06; its delicate
🌷𓏲࣪ ִֶָ﹫៹ handsome, you're a mansion with a view
messages!
pretty girls
(and milo with thomas)
renee
están libres esta tarde?
deberíamos d salir
gracie
renee, cariño salimos la
semana pasada
si sigo así m van a internar
en alcohólicos anónimos
renee
y a mi que me importa
milo
ustedes digan donde y
yo les caigo
renee
no estás invitado
¿en donde está Emma?
gracie
se la tragó la tierra
emma
buenos dias
manada
desconocido
hola :))
gracie
¿quién eres tú?
¿milo volvió a filtrar
el grupo?
desconocido
soy Thomas
soy amigo de Emma 😸
milo
creí que eras mi amigo
y nada más apareces
cuando la rubia está habla
😞
renee
definamos amigos
¿entonces nos vemos hoy?
emma
gracie
explicación
urgente
emma
estoy en casa con
mi mamá
y después voy a
salir con alguien
renee
ok entiendo
te voy a sacar del grupo
emma
PORQUE
milo
significa que si voy a ir?
puedo llevar a thom
😇
thomas
yo tampoco podré ir
🕴🏻
milo
VAN A SALIR JUNTOS?
me estás engañando thom?
emma
bájale un toque
mi rey
renee
genial me cambias
—Renee quiere que salgamos a cenar hoy — anunció con una sonrisa divertida.
Tenía la mirada fija en la pantalla de su teléfono, estaba descansando sobre la barra de mármol color blanco, sus pies se mecían en el aire. Había pasado los últimos días en casa de sus padres, el único lugar en donde por el momento, encontraba calma.
—¿Renee? — preguntó alzando una ceja, acercándose a la chica.
—Si, Renee — afirmó rodando los ojos, debido a la mirada confundida de su madre, continuó:— la chica alta y rubia que vino conmigo el verano pasado.
Su madre asintió — ¿Vas a salir con ella? — la miró fijamente, mientras sostenía un tazón de fruta.
Emma negó con la cabeza metiendo un trozo de fresa a su boca.
—Le prometí a Chappell que la llevaría a un mercado de antigüedades en Brooklyn — explicó con calma, intentando que el nombre de la chica pasara desapercibida.
Viviente asintió de nuevo, conocía a la perfección a su círculo de amistades, no era tonta sabía perfectamente quién era Renee, pero durante los últimos días había visto las noticias en donde su hija estaba involucrada, y una mala mancha junto a su nombre arruinaría todo por lo que había trabajado.
No estaba segura de por qué, pero ver el destello en sus ojos, que si casi pasa desapercibido si no fuera porque estaba demasiado cerca, le dio una mala espina.
—¿La chica con la que saliste de aquella fiesta? —cuestionó fingiendo desinterés.
Emma se tensó, había sido demasiado cuidadosa como para que alguien tomara fotos de ella, nadie, a excepción de sus amigos, sabía que había pisado un club gay.
—¿Qué fiesta? — replicó arrugando las cejas. — nunca te hablé de ella antes...
—Debí haberme confundido, — contestó rápidamente, notando el tono amargo en sus palabras. Había cruzado la línea.
Vivienne se aclaró la garganta dirigiéndose hacia el refrigerador, estaba confundida, la menor siempre había sido muy abierta con ella respecto a sus relaciones, e incluso siempre que hacía a una nueva persona tenía la necesidad de hablarle sobre ella a su madre.
—¿Papá llegará pronto? — dijo saltando de donde estaba sentada.
—Está trabajando ¿necesitas algo? — se giró para verla.
—No lo eh visto mucho últimamente — negó, evitando el contacto visual.
La mujer mayor se acerco posicionando sus manos en los hombros de la joven.
—Le llamaré para que llegue a comer con nosotras — sonrió dulcemente.
Asintió quitando las manos de su madre, el toque de la mujer le llegaba a resultar un poco incómodo, sentía que su piel quemaba.
—¿Puedo ayudarte en algo?
—Estoy bien, cariño.— habló con cariño.
—Debería de ver a Willow, siempre se siente triste cuando la dejó — murmuró dándose la vuelta para salir de la cocina.
—Es un gato, Emma — habló con un tono que debía ser divertido, sin embargo salió más rudo de lo esperado.
—Y por ahora, tu única nieta — bromeó rodando los ojos.
—¿Nunca has pensado en... hijos de verdad? — cuestionó con vacilación.
Emma detuvo sus pasos, pensó en ignorar sus palabras y hacer como si no hubiera escuchado, nunca antes le había hecho esa pregunta.
