🎈11
Pinkie se acomodó en su antigua habitación, tenía suerte de que fuera fin de semana porque se quedaría ahí hasta el lunes.
Estuvo cuidando a su mamá y charlando con ella.
-Oye mamá, quería hablar contigo sobre algo...
-Te escucho.
-Bueno, con lo que paso me puse a pensar que quizás ya es hora de que papá y tú se retiren y que... sería buena idea vender la granja y que fueran a vivir a la ciudad como yo.
-... Si que pensaste mucho, hija.
-¿¡Vender la granja!? ¿¡te has vuelto loca!?-Limestone entró a la habitación.
-¿Estabas escuchándonos...?
-Quería asegurarme de que no le dijeras locuras a nuestra madre... ¡y lo hiciste!-se acercó a ella-. Mira Pinkamena, solo porque tú renunciaste a esta vida y quisiste irte por una aburrida vida citadina no significa que nos arrastrarás a eso también.
-¡Pero es lo mejor para todos!
-¡Solo para ti porque solo piensas en ti!
-¿No ves lo que le pasó a mamá? Lo siguiente que le pasé puede ser peor.
-¡Pues ellos se pueden retirar o lo que sea porque yo puedo encargarme de la granja sola! ¡no nos obligarás a vender algo que ha estado por generaciones en nuestra familia!
-Pero-.
-Limestone tiene razón, Pinkamina. -dijo su madre-. Esa idea es totalmente absurda.
-Solo estaba pensando en que es lo mejor para ustedes...
-Vaya, la ciudad si que te ha cambiado... antes amabas la granja.
La pelirosa suspiró y sin decir nada salió de la habitación.
[...]
Pinkie miró las rocas a su alrededor.
En algún momento le parecieron lo más maravilloso del mundo pero todo se volvió tan monótono que no podía seguir ahí.
¿La ciudad sí la habrá cambiado?
-Hola Pinkamena, ¿interrumpo tu silencio?
-No, está bien papá. -respondió sin voltear a verlo-. Oye, ¿tú crees que Limestone me odie por dejarlos?
-Claro que no, ella te quiere y podría jurar que era la más triste de que te fueras.
-Ouh, no había pensando en eso... supongo que es cierto que solo pienso en mi.
-No pienses así hija. Tú querías un cambio de todo esto y está bien, es algo normal. Solo nos puso tristes que ya no te volveríamos a ver todos los días como antes pero queríamos que fueras feliz.
-¿Cómo no hacerlo al tener la mejor familia del mundo?-retuvo sus gamas de llorar-. Sé que vender la granja en una locura, ahora veo que fue egoísta de mi parte sugerirlo... pero quisiera que mamá y tú se retiraran de todo esto. Ya es peligroso para su salud.
-A mi todavía me queda tiempo en la granja, pero supongo que ya es hora de que tu mamá deje el trabajo. No quiero que le vuelva a suceder lo de ayer.
-Gracias papá. -lo abrazo-. Pero prométeme que no tardarás en dejar el trabajo también.
-Si te hace feliz está bien... lo prometo.
[...]
Ya era de noche, Marble estaba cenado con su madre y padre en su habitación.
-Pinkie Pie, tu móvil está en el cesto de basura. -le indicó Maud.
-¿Móvil? Oh, teléfono... ¡¿pero qué?! -lo recogió del cesto-. ¿Quién lo arrojó aquí?
-¡Esas son cosas del demonio!
-¡Cállate Limenstone! Mmm... No tiene batería, ¿y mi cargador?-miró a su alrededor buscándolo.
-También en el cesto.
-¡¿QUÉ?! ¡Limenstone!
-¡Esa otra cosa es la madre del demonio!
-¡Oh cállate, ya te pareces a la abuela!-gritó y guardó su teléfono-. Por suerte les avise a mis amigas que estaría aquí así que no tengo nada más pendiente... además de la tarea.
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