En la hora de deportes Taehyung decidió que seria buena idea integrar a Jungkook al equipo de vóley.

— En realidad soy muy malo para esto, Kook — Le susurró Taehyung colocándose una mano sobre la comisura de los labios para que los demás no escucharan — Creo que ya sabes que detesto los deportes.

—Yo se jugar un poco — confesó Jungkook colocándose cerca de la red.

Taehyung se alzó de hombros y se colocó en su posición, atrás de todo.

Quizás la hora de gimnasia no fuera tan mala ahora que se tenían mutuamente.

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Cuando alguien pasaba la pelota y Jungkook no llegaba a atajarla para pasarla al otro lado, los demás lo retaban porque perdían por su culpa, pero Taehyung lo ayudaba a defenderse y se había enojado tanto que lo terminaron sacando del gimnasio.

En conclusión el pobre Jungkook había terminado el juego solo, y su equipo había perdido.

Él se ganó varios insultos al finalizar la clase.

Pero al final de la tormenta siempre hay un arcoíris.

Y ese arcoíris estaba sentado en una motocicleta, fumando.

Jungkook se acercó a Taehyung, todavía sudado por la clase de gimnasia y antes de que el mayor le diera una tercera calada al cigarrillo, Jungkook se lo quitó de entre los dedos y lo lanzó al suelo.

Lo pisó y lo destrozó. Luego miró a Taehyung con severidad.

— Mejor come una fruta o chocolates. No fumes.

Taehyung miró hacia otro lado. Él no fumaba casi nunca, lo había dejado y lo había reemplazado por los caramelos.

Pero ese día no tenia caramelos y estaba realmente emputado con sus compañeros de clase. ¿Cómo eran capaces de tratar así a Jungkook?

Que molestia...

Jungkook extendió la mano y lo seguió mirando enojado. Finalmente Taehyung se sacó la caja de cigarrillos del bolsillo y se la entregó.

El menor se encargó de lanzarla al tacho de basura.

— ¿No te molesta que te insulten?

Jungkook miró hacia otro lado y respondió.

—El truco está en que no te importe.