—Mamá... — comenzó, buscando sus siguientes palabras— aún es muy pronto, además, ni siquiera estoy saliendo con alguien — ladeó la cabeza, esperando a que sus palabras cortaran la conversación.
—¿Pero, está en tus planes? — prosiguió interrogándola.
La rubia comenzaba a exaltarse, no entendía la repentina necesidad por saber sus planes a futuro. Vivienne nunca había mostrado interés en sus relaciones, a menos que el chico fuera un hombre que valía la pena. Siempre solía decir que su carrera estaba por delante de sus sentimientos.
—No lo sé ¿bien? — bufó.
No dejó que la mujer respondiera antes de salir con pasos apresurados. Lo había pensado, muchas veces, pero en ese momento habían cosas diferentes a la última vez. No sabía quién era, todo lo que alguna vez había conocido, se tornó desconocido.
Sonrió cuando vio al pequeño animal peludo sobre su cama, se acercó deslizándose sobre las mantas acariciando al pequeño gato. A pesar de que muchas cosas habían cambiado, su habitación seguía siendo la misma y se aferró a eso, a la idea de que sus preferencias, no la hacían diferente.
Su padre llegó dos horas después, tenía una gran sonrisa en el rostro, su cabello comenzaba a tornarse completamente blanco, se había quitado la barba, dejándose solo un bigote, sus ojos cansados hicieron presencia como un faro en la oscuridad. La sostuvo en un abrazo más tiempo de lo esperado, encontró refugio en sus brazos, sus amigos solían bromear diciendo que era la niña de papá.
Nunca los corrigió, porque de alguna manera tenían razón, su padre era como su príncipe azul.
—¿Has estado trabajando en algo nuevo? — preguntó con una sonrisa acusadora.
Estaba sentado en la cabeza de la mesa, a su derecha se encontraba su madre quien parecía importarle más su copa, mientras que en el izquierdo, ella.
—Acabo de sacar un álbum hace unos meses — dejo los cubiertos sobre el plato — James cree que debo irme de gira — soltó.
—¿En serio? ¡Es increíble! — exclamó el hombre, su sonrisa haciéndose más grande como si eso fuese posible.
Volteó a ver a su esposa, quien solo alzó las cejas.
—No lo sé, creo que es muy pronto. El álbum no alcanzó un puesto decente en la lista — explicó, bajando la mirada.
—Debiste esforzarte más... — Vivienne habló en un murmuró.
Richard, su padre, se aclaró la garganta interrumpiéndola.
—Si no estás lista para ir de gira, está bien. La próxima vez será mejor — le sonrió afectuosamente, acariciando su mano sobre la mesa en un intento de tranquilizarla.
Asintió en respuesta, el silencio se volvió incómodo, como normalmente era en su niñez cuando se juntaban para comer. Nunca lo entendió por completo, sus padres se mostraban muy enamorados, siempre los vio como una pareja ejemplar, pero cuando estaban a solas los tres todo era tenso, como si fuesen dos desconocidos.
—Milo quiere saber cuando lo volverás a invitar para jugar golf — bromeó reanudando la conversación.
—¿Quiere jugar golf o usar mi auto? — respondió en el mismo tono.
—Nunca lo va a admitir pero, ama que le hables de autos — añadió en un intento de evitar el silencio.
—¿Por qué no les dices que vengan el próximo fin de semana? — su mamá se unió, mientras comenzaba a levantar los platos.
—¡Claro! Invita a todos, James me dijo que habías estado saliendo con otros dos chicos, tráelos — Richard habló emocionado, puso su brazo sobre la mesa, recargando su mentón en la palma de su mano.
Emma le envió una mirada atónita a su madre, sospechaba desde que llegó, que tramaba algo.
—Les diré, pero no estoy segura si están libres — apretó los labios en una sonrisa.
Richard se levantó para ayudar a su esposa en las tareas del hogar, colocó una mano sobre el cabello rubio de la chica, desacomodándolo, Emma soltó un bufido alzando la mirada para verlo. El hombre soltó una risa mientras desaparecía por el pasillo.
—¿Te quedarás para el postre? Hice pastel de fresa — Vivienne anunció apareciendo del otro lado de la mesa.
Emma negó con la cabeza llevando sus propios platos hacia la cocina, sintió la presencia de la mujer detrás de ella.
—Me tengo que ir, es tarde — dijo con con timidez.
—¿Tarde? Ni siquiera son las tres de la tarde — su padre ladeó la cabeza, con confusión.
