Capítulo 11
CAPÍTULO 11
- Caroline – la llamó su hermana, llegando hasta ella, y agarrándola del brazo, haciendo que esta saliese de su hipnotismo y mirase hacia ésta preocupada por lo que acababa de sentir frente a él, recién ahora se sentía avergonzada de lo que había sentido frente a aquel pintor – Nos vamos.
- ¿Qué ocurre? – preguntó al no hallar a su hermana Candice junto a ella
- Ocurre que no se os puede sacar de casa, eso ocurre – Respondía la muchacha con desgana, mientras tiraba de ella hasta el exterior de la fiesta, donde Candice y para sorpresa de la chica, Myung Wol discutían acaloradamente.
- ¿por qué crees que he dejado todo patas arriba en Corea? – le espetaba este malhumorado, parecía estar totalmente fuera de sí – He venido por ti, porque te prometí que no te dejaría de lado por el trabajo, porque me sentía culpable - le reprochaba haciendo que la muchacha le mirase contrariada – y llego aquí...y ¿Qué me encuentro? A mi esposa en una fiesta de Rock bailando con un crío.
- Myung Wol, pero déjame que te explique... - comenzaba la muchacha preocupada de que su esposo pudiese malinterpretar las cosas
- ¿Qué me expliques? ¿es que además de lo que he visto hay más? Y encima para rematar la faena el muy estúpido me llama "chino de mierda" ¿Qué pasa que todos los asiáticos somos chinos? – se quejaba el hombre una y otra vez, haciendo que por primera vez desde que le había conocido, Caroline le temiese, pues nunca había visto de aquella manera a su cuñado
- ¿no vas a dejarme hablar? – preguntaba Candice bastante enfadada de que siempre intentase cortarla, cada vez que intentaba darle explicaciones sobre los hechos.
- No – Rotundizó el hombre, mientras sacudía su cabello
- ¿No? ¿qué acaso tú eres el único que tiene derecho a quejarse? Por si no te has percatado soy yo la que te sigue a todas partes, si vas a Corea voy contigo para estar cerca de ti, me prometiste que estarías conmigo y a la primera que te llaman tus padres vuelves a Corea. ¿por qué tengo que soportar esto? Siempre tengo que comprenderlo todo, y tu nunca puedes comprenderme a mí. - les espetaba ésta echa una furia.
- ¿Eso crees? ¿Crees que no te comprendo? Porque me he desvivido por ti, incluso quería tener un hijo contigo, pero tú sigues exigiéndome más y más y más. Y ya no puedo más, haz el favor de dejar de exprimirme – le acusaba el muchacho haciendo que la mujer le mirase sintiendo un fuerte dolor en el pecho, aquellas palabras eran demasiado hirientes
- ¿no puedes más? ¿Qué te exprimo? ¿Acaso es pedir demasiado que cumplas tus promesas? ¿qué cuando esté delante de tus padres y tu madre diga un comentario mal hiriente hacia mí hagas oídos sordos, en vez de defenderme? Sé que siempre dices que es porque la cultura es diferente, porque allí lo primero es la madre de uno, pero yo también tengo familia, y he dejado todo por ti, y tu ni siquiera... ni siquiera... - Candice no podía seguir, sentía que de un momento a otro comenzaría a llorar.
- Candice... - Comenzó él, dándose cuenta de que ella había sufrido más de lo que había imaginado con todo aquello.
- Soy yo la que no puede más, esto se ha acabado aquí y ahora – Proseguía, dejando a todos los presentes totalmente sorprendidos por sus palabras, pues nunca habían esperado que ella pudiese dejarle realmente.
- Candice... - Repitió Myung Wol mientras la abrazaba, sintiendo como ella se resistía intentando soltarse, pero no se lo permitiría, se sentía miserable por haberla llevado a aquel estado, pues ahora sabía perfectamente cómo se sentía, sabía que había tenido que dolerle mucho sus actos para poder haber dicho algo como aquello. Y en aquel momento sucedió, la muchacha se rindió en los brazos de su esposo, lo abrazó con fuerza y comenzó a llorar en ellos – Saranghe, ¿ara? Mianne ... Jinja saranghe – susurró en su oído haciendo que los presentes lo mirasen sin comprender que era lo que le estaba diciendo.
Aun dentro de la fiesta Joseph charlaba con sus amigos en la parte de la barra, pues era donde mejor podían hacerlo...
- Marco, estás lleno de sorpresas – Le incidía Will, haciendo que este le mirase con cara de pocos amigos, pues no le apetecía nada que aquel muchacho le siguiese a todas partes ahora que se había enterado de que era el sobrino de Armando.
- No creo que debas hacer eso – Le regañaba en aquel momento Marco a su amigo Joseph, que seguía mirando a la puerta con la esperanza de que ella volviese a entrar, el muchacho miró hacia su amigo sin comprender a qué se refería y este continuó – Olvídate de ella, esa mujer no es para ti.
- Lo sé – Reconocía tragando saliva, pues sabía muy bien que era la hija de su maestro, y que era algo inalcanzable para él.
- ¿Habláis de Caroline Hasting? – Preguntó de nuevo el entrometido Will, pero sus compañeros no tenían ganas de escuchar sus majaderías, así que caminaron hacia la salida, observando cómo este les seguía de lejos – Eh chicos, ¿Dónde vais?
- Mañana tenemos que practicar antes de ir a casa del señor Hasting – se apresuró a añadir Marco, mientras cogía su chaqueta del armario del recibidor y salía al exterior, donde Joseph lo esperaba.
Apenas unos minutos después, en la habitación de una de las hijas del señor Hasting, sobre la cama, una pareja se abrazaba. Se trataba de Candice y Myung Wol...
- Perdóname, no sabía que estabas sufriendo tanto con todo esto – se disculpaba el muchacho mientras sentía la cabeza de su esposa sobre su pecho.
La muchacha sonrió mientras lo abrazaba más fuerte, en señal de que le perdonaba, y entonces sintió como su marido le acariciaba la cabeza con suavidad y la besaba después.
CONTINUARÁ...
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