Si ameritara una advertencia,
habría advertencia,
así que lean tranquis

Entraron al departamento de los Min entre besos y caricias. Se golpearon con la mesita de entrada y casi caen al suelo al llevarse puesto el escalón de la entrada.

Lisa se sentó en la madera del piso para deshacerse de sus zapatos y ver como Jimin pateaba los suyos junto a su corbata de moño mientras ambos reían a causa del alcohol.

-¡Feliz cumpleaños!- Gritó Lisa poniendose de pie haciéndolos reir por el movimiento torpe. -Este es mi regalo-

Lisa llevó sus manos a su vestido y con torpesa y dificultad lo dejó caer al suelo quedando en un conjunto de ropa interior azul, y dejando a Jimin totalmente perplejo.

-Follame- Dijo reindo y sin notar que Jimin había sentido todo el alcohol salir de su siistema en cuestión de segundos.

-¿Qué?- Preguntó tragando duro.

-Mi regalo es que me puse borracha para poder hacerlo contigo sin tener miedo- Dijo risueña acercandose a Jimin.

La tomó de la cintura y correspondió el beso sin cerrar los ojos para poder ver por el pasillo hasta entrar a la habitación y dejarla en la cama, separandose de lla para cubrirla con el edredón.

-¿La habitación de Yonnie?- Preguntó confundida viendo al rededor.

-Tranquila, duerme un rato, hablamos luego- Susurró acariciando su cabello y besando su frente.

-¿No quieres hacerlo?- Preguntó decepcionada.

-No así- Negó sentandose a un lado de ella. -Lis, estoy enamorado de ti, no quiero que me des el sexo como un regalo, quiero que tu también disfrutes y abusar de ti no es la manera correcta de hacerlo-

-Pero quiero- Dijo sentandose pero la mano de Jimin en su hombro la hizo volver a acostarse. -Lo pensé sobria, quiero hacerlo contigo, solo que tengo miedo de no aguantarlo-

-Te esperaré el tiempo necesario, te lo juro- Acarició su mejilla y sonrió con tristeza de recordar el motivo por el cual tenía que esperar. - No estoy contigo solo por sexo, realmente me gustas-

-Te amo, Mochi- Susurró apenada viendo el rostro de cariño que el otro le dedicaba.

-Ese regalo me ha gustado más- Sonrió y se inclinó para dejar un corto beso en sus labios. -También te amo, Lis-

Jimin esperó a que se quedara dormida para poder ponerse de pie y llegar a su habitación, quitarse la ropa y meterse bajo su edredón viendo al techo, soltando un suspiro y cerrando los ojos intentando dormir.  Al no poder, revisó que sus amigos hayan llegado bien y le envió un mensaje a Lisa aunque su móvil estuviera en la entrada.

🌈

Yoongi y Jungkook llegaron al departamento entre besos hambrientos y desesperados.  Jeon cerró de un portazo, tomándolo del trasero para alzarlo y hacer que rodee su cintura con sus piernas.

Copito maulló desde la silla de la cocina haciendo reír a Yoongi que cortó el beso para imitar el maullido del gato, logrando recibir los besos de su novio directo en su cuello mientras era arrastrado a la habitación sin cuidado alguno.
Cayó en la cama entre risas de ambos y miradas lujuriosas que no disminuían pese al alcohol que ambos tenían en el cuerpo.

-¡Espera, espera!- Dijo Yoongi riendo mientras sacaba su móvil de los pantalones.  -Dejame sacarte una foto así-

Y una se volvieron dos y tres y más, mientras intentaban quitarse la ropa para poder follar de una vez entre las torpes risas de ebrios y las miradas de amor de novios.

Yoongi gritaba con fuerza mientras su novio lo embestía desde atrás, sosteniendo su cabeza en alto por el puño en sus cabellos, la cadera alzada por su mano en su cintura.

Tenía los pantalones por las rodillas, la camisa abierta colgando por sus codos y la corbata floja sobre su espalda; Jungkook no estaba mucho mejor,  con los pantalones abiertos a la altura de sus muslos, la camisa casi por completo desabrochada y la corbata desanudada, solo podía empujarse con fuerza dentro de su novio que no paraba de gemir por más.

-¡Más duro, papi, por favor!- Gimió al borde del llanto por los golpes rápidos y fuertes contra su próstata.

Jungkook soltó su cabello para tomar la corbata que rodeaba su cuello y jalar de esta haciendo a Yoongi alzarse de la cama junto a un grito de placer, pegándose contra el pecho de su novio que no dejaba de embestirlo.

-¿Así?- Gruñó Jeon viendolo asentir con saliva colgando de sus mejillas rosas.