Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20 | Oculta algo

Tras la conversación con Jena sobre el viaje a la nieve y la mentira de Elijah, dejé pasar las semanas. Esperé con paciencia a que el chico de ojos verdes me contara la verdad, pero en ningún momento sacó el tema y yo tampoco me atreví a hacerlo. Hasta llegué a pensar que su hermana estaba equivocada.

El segundo cuatrimestre comenzó con fuerza. Tras la vuelta de vacaciones, los siguientes meses estuvieron plagados de trabajos y exámenes. Había fines de semana donde mi rutina se basaba en madrugar, sentarme frente al escritorio a estudiar y aprovechar las horas de las comidas para desconectar. Ahora, ya con mayo a la vuelta de la esquina, ese estrés aún sigue presente.

Como estar en mi habitación -entre las mismas cuatro paredes donde paso mucho tiempo- me agobia, he optado por tomarme un descanso en casa de los chicos. A la última persona que espero encontrarme cuando timbro es a Ralen. Tiene el pelo revuelto, como si acabara de tomar una ducha.

Alza las comisuras de sus labios con una sonrisa. Su personalidad ha cambiado durante estos meses, ya no está tan distante y eso me gusta.

—¡Qué sorpresa! —Se echa a un lado para dejarme entrar.

Recorro con la mirada toda la casa, pero no se escucha ni un ruido más que nuestras voces, lo que me da a entender que estamos solos. En la mesa junto al sofá hay un par de mandos de la play y un botellín de cerveza casi vacío.

—¿He interrumpido tu plan nocturno?

—Pues sí —me acusa.

—Oh. Qué pena más grande.

Me dejo caer sobre el sofá y agarro un mando. Ralen ladea la cabeza, esperando que diga algo más. Quiere que le proponga echar una partida al Mario Kart.

—¿Te apuntas a que te dé una paliza? —propongo divertida.

Sonríe engreído. Después se sienta a mi lado y coge el otro mando. Tras pulsar varios botones para programar, me mira de lado.

—¿Lista para perder? —me reta.

—Lista para ver como tragas el polvo del suelo.

Y tras decir eso, fijo mi atención en la pantalla.

Los siguientes minutos ninguno emite sonido alguno. El único ruido que se escucha son nuestros dedos al pulsar los botones del mando. La partida se encuentra bastante reñida, primero Ralen se pone en cabeza, pero tras varios metros, consigo rebasarle. Cuando creo que el resultado final estará a mi favor, el coche de Ralen adelanta al mío dejándome perpleja.

He perdido.

—No ha valido —protesto.

—¡Claro que ha valido! Aprende a perder, Siena. —Me guiña un ojo.

—Quiero la revancha —pido.

Ralen niega con la cabeza. Sin decir nada más, se levanta del sofá y se encamina hacia la cocina. Algo me da a entender que va en busca de otra cerveza. Voy a pedirle una, pero cuando le veo entrar en el salón, descubro que ha adivinado mis pensamientos porque trae dos botellines. Me entrega uno.

—Gracias —contesto, agarrando la botella.

Tras darle un sorbo, me mira fijamente a los ojos.

—¿Por qué estás aquí? Asumo que no has venido a verme a mí.

Muy acertado. En realidad quería pasar un rato con Elijah para desconectar del tema de exámenes, pero parece que la suerte no está de mi lado.

—Elijah.

Ralen se remueve en el sitio, incómodo. Sé que la relación de ambos no es buena. No quiero estropear este momento, porque me está ayudando a desconectar la mente, así que busco otro tema de conversación. Las siguientes palabras mueren en mi boca cuando escuchamos el sonido de la puerta. Ambos volteamos en esa dirección y nos topamos con Elijah. Sonríe, pero en cuanto nos ve, su mirada se torna seria.

—¿Siena? —pregunta con cierta confusión—. ¿Qué haces aquí?

—Venir a ver a mi novio —digo.

Ladeo la cabeza y me topo con los ojos de Ralen clavados en mí. La alegría que inundaba su rostro ha desaparecido por completo. El ambiente se vuelve tenso de repente y no sé dónde meterme para evitar esta situación. Justo ahora, el silencio me agobia. Elijah carraspea, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—¿Y Ralen? —Señala al chico de mi lado.

Voy a responder, pero alguien se adelanta.

—Yo estoy en mi casa. ¿Algún problema?

Vale, eso no ayuda a que el ambiente se relaje. Golpeo a Ralen en las costillas y él me lanza una mirada fulminante. No le ha gustado mi reacción. Ni siquiera tengo tiempo de decirle nada, porque sin previo aviso abandona el comedor, dejándome sola con el chico de ojos verdes. Me molesta que todo se haya estropeado tan rápido, estábamos pasando un rato increíble.