—Va a salir de compras con una amiga — su madre se paró a su lado, entregándole una rebanada del pastel — promete que vendrás más seguido, Emma — habló con voz autoritaria.
—Lo haré, mamá.
Vivienne asintió envolviéndola en un abrazo, depósito un beso sobre su cabello antes de separarse. Se sintió como una niña pequeña e indefensa en sus brazos.
—Te acompaño a la salida — Richard se secó las manos con un trapo, Emma abrió la boca para objetar, el hombre puso un dedo sobre sus labios para evitar que hablara: — no, eres mi pequeña, te llevaré hasta tu auto.
Alzó su mano en para despedirse de su madre, quien tenía una sonrisa. Siguió al hombre como un cachorro perdido, a pesar de que los visitaba constantemente, nada haría que dejara de extrañarlos.
—¿Sigues siendo amigo de ese compositor? — cuestionó tímida.
—¿Dan Nigro? — preguntó, Emma asintió — hablamos algunas veces ¿por qué? — abrió la puerta principal, recargándose sobre la misma.
Vaciló un poco antes de responder, no sabía si era buena idea. La mujer había sido muy clara, no quería su ayuda, pero una parte de ella la empujaba para que lo hiciera.
Tal vez ella nunca se de cuenta.
—¿Puedo pedirte un favor? — soltó después de unos minutos.
La distancia entre la casa de sus padres a Manhattan era de casi una hora en auto, una de las cosas que más odiaba era conducir, el tráfico, más su poca paciencia la llevaban a un límite en donde llegar a saltar del vehículo era una de sus mejores opciones.
Su músculos estaban tensos cuando se paró frente a la puerta de madera, un adorno de plástico colgaba de ella. Alzó su mano en un puño golpeándola suavemente, por un momento pensó en irse, estaba nerviosa por ver a la mujer.
Escuchó los débiles pasos de la otra persona detrás de la puerta, el seguro siendo quitado y posteriormente después de unos segundos siendo abierta.
—Te prometí que saldríamos de compras, y yo siempre cumplo mis promesas — dijo una vez vio a la mujer frente a ella, una sonrisa apareció inconscientemente.
—Creí que no vendrías — fue lo primero que salió de sus labios.
Abrió la puerta un poco más, dejándola pasar.
—Lo siento, estaba en casa de mis padres — se disculpó, vio como la miraba de la chica se dirigía a el objeto en sus manos — toma, es pastel de fresa. Mi madre lo hizo — lo extendió.
Chappell la miró atónita aceptándolo. Camino a la cocina bajo la atenta mirada de la rubia. Emma observó todo, como si la última vez que estuvo allí no hubiera sido suficiente. La castaña volvió con rapidez.
—¿A donde quieres ir?
—Hay un mercado de antigüedades realmente bueno en Brooklyn, no sé qué cosas te gustan pero por lo que vi, podrías encontrar algo interesante... — explicó de forma rápida, sus mejillas tiñéndose rosas.
—Perfecto, tú mandas — bromeó, uno de sus dedos tocando la punta de su nariz, Emma rodó los ojos.
—¿Nos vamos entonces? —, preguntó señalando la puerta.
Roan asintió viéndola girarse y dando un pequeño salto, saliendo del apartamento.
Chappell la siguió por el pasillo con una sonrisa divertida, Emma parecía emocionada, como una niña pequeña a punto de abrir sus regalos de cumpleaños. Cuando llegaron al estacionamiento principal, la castaña se dio cuenta del auto color gris, lo miró con asombro.
—¿Quieres conducirlo? — cuestionó, sosteniendo las llaves frente a ella.
—¿Puedo? — dijo en voz baja, Emma asintió extendiéndole las llaves para que las tomara.
—Bueno, si no quieres morir, es mejor que lo hagas tú — se burló.
Chappell soltó una pequeña risa, dirigiéndose al lado del pasajero para abrirle la puerta, Emma sintió sus mejillas calentarse, le agradeció antes de entrar.
—Es una belleza, se parece un poco a ti — bromeó, sus ojos encontrándose con los de la rubia.
—Es solo un auto, Chappell — rodó los ojos divertida.
—¿Nunca has sentido que los autos de parecen a sus dueños?
—¿Creí que eran las mascotas?
—¿Por qué no los dos?
La rubia soltó una carcajada una de sus manos se dirigieron para acomodar un mechón de cabello detrás de su oreja. Por un instante Chappell deseó ser ella quien lo hacía, había luchado internamente para que el sentimiento se fuera, sin embargo nunca logró hacerlo desvanecerse.
Se estaba enamorando de Emma, y lo peor fue saber que no podía tenerla.
—¿Qué tipo de música te gusta? — se acomodó en el asiento del pasajero, de una forma en que pudiera verla con comodidad.
—De todo un poco, escucha lo que quieras — se encogió de hombros restándole importancia.
Emma asintió, recordando algunos de los discos que vio en su hogar.
El sonido de No. 1 party anthem de arctic monkeys llenó el espacio, el silencio no fue para nada incómodo de hecho era lo más agradable posible. La rubia la miró fijamente, sin un poco de vergüenza, tenía una mano en la palanca de cambios, la otra giraba el volante con facilidad y su gorra evitaba que el aire moviera su cabello. Se encontró hipnotizada por la vista, no iba a negarlo, verla probablemente se convertiría en su nueva obsesión.
Chappell la miró de reojo, evitando alejar la mirada del frente, reprimió una sonrisa cuando notó que Emma ya la observaba. Tener su atención siempre sería su placer culpable.
Para la mala suerte de Emma, el viaje fue extremadamente corto, por un segundo pensó en hacer que diera vueltas al rededor de la manzana solo para verla conducir.
—¿Ya tienes tu disfraz para halloween? — soltó de repente.
—Aún no, normalmente siempre espero al último minuto para buscarlo — se rio suavemente, moviéndose detrás de ella para que Emma pudiera pasar.
—¿Tienes planes para esa noche?
—Nop — dijo con voz suave, colocó una de sus manos en la espalda de la chica — quizás solo me quedé en casa viendo películas.
—Renee siempre hace algún tipo de fiesta esa noche ¿por qué no vienes? — cuestionó mirándola con una sonrisa.
—Uh, no tengo una invitación...
—Serias mi acompañante, incluso podemos hacer disfraces a juego — soltó con emoción haciendo un leve puchero.
Chappell se rendiría a sus pies solo con ver su rostro, apartó la mirada rápidamente.
—¿Quieres ir... conmigo? — preguntó, se rascó la nuca con vacilación.
—¡Si! Sería divertido, vamos — forcejeó su brazo, como un pequeño kola.
Replanteó sus opciones, no tenía nada más que hacer esa noche y además, solo irían como amigas.
—Esta bien, pero yo elijo los disfraces — cedió, Emma casi saltó de la emoción.
Sus labios se alzaron en una sonrisa, definitivamente, su amiga la llamaría perdedora si se enteraba de eso.
—¿Qué planeas comprar? — preguntó, observando con cautela todos los objetos.
—Quizás algo que pueda usar en mis presentaciones. — se encogió de hombros, siguiendo sus pasos.
—¿Haz hablado con alguna otra agencia discográfica? — curioseó.
—No, creo que estoy solo destinada a cantar en lugares pequeños.
Emma escuchó la angustia en su voz, la cual intentó disfrazar con una sonrisa, colocó una mano en su antebrazo, acariciandolo.
—Las cosas van a mejorar, ya verás — la tranquilizó, sintió que sus músculos bajo su toque se relajaban.
Pasaron los primeros minutos mirando todo con curiosidad, deteniéndose solo en puestos en los cuales la castaña pudiera encontrar algo que usaría. Emma soltaba datos, completamente innecesarios, sin embargo bajo la atención de Chappell todo era interesante.
—Mira, estos son hermosos — habló, sosteniendo dos anillos similares — toma, uno para ti y otro para mi — extendió su mano, dejando el objeto en la mano de la otra chica.
Chappell abrió la boca para hablar, sin embargo Emma se giró entablando una conversación con el hombre que vendía la joyería. Fingió que todo estaba bien, supuso que podría seguir fingiendo que nunca cruzaron una línea. Emma parecía no darse cuenta de lo que provocaba en ella, de que con cada mínimo afecto hacía que su corazón estallara.
El lugar era grande, habían recorrido al menos la mitad en solo dos horas, encontrando demasiadas cosas interesantes, como una lámpara de gato que Roan había decidido comprar gracias a la rubia, quien dijo que era igual a su mascota y un bolso con la cara de Jacob de twilight, el sol comenzaba a ponerse y algunos de los puestos comenzaban a levantarse.
—Deberíamos irnos — Chappell llamó su atención, — comienza a anochecer y el camino a casa es largo.
—Si, claro, solo déjame pagar algunas cosas — se giró para verla fugazmente.
—Si, señora — bromeó, pasando sus manos por las camisetas colgadas.
Tocó la tela suave con delicadeza, ignorando al hombre que evidentemente coqueteaba con la rubia, una sonrisa se extendió por sus labios cuando una camiseta en color blanco con la imagen de Emma en el medio se interpuso en su vista.
—Estoy lista...
—¿Debería comprarla? — la interrumpió, colocando la prenda sobre su torso.
La miró incrédula, sus mejillas se tiñeron de rosa, ni siquiera recordaba esa foto.
—¡No! — exclamó, Chappell se rio — dios, te juro que si piensas en comprarla, no me volverás a ver nunca más — advirtió, señalándola con su dedo índice.
—¿Por qué? Es maravillosa, no sabía que podías hablar con los animales — sonrío tontamente.
—Me gradué en la escuela de comunicación animal.
—¿Sabes cómo intimidar a un gato? — arrugó la nariz.
—Me hieres — se llevó la mano al pecho con dramatismo —, por supuesto que lo sé hacer.
—Cuando me presentes a tu gato, lo pondremos a prueba — le guiño un ojo.
—Chappell, a Willow no la intimida nada — hablo seriamente.
La castaña soltó una risa dejando la prenda.
—No me conoce aún.
El cielo comenzaba a tornarse oscuro, el frío llegó con el. La rubia odiaba que tenía que esperar para volver a verla, que incluso si bien aún no se despedía de ella, sabía que el día había terminado. No odiaba nada más que desear algo que no puede tener.
Chappell se apresuró abriendo la puerta del pasajero para ella, no importaba las veces que lo hiciera, siempre terminaría con las mejillas rosas.
—¿Por que siempre haces eso? — cuestionó viendo a la castaña encender el auto.
—¿Qué cosa?
—Abrirme la puerta del auto — explicó brevemente como si fuera obvio.
Se quedó en silencio pensando en que responder. Realmente ni siquiera ella sabía porque lo hacía, quizás era un gesto amable que había adoptado a lo largo de los años o quizás, simplemente intentaba demostrar que era mejor que muchos de los hombres con los que alguna vez salió.
—Está en mi naturaleza, supongo.
Emma no respondió, dejó que la música interrumpiera el silencio, creando un ambiente cómodo. Una de las cosas que más amaba del otoño era lo frecuente que eran las lloviznas de la noche, las gotas cayendo sobre el cristal del auto y los faros que iluminaban la ciudad creaban un escenario perfecto para cualquier soñador. Era como un caleidoscopio iluminando el interior.
—¿Por qué, me diste el anillo? — le dirigió una minúscula mirada, su voz fue tímida como si tuviese miedo a preguntar.
—No lo sé. Quería hacer un pequeño gesto ¿te molesto? — habló con vacilación, sus nervios nublando sus sentidos.
—No, no, está bien. Me gustó, es muy lindo.
—Creo que las cosas han cambiado desde ese día— comenzó con una vocecita — y si en algún momento te hago sentir triste por mis acciones, eres libre de seguir adelante.
Chappell tomó la oportunidad del semáforo en rojo para verla, sus ojos azules se encontraron con los de la contraria, puso una mano sobre su muslo.
—Te dije que estaría aquí y eso haré — le dedicó una media sonrisa — decidas lo que decidas, lo entenderé y todo estará bien.
La rubia miró sus ojos azules con fascinación, eran tan hermosos que podría hundirse y ahogarse en ellos, eran como unos diamantes y creería con facilidad todo lo que dijera si se los pusieran frente a ella.
No era el momento ni mucho menos el lugar correcto, pero las palabras estaban ahí, en la punta de su lengua esperando a ser expulsadas.
—Te quiero.
Instagram!
emmamaxwell || 10 min ago
liked by gracie abrams, and 368, 369 others
emmamaxwell hoy fui arrestada
@chappellroan
Ver los 1.234 cometarios
chappellroan arrestada por ser tan linda 😼
↳ emmamaxwell m sonrojas
milomanheim ME ESTÁS ENGAÑANDO?
↳ emmamaxwell que
user1 y esa quien esss
gracieabrams arrésteme señora justicia
reneerapp y desde cuando son amigas o que
↳ emmamaxwell guess
↳ user4 mi amiga la menos celosa
userxo ¿está haciendo otra obra de caridad?
↳ thomasdale ya amiga ya
ver más comentarios...
it's me
relleno nomas, ya ni siquiera se lo que estoy escribiendo, perdón si nada concuerda o tiene sentido 😭
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro