La pelirosa veía a Diamond Tiara hablar con Silver Spoon a lo lejos.

—Vamos Pinkie Pie, tú puedes... debes disculparte con ellas. —camino a paso lento hacía ellas y aclaró su garganta llamando su atención—. Hey, chicas... ¿qué tal todo?

—¿Qué tal todo?—Diamond Tiara habló con un claro tono molesto—. ¿Enserio preguntas eso? ¡¿en dónde te habías metido?!

—B-Bueno, tuve que salir de la ciudad por un problema f-familiar...

—¡¿Y porqué no me avisaste?!

¿¡Porqué no se me ocurrió eso!?

Estaba segura que la pequeña la quería golpear y no era la única.

—A-Ah... n-no lo pensé, p-perdona. —miró a la de lentes—. Disculpa, si arruine tu fiesta... No era mi intención-.

—Una disculpara no arreglará nada.

—L-Lo sé pero en verdad lo siento...

—Debí suponer que esto pasaría luego de escuchar lo que pasó con la fiesta de BonBon. —Pinkie abrió los ojos sorprendida—. Pero como sea, con esto nadie querrá que organices sus fiestas.

—¡Espera, no! Fue un error, yo lo o-olvide y-.

—¿¡Olvidaste!? ¡eso es aún peor! Con solo un mensaje hubiera bastado pero ni eso, vaya decepción.

Bajo la mirada reteniendo las lágrimas.

Escuchó como las niñas se iban.

¡Estúpida! ¡ahora nadie volverá a confiar en mi!... Ni siquiera tengo argumentos para justificarme yo misma... Soy la peor.