—Hola —saludo, en cuanto Elijah llega hasta mí.

Me acerco para darle un beso, pero tengo miedo de que me rechace, ya que no parece muy contento. Tampoco entiendo el motivo de su supuesta molestia. Que él no mantenga una buena relación con Ralen no es mi problema. Yo puedo hablar con quien me dé la real gana.

—¿Vuelves a tener relación con él? —pregunta directo.

—Hola, Siena, qué bueno verte —digo con ironía.

Su actitud no me gusta nada.

Capta mi mensaje y agacha la cabeza, arrepentido.

—Lo siento —se disculpa—. Es sólo que las cosas con Ralen no están bien y me jodería que fastidie lo que tenemos.

No entiendo nada.

—¿Por qué iba a hacerlo?

Elijah niega con la cabeza, restándole importancia. Después reduce la distancia entre nosotros y coloca sus manos en mi cintura. Me pega más a él y siento su respiración a escasos centímetros de mi boca. Echaba de menos estos momentos de intimidad. Paso las manos por su espalda y noto sus músculos más fuertes. Dejo escapar una carcajada.

—¿Has ido al gimnasio?

—Sí. —Sonríe—. ¿Se nota lo bueno que estoy ahora?

Engreído.

—Hay otras maneras de hacer ejercicio —sugiero.

Pilla mi indirecta, pero se hace el loco.

—Hmm... Me gustaría conocerlas.

Sin decir nada, le agarro del brazo y nos arrastro hasta su habitación. Por un instante me olvido que Ralen se encuentra en el piso y sólo me concentro en Elijah, apartando a un lado todo lo demás.

Echo un vistazo rápido al paisaje que se halla ante nosotros y sonrío. Hyde Park. Cuando llegué a Londres y descubrí este sitio, se convirtió en uno de mis lugares favoritos, aunque durante los últimos meses he venido con poca frecuencia. Me relaja sentarme en el césped, ponerme los auriculares y desconectar de todo por unos minutos.

Observo a Elijah rebuscar en una pequeña nevera y sacar varios sándwiches. También agarra una botella de zumo y dos vasos de plástico. Sonrío. Hace un par de días me propuso hacer un picnic y no dudé en ningún momento en sumarme a su plan. Además, los exámenes nos han mantenido un poco alejados y me apetecía pasar un rato a solas con él.

—¿Por qué esa sonrisa? —pregunta, mientras vierte zumo en los vasos.

—Me gusta este lugar y tu compañía también ayuda.

Extiende la mano y me entrega un sándwich.

—Se nota. No paras de mirarme —dice como si nada.

Aparto la cabeza y la fijo en el frente, así no le doy motivos para que sonría engreído. Elijah reduce la distancia entre nosotros y se pega más a mí. Su hombro roza el mío desnudo y me aguanto las ganas de suspirar. No quiero que note que me pone nerviosa su cercanía.

—Gracias por el plan —hablo, tras varios minutos de silencio.

Hoy las nubes han dado una tregua al cielo de Londres, y a pesar de que el sol cada vez se va perdiendo por el horizonte, la temperatura es agradable. Es como si el chico de ojos verdes tuviera un sexto sentido para adivinar que sería un día perfecto para hacer un picnic.

—Gracias a ti por haber aceptado. —Sonríe, y mi corazón baila en mi pecho—. Cuando se me ocurrió, no pensé que... —El resto de la frase muere en el aire.

Volteo y le miro. Elijah tiene la cara descompuesta, como si hubiera visto un fantasma.

—¿Sucede algo?

Niega con la cabeza. Segundos después, una chica morena, con el pelo a la altura de los hombros y los ojos color miel, nos observa a escasos metros. Mi novio se remueve en su sitio, incómodo.

—¿Elijah? —Su voz suena sorprendida de verle.

El chico de ojos verdes carraspea.

—Hola, Baylee.

La felicidad que sentía minutos atrás se evapora en el aire.

Es la misma chica que mencionó Jena cuando fuimos aquella noche a cenar. Ella dijo que tan sólo eran amigos, pero Ralen, por el contrario, estaba empeñado en que existía más que una simple relación de amistad entre ellos. Por un segundo, las dudas me invaden de nuevo y comienzo a replantearme si las palabras de Ralen eran ciertas.

Malditas dudas que no paran de atormentarme.

Fuerzo una sonrisa para disimular y esconder que la situación no me está poniendo de los nervios. Elijah parece incómodo, pero eso no me tranquiliza en absoluto. No tengo idea cómo está el asunto entre ambos.

Pienso en el plan de la tarde.

En el picnic.

En nuestro rato a solas.

Todo eso ahora se ha ido a la mierda. Se me han quitado las ganas de estar aquí y sólo quiero volver a la residencia. El intercambio de palabras no dura mucho tiempo y minutos más tarde, la chica morena se va. Elijah permanece en silencio, hasta que sin dirigirme la mirada, dice:

—No es lo que crees.

—No he dicho nada.

Pero muy en el fondo, algo me hace dudar. Necesito que me explique pero a la vez no quiero saber nada. Las palabras de Ralen no paran de colarse en mi cabeza y eso me genera más angustia.

—Siena... —empieza a hablar, pero le corto.

—¿Podemos dejar el picnic para otro día? —pido.

Elijah suspira.

—Está bien.

Recogemos todo y abandonamos Hyde Park en silencio. La tarde pintaba de maravilla y qué fácil se ha estropeado todo. Durante el camino, Elijah no intenta mantener ningún contacto conmigo y eso me genera aún más dudas. No sé si lo hace porque no quiere o porque prefiere darme mi espacio.

Cuando llegamos a la residencia "St. North Star", no sé cómo despedirme de Elijah. Al final opto por darle un beso en la mejilla y el chico de ojos verdes me dedica una mirada apenada. Ignoro a Hilda y voy directa a mi cuarto. Lorie está tirada en su cama, con el ordenador encima de las piernas. Su sonrisa se borra en cuanto ve la expresión de mi cara.

—¿Qué ocurre?

No sé si es su tono de preocupación o la angustia que se ha acumulado en mi pecho durante el trayecto de vuelta, pero varias lágrimas se deslizan por mis mejillas. Sin pensárselo dos veces me rodea entre sus brazos y me dejo consolar.

—Creo que Elijah oculta algo.

Pronunciar esas palabras en voz alta no me tranquiliza.

—¿Por qué dices eso?

—Es sólo un presentimiento, además... —Recuerdo las palabras de Ralen, pero a mitad de camino me detengo.

—¿Además qué? —inquiere mi amiga.

—Ralen me advirtió hace tiempo que Elijah no estaba interesado en mí y luego está la chica esa que mencionó Jena en el restaurante. La hemos visto hoy y se encontraba sorprendida de ver al chico de ojos verdes con alguien.

Me toma la mano y me lleva hasta su cama. Echa a un lado el portátil y nos sentamos en el borde. Agradezco profundamente su preocupación. Necesito compañía.

—Entiendo que dudes, pero... ¿No será mejor hablar las cosas antes con él?

Me tumbo en la cama y suspiro. Llevo las manos a mi cara y cierro los ojos, tratando de buscar la mejor solución. El problema es que si le pregunto y me ha estado mintiendo todo este tiempo, no me va a decir la verdad, por lo que no conseguiré nada. Tal vez Ralen me puede ayudar a aclarar las dudas. Quizá él tiene información valiosa que me permita tomar una decisión sin precipitarme.

—Ahora mismo no tengo ganas de hablar con él, no me siento preparada —confieso.

—¿Y crees que Ralen te ayudará en algo?

Me encojo de hombros.

—Si te soy sincera, no lo sé, pero no pierdo nada por intentarlo.

Justo esto era lo que pretendía evitar, salir herida. Sé que arrepentirse no sirve de nada, pero si hubiera mantenido las distancias con Elijah no me hallaría en esta situación. Saco el móvil de mi bolso y entro en la conversación con Ralen. Pienso mucho las palabras que le voy a mandar y dudo antes de pulsar el botón de enviar.

¿Podemos hablar sobre Elijah?

Su respuesta tarda en llegar varios minutos que se me hacen eternos. Tengo miedo de leer su mensaje, pero si quiero llegar a algún lado, el miedo no puede dominarme.

Pensé que nunca llegaría este día.

Tan sólo dame un par de días, necesito resolver algo antes.

¡Hola!

Me moría de ganas por actualizar esta historia, aunque también me da algo de pena porque tan sólo quedan dos capítulos más para que termine 😢

¿Qué pensáis del momento entre Siena y Ralen? Confieso que si no estuviera todo planeado en la novela, estarían juntos.

¿Y de la interrupción de Elijah?

Siena está dispuesta a conocer la verdad... ¿Qué encontrará? ¿Finalmente confiará en las palabras de Ralen o las dudas la cegarán de nuevo?

Muchísimas gracias por seguir aquí, a veces soy un poco desastre como escritora. Os adoro y nos leemos pronto ✨💙


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro