto, tienes limpiadoras fieles, ¿no?

—Se puede decir que sí. O eso creo, espero que no nos traicionen como otras que conozco.

—No seas pesimista, Error, todo puede ser bueno si eres optimista, no debes decir que las cosas pueden empeorar pues si dices eso empeoraran. —Regaña Ink a Error, que rasca su cabeza nervioso, pero estaba diciendo la verdad, debía ser un poco más considerado con la vida y no pensar tan mal de esta.

—De acuerdo, no lo seré. —Responde mientras da una sonrisa traviesa, una de las pocas que quedarían esa semana. Ya que esos siete días serían un gran caos, no serviría de nada intentar ser felices si no pueden arreglar la felicidad.

-

La noche había transcurrido tranquila después de una agradable cena en la que todos estaban presentes, conversando de todos los temas que conocían.

Aquella velada transcurrió como otras, pero con los dos enamorados durmiendo juntos, abrazados, soñando con pequeños mundos imaginarios. Se encontraban tan pacíficos que parecían ángeles, sobretodo Ink, que dormía a pierna suelta, sin roncar, solamente con una respiración suave.

La lluvia no cesaba, y eso significaba que el sonido se intensificaba por momentos, se aproximaba una gran tormenta en París, pero no importaba, o eso creía Error, que deseaba que sus padres cancelaran el viaje para no tener que verlos, no soportaría ni un momento más con ellos.

¿Qué significaban para Error sus padres? Ahora mismo te respondo: personas que no deberían ser consideradas padres, que solo querían ganar beneficios por parte de su hijo Error, el único descendiente de la familia.

Pasaron cumpleaños con él, pero no fueron la gran cosa, solo iban allí para recibir el dinero que entregaban a su hijo, sin que él se diera cuenta. No celebraron su graduación, no celebraron su primer día en el colegio. La única fiesta que celebraron y estaba relacionada con su hijo fue el bautizo. En ese entonces los corazones de la señora Crayon y el señor Crayon eran más blandos, se preocupaban por su pequeño, pero por desgracia eso cambio en años, unos cuatro años bastaron para saber que su hijo poseía demasiadas cualidades, así que no tardaron en exprimirlas, quitando libertad al pequeño de cuatro años, que no tenía idea de los planes de sus padres, a los que él amaba con toda su alma.

Era demasiado ingenuo en ese entonces. Y eso le hizo sufrir en el futuro.

En realidad, cuando Error nació en la familia Crayon ya había otro niño, y ese era Geno, que era bastante responsable pero no tenía tantas responsabilidades, Geno siempre fue alguien libre. Y unos años después del nacimiento de Error nació Fresh, el hermano que menos tiempo estuvo en casa, ya que se mudó a Alemania para poder estudiar en otro sitio, lejos de sus padres.

Solo Error fue el afectado de todo eso. A ninguno de sus hermanos le dijeron que hacer, a ninguno de la familia les quitaron o rompieron los sueños, fue él el que recibió todo el daño.

Al estar durmiendo, Error no se dio cuenta de que unas finas lágrimas resbalaban por sus pómulos, estaba soñando sobre sus padres, pensando en que hubiera pasado si los sucesos se hubieran invertido, que sus padres nunca le hubieran arrebatado los sueños y su libertad.

No iba a despertar, estaba durmiendo plácidamente, con serenidad, así que despertar sería algo difícil, incluso con todas las lágrimas que se acumulaban en su rostro. Pero comprendan. Nadie quiere tratar con unos padres que te han quitado toda la libertad que poseías.

Todo iba bien en la noche, solo fallaban las lágrimas de Error, pero por todo lo demás, todo era sereno. No necesitaban despertar, solo en la mañana, que estaba aproximándose.

El Sol iba apareciendo en el horizonte, mientras las estrellas palidecían, y la luna desaparecía junto a las estrellas, pareciendo gotas de agua en un día caluroso.

El timbre del teléfono sonó, eran las seis y cuarto de la madrugada, mientras Error se revolcaba. Había puesto él mismo la alarma en esa hora para ver que todo estaba en orden para la llegada de sus padres.

—Mierda... —Murmura despertando del todo, mientras se gira, dando la espalda a Ink, que prácticamente no se había enterado del punzante sonido que sonaba en la habitación. —Hoy llegan. Oh no. —Dice mientras se levanta de golpe, no quería tener ningún problema por ir lento, así que se dispuso a apagar la alarma.

Con un bostezo se levantó, iba a preparar el desayuno por Ink, no quería despertarlo, se veía demasiado apacible para hacerlo, además de que quería probar a hacer algún tipo de comida que se pueda probar y tragar sin morir envenenado.

Sus pasos eran lentos, como los de algún zombi, no tenía ganas de que llegaran sus padres, aunque aún faltaban cuatro horas. No podía despistarse, debería poner en marcha a todos sus sirvientes, sobre todo para que limpiaran todo rastro de suciedad de la casa.

CONTINUARÁ

Ya mismo viene lo fuerte (? Tan tan, sí,. Y aquílos padres :v

No sé, quiero hacer dos especiales, uno en 'Un error' que será como se conocerían Ink y Error a sus versiones de esta historia. Y aquí quiero hacer un especial de preguntas y respuestas a todos los personajes que han salido (Incluso Paper y Gradient :v) y también a mí. 

Por favor, pregunten :D (Así no querré poner más dolor en la historia (?)

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